Gotas 185 y 186
#185:
Despertó de aquella pesadilla y atravesó la casa en penumbras. Quería asegurarse. Dormían su esposa, sus hijas, sus nietos. Para su pesar, todo era real: seguía vivo.
#186:
-Veo, veo.
-¿Qué ves?
-Una cosa.
-¿De qué color?
-Azul.
Busco.
-Me doy por vencida.
-Mamá, el abrigo de ese niño.
Señala detrás mío. Me giro. Efectivamente no hay nadie.
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