Leo Valdez I
-¿Cómo dijiste?- Volvió a preguntar Nico casi asfixiándose con una de las patatas fritas de su cajita feliz. Aquel día, Leo habia querido hablar con él y ¿Qué mejor manera de hablar con Nico Di Angelo que comiendo juntos en el McDonald's?
-Fácil rápido y sencillo niño tinieblas.- Nico gruñó levemente, molesto por el apodo.- Te acercas a él y le dices.- Su mirada cambió a una mas coqueta mientras hacía una "pistola" con sus dedos índice y pulgar bajo su barbilla.- "Te invito tacos de barbacoa guapo" y cae UF redondito a tus pies.-
Nico quería volver a golpearse la frente con la palma de su mano pero sentía que si lo hacía una vez más le quedaría una marca roja por el resto del día.
Valdez era algo... especial cuando se trataba de los asuntos románticos.
-Valdez, ¿De qué tan alto te le caíste a tu mamá de bebé?- Preguntó ya cansado de sus "Mexicanadas".
El contrario dejó su hamburguesa y miró a los lados, como si estuviera leyendo ecuaciones invisibles. Luego agitó la mano a la altura de su ombligo.- Mas o menos de esta altura, me caí de la cama.-
Rogó por que lo dijera de juego, luego recordó que estaba hablando de Leo Valdez y cayó en cuenta de que lo decía en serio.
No seguiría ahí de no ser por que tenía su cajita feliz. No podía viajar entre sombras, Leo se había asegurado de estar en plena luz del día, sin ninguna sombra cercana.
-Vale, ¿Algún otro consejo?.- Preguntó ya algo irritado el italiano.
-De hecho si, si vas a pedir tacos para compartir que sean de barbacoa pero sin cebolla, si pides al pastor el aura romántica se va a ir y si pides de asada...-
-¡No de eso!- Su posición se vio similar a la de un gato enojado, su espalda se encorvó y sus hombros se alzaron.
Esto le dio cierta ternura al latino.- Algún otro concejo para... ya sabes... decirle a Will... eso.
-Ah, sobre eso.- Colocó uno de sus dedos en sus labios como solía hacer cuando pensaba mas a fondo las cosas.- Creo que escuché en algún lugar que se llega al corazón de un hombre con comida.
-Eso no tiene mucho sentido.- Este hizo un pequeño puchero mientras bajaba la mirada con el ceño levemente fruncido.
-¡Claro que lo tiene! ¿Olvidaste cómo te traje aquí?- Nico soltó un "Oooh". Aquella imagen era algo para recordar. Nico había cruzado las piernas, parecía un niño pequeño, sus brazos caían a sus costados, sus labios estaban levemente abiertos y sus ojos lo miraban con curiosidad.
-Pero eso es algo diferente, vine por que me amenazaste y dijiste que si no te acompañaba le dirías a todo el campamento lo de Will. Se supone que solo lo sabe Reyna. No sé como te enteraste.- El latino sonrió como un gato Chesire.
-Oh mi querido Nicks, yo tengo influencia en el más allá.- Esto último lo dijo como si cantara.
¿Por qué Valdez era tan raro?
Tras veinte minutos de no saber qué Hades podía hacer para callar a Leo se levantaron del lugar.
Tiraron la basura y Nico llamó a la Señorita O'leary, esta llegó desde la sombra de un autobús para recojerlos y llevarlos de nuevo al campamento.
Durante todo el camino pensó en lo que Leo había dicho.
Tal vez no era tan mala idea.
Tal vez Valdez no estaba tan mal después de todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top