Capítulo 13 - Parte 1


- Es hora de tu vigilancia bella durmiente. – escuché a lo lejos a Yesie. Me levanté lentamente y vi a Yesie observándome con gracia. Me puse de pie y me estiré haciendo tronar todos los huesos de mi cuerpo.

- Te levantaré al primer rayo de sol. Hoy llegaremos a sus instalaciones.

- ¿Estás preparada?

- Siempre querida Yesie.

Me quedé haciendo la vigilancia en lo que amanecía. Yesie se durmió en varios minutos. No podía dejar de pensar en lo que haríamos una vez que llegáramos a las instalaciones. ¿Nos estarían esperando? ¿Cómo nos tratarán una vez que nos vean? Si según lo que hemos visto y escuchado somos tan importantes para los gemelos y este país no creo que nos hagan daño. Pero debemos estar preparadas para cualquier cosa. Nunca se sabe lo que realmente quieren. ¿Qué nos dirían? Quiero pensar que todo lo que salga por sus bocas va a ser la verdad y nada más que la verdad, pero me veo obligada a no creer nada de lo que nos digan. No tenemos recuerdos, vamos a tener que dejarnos llevar por nuestros instintos, los cuales nunca fallan. ¿Pero si esta vez fallaban? No confío en mí misma estando frente a ellos. ¿Por qué? Porque cuando los vi en televisión me sentí tan aliviada de momento y sentí un profundo y fuerte cariño hacia ellos, especialmente por el de ojos grisáceos.

Mi cabeza da vueltas y vueltas pensando lo mismo una y otra vez. Estaba empezando a ponerme algo nerviosa por no saber que esperar. Por no saber qué iba a ver detrás de esas puertas una vez que las pasáramos. Miré por la ventana para cerciorarme de que todo estuviera bien a fuera y ya estaba empezando a amanecer. Me había envuelto en mis pensamientos y no me percaté de que ya estaba saliendo el sol. "Hora de irnos." pensé. Me acerqué a Yesie para despertarla.

- Yesie ya es hora. – le hablé suavemente para no sobre saltarla, ella se volteó para verme con sus ojos entrecerrados.

- Dame unos minutos en lo que voy al baño. – me dijo mientras se levantaba.

            - No hay problema, yo me voy a cambiar de ropa, haz lo mismo. – me dijo que sí moviendo                la cabeza.

En lo que ella salía del baño, me vestí completamente de negro, tal y como lo habíamos estado haciendo desde que salimos del apartamento de Margie. Me puse un pantalón negro un poco suelto para poder tener mejor movimiento, la camisa negra era ajustada al cuerpo y un chaleco de cuero negro, unas botas negras planas que me cubrían hasta las pantorrillas con unas puntas plateadas de adornos a la parte de atrás y amarré mi cabello en una coleta alta. Mi atuendo en todo su aspecto decía "soy una chica mala, provócame y morirás." Yesie tenía exactamente el mismo atuendo que el mío, habíamos quedado de acuerdo cuando la tomamos del clóset de Margie. Habíamos dicho que si en algún momento dado algo así se presentaba utilizaríamos esa ropa para dar más miedo del que ya causamos.

Yesie salió del baño y me observó por un momento. Sonrió de oreja a oreja dándome un silbido de aprobación. Definitivamente le encantaba cómo nos veíamos y no lo niego, creo que deberíamos vestir así todo el tiempo.

- No sé si se babearán cuando nos vean o si se asustarán. –dijo Yesie mientras se veía en el espejo.

- Espero que ambas, así nuestro impacto será más fuerte. – le sonríe con picardía. – Ya es hora de ponernos en marcha.

Salimos del motel a paso rápido. Yesie fue a entregar la tarjeta mientras yo me dirigía a la motora. La encendí y me acomodé en ella esperando a Yesie. Salió en menos de dos minutos y se dirigió corriendo a hacia mí. No había sucedido nada malo por su sonrisa en el rostro. Yo sé lo que pasaba con ella, está nerviosa, yo también lo estaba.

- ¿Cuánto tiempo crees que nos tardemos en llegar? – preguntó Yesie un tanto nerviosa.

- Quizás unas dos horas, si no nos detenemos.

- Tenemos que desayunar querida, porque tengo hambre. – me dijo Yesie haciendo un puchero.

- Pensé que no tenías hambre.

- ¡Estás loca! No podemos ir con el estómago vacío Azleen. Le pregunté al anciano del mostrador y me dijo que a unos veinte minutos de aquí en la dirección en la que nos dirigimos hay un sitio que podemos parar a comer.

- Excelente, por mí no hay problema. Móntate Yesie, tengo que confesar que también tengo hambre.

Yesie se montó detrás de mí agarrándose de mi cintura. Puse la moto en marcha y aceleré lo más rápido que podía ir. En unos quince minutos vimos el establecimiento del cual el anciano le había hablado a Yesie. Como era tan temprano dudo mucho que estuviera abierto. Cuando estuvimos más cerca tenía en la puerta un gran Abierto 24/7 parpadeando. Las luces adentro estaban encendidas y nos encaminamos a la entrada. Yesie abrió la puerta y sonó una pequeña campanita que colgaba arriba de la misma. El lugar estaba bastante iluminado adentro y todo estaba sumamente limpio y olía bien. Se veía bastante sofisticado para ser un lugar en medio de la nada.

Los asientos eran color crema, de esos que tienen espaldar y son suaves. La mesa del medio entre ellos era marrón oscuro y barnizado, así como la parte de más arriba del espaldar que dividía las mesas. En una esquina de la mesa estaba puesta una canastita con varias cosas dentro. Las luces del techo eran sumamente claras e iluminaban todo el lugar. La barra era del mismo color que las mesas y las sillas individuales que había eran altas con un espaldar bajo color crema. Debo admitir que el sitio es el más bonito en el que hayamos entrado en medio de la nada.



Nota: Segunda parte la subo mañana


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top