Última vez
Autor: ka_rael
Resumen: Kaworu y Shinji se ven envueltos en un contexto trágico para la humanidad. ¿Podrán sobrevivir o al menos permanecer juntos pase lo que pase?
Género: Horror, Drama, Romance.
AU Apocalipsis Zombie.
Advertencia: Esta historia cuenta con contenido explícito. Los personajes tienen +16 años y los actos son completamente consensuados.
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El mundo había comenzado a desmoronarse ante sus ojos pero ya no era muy diferente de lo que acostumbraba...
Ver los días pasar, esperando a que sucediera algo no significaba que estuviera vivo y cuando "ese" algo llegó no le dio tiempo a asimilarlo.
Era indignante , no hacía más de tres semanas desde que había normalizado su relación.
Seguramente en su vida anterior habría hecho algo horrible para tener esa suerte y puede que ya no le quedase mucho para perder su humanidad.
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Las zapatillas resonaron entre los pasillos del tercer piso. Si no se daba prisa, las cosas comenzarían a ponerse muy feas y ya de por sí el día nublado que apenas dejaba entrar la luz en las ventanas no ayudaba.
Sobrevivir. Una palabra que ya se había hecho parte de su rutina como casi cualquier cosa o persona con la que hubiera hecho contacto esos últimos años. Kaworu fue conciso antes de permitirle bajar de la azotea.
"Sólo lo necesario, se puntual".
Pero siempre con una tierna sonrisa, casi como una caricia.
Igual que aquella vez....
Ahora mismo cargaba unas latas de conservas y bebidas energéticas. Entre ellas la nueva versión de cerezo en flor, la preferida de Ayanami.
—Ayanami... —estaba exactamente a 4 puertas del salón donde habían instalado una pequeña base de hospedaje pero la imagen de su amiga lo dejó pensativo. Más de lo que ya le permitía el tiempo.
Fue hace dos semanas, justo después de la clase de deporte, cuando el campo quedó libre para que los chicos bajasen a entrenar. Asuka y las demás se marcharon deprisa hacia la zona de las duchas.
—Has marcado dos puntos más que la delegada —Comentó Shinji cuando llego al lado de su amiga de cabello azul claro.
Ella se limitó a sonreír. No intercambiaban muchas palabras pero se sentía muy a gusto a su lado.
Segundos después empezó el caos.
Gritos provenientes de todos lados acompañados de comportamientos extraños y montón de pintadas ¿Unos gamberros? Eso fue lo primero que se le vino a la mente porque conocía la alarma de ataque de los ángeles a la perfección y esta era intermitente hasta hacerse muy molesta.
Lo terrible fue descubrir que las manchas que salpicaban lo largo de los pasillos no eran pintura.
"Prole ingrata"
—¿Estás bien? —El ruido cesó. Era la voz de Kaworu ¿Pero a quién escuchó antes? Ya casi había olvidado lo que había ido a hacer— Llevas un rato en medio de la puerta —comentó sin dejar de observarlo desde la entrada. Alargó su mano hasta la comida para posteriormente ordenarla en una estantería del fondo.
—S-sí perdón... Seguía pensando si Ayanami y los otros estarán en casa.
—La noche es para los animales. Eso dicen, ah... ¿Me harías el favor?
—¡Si! —Juntos movieron la mesa principal hasta empotrarla contra la puerta. Desde la ventana se podían ver varios engendros caminando alrededor de las instalaciones.
—¿Cuánto crees que quedarán esta vez? —A eso de las 7 comenzaban a resguardarse en direcciones opuestas pero los que se marchaban demasiado lejos ya no aparecían al día siguiente. Parecían seguir algún tipo de pensamiento común porque no se acercaban hasta donde se encontraban. Tampoco es que le importase mucho, es más, el número había disminuido notablemente. De seguir así, podrían disponer por completo del instituto para ellos dos.
—Hasta los engendros pierden el interés por un bocado inalcanzable. Diría que mañana no habrá más que doce ¿Te apetece sopa con fideos? —Shinji aceptó gustoso.
—Mmm...Kaworu-kun, cuando todo esto termine... ¿Qué estudiarás —La pregunta tomó al joven albino por sorpresa— Sé que no es el mejor momento, pero habrá que rearmar muchas cosas para levantar la ciudad en caso de que sólo haya sucedido aquí; de ser a nivel mundial...
—Crear y prosperar
—¿Eh? ¿Así sin más? Yo me refería a una materia más específica...
Kaworu ya no respondió pero se le veía muy feliz con estas últimas palabras, hasta pareció sorber con más entusiasmo su caldo enlatado.
—Será mejor que descansemos pronto.
—Pero aún no es de noche del todo...
—Deberíamos guardar fuerzas para el futuro.
—Hablas como un anciano...
—Envejecer al lado de Shinji-kun es mi sueño para poder completar arrugas de tanto sonreír
—¡Ah!... No digas eso... Es vergonzoso... —Antes de seguir con sus réplicas fue callado con un tierno beso.
—Es mi meta y me gustaría cumplirla si me lo permites...
—S-sí... —Aún no se hacía a la idea de que fueran novios, menos de alguien como Kaworu. Casi sin darse cuenta habían empezado una vida donde ya dormían juntos, comían juntos, se vestían juntos... No lo admitiría abiertamente pero muy en el fondo, una parte de él se alegraba de encontrarse en esa situación, aún con el caos que reinaba en la calle.
Después de recoger los restos de la cena se desearon mutuamente las buenas noches para acostarse en sus respectivo futones.
Había empezado a llover bajando la temperatura varios grados, ante la imposibilidad de usar luz eléctrica lo único que Shinji pensó fue levantarse corriendo hasta Kaworu y colarse entre las cobijas.Para la grata sorpresa del mayor encontró unos tiernos ojos azules que asomaron lentamente hasta quedar a escasos milímetros de su rostro. El rostro de Shinji estaba algo rojo por la rapidez de sus movimientos.
—Tienes los pies helados —comentó el mayor.
—Ah... Puede que sea porque soy pariente de un reptil de sangre fría al que llamo "padre"—el ambiente no podía volverse más incómodo —Kaworu-kun... —esta vez su tono era diferente—Aún tengo frio... mucho frío... —terminó de hablar volviéndose completamente rojo.
Los ojos del albino brillaron cuando entendió la situación.
Luego de cruzar varias veces miradas, Kaworu se recostó contra el futón apoyando su peso en sus antebrazos mientras Shinji se sentaba sobre él hasta acercar su boca para comenzar un beso lento pero bastante intenso como para subir notablemente la temperatura de ambos. Sintió el cuerpo del mayor reaccionando bajo su pelvis por la unión que compartían, sus lenguas chocaban y los gemidos inundaban de sonidos húmedos todo el salón.
Se dejó perder unos segundos al chocar su miembro con el contrario aún cubierto por la tela del pantalón. La presión con la que lo empujaba era terriblemente gustosa; tanto, que tuvo que romper el beso dejando escapar varios gemidos.
Kaworu admiró su rostro avergonzado por todas las sensaciones que provocaba en él, sin dejar de alborotar su cabello. Parecía fascinado por la visión que tenía delante.
En los cristales empezaban a empañarse pero no era suficiente.
Con cuidado bajó su rostro desabrochando la cremallera del pantalón ajeno hasta dar con los bóxers. Su propio miembro palpitó cuando dejó al descubierto el del mayor. Era mucho más grueso que el suyo.
Lo admiró por unos segundos entre sus manos para comenzar a dar pequeñas lamidas por la base hasta engullirlo más de la mitad, dejándolo muy mojado. Estaba deseoso de sentirlo en su interior. Temblaba sólo de imaginarlo.
Kaworu lo alejó con delicadeza, obligándolo a tumbarse hasta posicionarse sobre él. Todo sin perder su típica sonrisa gatuna.
Lo despojó de su ropa interior y procedió a explorar con sus dedos su entrada.
Demasiado calor.
Sus entrañas ardían.
—Tranquilo... —Trató de calmarlo al ver como Shinji trataba inútilmente de no retorcerse— Seré gentil...
—Umhg... Tal vez no quiero que lo seas...
De nuevo el albino se vio sorprendido por su respuesta.
—Ah...
—Q-quiero decir... si no te parece mal ¡Ay...! Ahhh...
—Eso me hace muy feliz Shinji-kun...
Entonces por fin lo sintió. El miembro del mayor rozando descaradamente contra su entrada. Eso fue demasiado para su cuerpo que sólo había experimentado con algún objeto inanimado de su casa.
Su semen salió disparado hacia arriba manchando su abdomen.
Pero no tuvo tiempo de avergonzarse porque sintió el miembro del mayor abriéndose paso por sus entrañas. De nuevo su miembro estaba duro por las incesantes idas y venidas, se sentía morir y eso que aún no eran medianamente fuertes.
Los movimientos aumentaron y con ello la profundidad. El dolor era soportable debido al grado tan sofocante de placer que alcanzaba cada vez que aquel miembro se adentraba tan dentro, dejando una sensación de vacío cuando tomaba impulso hacia atrás.
Las convulsiones en su pelvis no se hicieron esperar, y con un último empujón ambos se descargaron, liberándose.
Las ventanas estaban completamente llenas de vapor y la lluvia al fin había cesado.
El objetivo ya estaba cumplido así que decidieron ir por fin a dormir.
No pasó ni media hora cuando detrás de la pared comenzó a escucharse a alguien arrastrando los pies de forma muy pesada. Era la quinta noche que sucedía y siempre acompañado de un gimoteo lastimero.
—Kaworu.... —Lo llamó en voz baja— Kaworu-kun... —pero el albino no contestó. Tuvo la intención de prender la luz pero su mano fue detenida a escaso milímetros del interruptor —H-hay alguien en el pasillo...
—No te preocupes, no puede entrar.
—¿Eh?
—Te prometo que mañana estará solucionado, vayamos a dormir...
—Pero...
—Confía en mí —dicho esto lo abrazó como nunca antes creía que podía hacerlo. Shinji se dejó fundir por aquel gesto y con un último movimiento de sábanas dejó que el sueño lo invadiese.
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—Buscaré a Kaworu —Eso fue lo último que dijo antes de dejar a sus compañeros en el segundo piso.
—¿Estás loco? ¡En cuanto subas, puede que no bajes de nuevo! ¡No sabes lo que puede haber! —le gritó Touji apenas lo vio desaparecer tras la esquina de la escalera.
El eco de sus pasos alejándose eran ahora casi tan insoportables como el sonido de la alarma.
No muy lejos de allí, en la azotea, Asuka encaró al albino al enterarse de su relación con su amigo Shinji.
—No tienes idea de cómo es Shinji ¡Y NO TIENES NINGÚN DERECHO A ROBARTE A MI AMIGO! —la puerta se abrió dejando entrar una horda de infectados— ¡Bastardos! Ni se les ocurra tocarme! ¡HUM! ¡NO TE QUEDES AHÍ PARADO! ¡AYUDAME!--
Asuka se vio rodeada de manos que la agarraban desde todas direcciones sin posibilidad de escape. Trató de agacharse pero la agarraron del cabello, quedando inmovilizada. Forcejeó un poco más hasta que se aburrió. Sólo entonces lanzó una mirada de asco a su compañero que permanecía impasible de su desgracia.
—Hasta los muertos saben qué carne es la que no vale la pena y la que es basura —gritó sin dejar de clavar sus ojos en él— Al menos yo si he luchado por sobrevivir... ¿Eh?
Kaworu se hizo paso entre ellos sin perder su expresión. Ninguno parecía tenerle interés. Es más, casi se apartaban para no rozarlo. La mueca de enojo de Asuka no paraba de volverse más marcada hasta el punto donde al fin pudo soltarse y correr unos metros dispuesta a golpearlo.
Pero su mano fue bloqueada por un mordisco que chorreó todo el suelo. Jamás se había sentido tan humillada de no poder hacer frente a un montón de podridos. Y para colmo, ese muchacho parecía disfrutar de cómo su cuerpo iba llenándose de horribles partes expuestas a medida que la devoraban como si fuera un simple aperitivo. El dolor llegó a hacerse tan insoportable que su cuerpo lo contrarrestó con adrenalina.
En pocos segundos quedó reducida a la mitad. La carne de sus piernas era tan fina que se podía apreciar parte de sus huesos y músculos que a duras penas sostenía su peso.
Kaworu pasó por su lado, cerrando tras de sí la puerta antes de que ella lanzase su grito final que hizo eco por todo el edificio.
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A la mañana siguiente, Shinji despertó con el desayuno preparado en la mesa, pero del mayor no había ni rastro hasta bien entrada la mañana.
—¿Kaworu-kun? ¿No los encontraste? —preguntó cuándo por fin lo vio aparecer tras la puerta.
—Lo lamento —habló sin cambiar de expresión.
—No, no, está bien... no debería haberte pedido algo así. Espero que los chicos estén bien... Suelo pensar demasiado las cosas y tal vez me preocupé por nada...
—Sentir empatía por tus semejantes es una cualidad que no todos poseen...
—Aún así... si no me hubiera separado de ellos... ¡N-No quiero decir que me arrepienta de haberte buscado en primer lugar! Es sólo....
—Lo entiendo, tus amigos son importantes para ti...
—Pero Kaworu-kun también es una persona importante para mi... tal vez más...
La tarde terminó sin ninguna novedad importante. Tenían comida y agua para 4 días más.
Pero algo seguía sin estar bien.
Ya no quedaban ni siete engendros en todo el instituto, desde la semana pasada habían ido disminuyendo casi sin darse cuenta. Ni siquiera a uno de "ellos" que tenía la rutina de pasearse por todo el campo de entrenamiento hizo acto de presencia esa mañana.
Su ropa había aparecido a la entrada del instituto junto a un charco de agua, pero al menos la electricidad había vuelto.
Los pasos.
Esta vez cronometró su reloj para no perder detalle, con el micrófono de su celular grabó desde el inicio cómo alguien recorría de principio a fin el tercer piso a oscuras.
Se colocó los auriculares y subió el volumen con la ilusión de poder escuchar algo que le diera una pista. Casi como un detective, puso atención a la intensidad de las pisadas. No era muy fuerte, ni tampoco resonaba por lo que podría ser alguien de no mucha estatura ni tampoco alguien de mucho peso y seguramente por el tono de su voz, alguien joven.
Sin dudar se alejó de Kaworu hasta estar de rodillas junto a un cuadro apoyado a ras del suelo contra la pared. Lo movió un poco hasta desparecer por un agujero que habían hecho en caso de emergencia como salida extra, dejando de nuevo el cuadro en su lugar para no alertar de su falta.
Apareció en los baños de chicas. Todo estaba medianamente bien conservado, y no había una sola mancha de sangre.
Abrió la puerta del baño que daba directamente al pasillo, esperando ver a la persona que gimoteaba. Pero no había rastro de nada, ni siquiera huellas.
—Ahora mismo debería estar en la parte izquierda...
No es que tuviera miedo. Pero el instituto de madrugada no transmitía un buen sentimiento. Alumbró el camino con el flash del celular hasta dar con el final.
Nadie.
Alguien cerró la puerta que había a su lado.
—Uh... —podía escuchar con horror cómo al otro lado cuchicheaban como riéndose de él.
"Abandonaste a tus amigos"
"Los abandonaste porque no sabes cuidar lo que amas"
"Fuiste a buscar a Kaworu porque era la única forma de sobrevivir"
"Ayanami sigue abajo"
—¡ESO ES MENTIRA! ¡Cuando volví no había nadie!
"Siempre pones excusas a tus problemas"
—¡NO ES ASÍ!
"Estás a punto de encontrarla"
"Está justo detrás de ti"
Asumiendo lo peor, su cuerpo reaccionó instintivamente y abrió la puerta de par en par encontrando una cabeza gigante con los rasgos de su amiga que lo seguía con la mirada.
—Ayanami... —Shinji a duras penas pudo apartarse y quedó aplastado en un montón de liquido LCL.
La puerta que había abierto eran las escaleras de emergencia que daban al sótano. Al final del pasillo, una figura caminaba a paso lento hasta su posición.
Se incorporó aun sin saber bien como procesar lo que acaba de suceder para esconderse tras la puerta. Las palabras de que ella seguía de abajo retumbaban en su cabeza, como una canción que hubiera sido puesta en playback hasta perder el mismo sentido del ritmo.
Entrecerró pero no lo suficiente para poder ver al fin al desconocido. Los paso ya estaban bastante cerca y por el sonido de sus respiración esa persona ya no podía ser salvada.
Esperó hasta que distinguió lo que parecía un cadáver en muy mal estado. Su carne hecha jirones colgaba como si fuera tela desgarrada. Temblaba a cada paso como si fuera a desplomarse en cualquier momento, pero no contó con que la luz de la luna justo alumbraría la ventana, descubriendo con horror los ojos del infectado mirándole directamente.
Shinji cerró la puerta y la bloqueo con ambas manos.
Los golpes no tardaron en escucharse con unos terribles gimoteos que parecían más un animal porcino rogando por su vida.
—¡¡Nononono!!
Algo clavándose se escuchó .
—¡¡Shinji-kun!! —Era la voz de Kaworu— ¿Estás ahí? —el menor abrió la puerta. El engendro, o lo poco que quedaba de él yacía en el suelo convirtiéndose poco a poco en líquido naranja.
—... Lo lamento... —Shinji estaba muy enojado consigo mismo. Sus acciones casi le costaron la vida, incluyendo la de Kaworu. Y todo por salir sin decir nada.
—Volvamos...
—¡No! ¡Quiero largarme de aquí! ¡Cualquier otro sitio menos este! Están pasando cosas muy raras y no quiero pasar una noche más aquí! ¡Por favor! ¡Vayámonos de aq--
Por unos segundos pudo empezar a distinguir en el abdomen de Kaworu como se iba empapando de sangre— ¿Te ha... mordido? —le preguntó con casi un hilo de voz.
—Ah... yo... creo que bajé la guardia...
—Yo he causado esto... —su voz se entrecortaba por la impotencia que sentía ahora mismo. Todo por su estúpida huida nocturna.
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De vuelta al salón, Kaworu se aseguró de que no hubiera más enemigos cerca y cerró bien la puerta del baño, hasta el agujero, el cual taparon llenándolo con todo lo que pudieron. Shinji no dijo nada en todo el camino. pero estaba decidido. Al día siguiente, tratarían de buscar un nuevo lugar donde prosperar.
Eran las 4:18 am. Kaworu le recomendó echarse un poco mientras el preparaba las mochilas con todo lo necesario para buscar una nueva base de operaciones.
—No sé cuidar de las cosas que me importan... —comentó desde el lado de su futón, dándole la espalda a su novio— por eso me usan... A fin de cuentas la gente como yo vive mejor en soledad que perjudicando a los seres queridos... Te has lastimado por mi culpa...
—Incluso si es así, no es como si un salpicón de sangre que no es mía vaya a detenerme.
—¿No es una herida?
—No, tranquilo, mira —el albino se desabrochó la camisa para mostrarle cómo no había ni una sola herida en su abdomen.
"Él es uno de los culpables, nadie lo llamó"
—¿Ah...? ¿Dijiste algo? —la sonrisa de Kaworu pareció suavizarse un poco. El cielo comenzó a tornarse anaranjado a pesar de ser apenas las 2 de la tarde. No fue hasta que miró con detenimiento que varias cruces emergieron de varios lugares ,entre ellos donde quedaba la ropa del engendro que había desaparecido dejando un charco de agua.
Del suelo comenzó a emerger lo que parecía un cuerpo gigante femenino que curiosamente se parecía mucho a...
—¡¡Ayanami...!! —exclamó Shinji cuando el enorme ser lo miró—¿Entonces... todo esto lo hiciste tú? —No podía creer lo que estaba viendo, ni menos lo que escuchaba. Miles de llantos que venían de todas partes, era demasiado tarde.
—Mis hijos abusaron de su poder... —Habló al fin el gigantesco ser— Este mundo está condenado a pudrirse cada vez que trate de levantarse, por eso todos llegaron a un estado en el que se comieran los unos a los otros. Él ha intentado arreglarlo —señaló a Kaworu— Pero siempre vuelven a traicionarnos y a desaprovechar su oportunidad...
—¿Dónde están Touji, Asuka, Misato... mi padre...? ¿Dónde están...?
—Son parte del fin. Un fin que es el último de este planeta.
—Shinji-kun —habló Kaworu— Podemos arreglar esto una última vez, si lo deseas...
—Ellos nunca van a cambiar...
—Depende de ti...
Tanto el ente como Kaworu observaron las reacciones del muchacho. Ahora mismo estaba a una decisión de elegir el destino de la humanidad.
—Me gustaría ir donde sea que vaya Kaworu-kun... Pero también me gustaría darles una última oportunidad a mis amigos...
Y con esa fue la tercera vez que el albino se sorprendió gratamente.
—Entonces concluiremos aquí —sentenció Kaworu tomándolo de la mano— Esta es la última vez que revertiremos todo. La próxima vez quiero que descubramos juntos cada parte del universo.
Y dicho esto, Shinji vio pasar miles de recuerdos que no eran suyos en su memoria.
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Apenas amanecía en su cuarto. No sabía porqué, pero tenía muchas ganas de que comenzaran las clases.
Fin.
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