Hazel Leveseque II
-No todo son palabras.- Hablaba la morena a su hermano.- También puedes demostrarlo con acciones.
-¿Cómo se puede hacer eso?- Preguntó Nico mientras giraba el anillo de calavera en su dedo.
Hazel había pedido ser la segunda y lo había llevado al tejado del templo de Plutón en el campamento de Júpiter. Era ahí donde podían charlar sin las interrupciones de nadie más puesto que se evitaba la entrada o mínimo acercamiento a los templos de otro progenitor.
-Le pides un momento a solas, primero que nada.-Ahí ya íbamos mal, no podía ni siquiera decirle un "Hola" a William Solace sin que sus mejillas se enrojecieran y su lengua se trabara.- No hables, eso creo que te podría ser fácil y abrázalo.- La chica tomó una de las miles de piedras preciosas en el tejado y comenzó a juguetear con ella. Hasta un poco después, Nico notó que era un rubí.- Aveces, eso puede ser lo que mas sentimientos pueda demostrar.-
Aún no lo entendía, si con solo rodear su cuerpo con sus brazos podía decir que lo amaba ¿No sería todo mucho más fácil?
Claro si tomamos en cuenta que su nerviosismo lo dejara moverse. Que lo dejara pedirle ese momento a solas en primer lugar.
Que estuviera solo, siempre lo acompañaban sus hermanos.
Las pocas veces que salía de la enfermería era acompañado de sus hermanos cuando iban a la casa grande.
Raras veces lo veía en el comedor, cuando lo veía tenía algún libro en las manos.
-Busca una forma de mostrarlo. - La voz de Hazel lo sacó de su ensoñación.
-¿Solo actuar?
-Haces lo que sientes. Déjate llevar por las emociones sin miedo.- Nico comenzó a jugar con un par de huesos que había por ahí.- No hay nada que perder.-
-Mi dignidad Haz.- Respondió tratando de hacerle ver las cosas.
Podía jurar que ese "diablillo" sobre su hombro con voz de Jackson reía.
"Dignidad tu? Ahora dilo como si te lo creyeras"
Odiaba esas veces que su conciencia le bajaba más los humos.
Aunque actuar no sería tan malo.
Solo un par de palabras y un movimiento.
-No lo puedes perder Nico, Will te quiere, todo el campamento sabe que es correspondido menos ustedes.- El tono comprensivo de su hermana le hizo pensar en el asunto.
-Gracias.- Le sonrió levemente y abrazó para bajar del tejado.
Lo haría, estaba casi seguro de que lo haría.
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