— ¿Por qué él no usa un vestido? —Preguntó Reaper, Outer aún no volvía de estar acariciando los gatos, al verlo tan ensimismado con los animales que se agrupaban a él, le hacía pensar que era seguramente por su ropa cómoda.

— Porque no le gustan. —Se encogió de hombros.

— ¿No lo ves algo injusto que sus trabajadores sí porten vestido?

— No te hagas el justiciero que no eres, está claro que solo quieres ver como se ve con vestido. —Frunció el entrecejo al oír su silbido— Pero qué pena, nunca lo verás. Mi hermano nunca se pondrá un vestido.

— Parece que es bastante terco, me suena a alguien que por casualidad tiene el mismo apellido.

Reaper se rió por el intento de golpe por parte de Error, se salvaba que estaba en un recinto donde la paz debía mantenerse, y el azabache no deseaba traer mala reputación al esfuerzo de su hermano, se cruzó de brazos y suspiró rendido.

— Ya pensaba que era mala idea traerte acá.

En un breve silencio donde cada uno estaba en su respectivo aire, Error cruzó la mirada con la puerta en donde un esqueleto blanco con mancha de tinta bajaba algo apresurado, su vestido solo resaltaba para sí, un repulsivo aire de infantil, parecía buscar con la mirada a alguien, a lo que dedujo que era algún compañero de trabajo o a él mismo.

La vez que habían hablado hace pocos días había sido tan perturbadora que había preferido quedarse alejado de él, era más que nada desagrado por su aire tan insoportable que para otros le resultaba llamativo y atrayente. Pero cómo olvidar cuando ese chico lo asustó y dijo en cortas palabras.

"¡Qué buen trasero tienes!"

Frunció el ceño, quejándose internamente por la idea de tener que ver a ese empleado cada vez que visite el local de su hermano, pero no podía acusarlo, por el orgullo y además que fue fuera de horario, volvió a mirar la mesa esperando su café.