24 de diciembre
Luciel Choi estaba muy preocupado. Habían pasado dos días desde que Yoosung había ido, sabía que había dicho cosas hirientes al chico pero era necesario.
Era necesario para que él siguiera viviendo.
No era que no lo quisiera, pero no consideraba justo decir que lo quería de tal modo cuando estaba con MC.
Si consideraba darle una oportunidad al rubio no sería justo para ella... No quería ser recordado con aquel que jugó con las emociones de todos.
Así que sí, lo mejor era que lo olvidara.
Prefería que lo olvidara a que se dejase morir.
— ¿Estás bien, Saeyoung? – preguntó MC al verlo hundido en sus pensamientos.
Él simplemente asintió con la cabeza, a veces se arrepentía por haberle dicho su verdadero nombre.
Siguió pensando en Yoosung, la verdad nunca se había planteado la idea de quererlo de tal forma.
Pero tenía sentido que el chico sintiera eso por él. Si se ponía a pensarlo bien...
Diario hablaban ya fuera por mensaje o teléfono, se contaban todo o al menos casi todo, él era el único que conocía que tenía un hermano gemelo aunque lo único que no le dijo nunca fue su verdadero nombre y el de su hermano.
¿Cómo no iba a sentir algo más que amistad por él? Pero ¿quién era él para corresponder esos sentimientos?
Un simple hacker que toda la vida debía esconderse, que al encontrar a la primera chica que le hacía caso había pedido fuera su novia y sin darse cuenta había hecho caso omiso de los sentimientos de alguien más.
Era un asco.
No sería bueno que siguiera en la vida de Yoosung.
Definitivamente era mejor que lo olvidara.
Aquel pensamiento le dolía, pero era lo correcto.
¿Cierto?
¿Estaba en lo correcto?
Su cerebro estaba a punto de descomponerse de tanto pensar.
— ¡Seven! – volvió a llamar MC.
— Debo buscar a Yoosung... – dijo en voz alta.
Aquella chica no comprendía nada, pero el hacker había entrado inmediatamente en la aplicación de la RFA.
Jumin Han estaba conectado.
707 entró al chat.
707: Demonios... Esperaba encontrar a Yoosung-ah...
Jumin Han: Está indispuesto, ¿para qué lo buscabas?
707: Sabes dónde está?
Jumin Han: Claro, hace dos días que está en mi penthouse... ¿No leíste los mensajes anteriores?
Luciel maldijo por lo bajo, no había abierto el chat en esos días por la preocupación. Nunca se le ocurrió revisarlo.
707: No. Soy un tonto. Gracias.
707 salió del chat.
Seven se paró de inmediato.
— Debo ir a casa de Jumin... – explicó cómo si nada pero MC lo paró agarrándolo del brazo.
— Necesito saber que está pasando – pidió ella.
— No tengo tiempo, MC. Yoosung está muriendo por mi culpa... – dijo soltandose.
— ¡Espera! ¿Qué? – preguntó pero el pelirrojo solo iba para todos lados agarrando sus cosas para salir, desesperada gritó — ¡Saeyoung! ¡Hazme caso! –
Seven paró por un segundo.
— Necesito que me digas qué está pasando... – le suplicó ella.
Fue entonces que él volvió a sentarse.
— Yoosung... Tiene una enfermedad llamada Hanahaki. No es muy común, había escuchado un par de rumores sobre ella pero nada más... Aquella enfermedad se da cuando hay un amor no correspondido — comenzó a explicar y luego suspiró — Él... Está enamorado de mí... Yo... Lo estoy matando – dijo con ojos llorosos — Y yo no sé que hacer... – finalizó con voz quebrada.
MC lo abrazó fuertemente y acarició su cabello.
— ¿Qué sientes tú? – le preguntó
— ¿Honestamente? Nunca lo había pensado así... MC... Me gustas... Pero... Creo que tal vez también me gusta Yoosung... – explicó confundido y con toda la verdad.
Aquella chica no dijo nada por unos minutos.
— Creo yo... Que uno puede gustar de dos personas al mismo tiempo... No te mentiré, siempre pensé que ustedes dos tenían algo – confesó riendo un poco — Y si quieres ir a buscarlo no te detendré. Si quieres estar conmigo, si quieres estar con él... Incluso si quieres estar con ambos, debe ser porque así lo sientes aquí – dijo señalando su corazón y sonriendo.
A veces Luciel se preguntaba porqué tenía a tan buena persona con él.
¿Cómo era que alguien tan bueno lo quisiera así?
La vió a los ojos, se limpió las lágrimas y sonrió.
Depositó un tierno beso en sus labios.
Aún sin estar completamente seguro se levantó para tomar las llaves de su coche.
Tenía que hablar con él de nuevo.
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