XVIII

- Hazlo.- en aquel momento no supe porqué acepté aquello, pero en los momentos en los que me encontraba, sabía perfectamente lo que Craig me hacía sentía, sabía perfectamente quién era Craig, sabía perfectamente lo mucho que este me cuidaba ya fuera protegiéndome del resto de gente que no estaban cómodos con mi presencia, o mimándome sin descanso alguno con besos en el cabello o caricias.

Sus ojos verdes cactus brillaron con emoción, una emoción indescriptible y se acercó a mí de forma íntima. Recibí sus labios con gusto, y se amoldaron delicadamente contra los míos. Me sentí torpe e inexperto, pero Craig me dejó tiempo para acostumbrarme, muy a pesar de que ambos éramos primerizos en aquel asunto... Instintivamente la forma en la que Craig me dejaba cierto espacio y permitía que deslizara mis dedos para abrazarlo por el cuello era tan único... Al separarnos no resistí la necesidad de saborear mis labios para rememorar el momento y Craig asumió aquello como una petición para repetirlo, con gusto aquella conexión de miradas no requirió de nada más que solo una afirmación para volver a besarnos. Tal vez con la misma o con más delicadeza que la primera vez.

- Esta noche es luna llena...- susurró de repente.

- Lo sé...- respondí sonriendo gentil.- Por eso acepté que me besaras...

La emoción era palpable y sus ojos emitían un brillo tan enternecedor que no pude evitar sonreirle... Craig se dejó caer a mi lado, rodando, y se tumbó el frío césped a mi lado, su piel morena hacía contraste, entre el verde de la hierba en la que estábamos tumbados y el verde cactus de sus ojos... Iba a volverme loco al final.

- ¿Me permites tomar tu mano?- preguntó.

- ¿Ahora o para siempre?

- Todo el tiempo del mundo...- deslicé mis dedos desde la tierra y hierba del suelo hacia su mano.

- Estoy dispuesto a pasar ese tiempo a tu lado...- respondí con una sonrisa ladeada.

Un rubor espectacularmente dulce cubrió el rostro de Craig y no pude evitar mostrar una sonrisa aún más amplia. Me enderecé bajo su sorpresa, y sus ojos buscaron un motivo por el que podría enderezarme, lo inesperado fue que abandonada aquella mullida cama de hierba en la que habíamos estado los dos acostados y reposara mi peso sobre el cuerpo de Craig, parcialmente acostado sobre él. La violencia con la que el rojo de sus mejillas se intensificó dibujó una sonrisa aún más llamativa en mis labios y me acerqué para quedar a pocos centímetros de su rostro.

Nuestros labios se encontraron por tercera vez.

Al separarnos, mi mano izquierda se sentía algo entumecida y al mover los dedos caí en cuenta de que mis dedos se entrelazaban con los del azabache y una sonrisa reluciente apareció en mis labios al ser un gesto inconsciente ocurrido en aquel beso. Quise volver a besarlo, pero me contuve, no quería verme tan desesperado por seguir rozando mis labios con los suyos; él estaba un poco desorientado, no sabía cómo tomarlo, ladeé la cabeza hacia un lado.

- ¿Pasa algo?

- Quiero respetar tu espacio, cumplir con las tradiciones, aullar juntos a la luna y reforzar nuestros sentimientos bañados en una noche que sea prácticamente eterna, pero en estos momentos mucho me temo que lo único que se está reforzando son mis bajos...- mis ojos se abrieron progresivamente y mis mejillas se ruborizaron intensamente...

- C-Craig...- lo miré mal y él dibujó una sonrisa.

- ¿Fue demasiado atrevido?

- ¡Sí! ¡Demasiado!- reproché apartándome de él y tumbándome a su lado en aquella mullida cama verde, escuché su carcajada profunda y sus dedos reforzando el agarre.

- Lo siendo, honey...- me estremecí al aquellas palabras y giré los ojos inmediatamente hacia él.

- ¿Honey...?- parpadeé con incredulidad.

Él giró la cabeza hacia mí con la misma sonrisa.

Me sentí repentinamente aturdido y empujado al último de mis sueños con Craig. La cabaña de madera rodeada por el bosque, las sábanas color beige tan finas, Craig regresando del bosque y sonriéndome mientras susurraba con tanta delicadeza aquel apodo tan enternecedor...

- Tu cabello es rubio como la miel y estridente como si fuera un nido de avispas...- ronroneó.- Y tus ojos brillan tanto como la miel al sol...- se enderezó para quedar sentado, sin soltar mi mano.- Es un apodo perfecto para ti...- giró sus ojos verde cactus hacia mí, invitándome a sentarme también, y claramente lo hice.

- Tengo que buscarte uno...- murmuré a modo de juego.

- Tómate tu tiempo... Adoro la forma en la que dices mi nombre... Incluso cuando estás enfadado...- rodé los ojos.- ¿Me estoy pasando otra vez?

- Un poco...- me encogí de hombros.

- Lo siento...- sonrió un poco.- Tengo tantas ganas de que anochezca...

- Pareces un desesperado...

- Estoy desesperado...- admitió.

Me reí un poco y me incliné para abrazarlo fuertemente, sin soltarlo del agarre de la mano todavía. Lo volví a besar, Craig sonrió, y si tuviera sus orejas o cola, seguramente tendría las orejas hacia atrás y la cola sacudiéndose de lado a lado. Cosa que ciertamente en mi mente se veía adorable y estando cara a cara con él, la cosa no es que fuese menos enternecedora.

- Adoro cuando me besas...- admitió soltando un suspiro atontado.

Sonreí enternecido.

Aquella misma tarde, después de pasar varias horas más a solas, nos reunimos con el resto de vampiros en la cueva de la primera vez. Todos ellos se estaban preparando, saldrían a cazar aquella noche a la civilización humana. Había algo sobre los humanos que me causaba curiosidad y miedo al mismo tiempo, no como los ojos de Craig, quiero decir, el tema de sus ojos rojos cuando se transforma en licántropo es algo distinto, es más intenso, está grabado a fuego en mis retinas; los humanos, en cambio, simplemente son una curiosidad extraña, pero no totalmente aturdidora que me empuja a querer conocer ese mundo, de hecho, no tengo curiosidad en ese factor, considero mucho más seguro el bosque, muy a pesar de que sigo sin considerarlo un territorio fácil en el que orientarte... Por suerte siempre estoy acompañado y la orientación no es algo de lo que yo debía encargarme personalmente. Por otro lado, la hermana menor de Craig y Damien también desaparecerían aquella noche, en el caso del segundo, acompañaría a los vampiros a la aldea humana, en el caso de la primera, ella se quedaría en casa durmiendo porque no tenía ganas de otra cosa, y porque no tenía grandes motivos para quedarse despierta si su mejor amiga estaba cazando y no podía quedarse a charlar con ella hasta el amanecer.

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Son tan tiernos estos dos... Me van a matar cualquier día...

Sobre todo Craig sonrojado 😳😳😳

Son tan adorableeeeees 👉👈✨💕

Los amo mucho 👉👈✨

Aquí las opiniones del capítulo -------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1147 Palabras]

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