XIV

Y aun así, jamás nos habían acercado mutuamente por a saber que motivo, además de mi desinterés por ese romance forzoso.

Abrí los ojos lentamente y supe que nuevamente estaba en el mundo de los sueños, pues no me encontraba en mi suave cama, ni en mi humilde casa, ni en mi silencioso pueblo de montaña... Mi cuerpo estaba entumecido, mi piel estaba expuesta bajo una fina sábana color beige, me enderecé de costado, encontrándome en una zona rústica, una casa solitaria y silenciosa, una tenue brisa entraba por la ventana abierta y mis ojos recorrieron todo el perímetro y todo lo que estuviera en el campo visual de aquella ventana... Ojeé con curiosidad los enormes árboles que nos rodeaban, era una casa llena de verdín, musgo, enredaderas y protegida por las copas de los árboles, aun así el sol se adentraba en la habitación y nutría mi cuerpo y despertaba mis sentidos... A pesar de no saber dónde estaba, no me sentía desorientado, me sentía genuinamente a salvo, en un entorno seguro...

Mis oídos detectaron movimiento, pero no me sentí en peligro, miré la ventana, y un cuerpo conocido se acercaba a la casa, una piel tostada con ojos verdes cactus hicieron que mi corazón se sintiera aliviado y una sonrisa inconsciente creciera en mis labios. Giré mi cabeza hacia el azabache cuando este entró en la habitación y unas inmensas ganas de besarlo hicieron que mi corazón palpitase fuertemente por la confusión de un sentimiento contradictorio. Me sentí aturdido por querer besarlo con tanta intensidad.

- Buenos días, Honey...- mi cuerpo se estremeció y desde luego aquel apodo hizo que mi corazón latiera con fuerza.

Y noté que salí de aquel mundo perfecto e idílico por el impulso tan intenso de mi corazón. Me faltaba el aire. Miré a mi alrededor desorientado, y me encontré en mi propia casa. Mis mejillas estaban tan encendidas que parecía algo preocupante. Tragué saliva lentamente y miré alrededor nuevamente cuando escuché pasos en la casa.

- Tweek, despierta. Es tarde... El líder reclama tu presencia...- me estremecí.

- Voy...- suspiré.

Me levanté de la cama entumecido, mis piernas temblaban y mis manos estaban sudadas y temblorosas... Supe que aquello era parte y causa del sueño, pues no había podido ser otra cosa más que eso... Caminé por la casa hasta el comedor, mi padre era quien me había llamado, mi madre se encontraba sentada junto al líder de la manada. Tragué saliva lentamente al encontrarme de frente con Randy Marsh. Me acerqué hasta la mesa y me senté con una gentileza cuidadosa y casi temerosa.

- Desayuna y vamos a comprobar si realmente eres digno de un matrimonio.

Me estremecí, y fui incapaz de contestar con la voz, únicamente sacudí la cabeza para hacer un asentimiento lento.

- Te espero en la plaza.- se levantó de la silla y recorrió la casa en silencio, salió, la tensión desapareció.

Fui capaz de respirar adecuadamente una vez más, y una de mis manos se dirigió a mi pecho, contuve el aliento unos segundos para poder regular la respiración para evitar el ataque al corazón que me iba a dar, no solo por los pensamientos que tenía sobre Craig, no solo por los sueños, no solo por mis miedos, no solo por todo lo que me estaba pasando, también por la presión que tenía sobre mí.

Craig dijo que no era impotente, pero que igualmente era posible que no pudiera transformarme todavía y si no era capaz de desarrollar mis atributos... Me considerarían una decepción y estaría mal mirado y vigilado por todos hasta que se calmara el ambiente u otra persona provocase ruido y me acabasen de quitar la vista de encima... Me sentía tan impotente en aquellos momentos por todo lo que estaba pasando... suspiré pesadamente.

- Tweek, desayuna.- mi padre se escuchaba impaciente, y me vi obligado a obedecer antes de hacerlo enfadar.

Cuando finalicé el desayuno me presenté en la plaza, silencioso, mis padres caminaban a mi espalda y Heidi Turner estaba presente también, con sus padres. La presión era aún más prominente que el día anterior, tragué saliva lentamente.

- Pelearás contra mi hijo, si no desarrollas los atributos, se concluirá con que eres impotente, serás despojado de tu compromiso y Heidi tendrá que buscar a alguien que sí sea digno...- me mordí el labio con algo de rabia por la forma en la que Randy estaba hablando sobre mí, casi como si supiera que no iba a pasar nada y me estuviera menospreciando de primera mano, tragué saliva lentamente, mis manos estaban entumecidas, tanto como mis piernas.

Había algo, concretamente ese "digno" en sus palabras... Me daba rabia... Mucha rabia... Era detestable... "Digno" para la manada significaba ser un licántropo que se desarrollaba cognitiva, física, social y románticamente como los demás... "Digno" era gustarte pelear con los demás para realzar tu postura como macho entre los demás machos... "Digno" era pasarte la vida con una mujer a la que no amas para propiciarle a la manada un futuro y una herencia estable y resistente sobre la que caminar cuando Stanley fuese líder, y cuando el hijo de este tuviera su propia descendencia... Y no tenía nada en contra de Heidi, únicamente no podía forzar mis sentimientos.

Recordé las palabras de Craig, respecto a mi aura, mi fuerza de voluntad, y todas las capacidades que podría llegar a tener. Tenía un sentimiento interno carcomiendo mi pecho: mi orgullo, había una necesidad interna que me exigía pelear y vencer; era un sentimiento desagradable, y era detestable que todos los licántropos tuviéramos ese orgullo y esa necesidad de pelear en nuestro cuerpo. Apreté los labios y encarné las cejas con preocupación al ver a Stanley apretando las vendas en sus nudillos, evidenciando que me daría golpes tan fuertes que necesitaría protección para no hacerse daño... Suspiré para calmarme y perdí mi vista en el bosque a espaldas de Stanley, la pradera estaba tan lejos y tan cerca al mismo tiempo...

- ¿Y si no desarrollo los atributos pero gano la pelea?- pregunté inocentemente con intenciones de alargar el sufrimiento agónico de todos los que estaban a nuestro alrededor, deseosos de ver la pelea y disfrutar de mis llantos y humillación.

- No seas tan iluso, Tweek. Si no desarrollas los atributos, jamás vencerás a nadie en una pelea. No puedes defender a tu prometida y por obvias razones, tu compromiso se cancelará.

Apreté los labios y bajé la mirada. No dejaba de recordarme eso como si fuese alguna clase de humillación o recordatorio constante de que, igual iba a perder, e igual iban a humillarme... Y no quiero pasar por eso... De verdad que no... Pero tampoco puedo evitar la pelea.

- Preparaos.- alertó.

Me puse tenso de repente y mis músculos me gritaron que huyera, como cuando me empezaron a perseguir por el bosque, cuando el tal McCormick me perseguía, o cuando me inmovilizó, o cuando Craig llegó a nuestro lado... Y empezó a pelear contra el vampiro... Craig se arrojó de cabeza, emitiendo gruñidos guturales y evitando que se acercara a mí... Su forma de combate era defensiva, tal vez podría tomar ejemplo, estar a la defensiva y hacer tiempo... ¿Tiempo para qué? Tal vez simplemente para no morir a la primera que me pongan la mano encima.

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Te van a partir la madre, Tweek...

Pero bien hecho, tú intenta resistirte y pelea >:3

Es una buena muestra de orgullo/? >:3

No estoy haciendo spoiler/? >:3

Aquí las opiniones del capítulo -------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1265 Palabras]

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