Día 2 | "Envejeciendo Memorias" |
Febrero.2217
Vale, ya está encendida…
¡Y a la primera! Je.
Ahora estoy en el dilema de cómo iniciar esta bitácora…
¡Ya sé!
...Bitácora de Afar, décimo tercer día, del segundo mes, del año terrestre dos mil doscientos diecisiete…
En toda mi vida siempre quise tener un lugar donde decir “bitácora”, tal como los Capitanes de las series de televisión sobre el espacio de finales del siglo veinte.
Aunque, en tales circunstancias no es adecuado que me ponga feliz por una tontería.
Pero fue liberador, supongo.
Llevo bastantes días sin prender este aparatito del infierno.
Es difícil llevar una continuidad para algo, para dejar mi huella. ¿Mi huella? ¡Ya me estoy pareciendo a mi abuelita!
Pero hoy pude encontrar un lugar seguro. Algo bastante agradable donde pueda detenerme un rato y descansar; es verdad, sin muchas comodidades básicas, pero con una cama.
Tal vez ignoren el hecho que acabo de relatar, y lo volveré a repetir.
¡Una cama! Dios, digo, una cama es algo que en estas circunstancias no encuentras tan fácil.
Digo, Alá, por primera vez en mucho tiempo, me está dando una oportunidad de descansar. ¡De dormir cómodamente!
Llevo ya bastantes días sin dormir, y poder hacerlo sobre un colchón con sábanas semi-limpias es lo más gratificante que he hecho en años. Ya tenía muchísimo sin ver una, así que después de dormir y cuando trato de dormir, mi espalda termina sufriendo y tronando como los mil Yinn¹.
Déjenme les explico cómo encontré este lugar. Hace dos días visualicé un pequeño motel a un lado de la enorme carretera, aunque claro, fui precavido. Me he vuelto precavido por todo lo que he vivido.
He dejado de confiar en las primeras impresiones y aunque esta era demasiado hermosa —estoy demasiado impresionado, por eso le digo “hermosa” a algo “tremendamente horrible”—, me aseguré por fuera de que todo estuviese en su sitio.
Acampo afuera, visualizo y recorro todo el perímetro con cuchillo en mano. Siendo sincero hace unos escasos minutos que he acabado, y decidí que es seguro este pequeño y rústico lugar.
Al entrar, registré cada habitación y encontré algo que hace bastante tiempo no había tenido con mis manos, ¡comida! Comida de verdad, sí, enlatada, pero es comida no sintética. ¿Me expliqué? ¡Da igual! ¡Mentiría si no mencionara que abrí una pequeña lata de frijoles y me los comí completamente! Extrañaba el sabor de los frijoles.
Como sea, creo que puede ser un poco redundante decir “comida de verdad”, pero créanme que cuando les digo que la “comida sintética” es una porquería. A pesar de que puede ser creada de cualquier materia gris, es un asco, ¡además de que tarda lo que no está escrito para sintetizarse!
Cosas más, cosas menos que me encontré, entre esas cosas, fueron algunos libros, comics, revistas. También unas botas y ropa de mi talla. Y, ¡complementé mi botiquín con algunas medicinas básicas!
Ahora viene la mejor parte, sí hay más, ¡agua potable! Por fin puedo dejar la asquerosidad del Wi²(²). ¡Este lugar es mi salvación!
Estoy viendo hacia el techo, la pintura se está desquebrajando y poco a poco el yeso que lo compone está cayéndose. Las paredes descoloridas y llenas de “grafitis”, mejor dicho, de intentos de letras con una ortografía más que dolorosa, y esta cama, que observándola con detenimiento, está toda desquebrajada, tal vez ocasionado por algunos perros.
Okay, lo reconozco, quizás mi perspectiva de “glorioso” ha sido modificada por todos los años y peligros que he vivido afuera, en la senda. Pero si hubieran visto la cantidad de muerte y desesperación que se vive en la carretera, dirían que este motel de cuarta es lo equivalente a un hotel de cinco estrellas, ¡que digo estrellas, diamantes! Creo que estoy comenzando a volverme loco.
Deja me explico “Kitty”, mi concepto de infierno era otro hace tres años. En aquel entonces, un “infierno”, era tener cuatro exámenes finales, el mínimo de tiempo libre para mi trabajo de medio tiempo, quedar con mis amigos para tomar un café, cenar con mis padres y mantener mi prestigio en “Wolf Master Experience”³. ¡Extraño ese “infierno”! Ese patético y vulgar infierno. Ja, ja, ja, no puedo evitar reírme de ese horrible y lejano pasado.
Ahora todo se resume en escapar de “La Tormenta”. Esa anomalía, me causa una enorme controversia y curiosidad, ¿qué es lo que la mueve? ¿Qué es lo que ocurrió en verdad? Acabo de sacudir mi cabeza, me hace demasiado pensar en algo en el que solo llego a muchas conjeturas.
Afortunadamente, “La Tormenta”, se ha desviado a otro continente. Aquella anomalía, vista desde el espacio en las pocas imágenes satelitales que llegan a mi “Reloj-Comunicador”, parece un huracán, uno devastador.
Espero poder quedarme algunos cuantos días en este lugar, para descansar y seguir con mi recorrido.
¿Recorrido? Me rio completamente de esta farsa que acabo de decir, porque vamos, ¡carajo! Extraño muchísimo el Nuevo México de hace cuatro años; el país primer-mundista en el cual se convirtió hace más de medio siglo, la belleza que poseía por su basta biodiversidad, en esperanza económica nadie podía igualarse, solo quizás por Venezuela, aquel país tuvo un increíble despertar hace ya bastante tiempo, pero eso es otra historia. En mi México nada era imposible, fuimos bendecidos por toda clase de oportunidades; los inversionistas extranjeros no lo pensaban mucho para dejar su dinero.
Aquel hermoso y bello país libre, industrializado, pionero en cuidado del medio ambiente, y sobre todo, democrático…
¿Qué fue de aquel territorio? Te diré: ¡fue hecho mierda! Una enorme, dura y gran mierda; ahora solo queda un maldito, infértil, gris y lúgubre pedazo de tierra, en el cual los constantes cambios de clima y la ausencia del Sol ya le han empezado a cobrar factura.
El mundo ya no es como antes.
¡Por Alá! Maldigo el día en que nuestros científicos, apoyados por el gobierno mexicano y por la OENU⁴ decidieron ir a explorar los polos. ¡Maldita sea! ¡Auch! Acabo de golpearme la mano, a causa del enojo, en el piso. ¡Si tan solo hubiesen sido más prudentes con su nueva tecnología experimental!
¿Qué tan miserable tiene que ser mi vida para que me dejes tener un momento de paz, Alá? Porque hasta ahora, en tres años me golpeaste por debajo muy duramente, ya sabía yo que el periodo de paz de la Universidad tenía un precio.
Dejen me explico, antes de esto mi vida era, en lo que se puede decir, la de la típica persona de veinte años, “perfecta”.
¿Por qué digo eso?, pues fácil, porque no me iba mal en la escuela; me podía permitir mi trabajo de medio tiempo que, aun cuando el salario no fuera muy bueno, permitía comprar mis pequeños lujos; mi familia había dejado de estar en una estúpida disputa de quien tenía la razón; y lo más importante tenía a alguien que me hacía olvidar al amor de mi vida. Y aunque suene injusto lo que acabo de decir, nadie va a poder superar a ella.
Volviendo al tema, sí, digo tenía, no porque muriera a causa de “La Tormenta” —o bueno, eso quiero creer— sino porque terminamos casi tres meses antes de que todo esto comenzara; ella se llamaba Itzel. A esa morena le agradezco todo lo que hizo por mí, aunque no hizo que me olvidara de ella, de todas las experiencias malas que me dejó su partida, ella me hizo volver a querer a alguien de manera romántica.
¿Quieres saber mi historia romántica, “Kitty”? Supondré que dijiste que sí. Así que ponte cómodo, mi querido oyente del futuro.
Los días en la Facultad, eran los más tediosos de mi vida. Había encontrado un amigo en quien confiar, con quien contar. Pero seguía sin ella.
Mi vida era bastante monótona en ese sentido, era un robot diseñado para seguir mis metas, para cumplir mi promesa. Me enseñaron a nunca romper una promesa.
Pasaron los días y los cambios entre carreras ya habían finalizado, de setenta compañeros que éramos en aquella sección, quedamos cuarenta, unos se fueron, mientras que otros ingresaron.
Así Itzel entró a mi vida. La conocí en la primera clase del lunes, ya habían pasado dos semanas y me estaba costando un poco la clase de Cálculo Diferencial. Nunca fui muy listo para eso.
Llegué como siempre, temprano, saludando a cuantas caras conocidas encontraba, caras vacías sin alguien a quién llamar amigo. Mi anterior mejor amigo, Orión, se había ido a estudiar a una Universidad en Irlanda, él era fan de los vikingos.
Como sea, me desvío del tema; ella se encontraba sentada en mi puesto, jugando con su lapicero.
—¿Disculpa? —dije tocándole el hombro, ella se sobresaltó de la impresión.
—¡Jesús! —declaró con una voz suave.
—...Maria y José... —respondí sarcásticamente, ella sonrió—. Como sea, estás sentada en mi puesto —dije amablemente, mientras señalaba la banca.
—¿Y dónde lleva tu nombre? —dijo un tanto juguetona. Odiaba cuando eran así.
—La profesora Bertha los asignó al inicio del curso —respondí con el tono más tranquilo que pude encontrar. —. ¿Me darías permiso?
—¡Nah! —contestó, volviendo su vista al frente y antes de que pudiese replicar, la profesora entró.
—¡Assaf! ¡Siéntate! —dijo mi profesora, cuando me vio que seguía parado.
—No puedo.
—¿Por qué no? —preguntó la maestra algo irritada.
—Porque ella está sentada en mi asiento —dije de manera obvia, señalándola.
—¡Cierto! —comentó recordando algo —. De ahora en adelante, todos los alumnos que ya llevan dos semanas conmigo, compartirán puesto con los nuevos. Así que, Afar, siéntate al lado de… —observó a la chica que yacía en mi puesto como si intentara visualizar algún tipo de letrero neón en su frente, que le señalara cuál era su nombre.
—Itzel —terminó la morena ante su pregunta.
—Eso, siéntate al lado de ella —dijo mi profesora. Yo obedecí, rechistando su decisión.
—Es un gusto, Afar Assaf —dijo tendiéndome la mano, con una sonrisa de triunfo.
—El gusto es mío, Itzel…
—Iturriza, Itzel Iturriza —completó mi frase, mientras estrechábamos la mano. Y pude notar su sonrisa, aquella maldita sonrisa.
Esa clase pasó demasiado rápido y comprobé dos cosas. Además de poseer una sonrisa y un cuerpo pequeño, ella era muy lista e inteligente.
Al salir, prácticamente se convirtió en un chicle en mi zapato, no se me despegaba. Ella era un poco tímida, le costaba encontrar amistades y como yo bromee con ella, ella accedió a hablarme sin temor.
Los días pasaron y nos conocimos más.
Ella dio un vistazo a una parte de mi pasado y yo al suyo. Así supe que, antes de que ella comenzara la preparatoria, se quería suicidar.
Y cuando digo suicidar no es el típico discurso de querer cortarse las venas con galletas “María”, sino de cortarse las arterias con una navaja.
Nos complementamos y sin quererlo ni beberlo, nos hicimos pareja. Aunque la quería, nunca llegué a sentir amor hacia ella, no de la misma forma que a mi… a mi antigua pareja.
Duramos hasta prácticamente el final de la carrera. Esa ya no era una relación sana, era una de codependencia, ya no había sentimientos de amor, simplemente sentimientos de ser necesitado y ocupado.
Y como toda buena historia de amor, todo tiene que acabar en tragedia, por algo Shakespeare terminó así como “Romeo y Julieta”. Ella se enamoró de un jugador de futbol americano, específicamente de un “quaterback”(5).
Cortamos por las buenas, terminamos en buenos términos y a día de hoy ella me ayudó a afrontar la vida. Y yo me quedo con la satisfacción de que ella había dejado sus inseguridades de lado, superó todos sus complejos y se volvió una chica más liberal.
Se fue y me dejó solo.
Permíteme tomar un pequeño respiro, querido oyente del futuro.
Bien, ja, ja, ja, me rio por reírme, porque no encuentro otra forma de sacar esa frustración.
¡Si tan solo pudiese regresar el tiempo y tratar de amarla! Quizás ahorita no estuviese solo, sentado en un colchón de dudosa limpieza, lamentándome por la desgracia que me tocó vivir.
En esta vida ya no hay nada de lo que acabo de contar. Revivir esas viejas glorias es más que suficiente para mi cerebro. Ya no hay parejas, ya no hay amigos, lo único que hay es tu ser.
Solo te preocupas por ti, sumergiendote en un bucle infinito el “huir”, “sobrevivir”, “esconderse” y “repetir”. ¡Que patética vida me has dado Alá! Creo que dormiré un poco, la cabeza me está matando.
Creo que ha sido una buena idea haber creado esta “bitácora”, me siento un poco mejor, deprimido como siempre pero más ligero. Esto es como hablar con John, con el John que se la pasaba estudiando para sus exámenes departamentales,, respondiéndome: “sí” o “ajá” y así todo el maldito rato.
Liberador. Por lo menos siento que mi voz no se ha perdido.
Creo que ¡ahhhhhh!… ¡Diablos! El sueño ya me está venciendo, creo que es suficiente por hoy; trataré de descansar un poco, ver si puedo quedarme algunos días más en este motel y aguantar por si “La Tormenta” vuelve.
¡Cuánto quisiera encontrar a otro ser humano!… Para saber que no estoy solo, y así, tal vez, sobrevivir un día más.
¡Afar, Fuera!
Acotaciones:
(¹)Los Yinn son entes de libre voluntad, viviendo en la Tierra, en un mundo paralelo a la humanidad. Esta proviene de la palabra árabe “yanna”, que significa “esconder u ocultar”. También son considerados como “demonios”, por su inmenso poder.
(²)Actualmente la tecnología ha logrado crear un sustituto del agua potable, que crea la sensación de tener las mismas propiedades de esta; tiene un sabor horrible, parecido al excremento humano. Toda la población puede crear este sustituto; es llamado W² (Wi-Two).
(³)Juego que combina un MMO-RPG, usando la franquicia “Wolf Master” (popular juego creado en el siglo XXII, donde es una travesía para convertirte en el Maestro de toda la sociedad secreta llamada “The Wolfs”)
(⁴)Por sus siglas “Organización Espacial de las Naciones Unidas”
(5)En el Futbol Americano; los quarterbacks son los líderes del equipo ofensivo, responsables de decidir la jugada a realizar. Inician prácticamente todas las jugadas recibiendo el balón, una vez que el quarterback recibe el balón, puede correr con él, dejárselo en mano a otro jugador o intentar un pase.
¡Seguimos! Estoy tan emocionado por resubir toda esta historia, porque hay muuucho cambios que se vienen.
¿Les gustó? Traté de hacer mucho más amena la narración de Afar.
¡En una semana el día 3 será publicado!
En fin, me voy porque tengo muchaaaa tarea.
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¡Farewell!
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