022

🎁¹¹:『𝘚𝘰𝘺 𝘵𝘶 𝘪𝘥𝘪𝘰𝘵𝘢, 𝘢𝘴𝘪 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘰 𝘺 𝘮𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘶𝘴𝘢𝘥𝘢𝘴』

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Jisung esperaba impaciente con Seungmin a su lado. Minho, en su mensaje fue muy claro: le dijo que no salga al campus hasta que sean las diez y treinta, exactamente una hora antes del almuerzo.

Ambos se habían separado ya que Chan se llevó a Minho para que le explicara unas cosas de la materia de Lengua, porque el exámen se aproximaba. Claramente, Minho resultó estar peor que Chan y quedaron en la nada misma. Cosa que no le resultó tan mal al pelinegro, ya que aprovecharía de pedirle a su lindo chico que lo ayudara.

Su chico.

Minho abrió en grande sus ojos, mientras esperaba a que la muchacha pudiera tomar su pedido.

Recién había caído en que Jisung le confesó que estaba enamorado, y él también lo hizo. Claro que ahora se sentía bien, pero... ¿y si esperaba que le pidiera ser novios? ¿Y si ahora está llorando por no haber dicho eso?

Era más que obvio que Minho si quería, pero pensaba que aún no era el momento. O prácticamente su cerebro no aceptó la idea de estar con la persona que le había robado sus pensamientos los primeros días de clases, que después lo trató mal y que ahora, se besaban por todos los rincones, y era por eso, que no pensó en una idea bonita para pediserlo.

Y no se lo pediría mediante un almuerzo en plena cafetería con bibimbap de por medio, o peor aún, con Sanha viendo. Quien sabe lo que haría aquél psicópata.

Calmó su respiracion y a la par los latidos de su corazón, y pensó con calma. Primero, le dejaría en claro a Sanha que se alejara de ellos. Segundo, haría una linda cena... o la compraria porque no es muy bueno para cocinar, y así, le pediría que sea su novio.

Solo esperaba que el plan fluya tal cual.

Minho ató el moño alrededor de la caja, finalizando el empaque con una nota, como lo hacía Jisung. Sonrío y miró a su amigo.

—Quién lo diría —canturreó Chan—. Estás todo embobado. Solo mírate, jamás te vi con una sonrisota de ese tamaño.

—¿Quieres callarte? Arruinas el momento.

—Ya me voy, Seungmin está esperando, ¿también compraste bibimbap para nosotros?

—¿Piensas que soy rico?

—En realidad lo eres...

Minho tragó saliva y apartó la mirada de su amigo, para sentarse en el banco, sintiendo el aire golpear contra su cuerpo y mover su cabello negro.

—¿No les has dicho de Jisung?

—No, no aún. Tengo pensado hacerlo, pero cuando lo nuestro sea más serio.

Chan guardó su celular tras leer un mensaje de su novio que avisaba que primero iría al baño y luego se encontraría en su lugar secreto. Por lo tanto, el mayor se sentó junto a Lee, mirando su perfil.

—¿Le has dicho a Jisung lo de la apuesta? —preguntó, acomodando su cabello, que por culpa del viento había caído sobre sus ojos molestándolr enseguida

—Cuando lo veo, lo que menos pienso es en eso. No puedo creer como me enamoré tanto de él como para olvidarme de la apuesta.

—Te recuerdo que perdiste, querido Lee, y debes cumplir con lo pactado.

Minho largó un suspiro y se acomodó en la banca, inclinándose sobre sus rodillas.

—Es fácil —agregó el mayor—. Dile que reprobaste el exámen de matemática y que ahora te tienes que disfrazar de Blancanieves y estar toda una hora en el colegio. Oh, y le tienes que pedir ayuda para conseguir el disfraz. Vamos Lee, son las bases de la apuesta, no es mi culpa que no hayas estudiado.

—¿No te estaba esperando Seungmin? Ahí está parado, y con la cara que lleva parece la bruja, cuidado si te da una manzana —Chan rodó los ojos y se puso de pie, tomando sus pertenencias que estaban en el suelo—. Y por cierto, apoyo a que te envenene.

—¡Le voy a decir esto a Jisung, su noviecito es bastante malo! —gritó, llamando la atencion.

Minho rió, sin percatarse del celular que lo estaba grabando de cerca. Grabación que Sanha usaria para su beneficio.

Minho miraba para todos lados en busca de Jisung.

Le dejo un mensaje que avisaba en donde estaria en la hora del almuerzo, invitandolo a que venga tambien. O más bien diciéndole que tenia que ir si o si porque no podia esperar a decirle algo muy importante.

Por otro lado, un Jisung demasiado feliz salía del interior del establecimiento hacia el campus. Se sentía algo raro, se acostumbró a no tener las manos vacías en cuanto iba a ver a Minho. Pensó casi toda la noche en no dejar el plan y seguirlo al pie de la letra, pero las palabras del mayor resonaban en su cabeza, además de un tierno mensaje que había sido mandado a la medianoche, exigiéndole que vaya a dormir y que se cubra bien con las mantas para no enfermarse.

Sonrió al recordar el mensaje, pero mucho más sonrió al verlo sentado debajo de un arbol, leyendo atentamente a un libro que había abierto en cuanto Jisung pisó el pasto. El menor supuso que era para hacerse el desinteresado o para que nadie note su tembloroso cuerpo por el nerviosismo. Largó una pequeña risita al estar frente suyo y se arrodilló para estar a su altura, mientras los ojos contrarios lo inspeccionaban con atención.

—¿Ahora se lee con los libros al reves? —trató de bromear pero se arrepintió en cuanto las mejillas de Minho estaban rojas.

El mayor dejó apartado el libro con una vergüenza notable y escondió su rostro en el cuello del menor, quién enseguida lo abrazó y acarició su cabello con cariño.

—No quise ponerte así... pero me gustas mucho con tus mejillas rojitas.

—Eres la primer persona que me pone así de nervioso. Solo quería que no notes lo entusiasmado que estoy... parezco un idiota.

—Un idiota lindo —afirmó con una sonrisa

Minho se acomodó un poco más, sintiendo mejor como la piel fría de Jisung erizaba por completo la suya. Se separó de inmediato y llevó sus manos para tocar su rostro, corroborando que estaba frío. También tomó sus manos y lanzó una mirada prácticamente asesina.

—¿Por que me miras asi?

—Estás frío... no, estás helado, literalmente congelado. Estás vestido como si fuese verano —exageró riendo, volviendo sus manos hacia sus mejillas para apretarlas.

Sin embargo, aquello que amaba hacer se vió interrumpido cuando se acordó que tenía una chaqueta demás en su mochila, por ende, la agarró y la colocó sobre los hombros del rubio.

—Abrígate, bien. También te hace falta cubrir tu cuello. Quién lo diría, el chico que me regaló dos bufandas y ni siquiera tienes una para ti —se quejó, buscando algo en su mochila.

—¿Dos? ¿No habías tirado una a la basura?

—La volví a recoger y la guar... —detuvo sus movimientos, con el obsequio entre sus dedos—. No se suponía que sepas eso —dijo, con sus mejillas nuevamente rojas, cuya temperatura ascendió al ver la sonrisa del menor—. ¡Ay, Jisung! —exclamó, tapándose lo que podía su rostro.

Jisung apartó el paquete con ositos, entusiasmado por abrirlo, pero volvió a abrazarlo para que su vergüenza se vaya.

—No se preocupe hyung, sé que la usa —sonrió nuevamente, acariciando la bufanda que estaba alrededor de su cuello, la misma que él tejió hace unos cuantos días atrás—.. ¿Sabes que todo el mundo te considera como un chico malo? —Minho asintió lentamente—. ¿Qué dirían si te vieran así? Pareces un tomate. Un tierno tomatito.

—Ya está —dijo, separándose de Jisung, para volver a tomar el obsequio—. No te burles, sigo siendo tu mayor.

Ambos se miraron a los ojos, y esta vez, fue Jisung quien sintió como la vergüenza domaba su cuerpo. No podía contra su mirada. No podía aguantar tanto tiempo mirándolo así, parecía como si sus oscuros ojos lo penetraban con fuerza, pero sin malicia. 

Era como una clase de cariño que él solo podía transmitir, y que solo Jisung podía entender.

—Tengo algo para ti.

—¿Si? —sonrió entusiasmado, observando como Lee tomaba del paquete para entregárselo.

Jisung lo miró curioso y lo inspeccionó por todos lados, hasta encontrar una linda nota pegada al envoltorio.

"Tal vez no sepa como hacer esto, o de hacerlo especial, sobre todo cuando me he comportado como un idiota.
Soy tu idiota, asi que espero que aceptes esto y me perdones por las lagrimas causadas

-LM-"

—No entiendo como no me da vergüenza que leas eso, cuando seguro es lo más vergonzo... —fue interrumpido por unos labios sobre los suyos.

—Es precioso, hyung —susurró en su oído—. Pero no entiendo por que le puso sus iniciales cuando ya sé que fue usted.

Minho rió.

—Tienes que actuar como que no sabes nada, ¿si? —el menor asintió feliz.

El rubio abrió el paquete con mucha tranquilidad y delicadeza, siendo observado por el pelinegro, quien estaba admirando la belleza contraria como si fuese la única en el mundo.

Estaba convencido de que lo era.

Le gustaba. Han Jisung realmente le gustaba.

—¡Bibimbap! —exclamó emocionado y hambriento—. ¿No es el primer regalo que le di?

—Asi es. Compré dos porciones para que podamos disfrutar ambos —sonrió por última vez para ver la pantalla de su celular.

Y mientras Lee estaba distraído escuchando un audio que le habia mandado Chan, Jisung encontró un pequeño papel dentro del bolsillo de la chaqueta. Escondió el papel entre su mochila y su cuerpo y lo leyó:

Plan para remediar lo idiota que fui:

– Recompensar a Sunggie con los regalos que tiré a la basura, más los nuevos.

– Tratar de que Sanha no le haga más daño.

– Pedirle que sea mi novio.

Al leer aquello sonrió y guardó el papel donde estaba. Observó detenidamente su perfecto rostro y como este respondía el audio de Chan con otro más.

Ansioso para que lo último de esa lista llegue.

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