Capítulo 1


- Despierta. – le dije suavemente al oído.

- ¿Qué sucede? – me preguntó alarmada.

- Está amaneciendo y aparte de eso, los cazarrecompensas están cerca.

Nos habíamos quedado dormidas detrás de una taberna apestosa que estaba pegada a un conjunto de negocios de mala muerte. Nadie pasaba a la parte de atrás a menos que no fueran a fumar y a hablar de conspiraciones, pero nos percatamos que aquí hablaban igual dentro o fuera de los negocios.

Estos tiempos habían sido sumamente difíciles para nosotras dos. Habíamos pasado un año y varios meses corriendo de los que intentaban cazarnos y no teníamos idea del porqué. No podemos recordar nada anterior al escape del laboratorio, ni siquiera nuestras edades. Pero eso no importa ahora, estamos siendo buscadas por estos tipos y necesitamos escabullirnos nuevamente.

En el área en la que nos encontrábamos era una de mala muerte, como dirían muchos. Negocios de bebida, apuestas, peleas, toqueteo y otras cosas desagradables. Quizás había hasta venta de órganos humanos en este lugar, pero tampoco era de nuestra incumbencia.

Por lo que habíamos escuchado este era el año 2217. El mundo estaba dividido entre personas ricas, trabajadoras y los pobres que vivían como podían. Tal parece la población más grande es la de los pobres. Nosotras nos encontrábamos precisamente en uno de los barrios de los pobres. Casi todo estaba suspendido sobre el agua. Había sucedido algo muchos años atrás y había hecho que el nivel del agua subiera desmesuradamente cubriendo casi todo el Planeta. Obligando a las personas a vivir casi al nivel del agua. Recuerdo que antes de que sucediera todo esto había un país que era así, pero no puedo recordar cómo se llamaba. Al igual que no recuerdo nada más que mi nombre y el de mi prima y sí, sé que ella y yo somos primas, es lo único que ambas recordamos.

Este lugar apesta de una manera horrenda, cada vez que respiras sientes cómo se te queman los pulmones con la peste. El agua en esta área está oscura por el sucio, es asqueroso. Siempre nos recordamos la una a la otra que no se nos ocurra meter una mano en el agua. Si lo hacíamos podía caber la posibilidad de que la perdiéramos o si la sacábamos rápido nuestra piel estaría escurriéndose o quizás en huesos, nunca se sabe y no estábamos interesadas en saber qué podría pasar.

Mientras mi prima se incorporaba para observar rápidamente por la esquina y ver a donde se dirigían nuestros perseguidores, yo buscaba una ruta de escape.

Quien nos viera no pensaría que somos familia, lo único que tenemos parecido es nuestro cabello lacio y voluminoso. Sin embargo, ella es de tez blanca y yo trigueña. Misma estatura, se podría decir que unos 5'6 pies. Mi pelo llega un poco más debajo de mis hombros mientras que el de ella llega hasta un poco más debajo de la cintura. Nuestro cabello es negro, lacio, con mucho volumen; el mío más que el de ella. Yesie tenía unos ojos sumamente oscuros, los míos eran de un marrón normal. Según los hombres, a quienes a menudo teníamos que darle una paliza por faltarnos el respeto, decían que éramos hermosas, yo por mi parte creo que no tenemos nada fuera de lo normal.

Recuerdo que ambas teníamos unos cuerpos bastante fuertes, quizás por hacer mucho ejercicio, no lo sé, pero después de tanto tiempo escapando y comiendo poco habíamos adelgazado perdiendo un poco de esa musculatura. Si de algo estoy segura es que no éramos de la clase pobre, quizás de la clase trabajadora por nuestra forma de movernos entre la gente.

La gran mayoría de las veces que entrábamos a algún lugar de mala muerte a comer se nos acercaban hombres ofreciéndonos hacer cosas deshonestas y nosotras sin ninguna clase de dificultad los noqueábamos sin tener que gastar una gota de sudor. Quedamos de acuerdo en que habíamos recibido entrenamiento especial en combate porque la manera en la que nos movíamos para pelear una alrededor de la otra era como ver una coreografía perfecta una y otra vez sin fallar ni un solo paso.

Observé el lugar detenidamente y las opciones no eran muchas, seguíamos por la parte de atrás hasta guindarnos por las ventanas y la madera que sobresalía y darle la vuelta hasta quedar en la parte del frente de los negocios y pelear, caminar por donde habíamos entrado que ahora un idiota del grupo está caminando en dirección a nosotras o trepar y caminar por los techos de los negocios de mala muerte. Porque si algo era seguro, no íbamos a tirarnos a nadar en esa agua podrida que tuviera quien sabe qué cosas ahí envueltas.

- Azleen, ¿quisiera saber cuál es el plan? Después de todo tú eres la mente yo soy el combate. – Alzó las cejas de manera juguetona. Ella sabía que yo era la que siempre planificaba, pero también era mejor que ella en el combate. Quedamos en un acuerdo: yo planifico, ella pelea. A menos que no sea necesario, no fueran demasiados y no quedara otra opción, no me entrometo en sus batallas. - ¿Y bien? –Volvió a preguntar.

- Si noqueas al que se dirige hacia nosotras, todo terminarán en un abrir y cerrar de ojos aquí atrás y no queremos eso, sería demasiado incómodo pelear en esta parte. Y por lo que vi hay más hombres esta vez, no son seis como la última vez, pude contar trece idiotas cazarrecompensas.

- ¡UHHH! Están haciendo todo lo posible por atraparnos. – Podía ver en su rostro cómo disfrutaba de la situación, sus ojos brillan con diversión. – Están desesperados por atraparnos.

- ¡Dímelo a mí! –dije con ironía- Tenemos que rodear los negocios hasta quedar al frente y enfrentarlos.

- Buena idea, como siempre Azleen. No esperemos mucho y pongámonos en movimiento, te sigo.

Asentí y nos incorporamos, ya que estábamos hablando en cuclillas. Ajusté la mochila lo más que pude y noté que ella hacía lo mismo. Empezaba a creer que había sido una idea estúpida habernos quedado ahí a pasar la noche, después de todo eran los últimos negocios de la zona, de su lado derecho lo único que había era agua y más agua sucia. No había muchas opciones de escape, la única, salir por donde entramos. No debí haberle hecho caso a Yesie de quedarnos a descansar en esta área, pero estaba tan cansada que ni siquiera pensé. Ahora me arrepiento.

Comenzamos a caminar de manera silenciosa hasta que llegamos al punto que teníamos que trepar por las ventanas. Parecían rejillas de cárcel por lo que se nos hacía mucho más fácil aguantarnos de ellas y pasar con rapidez. Estiré mi brazo para tocar la primera ventana y me agarré con fuerza. Abalancé mi cuerpo hacia adelante y quedé con mis piernas dobladas sobre la pared y las dos manos aguantadas de la rejilla. Eran siete ventanas sin contar las que estaban por el lado, las cuales no podía ver. Estaba rezando por que hubiera ventanas por el lado, si no era así, tendríamos que trepar hasta el techo y rezar aún más para que no se fuera a romper con nuestro peso la madera y cayéramos dentro de uno de los negocios.

Pasé hasta la segunda ventana viendo cómo Yesie se subía a la primera sin ningún problema. "Esa es mi prima", pensé. Continuamos rápido y preciso pasando de ventana en ventana. Una vez que llegué a la esquina, me asomé para ver si había ventanas de lado y efectivamente había tres hasta llegar prácticamente al borde del camino de entrada a los negocios. "Perfecto", pensé. Volteé mi rostro y le di una sonrisa de suficiencia a Yesie, la cual ella comprendió sin tener que preguntar. Observé un poco más por encima de su cabeza y pude ver al idiota tomado la curva para quedar parado donde habíamos estado nosotras hacía segundos formulando el plan de escape. Le hice una pequeña señal a Yesie con la cabeza para que mirara. En lo que ella volteó la cabeza para mirar, yo estaba estirando mi mano para alcanzar la ventana del otro lado de la pared. Agarré una de las barreras y me abalancé por la esquina hasta quedar al otro lado.

No podía ver a Yesie desde donde estaba, pero rápidamente noté su mano buscando la ventana en la cual yo estaba enganchada. Aguanté su mano y la coloqué en la barra al lado mío y se abalanzó hasta quedar pegada a mi lado.

- ¿Te vio? – le pregunté con preocupación; vi que una sonrisa se formaba en su rostro.

- No, para nada, al parecer alguien le habló cuando casi se percata de mi presencia. –Di un suspiro de alivio, si la hubiera visto estaríamos en apuros ahora mismo.

- Bien, pues continuemos. – Hablábamos en susurros para no atraer la atención de nadie por medio de la ventana.

- Azleen, ¿no crees que es mejor quedarnos aquí en lo que se van?

- Ellos saben que estamos aquí y no tardarán mucho en buscar en el techo y observar por esa maldita esquina. Llevan tiempo detrás de nosotras y saben lo inteligente que somos.

- ¡Demonios, sí! – dijo Yesie con excitación. A esta chica realmente le gustan los enfrentamientos.

- Pues sigamos, después de todo se nota que quieres patear algunos traseros. – Le guiñé un ojo con complicidad.

Me abalancé hacia la otra ventana y luego a la otra, Yesie seguía detrás de mí pero esta vez sin quedar guindando en la misma ventana. Le hice una señal para que supiera que era hora de enfrentar lo que había en la parte de enfrente. Mientras estiraba mi pierna para que quedara en el borde del camino, Yesie ya estaba junto a mí en la ventana. Di un pequeño salto hasta quedar de pie en el camino de enfrente en menos de un segundo Yesie estaba parada detrás de mí.



Hola ^^

Próximo capítulo contiene mucha acción.

Les voy a agradecer un millón sus opiniones.  

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