IX
- No lo hagas.
- No lo decido yo.- tomó el impulso final con un pequeño brinco hacia atrás para después golpear con más fuerza todavía.
Y no pude hacer otra cosa que intentar cubrirme el rostro con mis brazos y agacharme o protegerme de algún modo, pero igualmente el fuerte golpe haría que mis brazos estuvieran entumecidos, si es que no me astillaba o rompía mis brazos por el impacto. Ahogué un chillido, mezclado con un gimoteo que fue silenciado por un eco ensordecedor que detuvo el puño justo delante de mi rostro, pero noté al aire, el viento... Abrí los ojos en shock al reconocer el fuerte aullido que removió toda la pradera y que tensó a mis padres, a Randy Marsh y sobre todo a mí, parpadeé y giré lentamente mi mirada hacia el denso bosque, tragué saliva lentamente. Y unos ojos rojos penetrantes y amenazadores nos miraban fijamente a través de la inmensidad del bosque. El latido de mi corazón aumentó por momentos, con un presente e impresionante miedo, temor, terror, pavor, y mi respiración acelerada, mi pecho subiendo y bajando, mis manos temblando más que antes, mi aliento fallando, mi cabeza dando vueltas, retrocediendo paso tras paso, hasta chocar contra Jason, y este también estaba rígido y con los ojos abiertos con tal magnitud que no parecía creerse lo que estaba viendo.
- ¡No se preocupen! ¡Los vampiros no pueden atravesar nuestro territorio!- gritó Randy intentando calmar a todo el mundo, pero en su voz también había un ligero temor, tal vez por la sorpresa de ver un vampiro tan cerca de la frontera.
- ¡Eso no ha sonado a vampiro, papá!- exclamó Stanley con los ojos muy abiertos.- ¡Eso ha sido un maldito lobo!
- ¡Todos atrás!- exigió el líder de la manada.- ¡Aléjense de aquí...!
Estaba congelado. Aquellos feroces ojos rojos, nos miraban fijamente, pero su atención estaba explícitamente tensa y puesta de forma asesina sobre Stanley Marsh, sus gruñidos eran perfectamente audibles, aun con todo el movimiento y gritos de la pradera, con todos regresando a sus casas a gran velocidad, en algunos casos transformados en lobos, y conteniendo los gimoteos por el temor que aquellos alaridos, aullidos y gruñidos causaban en sus cuerpos. Mi caso no era el mejor, Jason había agarrado mi brazo, tiraba de mí, trataba que nos alejásemos, pero mis ojos estaban clavados en aquellos ojos rojos, mi mandíbula tensa, pero temblorosa, parpadeando con incredulidad, y temiendo que si apartaba la vista, aquella figura me devoraría cuando le diera la espalda...
- ¡Tweek!- me despertó de mi ensoñación, giré la cabeza hacia él, después hacia el bosque como acto reflejo y con el aliento más acelerado todavía...
Y aquellos ojos rojos habían desaparecido por completo de la misma forma que habían aparecido... Tragué saliva lentamente y me dejé llevar por Jason para alejarnos. Randy fue el último en retirarse, mirando con recelo el bosque, y a partir de aquel día las restricciones eran mil veces más estrictas, prohibiendo por completo pisar la pradera cercana al bosque a partir de aquel día... Nadie rechazó la orden, nadie se atrevió a cuestionarlo.
Aunque, aquella misma noche, el nerviosismo seguía instalado en mi pecho y seguía sin ser capaz de respirar adecuadamente. Mi corazón seguía acelerado, palpitaba fuertemente contra mi pecho, mis ojos estaban abiertos como platos, mirando el techo de mi casa, incapaz tan siquiera de parpadear. Aquella noche sería dura, muy dura... En ese momento recordé las palabras de Craig cuando estábamos sobre el árbol viendo la luna llena... Los vampiros no salían de día, les molestaba el sol a pesar de que no los mataba, ni los debilitaba... Aquellos ojos definitivamente no eran los de un vampiro, eran los de Craig, no solo porque había aullado, sino porque, como dijo Craig, no salían de día...
Tragué saliva lentamente ante la posibilidad de que hubiera sido otra persona. Sabía que había sido un lobo, y que yo supiera, en el bosque solo había dos lobos... El padre de Craig y el propio Craig... Es decir...
Solo quedaba Craig en aquella ecuación, a pesar de que sus ojos fueran de color verdes, cabía la posibilidad de que aquellos ojos pudieran cambiar de color al tener una parte vampírica en esencia
No podía ser Craig... De hecho me negaba a creer que fuera Craig...
¿Y si hubiera sido Craig? ¿Con qué motivo habría impedido la pelea?
Me levanté de la cama con un salto y salí de mi casa totalmente en silencio y decidido. Firme. Sin pausa. Sin perder un solo segundo, ni distraerme con nada. Aquella bella noche en la que la luna estaba perdiendo su color progresivamente, hacía que la pradera se viera más tétrica de lo que generalmente se vería. La atravesé con paso decidido, sin volver la vista, sin detenerme un solo paso, y solo me detuve abruptamente en la primera línea de árboles, antes de llegar a pisar la línea que separaba la frontera. Si ese lobo hubiera sido Craig, tenía que averiguarlo, no importaba lo que sucediera después, pero necesitaba saberlo, más que nada para saber qué tan peligroso era Craig realmente, porque aquellos aullidos que era capaz de emitir eran tan poderosos que hacían temblar y tensarse al propio líder de la manada... Tomé una profunda inspiración antes de adentrarme en el bosque por voluntad propia. Destensé mis manos para abrir las palmas una vez dejé la primera línea de árboles a mi espalda, caminé en lo que me pareció que era línea recta, adentrándome en el bosque cada vez más. Tenso, porque sabía que era territorio de vampiros, y con los sentidos bien alerta en el caso de escuchar pasos o voces...
Pero supe que había sido una mala idea adentrarme en el bosque sin ser consciente que Craig estaba cerca cuando empecé a notar miradas a mi alrededor que me observaban y vigilaban meticulosamente... Me detuve abruptamente y me giré, dando casi una vuelta a mi alrededor y elevando la mirada sobre mi cabeza para intentar ver a alguien, si realmente había alguien... Tragué saliva lentamente y mis ojos empezaron a temblar cuando siseos y chasquidos de dientes empezaron a acercarse a mí... Mis músculos se tensaron y mi cuerpo reaccionó por sí mismo... Casi como si de un puñetazo de Stanley se tratase, aquella vez sí tuve reacción y salí corriendo en la dirección contraria que había tomado, resultando no ser esa, porque por más que corriera no veía la frontera delante de mí... Y aquello hizo crecer la ansiedad al darme cuenta de que me había desorientado en un inmenso bosque como era el de los vampiros...
Quise gritar horrorizado cuando aplacaron mi espalda y tuve que cerrar los ojos antes del impacto contra el suelo, intentando poner las manos para frenar la caída, sin mucho éxito porque mi barbilla chocó contra el frío césped húmedo y mi lengua empezó a sangrar al morderla.
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Spoiler alert... No es Craig...
Es mejor ewe
(Aquí sus teorías ----->)
Problema? ¿Qué es mejor que Craig en estás circunstancias? 🤔🤔🤔 XD
Aquí las opiniones del capítulo -------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1201 Palabras]
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