Capítulo único

Le costaba respirar. Su cuerpo se sentía liviano, flotante, desesperado por el aire, pero sin fuerza para moverse. Sus párpados se cerraron lentamente, intentó y luchó por abrir los ojos. Burbujas a su alrededor le indicaban que su visión estaba fallando y que había perdido todo el aire que tenía, sustituyéndose por agua. La sensación de asfixia y ahogo fue más acentuada. Su cuerpo se volvió pesado y sus ojos se cerraron definitivamente.

Despertó.

Asumiendo que había sido un mal sueño, pero no estaba en su cama. Miró a su alrededor confundido, entrecerró los ojos con extrañeza, sus cejas se encarnaron, su cuerpo húmedo sucumbía ante los escalofríos de la brisa nocturna. Sus ojos estaban entumecidos, parpadeó, y unas luces a lo lejos, antorchas, se acercaban a él.

- ¡Craig!- estaba desorientado, tanto que no reconocía ni las voces, ni los rostros de absolutamente.

Su cuerpo volvió a sentirse pesado, y cuando llegaron hasta él, sintió que volvió a perder todas las fuerzas, y el impacto contra la arena fue inminente.

No recordaba lo que había pasado, no recordaba qué había estado haciendo, no recordaba dónde estaba, no recordaba absolutamente nada más que su nombre, su apellido, su hogar, su título y... Tal vez... La gélida sensación de la muerte tomando su mano para llevarlo al más allá. Aquello jamás se le saldría de la cabeza.

Cuando volvió a abrir los ojos se encontraba en el reino, sus ojos se abrieron lentamente. El barco en el que había emprendido un viaje fue presa de una terrible tormenta espontánea que nadie podría haber predicho, pues los vientos huracanados empezaron de repente y no había ninguna evidencia de tormenta en ningún lado, se había generado por arte de magia, parecía ser una tormenta salida de la nada... A su lado se encontraba uno de los miembros del palacio, poniendo un trapo en su frente, aquella acción le hizo temblar y estremecerse por lo gélido que el trapo se sentía, todavía estaba destemplado y desorientado... Abrió los ojos nuevamente, arrugando su expresión.

- Craig... ¿Te encuentras bien?

- ¿Qué ha pasado?

- El barco naufragó con una tormenta que se generó de la nada...- explicó la persona en frente de él.

Era capaz de reconocer su voz, pero no podía enfocar adecuadamente. Se rindió y se quedó con los ojos cerrados, suspiró pesadamente y emitió un quejido en bajo.

- ¿Por qué me duele tanto el cuerpo?

- Estuviste a punto de ahogarte... Fue gracias a los Dioses que sigues con vida...

- Los Dioses no existen, Stan...

Un sonido irónico se escapó de los labios del azabache, que estaba sentado en el borde de la cama. Giró la cabeza hacia la puerta cuando las bisagras crujieron y un chirrido alertó que alguien había entrado. Craig notó como se levantó rápidamente del borde del colchón, el cambio de gravedad había sido perceptible, pero no lo suficiente para hacerle abrir los ojos.

- Buenos días, su majestad...- hizo una reverencia.

- Buenos días, Stanley...- susurró una voz gentil que hizo estremecer al moreno, e inmediatamente abrió los ojos, parpadeó con incredulidad.- ¿Te sientes bien, Craig?

- Define bien...- pidió con un tono rancio mientras abría los ojos una vez más.

Sus ojos lograron enfocar, aunque le escocían un poco. Su cuerpo seguía entumecido, si hubiera podido, se hubiera inclinado también, aunque seguramente ella se lo impediría por sus posibles heridas y contusiones que podría tener y que podrían agravarse si se movía. Aquella gentil voz dibujó una sonrisa en sus labios y giró los ojos hacia el azabache de ojos marinos.

- Stanley, ¿Nos permites un momento? Yo me encargo de él...

El azabache asintió con la cabeza, un asentimiento rápido y se giró hacia la puerta. Murmuró que disfrutasen de su conversación y salió de la habitación cerrando detrás de él.

- Se supone que no puedes venir a ver a los sirvientes con esa ropa, Kenny.- le reprochó con un tono maternal.- ¿Eres idiota o qué te pasa?

No respondió aquella pregunta, la trató como si fuera una pregunta retórica y se sentó en el borde de la cama, palpando una de sus mejillas que tenía un par de rasguños al caer de la cubierta por culpa del oleaje, suspiró pesadamente.

- Salí del agua y fue lo primero que agarré del armario para venir a verte...- Craig dejó caer la cabeza un poco más hacia atrás, apretó la cabeza y cerró los ojos momentáneamente.- Sabes perfectamente lo mucho que me cuesta salir del agua sin ayuda, no quería alejarme de ti...- Craig bufó pesadamente.- Craig...- susurró en bajo.

- ¿Te vieron...?

- No, bobo...- sonrió y se acurrucó contra él, recostándose de costado en el colchón y apoyando la cabeza en su hombro, Craig inmediatamente pasó el brazo por debajo mientras la otra se acomodaba para acariciar sus cabellos con gentileza.- Entré en pánico cuando la tormenta se formó de la nada... Salté al océano quitándome la ropa sin pensarlo...

- ¿Nadie del servicio te ha visto desnudo?

- No...- se rio entre dientes.- Eres un poco celoso para ser solo parte del servicio...- alzó la cabeza.

- En realidad me preocupa más que te vean transformado que no desnudo, pero sí, un poco celoso sí estoy, lo admito...- el rubio oro volvió a acurrucarse en su hombro.- Soy tu amante, tengo mis derechos como amante.

- Un lindo amante, por cierto.- Craig sonrió y besó la frente del rubio oro.- Entiendo los celos... Nadie puede resistirse a alguien tan sexy como yo...

- Kenny...- se quejó el moreno.

- Perdón...- ronroneó contra su pecho.- Me lo tengo muy creído por ser una hermosa princesa en un reino humano... Todavía me rio al pensar que me hicieron princesa de este lugar porque creyeron que era la mujer más hermosa del mundo...

- En lo personal me pareces realmente hermosa...

- ¿Me ves como hombre o como mujer?

- Va cambiando, la verdad...- respondió viendo como el rubio oro se sentaba de nuevo en el colchón.- A veces eres una hermosa mujer con el carisma suficiente para gobernar este mundo tú sola... Y otras eres la criatura marina más hermosa del mundo...- Kenneth sonrió enternecido mientras palpaba el trapo en su frente, alejando su mano de inmediato y apoyándola en la tela de la cama para secar sus manos.

- No puedo cambiarte el trapo sin mojarme...

- Stan no entrará en la habitación y dudo mucho que alguien más venga... Además...- acercó una de sus manos para agarrar la suya.- Adoro cuando te transformas y te abrazo contra mi pecho...

Kenneth sonrió y contoneó un poco la cabeza y la cintura, casi como si intentara que la tentación no fuera más fuerte que su voluntad, pero se dejó llevar y se inclinó sobre el cuerpo del moreno para besar sus labios. Craig sonrió y deslizó un par de mechones detrás de su oreja.

- Preciosa...- susurró en bajo.

- Awww...- emitió con ternura.- Voy a cambiarte el trapo, sigues ardiendo.

- Eso se puede sacar de contexto.

- No lo saques, entonces...- el rubio oro agarró el trapo y lo dejó caer dentro del agua, después de eso, se acomodó sobre la cama después de quitarse los zapatos.- ¿Quieres ver a tu linda sirena con un vestido?

- Cuando te transformas me gustas más cuando te comportas más dominante...- Kenneth rodó los ojos.- Pero lo acepto gratamente, combina las dos cosas que más amo de este mundo...

- Te amo...- susurró en bajo y metió sus manos dentro del agua.

Inmediatamente su cuerpo cambió y mientras exprimía el trapo volvía a colocarlo sobre la frente del moreno, las pequeñas gotas de agua que cayeron sobre su cuerpo causaron que una enorme cola de tonos anaranjados de al menos dos metros fusionara sus piernas y quedara parcialmente cubierto por el vestido, su piel se llenó de bellas escamas color naranja. Craig aprovechó inmediatamente para rodear el cuerpo del rubio y acapararlo entre sus brazos en un asfixiante abrazo en el que Kenny terminó casi prensado contra su pecho, y lo agradeció, personalmente. Movió la cola hacia un lado y rodó hasta quedar tumbado con el cuerpo estirado y la mitad inferior de la cola colgando por el borde.

- Te amo...- el moreno acariciando su piel con ternura y gentileza.

Kenny ronroneó contra su pecho.

Estuvieron así por lo que parecieron horas, tanto que el rubio volvió a la normalidad sin que ni fumo de los dos lo notará, ambos se habían quedado únicamente abrazados y acurrucados el uno en el otro.

- ¿Te bajó la fiebre?- susurró mientras alzaba la cabeza y acercaba su mano a la frente del azabache, el paño estaba seco, y su temperatura había bajado.

Kenny sonrió con alivio y volvió a sentarse en el borde de la cama.

- Gracias por estar aquí...

- De nada...- acarició su mejilla con gentileza.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Trabajaba para el reino como un gran investigador y conquistador de tierras, lo cual era irónico siendo él de un origen colonizado. Craig simplemente disfrutaba de los pequeños placeres como lo eran el mar, las olas, la pesca y la belleza de ver a la criatura más hermosa del mundo nadando al lado del barco y saltando en el agua cómo si de un delfín se tratara... Y no había cosa que disfrutara más que estar apoyado en la suave madera del barco y que aquella belleza se subiera al borde... o cantase bellas canciones, soltando leves ronroneos entre las sílabas y los versos... Deseaba tanto besar sus labios cuando aquellos ronroneos empezaban a sonar.

Deseaba tanto deslizar sus dedos con cariño entre sus cabellos brillantes como el oro o acariciar su perlada piel, tan suave como el terciopelo, o besar sus labios cálidos y delgados hasta dejarlos sin ese sabor tan característico... Kenneth tenía una esencia enternecedora, una forma de vida espectacular, un carisma despampanante y, sobre todo, lo tenía atrapado en sus redes...

Cuando no estaba trabajando en el mar, Craig siempre merodeaba el palacio prestando servicio de aseo, culinario o incluso servicial, literalmente... Muchas veces había servido como fiel esclavo al monarca, otras había servido como ladrón, otras como mensajero... pero en su mayoría siempre como pescador...

Sea como fuere, el hecho de mirar a la princesa a los ojos era un pecado detestable para todos los seres tanto dentro como fuera del palacio. Pero Craig tenía los deseos y servicios de la bella princesa a sus pies, de hecho, ambos estaban al servicio pleno y romántico del otro. Craig era el fiel servidor... Kenny era la musa inspiradora que cualquier artista desearía retratar...

Cuando tenía pequeños momentos libres, Craig iba al mar... Solía relajarse sobre un bote de madera en el que se tumbaba en la base al llegar a alta mar, dejando los remos en el interior y se dejaba llevar por la marea... Kenny disfrutaba también de poder irse al mar cuando podía permitírselo, cuando el palacio era silencioso y no había nadie que pudiera impedirle salir silenciosamente del reino. Llegaba al puerto del palacio y aspiraba el bello olor a mar, la sal, la fantasía más pura y absoluta. Saltaba al mar y su cuerpo se fundía en una masa de agua azulada, se transformó en un bello tritón y recorrió aquellas corrientes tan tranquilas. Merodeaba el bote de Craig y deslizaba sus brazos o cabeza en el interior para besar los labios del moreno, quién dormitaba perdido por la marea, por el bello sonido, aquel suave movimiento de mecedora que hacía el mar al golpear el barco...

Craig sonreía entreabriendo los ojos y ambos tenían su momento juntos, a solas y ajenos a los ojos de cualquier curioso que saliera de su puesto de trabajo cuando no debía...

Hasta que anochecía...

- Están ordenadas, es un ciclo estelar... Si te fijas, las constelaciones no siempre están en el mismo sitio del cielo, pero siempre tienen el mismo ciclo y recorren la misma ruta aunque nuestra percepción vea las estrellas más arriba o más abajo...

- Algunas estrellas brillan de colores... ¿Eso es una ilusión óptica?

- No. Es posible... Las estrellas de colores nos indican la belleza del espacio, otros lugares fantásticos a los viajar...

- ¿Insinúas que hay otras Tierras de otros colores más allá del cielo?

- Esa es mi teoría...- respondió apoyado en el borde del bote, giró los ojos hacia el tritón y sonrió.- No sé cómo sea posible o si tan solo podemos llegar a ellas... No tengo explicación, pero eso es lo que creo...

- Creo que...- hizo un sonido pensativo.- Más allá del cielo, creo que es como estar debajo del agua... Flotas y te mueves en un ambiente distinto... y cuando llegas a esa tierra, creo que es como cuando estás en tierra firme... tus pies están pegados al suelo... Pero estás de cabeza, creo...

- ¿Por qué irías a estar de cabeza?

- Si pudiéramos llegar al mar más allá del cielo, y llegásemos a esas luces de colores, el suelo nos atraería y estaríamos bajo abajo...

- Yo creo que sería de igual forma que en esta Tierra...- se encogió de hombros.- Pero ni hay forma en qué podamos saberlo... Solo soñarlo...

- Si yo soñase con que puedo alcanzar el mar más allá del cielo, sería tomando tu mano...

- Yo igual...

Ambos se quedaron mirando y se apoyaron el uno en el otro mientras se acostaban en el bote. Kenny apoyando la cabeza en la de Craig, y Craig apoyado en el hombro del rubio.

- ¿Nos quedamos a dormir aquí?

- Me gustaría mucho eso, Craig...- susurró el rubio.

- Pues aquí nos quedamos... No importa si mañana se preocupa medio palacio por su ausencia...

Ambos se rieron un poco de forma cómplice y suspiraron.

- Volvemos al amanecer.- se encogió de hombros el rubio y bostezó cerrando los ojos.

- De acuerdo, Ken...

Craig también cerró los ojos.

Cuando volvió a abrir los ojos estaba en la orilla, las gaviotas sonaban y una de ellas estaba sobre la madera, mirándolo fijamente mientras emitía sonoros graznidos que parecían risas. Craig bostezó y giró la cabeza hacia el rubio... las olas del mar golpeaban el exterior del bote y algunas gotas salpicaban el interior, fue por eso que la piel de Kenny estaba llena de escamas. El azabache se enderezó y observó detenidamente su alrededor... estaban en la orilla, habían sido empujados por el oleaje, el barco estaba a varios metros, el sol acababa de emerger entre el horizonte.

- Kenny...- ronroneó contra sus cabellos.

Kenny emitió un sonido somnoliento. Apartó la cabeza y el cuerpo hacia otro lado.

- Ya ha amanecido...

- Me da igual...- susurró.

- Tienes que volver al palacio...

- No quiero~

Craig rodó los ojos y salió del bote. Cargó el cuerpo del rubio oro contra su pecho y caminó por la arena de la playa, dejando el bote atrás, seguramente alguien lo encontraría y lo llevaría al puerto. En aquellos momentos la prioridad del azabache era llevar al rubio oro hasta el enorme palacio.

- ¿Estás cómodo?

- Mucho...- ronroneó sonriente mientras abría sus ojos lentamente.- Te amo.

Se frotó contra su pecho como si fuera un felino o similar.

- Yo también te amo.- susurró el azabache.

Al llegar al palacio, el rubio oro fue dejado en el suelo delicadamente y este se despidió de Craig con varios besos en sus labios.

- Nos vemos...

- Nos vemos...- respondió y frotó suavemente su nariz con la del azabache.

Se sonrieron mutuamente y cada uno se fue por su lado...

La jornada laboral de Craig empezó siendo mandando s limpiar cristales, todos los cristales del palacio. Craig solo pudo armarse de valor, paciencia y desear no ser el único que limpiara los cristales y no tener que ser él quien limpiarse los cristales por delante y por detrás... Ósea, por dentro y por fuera del palacio con todo lo que aquella implicaba... Parte del palacio se situaba en un acantilado, y no era agradable tener que asomarse tanto para limpiar los enormes cristales cuyas bisagras no se abrían hacia dentro sino hacia fuera... Craig no sabía quién había sido el estúpido que diseñó aquello, pero debería haberse caído precisamente de aquella ventana.

No estaba siendo un cínico, solo no quería arriesgar su vida tontamente.

- Craig, necesito que cuando termines me. . .

- Stan, no. Tengo que limpiar todos los cristales del palacio por dentro y por fuera, no voy a poder.

Stanley hizo un puchero.

- Tweek está causando problemas otra vez.

- Eso no es asunto mío.- respondió con indiferencia sin llegar a vacilar lo más mínimo.

- Erais amantes.

- Ya no.- rugió.- Y no quiero que menciones eso otra vez.

- De acuerdo...- alzó las manos a los lados de la cabeza y rodó los ojos, Craig a veces podía ser demasiado violento.- Eres capaz de morderme.

- Sí.- confirmó sonriendo de lado y después rodó los ojos.- Tengo trabajo, lo siento. Llama a Butters, tal vez pueda.

- Butters es el paladín de la princesa, no puede separarse un solo centímetro de ella.

Craig volvió a rodar los ojos, sobre todo porque la princesa literalmente había pasado toda la noche fuera del palacio acurrucada en su pecho.

- La princesa está durmiendo, dudo que tenga que estar en la puerta aguardando desde el amanecer.

- Esa es su obligación como paladín...

- Pues hazlo tú, ¿Qué otra solución quieres que te dé?

- Yo no puedo con Tweek cuando está en el modo destructor de mundos por tomar tanto café.

Craig se quedó mirando a Stanley y rodó los ojos. Le extendió el cubo lleno de agua y la esponja. El azabache lo miró extrañado.

- Si quieres que vaya a calmar a Tweek, vas a tener que limpiar tú TODAS las ventanas del palacio por dentro y por fuera, incluida las ventanas de la biblioteca, la misma que está en el precipicio y si te asomas te despeñas...- cuando Stan tuvo el cubo de agua y la esponja en sus manos, se quedó mirando a Craig con cara de póker porque este le diera un par de palmadas en el hombro.- Buena suerte.

Se retiró.

- ¡Espera! ¡Cambié de opinión!

- ¡Tarde!- exclamó Craig.

Stanley maldijo en tantos idiomas como podía y sabía.

Craig recorrió los pasillos infinitos e inacabables y llegó hasta la cocina. Los gritos histéricos de Tweek se escuchaban desde el pasillo antes de girar hacia la entrada de la cocina. Craig inspiró profundamente y se armó de valor. Entró en la cocina, agarró una sartén rudimentaria de cobre de las que estaban lavadas y se acercó al rubio directamente.

- ¡O te calmas o te azoto!

- ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHH!

Tweek salió corriendo de la cocina después de aquella amenaza de muerte del azabache, incluso había puesto su peor cara de asesino serial, incluso había emitido un aura vengativa y asesina, o tal vez eso fue parte de su imaginación. Todos los que estaban allí se quedaron mirando al azabache con cierto sarcasmo, casi incluso con algo de crítica en sus ojos.

- ¿Tú eres imbécil?- preguntó Clyde.

- Al menos lo he calmado.

- ¡Está gritando creyendo que lo van a matar!- exclamó Scott Malkinson.- ¿¡A eso llamas calmar!?

Craig señaló la puerta por la que el rubio estridente había salido gritando. Este estaba de vuelta, sin gritar, tranquilo y con las manos en los bolsillos.

- Te odio, Craig.- susurró el rubio.

- De nada...- el azabache le entregó la sartén en mano de forma delicada.- Me piro, tengo trabajo que hacer.

Clyde y Scott se quedaron mirando tanto a Tweek como a Craig con la misma cara de incredulidad.

- ¿Cómo?- preguntó Clyde.

- Craig nunca me golpearía, pero cuando estoy en pánico, dice que va a golpearme o hacerme daño y eso me ayuda a calmarme porque me doy cuenta de que igual que Craig jamás me haría daño, nada a mi alrededor me está haciendo daño realmente.

Clyde y Scott seguían en shock.

Craig salió de la cocina con un suspiro después de ver las caras de pasmados que ambos tenían y rodó los ojos.

En cierta parte sí tenía razón. Craig jamás le haría daño a Tweek después de la desafortunada ruptura amorosa dado a conflictos morales en los que no quería meterse. Craig no volvería jamás con Tweek, terminaron de buenas formas y seguían siendo amigos, pero nada más que eso. Craig había rehecho su vida, Tweek igual.

Craig tenía a un bello tritón por amante y a la hermosa princesa del reino cómo Diosa.

Y no le cambiaría por nada.

Encontró s Stanley limpiando los cristales muy esmerado, y se vio sorprendido al verlo regresar tan rápido de la cocina.

- ¿Contento? Tweek está calmado.

- ¿Cómo?

- No te importa. Déjame trabajar...

Stanley rodó los ojos.

- Hoy estás muy crispado.

- Soy como un gato. Lárgate o te araño.

Stanley se lo quedó mirando fijamente, rodó los ojos y giró sobre sus talones para esfumarse pocos segundos después por el pasillo.

Craig sabía perfectamente que Kenny estaría durmiendo a aquellas horas del día, por ello estaba tranquilo mientras limpiaba los cristales. Labor que terminó casi a las tres de la tarde, en ese momento, el potente sol golpeaba los cristales y le daba jaquecas. Craig se había ido a comer de forma tardía, no sabía si incluso le permitirían comer por haber tardado tanto en terminar el trabajo... Por suerte sí. Porque había conseguido calmar a Tweek y este le compensó (junto con el resto de gente de la cocina) en què pudiera comer a destiempo sin tener un castigo por ello.

No tenía trabajo que hacer por la tarde, así que pudo irse a descansar un poco, lo que no esperaba era que una figura andrógina vestida con harapos entrase en la sección de trabajadores con la cabeza cubierta.

- Craig...- ronroneó.

El azabache abrió los ojos lentamente, sin saber si había sido un sueño, una alucinación o era algo real. Y sí lo era.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿No puedo venir a verte?

- Lo que sí podrías dejar de hacer es salir de tu zona privilegiada para acercarte vestido con harapos a la zona de empleados y servicio del palacio. Cualquier día alguien te va a reconocer o ver y te vas a meter en un buen lío.

Kenny hizo un puchero enternecedor con el labio y después besó los labios del azabache.

- Te quiero.

- No vas a convencerme.

Kenny se rió entre dientes y frotó su nariz contra la del azabache, este sonrió un poco ante ese tacto y pasó sus brazos alrededor del cuerpo del rubio y lo pegó contra su pecho.

- No puedes resistirte a eso...- susurró contra su oído.

- No puedo resistirme a ti, pero me hago el fuerte.

Kenny se rió entre dientes.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Fue una noche verdaderamente larga aquella que ambos compartieron los aposentos reales con la tan poca vergüenza y pudor de colarse en la habitación en medio de una fiesta de altos cargos en la que la princesa iba a ser tomada por uno de los príncipes de otros reinos y perdidos por la calentura de un par de copas de champagne que habían sido ingeridas por la princesa para escaparse de la podredumbre de ambiente en la que se encontraba atrapada sin realmente quererlo estar.

Craig por suerte la salvó de aquel terrible ambiente y, aunque en un primer momento la había acompañado para quedarse a su lado hasta que ella se durmiera... La calentura que tenía la chica encima por el alcohol corriendo por sus venas era más fuerte.

- Si no estás cuerda no voy a hacer esto, linda...

- ¿Soy linda?

- Muy linda.

- Awww~

Craig rodó los ojos y la arropó en la cama, después se sentó a su lado.

- Te daré tantos besos como quieras, pero no voy a tocarte inapropiadamente...

Kenny hizo un puchero, intentó usar la misma técnica de siempre para convencerlo y aunque ella pudiera tener la cordura perfecta para poder recordar que eso lo convencía, eso no lo iba a tener dispuesto a disfrutar de su cuerpo solo por el placer de hacerlo. Porque ella tal vez no recordaría nada al día siguiente y no quería que ella se arrepintiera de algo...

O incluso él...

- Duerme conmigo...- pidió con un tono infantil.

Craig tomó aire y suspiró, y finalmente se acabó acostando a su lado, ella sonrió ampliamente y besó sus mejillas, después se acurrucó contra su pecho, en un primer momento el azabache se estremeció por lo directa que era con sus acciones, pero después se dejaba hacer, en cierta parte era enternecedor que se acurrucara como un felino contra él.

- Buenas noches, preciosa...

- Buenas noches...

Antes del amanecer el azabache ya estaba despierto, miraba por la ventana con un porte elegante y tranquilizante, giró lentamente los ojos hacia el rubio y sonrió un poco deslizando un par de mechones detrás de su oreja y besó su pómulo. Aquello provocó que Kenny abriera sus ojos lentamente y que agarrase una de sus manos para que no se fuera.

- Tengo que irme antes de que tu paladín se despierte...- Kenny hizo un puchero y rodó los ojos.

Se enderezó y se cruzó de piernas, sujetó los pómulos del moreno y besó sus labios de forma gentil, como un beso de buenos días para poder aguantar todo el día sin él.

- Te amo...

- Igual yo...

- Hoy iré al océano si no tengo mucho trabajo...- Kenny asintió frenéticamente con la cabeza.

- Ojalá que no...- ronroneó y besó sus labios una vez más.

Craig sonrió.

- ¿Estás con ganas de cariño hoy?- preguntó ladeando la cabeza hacia un lado. Kenny asintió con la cabeza.- Entonces esta tarde toca nadar juntos y abrazados en el océano...

- Por favor...- pidió con gentileza.

Lamentablemente aquel humilde y sano deseo no iba a poder cumplirse. El hecho de que el paladín lo viera salir de los aposentos de la princesa aunque Craig hubiera sido silencioso y precavido, provocó varias cosas... Por un lado, la princesa fue interrogada indirectamente, por otro lado, Craig fue tomado de preso sin darle explicaciones, por otro lado distinto, el monarca acusó a la princesa de adulterio, y finalmente, Craig fue acusado de profanar a la princesa para prevalecer el título y el orgullo de la realeza y la dignidad de la joven princesa.

Todo aquello provocó reacciones diversas. El campesinado y las urbes ajenas al palacio rechazaron a la princesa, las urbes cercanas del rey y los sectores más privilegiados se pusieron de lado de la princesa y rechazaron al impío trabajador que había hecho el descaro atrevimiento de acercarse a la princesa cuando este no tenía ni siquiera el derecho de mirarla a la cara. La propia princesa rechazaba todas las opiniones, que estuvieran a favor o en su contra, y defendió a Craig por encima de todo, ignorando por completo todo lo que pudieran hacerle a ella, incluso expulsarla del palacio o del reino, al no ser legítima y solo haber sido recogida por su despampanante belleza...

Mientras todo aquello sucedía, Craig estaba en las cárceles reales encerrado, cruzado de brazos sobre sus piernas en posición fetal, no lloraba, solo estaba demacrado sentimentalmente por no haber sido suficientemente precavido para que el paladín de la princesa no lo viera. Miraba la luz de la luna entrar por los barrotes de la ventana y deseaba tanto estar en el océano y poder ver a su amago tritón nadar dando vueltas a su alrededor y poder llenar su rostro de gentiles besos y caricias en su cabello...

Aquella noche apenas fue capaz de decir, y en la madrugada, la puerta empezó a crujir, los barrotes cedieron, él alzó la cabeza de inmediato, viendo a Kenny con harapos por prendas y abriendo la celda.

- ¿Kenny. . .?

- Vámonos. Rápido.- Craig no vaciló, simplemente asintió y se levantó de un salto tomando su mano.

- ¿A dónde?

- Donde sea, pero vámonos lejos... Juntos...

Craig sonrió y sujetó su mano con más fuerza todavía, se dejó guiar hasta donde este quisiera llevarlo, se dejó llevar hasta el fin del mundo sí incluso Kenny lo deseara, porque siempre que estuviera a su lado poco le importaría.

Ambos robaron un bote y comida... Y zarparon en aquel velero por donde las olas los llevasen, alejándose de la orilla lo suficiente y perdiéndose guiados por la línea de costa hasta el lugar más seguro y escondido que encontrasen, allí podrían vivir los dos juntos... Craig manejaba mientras el rubio lo guiaba a través del mar, saltando como un delfín por delante del casco y perdiéndose entre las olas y el horizonte, lejos del alcance de cualquiera que no supiera entender y aceptar su amor...

FIN

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HOLAAAAAAAAA

Voy a confesar algo, no sabía qué carajo estaba haciendo cuando hacía la portada. No sabía que carajo estaba haciendo cuando escribía esto, y tampoco sabía qué carajo estaba pasando por mi mente a partir de las 2000 palabras.

LO SIENTO, por no haber llegado a las palabras que había dicho que llegaría, me faltaron 1000...

Pero es que, en serio, no había forma humana de poder alargar este agónico fanfic que NO SABÍA como seguir, y que tuve que publicarlo así, porque en serio, NO SABÍA cómo seguir, lo juro... Nunca me había costado alargar tanto una historia...

Digamos que todo lo que se me ocurría era tóxico o angst, y no quería que hubiera absolutamente nada de eso en esta historia... Ha sido un reto personal... Bueno, más bien un reto personal y una apuesta con mi bestie de que no sería capaz de escribir un fanfic crenny fluff sin toxicidad.

y bueno, aquí estoy, teniendo que darle parte de razón porque la parte final ha sido un poco más sad, pero al menos termina bien QwQ

Ahora que por fin he terminado esta historia, me gustaría decir que a partir de ahora hasta que el fanfic no esté completamente a PUNTO DE SER TERMINADO, o tenga una idea TOTALMENTE CLARA de lo que voy a escribir, no voy a avisar nada, ¿Por qué? Porque con este fanfic siento que he levantado demasiado las expectativas, o al menos esa es la impresión que me ha dado al escribir tantos anuncios en referencia a esto...

No quieran imaginar lo mucho que me ha costado escribir estas 5000 palabras... Y literalmente para el siguiente fanfic (del cual no voy a hablar porque no hay nada confirmado) en menos de una tarde escribí LITERALMENTE 1500 palabras por la racha de inspiración que me había dado tan grande, y, de hecho, estuve a punto de rendirme y decirle a mi bestie que no era capaz y que abandonaba ESTE proyecto, porque estaba en un punto en el que ya no sabía que más poner...

Por suerte, o por desgracia, todas las escenas eliminadas de este fanfic (y que me ha dolido mucho quitar) hubieran hecho que el fanfic fuera tal vez más ... provocativo... pero no hubiera cumplido con la apuesta XD

No sé cuánto tardaré en escribir el siguiente fanfic, no prometo nada... No quiero poner un nivel de expectativas, solo voy a confesar algo para calmar un poco las ansias de incertudumbre, me estoy basando en la serie de Netflix de Castlevania, aunque no tengo Netflix y todo lo que he visto de la serie ha sido gracias a YouTube: la temporada 1 está filtrada ahí, y la temporada 2, 3 y 4 las he visto en base a resúmenes... Así que técnicamente no he visto la serie como tal... Así que me voy a basar en la idea general que he podido adquirir gracias a los resúmenes de tanto la serie como la inacabable saga de juegos que me he visto, o la propia temporada 1 que sí he podido ver por mi cuenta...

Aquí las opiniones de la historia ------------>

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en la próxima historia

Bye~

By Silvia Line

[5420 Palabras]

P.D.: Entre ayer y hoy me volví a leer una historia que tenía guardada en el archivo de historias, que es donde guardo las historias que me gustan, pero que no me volvería a leer... Pero sorprendentemente mientas hacía limpieza, me antojé con ese fanfic y lo volví a leer... Me di cuenta de que la persona que lo escribió había actualizado varias partes más que yo no había leído y que al verlo en mi lista de lectura, la volví a archivar sin leerlas... Y la estuve releyendo... Y me di cuenta de que a día de hoy aún sigue actualizando y ahora le tengo ganas a las nuevas partes XDDD

P.D.2.: Estoy diciendo esto como dato / anécdota personal en realidad, porque no quería usar un anuncio para decir esto XDDDD

P.D.3.: Si alguien tiene curiosidad por el fanfic, hubo una época en la que veía los vídeos de los "compas", no sé si alguien aquí los conoce, son un grupo de youtubers, como lo son WillyRex, Vegetta, Alexby, Rubius, etc. Pero más enfocado hasta otro tipo de público... Y bueno, durante un tiempo estuve viendo ambos grupos de youtubers que jugaban al minecraft, y bueno, este fanfic va de eso uwu, los youtubers son Mikecrack, ElTrollino, RiusPlay, TimbaPlay (creo), RaptorGames (creo/? x2) y otros más... Y bueno, en esa historia se mezcla tanto los youtubers de Karmaland, como los Compas... Si alguien tiene curiosidad la historia se llama "Criaturas mágicas", de Nakun_Dakun. Esta bonita la historia, lo admito uwu

(Recomendación gratuita de fanfics/? XD)

P.d. para la persona que escribió el fanfic que acabo de recomendar: Si no querías que se hiciera spam o recomendación sobre tu obra, avísame, y quitaré las Postdatas. No hay problema por mi parte.

[5544 Palabras]

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