Capítulo 3
Mientras todos se quedaban observando anonadados por lo que estaba sucediendo, Yesie y yo pasábamos por el lado de Ziro enfrascándonos en una pelea con sus subordinados. Yo estaba al lado derecho golpeando a un gordito con una pistola paralizante en mano. Golpeo su mano primero haciéndolo soltar el arma, cayendo directamente en mi mano izquierda, alcé la misma hasta darle un golpe fuerte y contundente en la nuca, de manera que se desplomó hacia el lado. Alcé la vista y vi a Yesie enfrascada en una pelea contra dos tipos, los cuales supe a primera vista que no tendrían oportunidad contra ella. Sin preocuparme seguí con mi próxima víctima, un tipo alto delgado con mirada aterrada en su rosto. Sí, este tipo era pan comido, no tendría que hacer mucho para derribarlo. Golpeé su rodilla con una patada directa a la misma, haciéndola sonar, cayó de rodillas gritando, pisé fuerte el suelo, di un pequeño paso hacia atrás dando una vuelta sobre mis talones golpeando su cara son mi suela, vi la sangre salir disparada de su boca hacia su compañero que se acercaba a mí, mientras él caía con los ojos en blanco.
Antes de que el tipo llegara a mí, vi a Yesie peleando con otro, sí, los dos con los que la había visto peleando antes estaban tirados en el suelo ensangrentados. No está demás decir que a Yesie le gusta ver a sus contrincantes en el suelo, pero deben tener sangre para ella estar feliz y saber que les hizo daño. Yo por mi parte después de que estén inmóviles en el suelo soy feliz, uno menos después de todo.
El grandulón llegó hasta mí tirando un golpe directo a mi cara, el cual esquivé por un pelo. Cada vez que tiraba un golpe gruñía como un animal furioso que no ha comido en días. Tiró otro golpe, me moví a su derecha, aguanté su antebrazo, puse mi pie frente al suyo y tiré fuerte haciendo que perdiera el equilibrio. Cayó de bruces contra la madera del suelo, medio cuerpo quedó guindando, él se aferró con todas sus fuerzas para no caer al agua, con el arma tranquilizante que tenía en mano le disparé en la espalda un dardo, se soltó con un grito ahogado y cayó al agua. Al parecer esos dardos hacían efecto al momento.
Recibí un pequeño tirón de cabello por lo que di un pequeño grito lleno de ira. "Mataré al idiota que se atrevió a halarme el cabello" pensé. Giré sobre mis talones de manera rápida haciendo que el idiota soltara mi cabello, llevé mi puño directo a su estómago, lo golpee con todas mis fuerzas y se dobló a coger aire. Aproveché el momento para golpear su rostro con la pistola que aún tenía en mano, rompiendo su nariz y viendo caer la sangre a chorros por la misma. Alcé nuevamente la mano con el arma y golpeé su boca rompiendo de paso algunos dientes, el idiota dio un grito de puro dolor. Estaba medio arrodillado con los ojos perdidos, di una pequeña vuelta y golpeé su pecho de lleno con mi empeine. Puedo jurar que rompí su esternón y varias costillas de paso, pero no me importó, coloqué mi pierna hacia atrás tomando impulso y le di en todo el rostro dejándolo completamente noqueado en el suelo.
Solté el arma, brinqué por encima de él estrellando mi puño directo en la cara del otro idiota que venía en mi dirección. Rompí de un solo golpe su ceja que rápidamente comenzó a sangrar cegando su ojo izquierdo. Le di varios golpees en el pecho y estómago dejándolo sin aire. Lo tomé por los hombros alzando mi rodilla con una rapidez y fuerza increíble hasta su entrepierna dejándolo en el suelo gritando de dolor. Pero tenía que dejarlo noqueado para que no se fuera a levantar, así que, levanté mi pierna y dejé que mi pie se estrellara directo en su cara dejándolo completamente inconsciente. Giré sobre mis talones esperando enfrentarme a alguien más pero Yesie ya se había encargado del resto. El único que quedaba de pie sin moverse de su lugar era Ziro. Lo habíamos dejado para lo último. Esta pelea nos había tomado menos de tres minutos, cada vez mejorábamos más en el tiempo de enfrentamiento.
- ¿Y bien Ziro? ¿Cómo quieres que te dejemos esta vez? – dije con un tono afilado, quería hacerle daño a este idiota, quería hacerlo sangrar hasta que implorara que lo dejáramos ir. Demonios, estaba realmente enojada, pura ira y furia corriendo por mis venas. Se giró sobre sus talones mirándonos con gesto agotado.
- Estoy harto de esto, creo que esta vez prefiero que se vayan sin pelear conmigo.
- Creo que eso está bien. Después de todo nosotras estamos de acuerdo en que eres demasiado guapo como para dejarte la cara deformada. – dijo Yesie con gran diversión.
Ziro nos observó con una sonrisa dibujada en todo su rostro. No voy a negar que tenía una sonrisa muy bonita, pero no era motivo alguno para tranquilizarme. Mi pecho subía y bajaba con mi respiración entrecortada por la adrenalina y furia corriendo por mi sangre. Tomé una de las armas que estaba en el suelo, apunté a su torso y sin mediar palabras le disparé tres veces. Sus ojos llenos de sorpresa no dejaban de mirarme hasta que cayó de espalda al suelo. Que le dé gracias a Dios que era una pistola con dardos tranquilizantes.
- Va a estar un buen tiempo tirado ahí. –sentenció Yesie que me miraba con expresión de preocupación.
- Sí, me imagino que así es. Andando, tenemos que irnos antes de que lleguen los refuerzos. – y sin decir nada más comenzamos a correr.
Me había percatado que alguien mas salía de uno de los bares. Al parecer eran dos hombres, no me fije bien, no les preste atención porque teníamos que escapar de ahí lo mas rápido posible.
- ¡AZLEEN! – una voz masculina que me pareció familiar gritaba mi nombre, por algún motivo incomprensible mi corazón comenzó a palpitar desesperadamente. Miré por encima de mi hombre y pude ver a un hombre con expresión de preocupación y tristeza. Se veía algo joven, con ojos muy bonitos, al observar mejor había alguien idéntico a él parado a su lado. No sé porque lo hice, pero me detuve.
- ¿Qué demonios haces Azleen? – me grito mi prima, mientras halaba mi brazo.
- ¡Esperen! – ahora quien había gritado era el otro.
- ¡Rayos Azleen mueve tu trasero debemos salir de aquí! – y sin mediar más palabras continuamos la marcha. Pero había algo que no me dejaba tranquila, esos dos hombres parecían conocernos.
Espero que esten disfrutando la historia ^^
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