Cap. 1
Un misterioso muchacho vaga por la interminable carretera, es de noche y una tormenta amenaza por caer, él camina por un costado del camino no hay nadie a kilómetros puede que haya caminado desde la ciudad, lleva un skate debajo de su brazo izquierdo también un abrigo gris con capucha que cubre su cabeza que lo resguarda del frio y violento viento que sopla.
Entonces un camión se acerca desde el horizonte, lleva las luces altas que alumbran el asfalto, el conductor ve una silueta negra a lo lejos y se detiene al ver el dedo levantado de una persona.
-¿Puede llevarme hasta la próxima ciudad? –le pregunta al hombre que maneja el camión.
-Sube atrás. –Responde, el muchacho abre las puertas del acoplado y se encuentra con un gran cargamento de flores –Espero que no seas alérgico al polen. –dice el hombre a través de una ventanita que da a la cabina del conductor.
-Descuide, me gustan las flores. –el joven sube al acoplado y cierra las puertas. El aroma de las flores se concentra en el interior, hay de todo tipo, rosas, claveles, orquídeas, margaritas, etc. Los suaves pétalos rosan sus brazos mientras él se acerca a la ventana para hablar con el amable conductor.
-¿P-por qué lleva tantas f-flores? –le pregunta conteniéndose.
-Una compañía de velatorios las encargó, ya sabes, para las coronas de los muertos. –contesta teniendo su vista en el camino oscuro.
-Son frescas… -murmura mirando con atención un clavel rojo.
-Sí, recién cortadas. –agrega el hombre.
-¿No le importaría si tomo un ramo? –pregunta con cuidado.
-Son para tu chica ¿No? –Él ríe moviendo la cabeza de un lado al otro –Adelante pero solo uno.
-Gracias. –dice mientras busca las mejores flores, él toma una flor de cada tipo haciendo un pequeño ramo.
Horas de viaje después, el hombre se detiene y baja de la cabina, camina mientras se acomoda su vieja gorra verde despintada por tantas lavadas. Golpea tres veces con su puño el costado del acoplado diciendo: -¡Chico, ya llegamos!
-Gracias por traerme. –agradece y de un salto baja del acoplado –Adiós. –se despide mientras camina por las calles de la ciudad.
-Qué raro, olvidó el ramo. –se dice el hombre rascándose la cabeza confundido. En eso, sube para revisar que todo esté en orden y algo llama su atención.
Sobre un estante al lado de las rosas y claveles, se encuentra un ramo de tallos de flores, solo los tallos, el hombre se encoje de hombros y cierra las puertas para continuar con su camino.
El muchacho camina por la vereda mientras se lame los dedos –Estaban deliciosas. –dice limpiándose los dientes con sus uñas.
Hols esta es la continuación de "alto voltage" espero que les encante, si son fanaticas de Kea, siguelo y descubre comó era entes de ser un ángel.
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