VII
Lo que menos querían era volver a cometer el error que cometió uno anteriormente, estaban allí aprendiendo de sus errores y desde luego aquella vez lograrían escapar.
Lamentablemente... El escape tuvo que retrasarse.
La madre empezó a sospechar de ellos cuando los juegos eran mucho de escapar de alguien, muchas veces jugaban a las escondidas, muchas veces jugaban a perseguirse, y aquello podría llegar a significar algo. No hubiera sospechado de nada si Eric no estuviera involucrado tan abiertamente, él siempre había odiado a los niños, por lo tanto, era totalmente absurdo que él estuviera tan involucrado con los niños y con los más jóvenes si siempre estaba pegado a Kyle a un nivel que resultaba sospechoso. Más aún cuando después se reunían en la biblioteca con el moreno y hablaban entre susurros. Los menores siempre decían que se reunían para crear nuevos juegos para todos, pero no llegaba a creerse del todo que el moreno realmente estuviera allí reunido con ellos para crear nuevos "juegos", creía más en la opción de que estuviera contándoles cosas que había visto y que sabía. No podía fiarse de los cinco chicos, tal vez sí de los azabaches, eran los más disimulados y adorables, y ellos dos sí estaban siempre con los niños más jóvenes, o relacionándose con el resto, por ello, tenía que tener bajo sospecha a los cuatro de saber qué estaba pasando en el mundo realmente.
Llegó una nueva madre para poder vigilarlos mejor a todos. Una nueva madre que era más entrometida que la anterior, por lo tanto las reuniones de la biblioteca quedaron reducidas a meros planes para idear nuevos juegos, como todos realmente creían. Idear nuevos juegos encubiertos con un código, aquellos juegos tenían un doble significado, obviamente, nadie entendería de qué estaban hablando, solo asumirían que estaban planeando un nuevo juego, pero en verdad estaban planeando su escape de forma encubierta.
- Hace tiempo que no volvéis a soñar con esa mujer...- musitó Stanley con cierta extrañeza después de haber estado hablando sobre el plan un largo rato, estaban aprovechando que jugaban al escondite y ambos la pillaban, se encontraban en la zona boscosa, lejos de la madre del orfanato.- ¿Tal vez no tiene nada que deciros?
- No lo sé...- se encogió Ike de hombros, sus ojos castaños divisaron a uno de los chicos corriendo de reojo.- Puede incluso que decirnos todo el rato lo mismo le parezca absurdo: escapen, escapen, escapen... Acabaría pareciendo un disco rayado.- se encogió de hombros.- Además, tenemos que decidirnos por quienes se vendrán con nosotros... Y yo no estoy del todo a gusto con esa decisión...
- Yo tampoco...- negó con la cabeza.
- Uno de los niños se fue por ahí.- señaló el árbol caído.
Rápidamente empezaron a correr hacia él.
...
Despertaron en aquel mullido suelo, movieron la cabeza y los dos chicos se miraron extrañados, otra vez ese sueño. Giraron la cabeza hacia el pasillo escuchando la canción de cuna al final del mismo, aquello les indicaba que claramente sí estaban en el sueño, y las posibilidades de que el cambio fuera una nueva conversación con aquella mujer de cabellos rojos, eran bastante altas. Caminaron hacia la habitación de siempre. Era la persona de siempre, cantando la canción de siempre, cargando a un bebé de apenas dos años. Había como diez o doce niños más que la última vez, aquella vez, el chico que parecía un poco mayor que ellos estaba sentado en uno de los rincones de la habitación, con una niña castaña durmiendo a su lado, en posición fetal, y un chico rubio de ojos azules con toques morados, bastante deprimido a su otro lado... No le prestaron atención, este hecho les encogía el corazón y les hacía sentir terriblemente culpables aunque ellos no hubieran hecho nada.
- ¿Son nuevos?- susurró alguien a su izquierda, giraron sus cabezas para ver a un hombre de edad adulta, abrieron los ojos en shock.
Jamás habían visto un hombre adulto, solo mujeres. Tanto los dos chicos, como el hombre que se los quedó mirando fijamente con los ojos abiertos con asombro. La nana finalizó y quien cargaba al bebé de dos años miró la escena.
- ¿Son ellos?- preguntó el hombre.
Asintió con la cabeza el otro mientras se acercaba meciendo al infante, pasos lentos y vacilantes por tal se mecer al pequeño.
- Ellos son nuestros pequeños, sí...
- ¿Vuestros pequeños?- musitó Kyle con sorpresa.
Ambos estaban extrañados. No sabían el tiempo que les quedaba en aquel lugar, tampoco sabían quién era ese hombre y porque se parecía tanto a Ike, pues su fisonomía era similar, pero los ojos eran claramente idénticos a los de Kyle, algunas cosas simplemente no tenían sentido en ese momento. Todo parecía haberse parado en el tiempo.
El hombre cargó al bebé y este se acurrucó entre sus brazos. La mujer se acabó por acercar a ellos, era más baja, tal vez ellos habían crecido en aquel tiempo, pero no eran más altos que el hombre. Quien tenía aquella voz tan dulce y relajante. Aquella mujer pelirroja que cantaba aquella nana tan nostálgica y bella, tomó las manos de Kyle.
- Kyle Broflovsky.
A continuación tomó las de Ike.
- Ike Broflovsky.
Soltó sus manos y los abrazó a ambos, estos no salían de su estado de shock. Podrían asegurar que ahora mismo se sentía como... muertos.
- Cometieron un grave error al criarlos en la misma casa en la que fuimos criados...- giró los ojos hacia el hombre.- La conexión que tenemos solo es posible gracias a eso... Muchas veces intentaba daros pistas razonables, no tengo mucho tiempo para explicaros las cosas, deciros que estabais en una granja y que unos demonios quieren devorarlos se me había algo terriblemente malo para digerirlo...- se separó del abrazo, ninguno de los dos respondía todavía, estaban procesando la información.
- ¿E-Eres nuestra... madre...?- Ike se atrevió a hablar después de unos segundos que se le hicieron horas en silencio.
- Somos...- dijo el hombre meciendo al bebé.- Somos vuestros padres.
No pudieron decir nada más.
Despertaron con un salto cada uno, hiperventilando, en shock, asustando al pelinegro que pasaba tranquilamente por allí y casi acababa cayendo al suelo de la impresión al verlos despertar tan repentinamente. De hecho, casi se le paró el corazón. Aquello captó la atención del castaño, que estaba desperezándose después de dormir como un tronco durante toda la noche.
- ¿¡Somos hermanos!?- exclamaron al mismo tiempo los dos.
Stanley abrió la boca con impresión, la cerró, los miró a ambos y se rascó la nuca.
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Acabo de imaginarme el meme de Tigresa de Kung Fu Panda...
"Oh, sí, debió ser una sorpresa muy grande..."
Perdón, no pude evitarlo :3
Okay, pasamos al sueño per se... No es un spoiler decir que todos los detalles son importantes, pues he querido unir todo lo que se relaciona con los sueños con la trama principal e importante porque no quiero que cuando llegue el momento de revelarlo todoz haya gente que diga que no es congruente.
Así que, sí, todos los detalles importan uwu
Aquí las opiniones -------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line / Ecchisforlife
[1196 Palabras]
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