Capítulo único

¿Escucharon esto alguna vez...? Dicen que si vas de noche a la escuela a las tres treinta y tres de la madrugada, subes las escaleras de las tres plantas, vas al baño de hombres del final del pasillo al lado de una tétrica ventana y te asomas en el último espejo, el tercer espejo; verás el fantasma de una persona que falleció allí hacía más de quince años.

Era una leyenda que llevaba rondando South Park desde hacia varias semanas y muchas veces las chicas se reían y lo intentaban, irrumpiendo y allanando la escuela para llegar a ese baño en cuestión y saber que era lo que pasaba, pero a las chicas nunca les apareció nada, y los chicos que hicieron el reto tampoco, parecía ser solo un rumor falso, pero, ciertamente, la curiosidad era muy grande y el rumor cada vez se estaba haciendo más grande, por obvias razones, la tentación de ir, también se hacía cada vez más latente.

Stanley Marsh, Kyle Broflovsky, Eric Cartman y Butters Stotch, querían saber si aquel rumor que corría por la escuela era real. Cartman no lo creía, pero se divertía burlándose de Butters, quien sí creía que era real. Kyle era el escéptico del grupo y obviamente no creía que fuera real, pero fue obligado a ir, y finalmente Stanley, quien le inquietaba bastante la idea de colarse en la escuela y si ya de por sí odiaba ir de día... ¿Por qué iría a ir de noche? Lo acabaron convenciendo porque Cartman le daría cigarrillos si lo hacía.

Así que, quedaron aquella noche y se escaparon de sus casas por la ventana, dejándola abierta para poder regresar... Y se dirigieron a su escuela; saltaron la valla cerrada y se colaron en el instituto por una puerta trasera que siempre estaba abierta. Posteriormente, iniciaron el "ritual", por llamarlo de alguna forma, porque Cartman no dejaba de reírse a carcajadas y no sería raro que en algún momento los acabaran pillando, sea como fuere... Los cuatro chicos subieron las escaleras con los teléfonos encendidos, pues así era como eran capaces de ver algo y no tropezar y provocar la típica escena sacada de Another, pero en vez de bajar las escaleras, subiéndolas, y en vez de ser un paraguas atravesando la tráquea, ser su cuello partiendose... (Cartman, Kyle y Butters miraron a Stanley como si estuviera loco cuando dijo aquello y no era para menos).

Eran justamente las tres y veintiocho de la mañana, quedaban pocos minutos pero habían llegado a tiempo, miraron el teléfono cuando dieron las tres y media, entraron en el baño y se acercaron al espejo indicado, esperaron los minutos necesarios y cuando llegó la hora esperaron que algo pasara.

El tiempo pasó inimaginablemente lento y fue una espera abrumadora.

Pero cuando por fin llegaron las "3:33" de la mañana... no pasó nada, se miraron de reojo.

- Nah, era solo un rumor falso.- se encogió de hombros Kyle.- Ridículamente falso.- sonrió burlón.- Os lo dije.

- Obviamente no iba a pasar nada.- murmuró Stanley, cosa que hizo a Kyle sonreír satisfecho.- Esto no es "Hanako-kun"- Kyle borró la sonrisa y miró a Stanley fijamente, después rodó los ojos.

- ¿Puedes dejar de hacer referencias de mierda a animes de mierda, puto friki de los cojones?- preguntó Cartman con sarcasmo.

Stanley rodó los ojos.

- Que conste que no soy un friki, soy un gamer licenciado en cultura anime.

- Friki.- bufó encogiéndose de hombros.

- Vete a la mierda.- frunció el ceño.

Kyle bufó de forma desinteresada y se dirigió hacia la puerta para salir del cuarto de baño. Stanley fue tras de él casi directamente después de que Cartman dijera aquello. Butters era el único que seguía mirando el espejo con esperanzas de que algo sucediera, pero viendo que eran las 3:34 de la mañana y seguía sin aparecer nada, suspiró, casi decepcionado... Pues él creía realmente que existía ese fantasma, seguramente Cartman utilizaría eso para reírse de él.

- Un rumor, simplemente eso...- rodaron los ojos con sarcasmo ante las palabras de Kyle, nuevamente volvía a sonar con cierta superioridad y satisfacción, no sabían porque Kyle estaba usando ese tono, tal vez porque parecía que les estaba restregando todavía el "os lo dije", pero muchas veces preferían ignorarlo.- Mañana lo confirmamos de una vez por todas...

- Tendríamos que haberlo grabado, duh... Así no nos va a creer nadie o no nos van a tener tan en cuenta... Ya ha habido gente que ha venido antes que nosotros...- se encogió de hombros Stanley.

- Tengo que admitir que tenías razón con lo de ser escéptico, los fantasmas no existen...- dijo Butters encogiéndose de hombros.- ¿Verdad, Kyle?- levantó la cabeza hacia el pelirrojo después de mirar sus manos y revisar el teléfono nuevamente.

Su expresión estaba blanca, bueno, Kyle era bastante pálido, pero tenía una expresión extraña, igual que la de Stanley, los dos parecían "haber visto un fantasma", literalmente... Cartman y Butters alzaron una ceja, la mano de Stanley se movió temblorosa hacia el interior del baño, los otros dos se giraron y los cuatro palidecieron intensamente hasta casi desmayarse.

Gritaron hasta remover todo el instituto y huyeron como si sus vidas dependieran de ello.

Al día siguiente explicaron a toda la clase lo que vieron la noche anterior y muchos los ignoraron, otros no se los tomaron en serio, otros se rieron en su cara, pero para sorpresa de los cuatro, algunos sí se mostraron asombrados e incluso emocionados, tanto que querían verlo y les pidieron a los cuatro que fuesen a los baños aquella noche. Se negaron rotundamente.

- Pensaba que no creías en fantasmas.- Clyde se rio en la cara de Kyle porque este estuviera tan pálido y con un sudor frío recorriendo su nuca.

- Y no creo, pero lo de anoche fue demasiado terrorífico y prefiero no tentar a la suerte.- respondió.

- Seguro que solo es uno de nuestra clase que quería gastarles una broma.- Tolkien respondió aquello con completa calma y una sonrisa tranquila en sus labios, pero en realidad estaba conteniendo la risa de ver a Cartman tan asustado.

- Era una chica...- dijeron los cuatro al mismo tiempo.

- Con más razón aún, dudo mucho que pudiera hacernos algo.- se rió Clyde a carcajadas.- Esta noche vamos y vosotros os venís.

- No, no, no.

- Si, si, si.

Acabaron yendo por obligación, en parte; porque por la otra, también tenían curiosidad de ver si fue una alucinación por el miedo o realmente había un fantasma en el baño.

Cuando dieron las tres y media todos los que estaban allí, impacientes, empezaron a mirar bastante molestos el teléfono para mirar la hora y dos minutos después, a las 3:35 de la mañana, igual que ellos la primera vez... se quejaron de que no aparecía nada. Kyle y Cartman salieron corriendo del baño repentinamente y el azabache y el rubio iban detrás, de no ser porque los cuatro fueron detenidos justo en la puerta y eso provocó que todos giraran la mirada hacia la ventana.

En efecto... El fantasma era real...

Estaba allí. Perfectamente visible a contraluz por la luz artificial de la calle que se colaba por la ventana cerrada.

Tenía la piel blanca como la de un muerto en el ataúd, su cabello era de un tono blanco, desteñido por el plasma de su figura o por el tiempo que hacía estaba allí; los ojos claros azules, con hermosos y gentiles tonos violetas, rosados y perlados; era un fantasma en su máximo esplendor. Sus cabellos eran largos, extremadamente largos, por la parte baja de su espalda, eran lacios y se movían con una gentileza impresionante... Llevaba un vestido blanco que llegaba hasta las rodillas, impoluto, no llevaba zapatos, tampoco tocaba el suelo con los pies, flotaba ligeramente, a dos o tres centímetros del suelo. Sus pies eran perfectamente visibles, por más que intentaba poner las puntas en el suelo, no lo alcanzaba. En sus ojos se reflejaba calma, docilidad, amabilidad, algo de tristeza tal vez...

- Ostia puta.- susurró Clyde.- Pedazo de mujerón había antes en el instituto.

Aparentemente era una ex-alumna que falleció en aquel baño, lo cual era extraño, pues era el baño de hombres, por lo que algo turbio era lo único que podía pasar por la mente de los que procesaban qué tal vez falleció después de un trauma de a saber qué tipo (pues se negaban a pensar explícitamente en la posibilidad que resultaba evidente que pudo haber pasado). No querían especificarlo mentalmente, pero los cuatro, pensaban lo mismo, pero no eran pensamientos idénticos en verdad.

- Aunque es una tabla de mierda.- Eso era cierto, su pecho era plano y poco marcado.

Clyde se acercó de forma descarada, el ente tenía una estatura superior, su expresión se mantenía fría y cubierta por una máscara sin expresión a pesar de la expresividad de sus ojos.

- Tabla, ¿Qué haces aquí? ¿Acaso quieres que te violen?- el descaro con el que hablaba Clyde arrugó el ceño del ente de cabellos blancos: primer rastro de emociones desde que lo vio aparecer aquellas dos veces.- Si quieres que te violen yo encantado, pero será por detrás, no quiero estar tocando una tabla, esperemos que tengas mejor culo...- acercó sus manos para tocar dicha zona.

- Desvergonzado.- escuchó aquella palabra al mismo tiempo que lo abofeteaba y hacía su cabeza rebotar en el cristal del espejo que ya estaba roto, en la pica y después en el suelo.

Clyde se quejó de dolor y eso fue suficiente para que soltaran a los cuatro y fueran a atender al castaño. Clyde empezó a lloriquear mientras Craig se lo cargaba al hombro y Tolkien y Tweek salieron corriendo casi de inmediato. Para el momento en que los cuatro estaban fuera, Stan, Kyle, Cartman y Butters ya se encontraban en sus casas refugiados bajo las sábanas de sus camas, en caso de Butters, llorando un poco por el miedo y la violencia de la escena.

Aquello había sido un shock muy grande para todos, el hecho de ver a un fantasma, interactuar con un fantasma y recibir una bofetada de un fantasma... Parecía irónico... Pero había pasado, y Clyde se levantó bastante adolorido y con la cabeza dando vueltas a la mañana siguiente, pero sí, sabía que no había sido un sueño muy loco porque había testigos y porque tenía una pequeña raspadura en la sien por el golpe contra el cristal del baño que estaba roto...

Al día siguiente, todavía con la adrenalina bombardeando sus venas por lo que sucedió la noche anterior, los cuatro amigos asistieron a sus clases con naturalidad y después de eso fueron a la biblioteca de la escuela para buscar el registro de antiguos estudiantes y poder saber quién era esa alumna cuya voz estaba tan distorsionada por los latidos horrorizados de los chicos que no fueron capaces de interpretar el tono o el acento. Buscaron página por página, año por año, desde la actualidad del anterior curso graduado hasta los años en los que las fotografías estaban en tonos sepia e incluso en blanco y negro; la sorpresa era que el anuario tuviera registros desde años tan antiguos... Y sería una tarea árdua. No encontraron nada de primera pasada y fueron pasando el libro hasta la zona en la que las fotografías eran antiguas pero al menos con color, que fue cuando, entre todas las fotos, encontraron una de grupo y el anuario escolar de todos los alumnos con sus fotos individuales.

Kenneth James McCormick.

Era un chico. Aparentemente. O tal vez fuera una mujer trans, dado a que antes no había las mismas leyes para las personas trans en los registros y se preservaba el deadname por encima del nombre que la alumna en cuestión usaba en su día a día y deseaba que todos usaran.

Es decir, asumían que podía ser una chica trans, pues ese chico tenía el cabello largo y llevaba un vestido; antes no cualquier hombre se ponía un vestido, y menos tan corto para la época, aunque, mirando bien la fecha... En la fotografía colectiva llevaba el uniforme masculino de invierno, mirada seria y formal como todos los que aparecían en la fotografía, llevaba el cabello atado en un moño y era rubio oro en vez de peliblanco. En cambio, en la individual, aunque también llevaba el uniforme escolar, llevaba el cabello suelto, largo, brillante y una sonrisa amable en su rostro fue inmortalizada para la posteridad, irónicamente el joven falleció poco después.

La fotografía fue tomada hace casi veinte años, se miraron entre ellos con sorpresa. Fue tomada en el cambio de siglo más o menos por aquella época ellos nacieron, por lo tanto, ya tendría que estar graduado de esa escuela, ya tendría que ser un adulto, ya tendría que tener un trabajo, una familia, puede que incluso, si no fuera porque falleció, tal vez incluso tendría hijos. Se miraron de reojo, ahora ya tenían el nombre y la última fecha en la que fue vista viva.

- Hmph...- emitió Butters.- En mi opinión... Creo que tendríamos que investigar un poco más.

- O ir y hablar con ese fantasma.- dijo Cartman encogiéndose de hombros.

- Ni en broma.- negó Kyle.- Ya viste lo que le hizo a ese idiota de Clyde.

- Pero nosotros no vamos a insultarle y hacer cosas inapropiadas, no tendría por qué actuar de malas maneras...- dijo Butters con una carita preocupada.- Además, nos ha visto dos veces, sabe que le tenemos más miedo que posiblemente él de nosotros.

- ¿Por qué iría él a tener miedo de nosotros?- alzó una ceja Kyle con extrañeza y sarcasmo.

- No sé...- se encogió de hombros Butters.- Solo intentaba calmarte para que aceptes venir esta noche.

- ...

- ...

- ...

- Os odio mucho, chicos.- dijo él desviando los ojos.

Aquella noche quedaron en la puerta del instituto, saltaron la valla una vez más; cuando eran las tres y media, por lo tanto, cuando llegaron al baño ya eran las cuatro menos cuarto aproximadamente. Al llegar, no había nadie, comprobaron la hora, dándose cuenta de la tardanza en subir las escaleras, todo porque Cartman necesitó tomar un descanso porque el resto empezó a subir las escaleras corriendo y el culón necesitaba un descanso para poder respirar porque se estaba ahogando al intentarlos atrapar; y al alzar la cabeza el ente estaba allí, sentado en la repisa de una ventana cerrada con una pierna cruzada encima de la otra, ladeó la cabeza hacia un lado.

- ¿E-Eres Kenny?- preguntó Stanley con un ligero temblor en su voz.

Asintió con la cabeza y cruzó la otra pierna sobre la primera, es decir, cambió la dirección en la cual sus piernas estaban cruzadas, apoyó las manos sobre sus piernas y una gentil sonrisa apareció en sus labios.

- ¿Y vosotros? ¿Qué hacéis aquí?- preguntó ladeando la cabeza a un lado.- Habéis venido tres veces con esta...

- L-La primera era para c-comprobar un rumor...- dijo Stanley.- La s-segunda fue porque l-los de nuestra clase querían ver si e-es cierto que estabas aquí...- carraspeó intentando no ponerse nervioso, pero tampoco es que fuera precisamente normal estar hablando con un ente fantasmal.

- ¿Y hoy?- ladeó la cabeza hacia un lado, notando sus nervios, sonrió con calma, intentando que eso lo aliviara de alguna forma.

- H-Hablar...- dijo Butters con un hilo de voz.

- No muerdo.- rió un poco el de cabellos largos.- No estén tan nerviosos.- sonrió.- ¿Qué querían hablar?

- ¿Qué te pasó?- preguntó el pelinegro.- Q-Quiero decir, los rumores dicen que aquí aparece el fantasma de alguien que falleció en este baño hacía quince o veinte años...

- Hmph... ¿Tanto tiempo ha pasado?- musitó con cierta sorpresa en su voz.- Bueno... Si... pasó eso...- murmuró sonriendo con cierta nostalgia en su voz.

- ¿P-Por qué te mataron?

- No había mucha tolerancia en esa época...- acarició el borde del vestido.- Un varón con un vestido como este era como si llevase un cartel pegado en la espalda diciendo: "Golpeadme".- suspiró con pesadez.

- ¿Sabías que te golpearían y aún así lo llevaste?- preguntó Kyle entrecerrando los ojos.

- Me apetecía llevarlo.- se encogió de hombros y cruzó la otra pierna.- Era una prenda que compré a escondidas de mi hermano mayor y mis padres, para cuando fuese a la discoteca con unas amigas...- se encogió de hombros y rió un poco con picardía.- Pero aquel día quise llevarlo y estrenarlo yendo a la escuela con él.

- Sabiendo que te harían algo.

- Sí.- asintió con la cabeza.- Pero no esperé que estuvieran esperando cualquier excusa para golpearme hasta la muerte cuando bajé la guardia...- miró las fisuras del espejo, se bajó de la repisa y se acercó al espejo.- Era un día cálido, por eso llevé el vestido, era el último día de clase, ya habíamos hecho la fotografía para el anuario escolar, ya habíamos recibido los pergaminos, la orla, nos habíamos despedido de los maestros, ya habíamos acabado todas la actividades, ahora éramos nosotros los que nos estábamos despidiendo entre nosotros y decidí cambiarme el uniforme de invierno que era obligatorio a pesar del calor que hacía, y me puse el vestido para exhibirlo junto a mis amigas.

Repentinamente todo se sintió nostálgico, antiguo, miraron alrededor sorprendidos, las puertas del baño estaban nuevas, el suelo estaba limpio, las racholas blancas y negras impecables, el cristal del espejo estaba arreglado. La puerta del baño se abrió, los cuatro chicos miraron la puerta, el rubio oro (en ese momento) entró en el baño, pero era un mero recuerdo, era como una alucinación o como si él tuviera la habilidad de mostrar lo que sucedió en la habitación.

- Fui al baño antes de irme a dar una vuelta por el pueblo, mis amigas me estaban esperando en la entrada del instituto para acompañarme a casa.- siguió con los ojos al rubio oro del recuerdo que entró en un cubículo.- Iba con vestido, no iba a ponerme en el urinario para que alguien entrase- se rio entre dientes.

Esperó unos segundos antes de seguir hablando, los otros cuatro esperaban pacientemente a que algo pasara, pero solo escuchaban un tarareo angelical emitido desde el cubículo con la puerta cerrada. Suspiró profundamente.

- Cuando salí del cubículo, me lavé las manos y revisé el peinado... Tal vez debí irme directamente sin lavarme las manos o hacerlo rápidamente para no dejar a mis amigas esperando, tal vez me hubiera librado...- bajó los ojos.

Tal y como estaba narrando, el rubio oro del recuerdo salió del cubículo, se estaba lavando las manos al secarlas, se ajustó el peinado que llevaba, sus cabellos largos tenían un pequeño recogido con una pinza, y el resto del pelo que no estaba agarrado, se dejaba caer por su espalda, planchado, libre, liso, hermoso, brillante... y suspiró. La puerta del baño se abrió justo cuando el muchacho fantasmal bajó los ojos.

- Sabía que me pasaría algo al ver que eran cuatro o cinco. Obviamente, los hombres no van al baño en grupo...- suspiró derrotado.

"¿Eh? ¿Qué haces aquí? ¿No eres una tía? Te equivocaste de baño."

Habló uno de los cinco que entraron en el baño, su tono de voz mostraba inocencia, pero no lo era, iba con sorna, los otros se reían con malicia.

"No me equivoqué, lindos; tal vez os equivocasteis vosotros"

Les sonrió con sorna. Caminó hacia la puerta del baño. Los cuatro chicos del presente que observaban la escena tragaron saliva, sabían que no verían algo agradable, pero les sorprendió que aún sabiendo que algo le pasaría les dijera aquello sin miedo. Realmente aquel rubio oro tenía su orgullo y aquello era bastante admirable.

"De todas maneras, ya me voy, no quiero molestarlos; os dejo el baño para vuestra orgía de despedida..."

Tomó el pomo de la puerta.

- Pensé que me había librado de ellos.

Al escuchar aquello y con solo desviar los ojos hacia el rubio oro, cuyos cabellos eran plateados al ser un fantasma, que estaba de pie al lado del espejo, la escena se volvió violenta. Separaron al chico de la puerta y lo empujaron hacia el interior, y por empujarlo no fue literalmente empujarlo, sino fue un puñetazo en la tripa. El fantasma se separó del espejo y se sentó en la repisa del espejo de nuevo, dejándole espacio a aquellos de su recuerdo, incluso se cruzó de piernas una vez más, con la mirada apartada, pues no parecía gustarle aquel recuerdo.

Obviamente el rubio oro se defendió como pudo, fue un logro que dejase a uno inconsciente. Pero obviamente seguían siendo cuatro más golpeándolo sin piedad y sin dejarlo apenas respirar. Dió un codazo en la nariz a uno y cuando quiso correr hacia la puerta, lo agarraron del cabello como si aquello no le doliera diciendo: "¿A dónde crees que vas, puto maricón?" Lo empujaron contra el espejo y este se quebró en mil pedazos, quedó tal y como se quedó hasta la actualidad después de que aquel baño fuera abandonado. Butters jadeó y se tapó la boca, después se escondió en el hombro de Cartman, este rodó los ojos.

El rubio oro del recuerdo se quejó dolorido e intentó dar un puñetazo, pero al tener uno de sus ojos cerrados por los cristales y la sangre que empezaba a bajar por su rostro, lo esquivaron con facilidad y le plantaron un puñetazo en la cara; empujaron su cuerpo contra los cristales y su espalda se llenó de cristales, gritó entre dientes para no darles el gusto de verlo sufrir. El intercambio de golpes siguió por un rato, apenas fueron dos o tres golpes; hasta que, en un último empujón, le hicieron la trabanqueta para así seguir golpeándolo en el suelo...

Lamentablemente, no llegó a poner las manos para agarrarse y esquivar la pica o agarrarse a ella y un terrorífico sonido resonó en todo el baño. Cartman palideció, Kyle se cubrió el rostro y también intentó cubrirse los oídos, Stanley se escondió contra su mejor amigo para apartar los ojos al escuchar aquello.

...

Hubo un silencio desgarrador en el baño.

"Tío, no se mueve"

...

Escucharon después de unos segundos. Sinceramente, después de ese sonido todo se quedó en silencio, absoluto silencio. Uno se acercó y con el pie lo movió algo brusco bajo las palabras con sorna de: "Oye, maricón, ¿Te dolió? No fue para tanto..." Que le dieron ganas a Kyle de separarse de Stanley y golpearlo, pero no podía porque era una alucinación, era un recuerdo, no podía golpearlo por más que quisiera. No hubo respuesta.

- Ya estaba muerto después de una fractura en el cuello al golpearme contra el borde de la pica...

Los dos chicos alzaron la cabeza hacia el fantasma, tenía una mano en su cuello, acariciando su nuca suavemente mientras tenía la vista apartada, mirando el espejo roto. Butters seguía escondida en el hombro de Cartman, sus finas lágrimas y sus hipidos hicieron eco en el baño.

"No respira, tío"

Dijo uno de ellos.

"Lo hemos matado, no me jodas".

Dijo otro con un tono de voz ahogado, un hilo de voz.

- Solo querían reírse de mí y dejarme inconsciente tal vez después de haberme dado una paliza que posiblemente me hubiera dejado en el hospital ingresado o en coma... No les salió bien y acabaron con una víctima... Acabaron matando a alguien...

Todos los implicados en aquel crimen salieron corriendo del baño, volvieron a quedar los cuatro amigos, el fantasma del rubio oro y el cuerpo del rubio oro tendido en el suelo. Se quedaron en silencio por unos largos minutos, al menos así se hicieron, se hicieron muy, muy, muy, muy largos.

- Mis amigas, extrañadas por mi tardanza, vinieron a buscarme...

"Kenny, cari, ¿Qué estás haciendo? Llevamos como media hora esperando afuera" Se escuchó después de sus palabras a través de la puerta, era un tono de voz tranquilo pero exagerado, incluso se escuchó una risilla por parte del resto de las chicas, tal vez gesticuló exageradamente al otro lado de la puerta. No hubo respuesta, obviamente. "Cariño, ¿Estás en este baño, verdad? Siempre vienes a este..." se escuchó la voz de otra chica. "¿Tal vez fue al de la planta baja...?" Se escuchó la voz de una tercera chica. "No, siempre viene aquí, da igual que esté lejos de la entrada... Kenny, voy a entrar, más te vale estar presentable o te golpearé el trasero tan fuerte que tu futuro novio no te la podrá meter...". Segundos después, la puerta se abrió.

Un grito hizo resonar todo el instituto. Cinco y diez minutos después llegaron ambulancias, policía y muchos ojos curiosos en la puerta del instituto. Entraron en el baño, el mismo se llenó de gente y dos médicos se acercaron en un intento de reanimar al chico, hasta que uno de ellos, al levantarlo para ponerlo en la camilla palpó su cuello.

"Su cuello está roto... Los atacantes le han roto el cuello".

Aquel caos de gente desapareció repentinamente, quedando solo el fantasma y los cuatro chicos. Butters por fin se había separado del hombro del castaño, quien estaba cruzado de brazos, intentando mantenerse serio y firme, pero su mirada estaba altamente afectada.

- Hicieron lo que pudieron... o al menos eso dijeron de cara a mis padres y a mis hermanos; porque nadie estuvo en el momento en el que fallecí, y nadie estuvo allí para defenderme. Ningún maestro, ningún vigilante, ningún alumno rezagado...

- ¿Y-Y esas personas? ¿Q-Qué pasó con ellos?- preguntó Stanley con sus manos temblorosas.

- Quién sabe...- se encogió de hombros.- Unos se fueron a otra ciudad, otros a otro país, ninguno de ellos se quedó en la ciudad, y ninguno de ellos vino a disculparse.

- ¿Por eso sigues aquí atrapado?

- ¿Uh?- emitió mirando a Kyle fijamente.

- Es lo que te queda pendiente... ¿No?- Kenny negó con la cabeza.

- No... No creo que sea eso...- negó.- Si lo fuera... también contaría si fuesen a mi tumba... es más accesible que este instituto, ni siquiera haciendo una visita como ex-alumnos vendrían aquí...- se encogió de hombros.

- Pero tendría todo el sentido del mundo, que se disculpen contigo por...- Stanley apretó los labios antes de decir nada.

- No es lo que quiero, me valdría con poder salir de este baño... Prefería poder divagar por todo el instituto... lamentablemente está lleno de gente durante el día y a veces la gente se acerca a este baño, pero rápidamente se van al acordarse de que es el baño en el que alguien murió...- suspiró pesado.

- ¿Durante el día también apareces?- preguntó Butters.

- Claro. Aparezco en cualquier momento del día, no es algo que me haga aparecer sólo durante la noche, ni siquiera entiendo porque la gente dice que el fantasma del baño solo aparece a las tres y media pasadas de la madrugada...

- Mejor, así no nos seguimos jodiendo el horario de sueño.- bostezó Cartman.

- Hmph...- Kyle emitió aquel sonido.

- No sean tan exagerados...- rodó los ojos Stanley.- Quedarse hasta las tres de la mañana despierto no es para tanto...

- ¿...?- los cuatro se quedaron mirando a Stanley.

- Suelo dormirme a las cinco de la mañana viendo anime o jugando al LoL

- ¿LoL?- preguntó Kenny.

- ¡Ignoralo!- exclamó Cartman.- Es imbécil, está enfermo, necesita un psicólogo... No le hagas caso.

- Uhm...- Kenneth arrugó su expresión con extrañeza.- Okay...- sonrió un poco.- ¿Mañana nos vemos...?

- Cierto...- murmuró Butters.- Supongo... que... uhm... sí... mañana venimos a la hora del patio.

- De acuerdo.- asintió con la cabeza sonriendo un poco.

Así fue, al día siguiente, después de las tres primeras horas de clases, que se hicieron aburridamente largas, llegó el descanso de media hora que aprovecharon para ir al baño masculino de la tercera planta. Entraron y esperaron unos segundos.

- Oh, vaya... vinieron de verdad...- sonrió al aparecer apoyado en la ventana.

- Sip...- Dijo Butters con una sonrisa gentil y amable.

- No somos de los que rompen promesas.- dijo Kyle con un tono honorífico que hizo rodar los ojos a Cartman.

- Qué marica...- rodó los ojos.

- ¡Cállate, culón!

- ¿Cómo has estado haciendo para no aburrirte durante estos años?- preguntó Stanley ignorando por completo a Cartman y Kyle.

- Dormir.- se encogió de hombros.- Es de las primeras veces que alguien entra en este baño, el rumor lleva mucho tiempo corriendo por la escuela, y algunas chicas entraron algunas noches esporádicas, pero no me di cuenta de que ellas estaban aquí hasta que no se fueron porque soltaron un sonido aburrido y se marcharon cantando una canción un poco ruidosa; es con vosotros que no me había dado cuenta de que estabais presentes...- se rio un poco rascando la nuca.- Así que no podía hacer otra cosa que escuchar chismes a través de la puerta, mirar por la ventana o dormir, ese ha sido mi entretenimiento los últimos veinte años.

- Debes haberte sentido muy solo, no sé, no me imagino como debe haber sido no poder entretenerse con nada.- murmuró Stanley con la mirada gacha, pensativo.

- Stan, tú pasas horas con el teléfono y si no lo miras cinco minutos ya quieres morirte...- rodó los ojos Cartman.

- No lo entenderías.- respondió él.

- Claro, es más importante un grupo de depresivos vestidos de negro que se ha separado que la conversación que tenemos.- rodó los ojos una vez más el castaño.- Supéralo, One direction también se separó, todos los grupos se separan después de un tiempo.

- NO SE SEPARARON, PERRA, RETIRALO.- hizo un puchero exagerado.

- ¿Que se supone...?- Kyle susurró: "Mejor no preguntes, a veces yo tampoco entiendo de qué hablan".- ¿Pero qué está pasando? ¿A qué se refiere con grupo de depresivos?

- Un grupo de música que le gusta a Stanley...- respondió Butters amablemente, hubo una breve pausa.- Ahora que lo pienso todavía no nos hemos presentado...- musitó con una mueca pensativa, escuchó al rubio oro reírse un poco.- Soy Leopold Stotch, pero suelen llamarme Butters.- Se presentó.

- Kyle Broflovsky...

- Uy... Apellido extraño...- ronroneó.- Me gusta...- se rio entre dientes.

- Uhm...- sonrió un poco mientras agarraba el cordel que colgaba en su cuello, sacando una estrella de David que se escondía en el interior de su camiseta.

Kenneth se la quedó mirando y después subió los ojos hacia él con sorpresa.

- Oh...- emitió con sorpresa.- Ya veo...- sonrió un poco.- ¿Y ellos...?

- ¡ACÉPTALO HIPPIE, TU ROMANCE QUÍMICO MURIÓ!- gritó Cartman.

- ¡ES MY CHEMICAL ROMANCE, Y NO HAN MUERTO, CULÓN!- gritó Stan.- Están vivos en mi corazón, aún puedo escucharlos cantar angelicalmente "welcome to the black parade" en mis oídos...- susurró de forma enamorada, gentil y casi como si fuera una colegiala enamorada.

- Marica.

- ¡Marica tú!- gritó.

- ¡YA CALLENSE LOS DOS O ME QUITO EL USHANKA Y SACO A LA PERRA DE JERSEY!

Los dos inmediatamente se pusieron firmes como si fueran parte del ejército, incluso hicieron el saludo militar.

- No sé qué está pasando, pero me gusta...- susurró Kenny con una sonrisa gatuna.

- ¡Presentense!- ordenó.

- Eric Cartman...- rodó los ojos fingiendo indiferencia, pero obviamente no le salió bien, se notaba el miedo que le tenía a Kyley-B.

- Stanley Marsh...

Kenny asintió con la cabeza. Butters estaba revisando el teléfono, sobre todo la hora, y emitió un puchero.

- Nos quedan cinco minutos para entrar en clase.-susurró.

- Awww...- dijo Stanley haciendo un puchero.- ¿Venimos al salir de clase?

- Okay.- dijo su mejor amigo.

- Como gusten... yo estaré aquí...- dijo Kenneth.

Se despidieron del rubio oro y fueron hacia su clase, después de las que les quedaban, a las dos y media salieron de la clase y, al contrario que todos que se iban hacia la salida, ellos subieron las escaleras hasta la tercera planta y caminaron hacia el final del pasillo; una vez allí, entraron en el baño cuando no hubo nadie en la zona.

- Hey...- dijo Stanley nada más entrar.

Segundos después apareció como un ente fantasmagórico el chico apoyado en la puerta de uno de los baños con los brazos a la espalda.

- Hola...- ladeó la cabeza hacia un lado y sonrió un poco.- Os estáis tomando esto de venir muy en serio...- bromeó riendo un poco.

- ¿Y por qué no? No está tan mal venir, tampoco apesta al no usarse el baño, así que no es tan desagradable.

Él se rió un poco.

- Ya..., lo sé... Supongo que es poco agradable para la gente estar en un sitio en el que no nos podemos sentar, y apenas podemos hacer nada.

- Solo hablar.- dijo Kyle encogiéndose de hombros.- Por eso venimos, pero tampoco para interrogarte, quiero decir...

- ¿Por qué iríais a interrogarme? Ya os mostré todo lo que os podía mostrar, todos mis últimos recuerdos.

- Precisamente.

Kenneth los miró con extrañeza, ladeando la cabeza hacia un lado.

- ¿Lo de llevar vestido fue porque te apetecía o por algo más?- preguntó Cartman bastante directo, y los demás no iban a decir que no a querer saber la respuesta de esa pregunta, pero la forma en la que el castaño formuló la pregunta fue un poco incómoda.

- Me apetecía...- sonrió un poco.- Ya lo dije, sabía que no acabaría bien, pero me apetecía llevarlo al instituto para el último día.- dijo él.- A propósito... ¿Ha cambiado mucho la sociedad o sigue siendo igual de cerrada?

- Se abre poco a poco...- dijo Kyle suspirando profundamente.- pero sigue bastante mal...

- Actualmente se está luchando mucho por los derechos de las personas trans.- murmuró Butters con una emoción inusual.

- Y parece que el resto de la comunidad solo existimos treinta días al año...- dijo Stanley encogiéndose de hombros.

- A eso me refería... las noticias y la sociedad nos tiran bastante mierda encima...- continuó Kyle. - Pero llega Junio y nos ponen una sonrisa hipócrita, hasta que llegan al apartado de la ley trans, entonces dicen: "Los jóvenes con catorce años no pueden votar, no pueden beber, no pueden tener coche, pero pueden decidir cambiarse de sexo"- siguió hablando con cierta ironía y sorna en su voz, pero no iba en serio, solo lo dijo tal y como lo dijeron en las noticias aquel día, pues no iba a decir que no, quedó bastante impactando cuando la reportera dijo aquellas palabras intentando sonar seria, pero se notaba la sorna existente tras sus palabras...

- Eso me dolió mucho...- desvió los ojos Butters haciendo un puchero tierno.

- Lo sabemos, Butters...- dijo Cartman con fingido desinterés.

- Solo demuestra lo hipócritas que son.- dijo Kyle.

- Creo que me estoy perdiendo...- confesó Kenneth, quien había estado haciendo una mueca cada vez más extraña conforme Kyle explicaba.- ¿Por qué te dolió?- preguntó mirando al joven rubio de ojos celestes- ¿Y por qué dijiste "solo existimos treinta días al año"?- ahora miró a Stanley.- o... ¿Por qué dijiste "nos tiran mierda..."? No estoy entendiendo a qué se refieren con eso de "vosotros" o "nosotros"...- admitió avergonzado.

- Oh... soy género fluido.- sonrió Butters.- A veces me llamo Marjorine, otras Leopold...

El chico fantasma se quedó pasmado con los ojos abiertos llenos de sorpresa.

- Y a mí me tiran los dos bandos.- se encogió de hombros el pelinegro.

- Same...- se encogió de hombros Cartman.

- Aroace...- respondió Kyle con suma tranquilidad.

Kenneth se los quedó mirando fijamente, apretó los labios y tragó saliva. Parecía estar en shock. Los cuatro esperando un momento a que dijera algo, pero no parecía dar ninguna respuesta, su expresión estaba como... paralizada... Simplemente eso... Estaba en shock.

- ...

- ¿Demasiado chocante para ti?

- Demasiada información de golpe...- confesó con una mano en la boca.- Me sorprende... los cuatro... En mi época...- no siguió hablando.

- ¿Te podemos abrazar o te transpasaríamos?- preguntó Butters encarnando las cejas al ver que su rostro y sus ojos parecían estar a punto de derramar lágrimas.

Negó con la cabeza y se acercó un poco, los cuatro rodearon al rubio oro, en aquel momento con cabellos plata, en un abrazo grupal. Aunque Cartman intentó resistirse en un primer momento.

- Te sorprenderías si pudieras salir del baño.- dijo murmuró Butters.- La mayoría de gente joven hoy día es bisexual y les gusta probarlo todo.

- De hecho, todavía hay gente que le avergüenza un poco...- admitió Stanley.- Quiero decir, me tiran los dos bandos, pero me avergüenza un poco salir con un chico...

- Lo bueno es que poco a poco se va abriendo la sociedad.- dijo Kyle cruzado de brazos.

- Genial...- sonrió el rubio oro.- Aunque dudo que haya mucha gente que acepte a un hombre por la calle con tacones o con un vestido...- musitó dejando ir un suspiro.

- A veces voy con vestido...- murmuró Butters.- Hmph...- emitió aquel sonido pensativo.- Mañana vengo con vestido...

- Oh, genial, ya serán dos maricas...- rodó los ojos Cartman, ganándose un golpe de Stanley con el codo y un zape del pelirrojo.

Kenneth lo miró con extrañeza.

- No tienes por qué hacerlo.- le dijo el de cabellos blancos.- Si no quieres...

- No, no, no. Lo haré... No me importa, me gusta, de hecho...- ronroneó como un felino.

Al día siguiente, por la mañana, Butters no dejaba de quejarse del frío que tenía en las piernas a pesar de llevar leotardos debajo del vestido, de un color piel para que se notara lo menos posible, además de zapatos de bailarina blancos con un diminuto tacón ancho que apenas aumentaba su tamaño medio centímetro. No dejaba de temblar mientras esperaban el bus, cosa que hizo que Stanley le dejara el abrigo para que lo atase a la cintura y el viento no golpease directamente sus piernas, y Cartman le prestó el suyo para cubrir sus brazos, que se estaban quedando helados, rojizos y con piel de gallina, pero se lo prestó a intereses, lo cual implicaba que Butters no comería nada en la hora del patio...

Durante la hora del patio estuvieron comiendo el bocadillo en menos de cinco minutos (bueno, Cartman no, él seguía comiendo mientras se dirigían a la tercera planta de la escuela) y después fueron al baño en grupo, aprovechando que nadie los seguía... Tal vez sería raro que cuatro chicos fueran juntos al baño, pero no querían responder las posibles preguntas que alguien pudiera hacerles. Entraron diciendo al aire un: "Buenos días" o un "Holi" por parte de Butters. Cuando el rubio oro apareció abrió los ojos con sorpresa y se tapó la boca.

- Oh, cielos...- susurró con un hilo de voz orgulloso.- Lo hiciste...

- Obvio.- dijo Butters con una sonrisa.- Yo dije que venía con vestido y no me abstengo de lo que digo... E-El problema es que tengo un poco de frío...- se rascó la nuca un poco nervioso.

Kenneth admiraba y escaneaba el vestido con la mirada sin parpadear, incluso sus ojos brillaban enormemente, casi como si estuviera imaginándose a sí mismo con aquel bello vestido que, en esencia, era genuinamente similar al que llevaba él, pero en su caso, tenía blonda en los hombros y los bordes del vestido, y el vestido de Butters era liso, con un tenue vuelo afelpado y el tono blanco no era el mismo que el suyo, además, tenía pequeñas decoraciones disimuladas en los bajos del vestido que le quedaba por encima de las rodillas.

- Es hermoso...- sonrió ampliando la sonrisa.

Los dos se quedaron mirando casi como si estuvieran en su propio mundo, cosa que provocó un carraspeo de Cartman para romper aquella burbuja abruptamente, seguido de un codazo de Stanley y un zape de Kyle para que se callara y no arruinara el momento.

- Vayanse al carajo los dos.- se quejó Cartman.- Se ven como un par de maricas y encima Butters tiene pinta de putón del barrio.

- Puta se nace, cariño.- Butters le guiñó un ojo al castaño mientras le sacaba la lengua y alzaba una de sus cejas para enmarcar la postura con un golpe de cintura "provocativo".

El rubio oro aguantó la risa, pero se le escaparon un par de risillas entre dientes, cosa que no pudo contener, también porque le sorprendió bastante las palabras del rubio apenas dos o tres centímetros más bajo que él.

- ¡Cállate, marica!- exclamó el castaño completamente avergonzado por que el pelirrojo y el pelinegro también se estuvieran riendo de él por la cara que había puesto.

Pero no surtió ningún efecto, fue tomado como un berrinche casual como los que solía tener, y rápidamente Kyle le cerró la boca metiéndole su gorro de lana azul celeste con el pompón amarillo en la boca. Pero eso solo causó una pelea entre el pelirrojo y el castaño, cosa que provocó que Stanley rodara los ojos y se acercara a los dos rubios.

- ¿No estás incómodo con el vestido todo el rato?- preguntó el azabache.

- No es que pueda ponerme otra cosa, atravieso las prendas...- se encogió de hombros.- Es raro, porque puedo abrazar a la gente, o tocarla, pero no puedo cambiarme de prendas...- murmuró deslizando sus dedos por el borde de la tela de su vestido, por los tirantes.

- Eso sí es raro...- susurró Butters.

- Si...

Algunos meses después

Cada día los cuatro amigos iban al baño a la hora del patio y pasaban toda media hora con él hablando de cualquier cosa; algunas veces también iban después de las clases y pasaban otro un cuarto de hora, a veces incluso media hora hablando, pero eso no era todos los días, pues la mayoría del tiempo tenían deberes que hacer o en el caso de Cartman, tenía hambre y se iba directamente a casa la mayoría de las veces, solo si lo chantajeaban con comida se quedaba. En realidad quien era más persistente yendo todos los días casi el primero era el gentil rubio, muchas veces se quedaba sin comerse el bocadillo o se lo daba a Cartman para que "no se desperdiciara" por tal de no perder el tiempo e ir al baño de la tercera planta a pasar tanto tiempo con Kenny como le fuera posible, aunque realmente luego no hablasen de nada relevante y la mayoría del tiempo solamente se quedaban mirando embobados, porque sí, Stanley los había pillado más de una vez a pocos centímetros de sus rostro, pero nunca habían llegado a besarse (cosa que estaba seguro de que cualquier día ocurriría desde luego).

Por esa razón, ambos rubios tuvieron más complejidad y cercanía que con los otros chicos. La forma en la que ambos aprendieron a leerse el pensamiento sin realmente hacerlo, sincronizarse para pensar lo mismo, quedarse mirando en silencio y parpadear lentamente, suspirar cuando se mencionaba a uno o al otro cuando el contrario no estuviera presente, ya fuera porque Butters estaba resfriado, o porque Kenneth no podía estar en la cafetería o en la clase...

De un momento a otro, y por algunas extrañas razones que no comprendían, porque básicamente no entendían el funcionamiento de la etimología de los fantasmas, cada semana que pasaba, incluso cada día que entraban en el baño de aquella legendaria tercera planta, el rubio oro se veía más transparente, cada vez menos nítido; no era como el primer día que lo vieron que era una figura nítida y totalmente visible, con un rostro expresivo de tristeza, desolación y pesar... Su rostro se había ido llenando de felicidad, de brillo, sobre todo sus ojos, que habían pasado de estar totalmente vacíos y sin ilusión por nada, a ser una bomba de brillantes colores morados y rosados que lo hacían verse increíblemente hermoso, radiante y feliz...

Poco a poco se volvía cada vez menos visible, y aquella idea de que poco a poco desapareciera hacía que algunas inquietudes aparecieran en el corazón de Stanley y Kyle, porque estaban preocupados por Butters, quien obviamente estaba totalmente enchochado con el gentil fantasma... Con el bello ente... Con la delicada figura que había aparecido en los baños... Y se había "enamorado" de aquella trágica historia y aquel desafortunado final..., y es que en realidad el propio rubio oro con cabellos plateados, que, por cierto, sus cabellos poco a poco también ganaron en brillo y dejaron de ser de un tono plata, a ser poco a poco tan brillantes como el oro; no quería hablar de ese tema por motivos personales, o tal vez únicamente prefería eludir el tema porque sabía que aquello se volvía dramático.

Pero llegó el día que no pudo evitar aquel tema...

Sus piernas estaban empezando a desaparecer...

- Cumplí con mi tarea pendiente que no me dejaba descansar en paz...- aquello dejó a los cuatro clavados en el suelo y empezaron a cuestionarse mentalmente qué era lo que tenía pendiente para que hubiera llegado a completarse y parecía estar llegando a su abrupto final de forma que ninguno de ellos quería que llegara.

- Dijiste que no lo sabías...- acusó Stanley con extrañeza en su voz, tal vez algo de dolor.

- Dije que mi tarea pendiente no era que se disculparan conmigo...- negó con la cabeza.- No era eso... Yo no necesitaba una disculpa para estar en paz... No necesitaba que nadie muriera para estar en paz...- negó lentamente con la cabeza.

- ¿Y qué era, entonces?- preguntó Kyle cruzado de brazos.- Normalmente los fantasmas atrapados en la tierra solo pueden descansar cuando su asesino muere.

- Yo no quería que la sangre fuera derramada, porque aunque me golpearon conscientes de lo que hacían, no me mataron intencionalmente... Fue algo que no sabían que ocurriría y ellos no querían eso...- negó con la cabeza lentamente.- Ellos tuvieron miedo al verme muerto...- apretó los labios.- Y de todas maneras... Morí deseando solo una cosa...

- ¿El qué?- pidió saber Cartman con desesperación e impaciencia.

- Enamorarme.

Los cuatro se quedaron mudos, y progresivamente las miradas de Stanley, Kyle y Cartman se giraron hacia Butters.

- Y ser correspondido por la persona de la cual me enamore...- los ojos morados y rosados del rubio oro miraron a Butters con lástima, con dolor, con pesar, con desilusión, con un sentimiento tan fuerte de culpabilidad que era imposible que no estuviera a punto a de romper en llanto. Y Butters estaba en las mismas condiciones...

- ¿Y por qué no nos lo dijiste antes?- exigió saber el rubio de ojos celestes.

- No quería que reprimieras tus sentimientos por tal de evitar que yo desapareciera...- susurró cuando el rubio se acercó a él.

Kenneth acercó sus manos, intentando acariciar sus mejillas, pero atravesó su piel, y sus manos también estaban desapareciendo.

- Butters...- Kyle se mordió el labio.- Kenny merece descansar en paz, es egoísta no dejarle...- el pelirrojo acercó su mano al hombro del rubio.

Butters ahogó el sollozo con impotencia.

- Pero...- apretó los labios...- ¿T-Tú quieres... irte...?

- Si y no...- la expresión de Butters se crispó por el "sí" inicial, pero tampoco se calmó cuando lo negó.- No quiero irme porque quiero quedarme contigo... Porque te amo...- susurró íntimo.- Pero si quiero irme porque, principalmente, nos llevamos como veinte años...- hizo una breve pausa...- y estoy muerto...

- Si, bueno, la edad es un número...- intentó sonar positivo el rubio.

- Y la cárcel es un sitio.- mencionó Cartman alzando el índice.

Kyle le dió un fortísimo golpe en la cabeza como el que seguramente se dio al nacer por arruinar el MALDITO momento.

- Leo...- lo llamó para que lo mirase, y deseó tanto que sus manos no hubieran desaparecido para poder intentar entrelazar los dedos, pero no pudo hacerlo, sus brazos habían desaparecido, o la menos había perdido conciencia de ellos, poco a poco desaparecía y sus extremidades ya lo habían hecho.- Es cierto que nos gustamos mutuamente... Pero no puede ser... Diferencia de edad... Estoy muerto... No puedo salir de este baño... No vas a poder venir a verme para siempre... Y en algunos momentos debo descansar algún día... Es lo que tiene...

- Pero...

- Leo... ¿Lo entiendes, verdad?

- Si, pero...

- Te quiero....

- Yo también...- musitó bajando los ojos.

- No olvides que por encima de todo, te quiero... Nos tenemos que separar... Pero te sigo queriendo infinitamente... Como nunca he querido a nadie...- le sonrió un poco, su torso estaba desapareciendo.

- No te vayas sin besarme.- suplicó.

Kenneth sonrió de lado, comprendía perfectamente aquella súplica y sin duda se acercó y sus labios se encontraron por unas décimas de segundo, una gentiles décimas de segundo que fueron suficientes para sentir el gélido tacto ajeno del fantasma, en una textura fantasmagórica que le recordó al algodón dulce, pero en vez de tener un suave y dulce sabor... El sabor que quedó en su voz fue amargura y desolación, pues justo desapareció en ese momento.

...

Los tres restantes se quedaron allí pasmados, y segundos, del cuarto integrante de aquel grupo, gruesas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas... Y un llanto desconsolado inició cuando sus piernas se volvieron gelatina y cayó de rodillas al suelo, escondiendo la cabeza entre sus manos y haciendo un enorme eco en todo el baño, dejando al castaño, al pelirrojo y azabache totalmente en shock por aquella reacción.

- B-Butters...- susurró en bajo agachándose a su lado, apoyó una mano en su hombro.

Pero no había forma de consolar el gentil corazón roto del pequeño rubio que acababa de perder a quien consideraba que, desde luego, era el amor de su vida...

FIN

____________________________________________________________________________

TRANQUILOOOOOOOOOOOOOOOS

Hay segunda parte XD

Bueno, no es una segunda parte, porque esto es un one-short.

De hecho, es un final alternativo, así que pueden tomarlo como algo EXTRA dentro de la historia,  pero sí, el final verdadero está aquí, no en la siguiente parte (pero puede tomarlo como canon si les hace sentir mejor).

Mañana tendrán el extra, así tengo tiempo para poder escribir las otras ideas que tengo XDDD

Aunque tengo que decir que al final la historia de los súper héroes la cancelaré, porque no estoy satisfecha con lo que estoy escribiendo y prefiero cancelarlo antes de seguir prometiendo cosas... Y creo que a partir de ahora será mejor que sea ambigua con algunas cosas o ideas, porque puede que al final todas las ideas que tengo en desarrollo acaben siendo canceladas... Porque no estoy cómoda con la idea de ilusionar a la gente y después cancelar la historia...

Así que, hasta que no esté totalmente segura de que una historia va a ser publicada, no voy a hablar de ella <':

Y las dos ideas que tengo, aún no están formadas y son susceptibles de ser canceladas (estoy escribiendo estas palabras el mismo día que terminé el fanfic (16/04/2023), por tanto, en el momento de estar escribiendo esto, las historias aún son medio desastre, por tanto, cuando vaya a publicar esto, lo más seguro es que las ideas se hayan desarrollado o cancelado o puede que incluso se haya finalizado, así que sí, tomen con pinzas todo lo que estoy diciendo XD).

Por ahora, solo puedo pedir vuestras opiniones uwu ----------------->

(A partir de aquí están los comentarios del día que publicaré este fanfic)

Hey, estamos a 06/05/23, y acabo de corregir todos los errores que he visto, si hay alguno, lo siento :'3

Las ideas que tengo actualizadas / finalizadas.... Tengo un Style pendiente de publicar.

Y también sigo escribiendo el crossover de The Promised Neverland y South Park, no se preocupen, esa historia sigue en curso UwU (esto es congruente con lo que van a leer a continuación, son cuestiones espacio temporales xD

(A partir de aquí volvemos al día 16/04/2023, momento en que he terminado el fanfic y lo estoy alistando para poder publicarlo en un futuro uwu)

Me gustaría bastante hacer una versión crossover de "The Promised Neverland", pero tendría que volver a verme el anime, y la verdad es que la segunda temporada deja mucho que desear, por obvios motivos, puede que esa idea la acabe descartando... Porque no voy a hacer a media comunidad de Wattpad leerse el manga completo para que entiendan alguna de las referencias que haría, porque sí, si hago un crossover lo haría sobre el manga y no sobre el anime <':

Y como no soy mala persona, no os haré hacer ese esfuerzo uwu XDDDDD

En fin, ya me voy uwu

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo fanfic / historia

Bye~

By Silvia Line

[8631 Palabras]

P.D.: Mañana publicaré la parte extra uwu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top