63- Stave.

Veía decaído la nada misma, era extraño ver a todos tan felices, pero no podía decir nada al respecto, llegaban al local más interesados en participar en el oficio que detestó por muchos meses, y ahora estaba a finales de año donde tenía que dejar todo, no debía arrepentirse, quizás le había servido para conocer a alguien, pero todavía detestaba usar un vestido.

¿Pero qué más daba? Debía disfrutar sus últimas ocasiones allí, no ser un aguafiestas y hacer las bromas que se hacían a los nuevos para integrarlos, ese ambiente podría tal vez extrañarlo.

Había aceptado al final salir fuera del local con Outer, hacía mucho más fácil poder descansar del traje para disfrutar en plenitud lo que más había amado hasta ahora, pero por lo tarde, solo caminaban alrededor hasta que el sol dejara de mostrar sus hermosos rayos y dejara paso a las estrellas.

— ¿Se lo contarás? —Preguntó el mayor detenidos en una esquina, ahí iban a separar caminos por ese día.

— Sí, seguro se emocionará como mi mamá.

— No creo que le hayas contado a ella sobre esto.

— No, pero lo sé.

Con los ánimos suficientes, entró a la casa donde estaba Blard haciendo de sus clásicas infusiones de hierbas, era curioso, una vez había intentado pero le había dado comezón, se mantuvo alejado de las plantas, un tanto nervioso. El mayor dejó todo a un lado al verle.

— Perdón por esto, pensé que llegarías más tarde de tu cita.

— Oh, señor. —Rogó piedad de tantas mofas, sonrió ladino— Solo estuve caminando con alguien.

— El boomerang volvió, ¿Eh?

— ¿...qué boomerang?

— Heh... Nada.

Una vez todo limpió, el mayor le sirvió algo de comer, Blard se iba a retirar pero Stave se lo detuvo, debía tomar valor.

— Hermano.

— ¿Sí?

— Outer... Me comentó algo que necesito tu aprobación.

— ¿No es muy pronto de que te vayas a vivir con él?

— ¡Blard!

— Perdón, perdón, continúa. —Dijo tras reír.

— Quiero estudiar en su universidad. —Dijo sin pausas entremedio, Blard pareció quedarse pensativo sobre ello, Stave conocía ese gesto, era el mismo cuando alguien soltaba un resuello de estar sorprendido, frunció el ceño casi como un berrinche— ¿Y...?

— Me parece bien. —Soltó después, sin hacer ningún problema— Me alegra mucho que lo hayas pensado y decidido, quizás con ayuda pero no fue la mía, estoy orgulloso, después le contaré a mamá.

— No es que necesite tu ayuda para todo. Le sacó la lengua— Puedo ir al baño yo solito.

— Tú me entiendes, hermanito.

— Sí... Gracias.

— Estoy para ti.

Había sido fácil, pero era un gran paso para él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top