CAPÍTULO III

Aprendan a convivir.


Ambos jóvenes llegaron a una bella casa de madera en los límites del pueblo. Estaban a unos dos kilómetros de los príncipes más cercanos.

- padre dijo que estaría mejor este lugar por tu naturaleza

- no lo entiendo

- bueno, estamos en los límites de Midgar, Jötunheim está del otro lado del mar.

- Loki miro el mar por un momento antes de seguir avanzando hacia la casa - da lo mismo donde estemos.

Thor suspiro resignado, comenzaba el día y Loki apenas le dirigía la palabra. Pero rendirse no era un plan agradable para ninguno de los dos.

- ¿te gustaría beber algo? - pregunto Thor.

- hidromiel estaría bien.

- y dime - le tendió un cuerno lleno de bebida - ¿Cuál es tú pasatiempo favorito?

- nos conocemos desde que tengo memoria y ¿no lo sabes?

- solo quería asegurarme de que fuera pasar el tiempo en las bibliotecas o tras los muros del palacio practicando tu magia.

- Loki sonrió de manera amable - el tuyo es entrenar

- correcto

- dime una cosa Thor, ¿también piensas como los demás príncipes?

- el rubio alzo una ceja - ¿a qué te refieres?

- Loki volvió a sonreír - a que, tal vez solo me quieres para darle un heredero a la corona de tu pueblo.

- oh no, no, nada de eso.

- el joven príncipe suspiro - sabia que no tenías interés por los hombres

- en eso te equivocas. - sonrío - soy un Lokixual - dijo divertido

- eres un imbécil - sonrió orgulloso de sus propias palabras

- vamos Loki

- iré a bañarme - el azabache se levanto de su asiento y comenzó a subir las escaleras

- vale, vale.

[*]

Loki se encontraba en aquel baño Midgardiano. No tenia una bañera enorme, en su lugar tenia una regadera como la que usaban los criados.
No tenia sus aceites para su piel delicada, y tampoco sus preciados perfumes.

- no puedo creer que tenga que soportar esto por el capricho de mis padres. - susurro mientras se despojaba de sus prendas.

Thor por su parte estaba en el patio de la casa entrenando con lo que parecía ser un muñeco improvisado.

- esto es un asco - enterró la espada en aquel muñeco - pudiendo obligarlo a pasar tiempo conmigo estoy aquí resignándome a tener la corona de Asgard de una vez por todas, y todo por culpa de ese mocoso que se cree mejor que yo - se quejo volviendo a golosear aquel muñeco

Después de unos minutos más entro a la casa nuevamente.

Sus pensamientos vagaban a que ya tenía 25 años y su padre se había negado a darle la corona antes de su matrimonio. Algo que sin duda alguna era el argumento más estúpido que había escuchado.
Se sirvió hidromiel nuevamente, tenia que convencer a Loki de casarse con el y darle a ambas coronas un heredero por el bien de sus pueblos.

Pero esa tarea iba a ser difícil, pues el sol ya empezaba a ocultarse dando a entender que la noche estaba por llegar y el apenas si había entablado conversación con Loki.

- sabes que tu aspecto de pensador no te va Thor. - el muchacho rompió el silencio haciendo que Thor volteara a verlo.

- eso se te da a ti, me a quedado bastante claro.

- en eso tienes razón.

Se quedaron mirando por unos minutos, minutos que parecían eternos y de un silencio incomodo.

Thor miro a Loki, traía puesta una bata de seda color negro con pequeñas gemas verdes incrustadas en las orillas.

Loki por su parte miraba a Thor quien se encontraba lleno de sudor gracias a su pequeño entrenamiento e hidromiel.

- deberías tomar un baño.

- iba a pedir la comida a una criada.

- Loki soltó una carcajada - ¿te parece que tendremos criadas?

- espero que si - rasco su nuca

- ve a bañarte, no prometo hacer algo increíble, pero haré lo que pueda.

- ¿gracias? - lo miro confundido para después subir las escaleras

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