Capítulo 13: Está semana he descubierto algo más

Tiene media palma de la mano cubierta de negro y no recuerda cómo ha pasado eso. No ha querido decir nada cuando se ha dado cuenta al llegar a la casa porque Philip no dejaba de temblar y no veía el momento para decirlo. Él ha recuperado el momento de su muerte, eso es mucho más traumático que perder un poco de memoria, supone que es el intercambio justo para que él vuelva a recordar algo, ella lo pierde. Pero le gustaría no perder ese pequeño detalle de que sus manos no tienen un aspecto normal porque parecen que están muertas más que vivas.

El tono negro que le cubre los dedos hasta más de la mitad de la palma de la mano es de lo más llamativo y debería buscar la forma de ocultarlo cuanto antes. Quizá puede buscarse unos guantes para ocultarlo y así no preocupar a nadie. ¿Lo sabe alguien? Sí, le suena que alguien lo sabe, pero ¿quién? Quiere maldecir a todo pulmón porque no se cree que haya podido olvidar algo de nuevo.

Tiene que volver a ir a ver a Madame Pomfrey y se va a llevar a Philip cuando lo haga. Probablemente se enfade con ella, pero también es probable que sepa algo de esa memoria perdida y cómo tratar con alguien que ha visto la muerte demasiado cerca. Ella estuvo en la Batalla de Hogwarts, seguro que hubo gente a la que La Muerte acarició con los dedos y luego les dejó ir. ¿Cómo superas algo así? ¿Cómo lo superas cuando has muerto de verdad y ahora estás vivo?

—Sé lo que quieren.

El chico está sentado en el sofá, con la mirada perdida y Atria deja de jugar con su varita para mirarle. Se nota que no quería recordarlo, que quería dejarlo perdido para siempre.

—¿Cuánto recuerdas? —no quiere presionarle, por eso habla suave, no le pregunta qué quieren, solo le pregunta qué es lo que recuerda. Que lo diga cuando pueda, ya ha tenido bastante.

—¿Por qué no preguntas por Fred?

—Estoy preguntando por ti, Philip —responde ella y se pone en pie.

No se lo espera. El chico está sentado en el sofá con las piernas estiradas hacia la mesa de café. Atria espera atravesarle sin ningún tipo de problema para ir a la cocina a por un café para poder aguantar lo que queda de noche porque no puede dormir.

En su lugar choca con las piernas de Philip y se cae de boca.

Se gira tan rápido que se da con la mesa en ella cabeza y, cuando Philip intenta sujetarla, vuelve a atravesarla.

—¡Joder! —el chico grita y se deja caer en el suelo junto a Atria, que se está frotando la cabeza.

—Tus piernas me han tirado al suelo —le dice y el chico asiente.

—Y ahora vuelvo a atravesarte.

Como si necesitara demostrarlo, pasa de nuevo. Intenta tocarla el hombro y la atraviesa con facilidad. Por un momento parecía que había cambiado y estaba claro que lo había hecho porque a Atria le dolía la cabeza de los dos golpes.

—No entiendo nada —responde ella, pero por un momento piensa que se lo ha imaginado. Aunque el dolor ayuda—. ¿Eso podías hacerlo antes?

—No, sabes que anoche no pude tocarte.

Sí, el beso o lo que fuera eso. ¿Pueden llamarlo beso? Odia pensar que es un beso, no quiere pensar en ello así que se levanta del suelo y va directa a la nevera a sacar unos cuantos hielos para ponérselos en la cabeza. Al final va a acabar con amnesia, pero por todos los golpes que se lleva y no por los hechizos.

—Vale, recapitulemos desde el principio.

Tiene un plan para enterarse de todo sin que se note que ha perdido la memoria. Estaba dispuesta a ir a hablar con Madame Pomfrey, pero ha cambiado de opinión al ver ese acto espontáneo de tangibilidad que ha tenido Philip. Primero tienen que entender qué pasa, luego ya podrá pedir ayuda a alguien.

Llega a la conclusión de que las manos negras aparecieron al convocar a Philip, por lo que no es extraño afirmar que eso es el vínculo que los une y que, contra más aumente, más vinculados estarán. Tiene sentido porque por lo visto ha crecido después del último hechizo, había cubierto los dedos, pero ahora había cubierto la mitad, así que algo más tenía que haber pasado.

—Vale, en los últimos meses no he estado más cansada ni nada por el estilo, ¿no? Como si me faltará vida —lo pregunta en voz alta, como si estuviera pensando y para fingir más no deja de dar vueltas por el salón. No sabe en realidad si ha perdido algo más o no, pero no quiere arriesgarse—. ¿Tú has notado algo?

—Nada en los últimos meses, no lo sé en la última semana —dice el chico, apartando la mirada y Atria suspira.

—No creo que sea que estás siendo un parásito chupavidas, ¿no? Y que te estoy devolviendo a la vida dándote la mía.

—Espero que no —responde el chico y se pone de pie—. Por cierto, está semana he descubierto algo más.

—¿El qué y sobre qué?

—Todo eso de la luna llena y la luna nueva o creciente para hacer los hechizos —Atria asiente al ver como Philip se calla—. Es mentira.

—¿Qué?

—Estuve en la biblioteca del pueblo, resulta que tienen una sección mágica escondida y dentro de la sección mágica hay otra sección que está aún más escondida —lo explica como si nada y luego sonríe—. He estado allí todas las noches leyendo, resulta que eso se lo inventó alguien para limitar los hechizos un poco.

—¿Y resulta que solo tengo esos libros?

—Ahí está la gracia, lo hicieron creer tanto que todo lo que se ha publicado es con ese detalle, pero encontré un libro aún más viejo que los tuyos que barajaba esa hipótesis, la de que la luna afectaba.

—¿Y a qué conclusión llegó?

—Que el ejercicio de zombies fantasmales salía igual con o sin luna.

—O sea que hemos estado perdiendo el tiempo —Philip parece dudar, pero acaba asintiendo—. ¡Joder!

—Bueno, no creo que haya sido perder el tiempo —dice él, pero Atria levanta las manos.

—Mi teoría actual es que me estoy muriendo porque ni siquiera recuerdo desde hace cuanto tengo las manos así, ¡así que no me digas que no ha sido perder el tiempo!

Está un poco alterada, no solo por lo de haber olvidado, sino porque sabe que lleva desde mayo hablando con Philip —para algo sirve el aniversario de la batalla, al menos sabe que fue ahí cuando hizo el hechizo— y están casi en noviembre. ¿Cómo no va a ser perder el tiempo cuando han pasado seis meses? Medio año es demasiado tiempo.

—¿No recuerdas? —dice el chico y Atria niega. Sinceramente mierda, porque no pensaba decirlo, pero bueno, ya está hecho—. Pero te has tomado tu poción, ¿no?

—Sí, pero creo que tiene más que ver con que tú recuerdas ahora cómo fue tu muerte, ¿no? —Philip asiente—. Vale pues supongo que para que tú tengas tu recuerdo, yo pierdo uno. Que yo sepa eres algo antinatural, así que hay que equilibrar el mundo o algo así.

—¿Eso es una ley mágica real?

—No, es como pienso que funciona todo, pero parece que tiene sentido —no puede evitar señalarle.

Él podía ser la prueba, Fred debería estar muerto, ¿no? Pero estaba vivo y Philip muerto. Bueno, no era exactamente así, pero la idea estaba más o menos ahí.

—¿No crees que deberías contarle todo esto a alguien más?

—Bueno, es que sacar todo eso de que tengo mi propio zombie fantasma es un poco raro, ¿sabes? Y más cuando no te ve nadie.

—Pero a lo mejor ahora lo hacen, ¿no? He sido tangible por unos segundos —tiene un buen punto, pero sigue sin convencerla—. ¿Y si pasa cuando les estés contando lo que sé?

—Bueno, si pasa delante de George y Mara pues se lo contaré, pero... bueno, ni siquiera sé que es lo que recuerdas, así que no sé si se lo voy a contar.

No quiere presionarle, pero es la verdad. Quizá lo que recuerda no sirve de nada y por eso no quiere decirlo. Pero por la forma en la que Philip se mueve en la silla no parece ser el caso.

—Quizá quieres sentarte para lo que te voy a contar —dice el chico y Atria deja de andar por el salón de la casa.

Philip tiene razón en decir que era necesario sentarse para escuchar lo que sabía.

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Tengo poco que decir, solamente que en la historia principal ya saben dónde está Fred, así que Feliz Navidad <3

Mil gracias por leer <3

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