𝒫𝒶𝓇𝒶 𝒞𝒶𝓁𝓁𝒶𝓇 [𝑀𝒶𝓇𝒾𝒸𝒽𝒶𝓉]

La noche fría y lluviosa acechaba Paris, al igual que la irremediable ansiedad por el examen de historia por el que Marinette llevaba días sin dormir.

Sus cansados azules resistían de forma tortuosa las inmensas ganas que tenía de dejarse caer sobre su lecho de una vez y dormir hasta que su cuerpo recobrara su vitalidad habitual.

De pronto el estruendo de los unos pies chocando contra el suelo de su balcón la hicieron pegar un pequeño salto de alerta, más al ver las peculiares orejas gatunas de su compañero de luchas asomarse por la trampilla la irremediable felicidad que surgía al verlo se instaló en su interior. —. ¡Buenas noches princesa! — Dijo, exhibiendo una sonrisa que fue disminuyendo al presenciar la docena de libros sobre el colchón y las marcadas ojeras bajo los bellos ojos de su novia. —. Dios Mari, ¿Aún no duermes? —Cuestionó de forma severa dejándose caer con cuidado en el lecho, gateando hasta su lado. —. Creí haberte dicho esta mañana que...

— Sí, sí... que tomara una siesta. Pero tranquilo, estoy bien. — Sonrió de lado, meciéndose en su lugar hasta caer rendida en los brazos del héroe, depositando la cabeza en su pecho durante aquel segundo en el que por fin se permitió descansar.

— Será mejor que guardemos estas cosas y...

— ¡No! — Vociferó sujetándole las manos. —. Aún no acabó de leer esta página, además...

— Marinette, ya es suficiente, te estás exigiendo demasiado. Nadie quiere que te desmayes a mitad de la calle por el cansancio. — Safandose del agarre, procedió a tomar entre sus garras algunas de las cosas, pero otra vez la chica se encargó de hacerlo soltar las mismas.

— C-Chat, no lo entiendes. — Comentó observándolo directamente a los ojos y sujetándose con fuerza del ajustado traje. —. Si no apruebo este examen, entonces no podré postular a la beca que necesito para la escuela de moda de tu padre, y si no entro a su escuela de moda, entonces jamás va a aprobarme, y si no me aprueba, entonces ya no podremos estar juntos y...

Pero entonces, entre tanta palabrería que no hacía el menor sentido para los oídos del joven, este se cernió sobre ella, capturando sus labios en la más pura muestra de afecto que buscó alejar cuanta histeria pudiera de su cuerpo.

Marinette se derritió en los brazos del héroe, sujetándose con él con mucha más fuerza, acentuando el contacto que tanto había extrañado desde esa mañana. —. Está bien, vamos a la cama, pero esta noche te quedarás conmigo. —. Acabó por soltar y la sonrisa de superioridad que se instaló en el rostro de su contrario logró ponerle los pelos de punta.

— Para serte sincero, vine con esa intención, princesa. — Admitió a la vez que levantaba las sábanas y depositaba el cuerpo de la chica en el lecho, posicionándose sobre ella. —. Y para que quede claro, no necesitas la aprobación ni de mi padre, ni la del decano de ninguna estúpida universidad, ni mucho menos la mía.

— P-pero... — Una vez más el joven se encargó de unir sus labios, encontrando una deliciosa y curiosa forma de hacerla callar.

— No hay peros, ya eres perfecta y no tienes ni la menor idea de cuanto me encantas así. — Las muestras de afecto viajaron desde sus bocas hasta pequeñas caricias entre sus cuerpos. —. Odio que te estreses por estas cosas, no es sano y lo sabes.

— No puedo evitar preocuparme por el futuro y lo que seré, Adrien. — Acunó el rostro contrario entre sus manos y admiró aquellas esmeraldas gatunas que la observaban con una peculiar mirada hambrienta. —. ¿Tú no?

— Yo tengo perfectamente claro lo que seré en el futuro, Mari. — Ella lo observó confundida, esperando la respuesta a una pregunta jamás formulada. —. Tu esposo. — Sentenció deleitándose al percibir aquel rubor invadir el rostro de la chica.

— Estás loco... — Mencionó disfrutando de los labios contrarios ahora en su cuello.

— Por ti, demasiado. — Susurró contra la blanca piel, repartiendo caricias y rindiéndose frente a la dulce fragancia que desprendía. — Ahora solo relájate mientras yo te...

Dirigió su mirada una última vez antes de bajar hacia zonas prohibidas, llenándose su corazón de una ternura inmensa al ver el tranquilo semblante de Marinette, quien dormía por fin con una sonrisa en el rostro.

Se mordió el labio, reprimiendo sus instintos y acomodándose junto a ella. —. Buenas noches princesa. — Murmuró para luego deshacer su transformación y acurrucarse junto a ella.

[...]

La tibia respiración de Adrien en su cuello logró despertarla de su letargo a través de un delicioso escalofrío, e inmediatamente el sol brillante a través de su ventana la alertó. —. Adrien... — Llamó removiéndolo. — Adrien, ¿Qué hora es?

El modelo gruñó, estirándose en el lecho mientras abría sus verdes. — ¿Hora? — Arrastró su brazo hasta encontrarse con el móvil en su bolsillo y su rostro se tornó pálido al percatarse de que tan solo restaban unos cuantos minutos para el comienzo del dichoso examen. — ¡Mierda! — Soltó y pudo sentir los penetrantes azules de Dupain clavándose en él.

— ¡Maldición Adrien! — vociferó a la vez que recogía la ropa regada por el suelo y se apresuraba a entrar a su baño. — Te veo abajo.

Adrien entró en su faceta de héroe, logrando bajar desde el balcón con agilidad y pocos fueron los minutos que tuvo que esperar ante de ver a a Marinette aparecer tras la puerta de la panadería. — Ma-Mari... — Llamó al notar algo extraño entre sus chaquetas.

— ¡No ahora a Adrien, vamos a perder el examen! — Tomó la mano de rubio, obligándolo a correr hasta el establecimiento, allí al entrar al salón pudo sentir las burlescas miradas de sus pares sobre ella y en busca de explicaciones volteó a ver a su novio, quien yacía con el rostro completamente ruborizado. — ¿P-pero que...?

— Tienes mi chaqueta, Bogaboo. — Susurró Adrien y al observarse logró comprender el error que ambos habían cometido.

Y este es el primero de los one shots!
espero que les haya gustado, ha decir verdad hacia tiempo que no me divertía escribiendo algo 100% mío 🥺❤️ así que amé escribir esto.
Gracias a @YeseniaBorja7 por escoger este shipp ❤️

Estoy pensando en dejar un pequeño sketch o dibujo como el que hice esta vez al pie de cada historia, ¿les gustaría?

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