54- Outer.

Outer estaba extrañado al llegar al local, el de pecas no estaba en el sitio donde le esperaba para juntos charlar. Intentó pensar que se trataba solo de que haya faltado, pero por su condición tan simple hecho no era aliviante. Entró al local y casi chocó con Stave, quien al verle tomó de sus brazos buscando un sostén, ese día al menos no habían muchos clientes.

— ¿Stave...?

— Outer, gracias a las estrellas que has llegado. —El mayor notó el rostro ligeramente afectado por algo, su mal presentimiento sí había acertado.

— ¿Qué sucede?

— No encuentro al gatito que tanto ama estar en tu ropa. —Explicó— Y... Dios, ¿No lo tienes tú?

— ¿Eh? No... No robaría un minino.

El menor susurró una maldición, dejando de tomar su chaleco para caminar por el sector donde había varios gatos, Outer le siguió, preocupado del pequeño minino que siempre le acompañaba cuando entraba al local y se quedaba hablando con su amigo, ahora que se perdiera no era nada normal en la tienda, así que miró atentamente cada detalle, percatándose que habían muchos gatos en cierto sector, agrupados.

Tragando saliva, Outer fue a esa dirección y sacó a los felinos acertando en lo que creía, allí estaba el gatito más joven que los demás, echado boca arriba sin tener rastro de respiración. No pudo evitar que Stave lo viera en tal estado, pronto se había acercado por su hombro y al verle aguantó la respiración.

— ¿E-Esos gatos le han...?

— No, no fueron ellos, está frío y solo lo estaban entibiando.

— ¡Pero lo han ahogado! Joder... ¿Dónde está Geno cuando necesito de su ayuda?

El de pecas se alejó con un paso rápido y frenó justo donde Ccino preguntando por el jefe, le indicó que estaba en el otro lado del local así que fue rápidamente hasta allá. Outer trataba de darle calor al minino entre su ropa, pudo sentir sus débiles latidos pero debían hacer algo pronto o sería muy tarde.

A los dos minutos Stave volvió con unos documentos.

— Geno no puede ir al veterinario, tendré que ir yo. —Dijo, Outer percibió su inseguridad en su tono, sabía que tal papel no era muy llamativo pero era necesario, tomó su mejilla para sonreírle aunque unas chicas ajenas de la situación habían ahogado un chillido.

— Yo te acompaño. Tranquilo.

Stave frunció el ceño sonrojado por los chiflidos de las chicas, trató de ignorarlas y asintió ante lo propuesto del mayor.

Ambos fueron a paso rápido hasta el veterinario más cercano, casi fueron trotando teniendo especial cuidado de no hacer agobiante el trote hasta allá para el gato, al llegar, Stave con sus manos algo temblorosas pasó los documentos del local para atenderles con sus rebajas de empresa, y por cariño al animal pidieron estar allí mismo.

El mayor estaba tenso, y a la vez preocupado, por el gatito y por Stave, no creía que tenía aprecio por el animal, que verle moviendo su pie ansioso y mirando fijamente al felino siendo revisado hacía que le entraran deseos de también protegerle, no quería que le diera un ataque ahí mismo.

— Stave.

El aludido se dio vuelta al escucharle, empero sus brazos quedaron estáticos al ser abrazado, respiró profundo y se acurrucó en su chaleco, mientras que Outer vigilaba el estado de quien habían llevado hasta allí.

Gratamente se había salvado, le inyectaron las vacunas, ahora yacía durmiendo mientras rellenaban papeles, Stave comentó que no se creía que no había sido registrado antes.

— Hay que darle un nombre. —Dijo Outer, saliendo de la puerta de emergencias mientras acunaba a la gatita en sus brazos.

— ¿Un nombre? Pensaba que Geno lo haría...

— Pero tú fuiste quien corrió por ella.

— Porque Geno—

— Stave. —Replicó con suavidad, haciendo que el menor se detuviera y así dejar que tomara a la gatita, el de pecas apenas aceptó, no pudo negarse cuando la felina se aferró con sus garritas a su ropa.

— Ah... —Suspiró, desviando la mirada— Realmente tengo un nombre...

— ¿Y cuál es?

—... Stella...

Outer miró a la pequeña ya durmiente, debía tener un pequeño descanso así que el de pecas había aceptado llevársela a la casa solo unos días, su madre podría cuidarla.

— Me gusta el nombre.

— Duh, amas lo relacionado con el espacio.

—... No puedo negarlo, estrellita.

Stave hizo un gesto de no entender, haciendo que su declaración no llegara por completo, Outer se sonrió.

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