018

🎁⁹:『 ¡𝘚𝘢𝘭 𝘤𝘰𝘯𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘢𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘲𝘶𝘦! 』

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Jisung salió del salón con Seungmin detrás suyo, feliz por haber rendido, lo que pensaba él, un excelente exámen.

La pareja de amigos tuvo que separarse para ir a sus respectivos casilleros, como ahora tenían un pequeño descanso y luego otra clase más, irían por sus cosas para disfrutar del almuerzo sin apuro alguno.

Abrió su casillero y tomó su libreta, en la cual dibujaba las lecciones de su profesora de artes, rogando para que le den algo nuevo que dibujar, estaba harto de hacer lo mismo. La colocó dentro de su mochila y también agarró la caja nueva de lápices. Tenía que presumirla, eran 24 colores que su madre le había comprado, sobre todo eran de una marca muy famosa.

—¿Puedo preguntarte algo? —una voz bastante conocida interrumpió sus pensamientos.

—Hola, Sanha hyung —saludó al girar su rostro y notarlo con un semblante serio—. Claro que si, ¿en qué puedo ayudarlo?

—¿Se puede saber por qué el idiota que me golpeó te estaba dando un beso en la mejilla? —Jisung sonrió y recordó el día de ayer.

Esperaba encontrarse con Minho luego del exámen, pero había terminado unos minutos antes, por lo que supuso que estaba en la cafetería.

—¡Claro que si! Pero antes, usted fue quien golpeó primero, él solo me defendio.

—¿Defenderte de qué? No me atrevería a hacerte daño.

—¿Entonces por qué no acepta un no como respuesta? —planteó, mirándolo fijamente.

—Siempre me dices que no, solo quiero salir contigo una vez, por eso insistía. Me gustas mucho, Jisung.

—Sanha, en verdad, me gusta nuestra amistad, ¿por qué a forzarnos a ser algo más o algo que no nos nace? Usted no me gusta, hyung... Pero fue mi culpa, no fui tan directo, no como lo fui con Minho.

—¿Es eso? ¿Ese idiota te gusta? Aún no me has explicado por qué diablos te besó en la mejilla.

—Yo también necesito una explicación, ya sabes, me besó y me dejó como bobo —una tercera voz se unió—. Pero bueno, algunos piden explicaciones que no se merecen, y otros besos que reciben con gusto. Y ahí tú, en la primera opción —espetó Minho, metido dentro de su casillero, buscando también su libreta para artes.

Se dió la vuelta para enfrentarlo con la mirada, pero una cabellera rubia con una expresión de preocupación en su rostro le llamó la atención. Le dirigió una sonrisa, como si todo estuviese bajo control.

—Jisung es mío.

—Ay, no me vengas con eso, ¿si sabes que te hace machista y misógino? Estamos ya en el 2022, ¿no crees que deberias actualizar un poco? Digo, está cien por ciento comprobado que las personas no son cosas ni objetos, por lo tanto, no es de tu propiedad. 

La furia llegó al cuerpo de Sanha, el cual elevó su puño y lo estampó contra el rostro de Minho, dejándolo en el suelo. El pelinegro iba a lanzarse a golpearlo, pero Jisung le ganó de antemano, yendo hacía Lee y ver como estaba.

—¡Tú, a dirección! —gritó un profesor más alto que él, quitándole toda la drenalina que recorria cada vena de su cuerpo.

Jisung tomó el rostro del mayor entre sus manos, mientras este se sentaba sobre el suelo, sintiendo como la sangre se escurría por su nariz.

—Minho, lo siento. Lo siento mucho. Vamos a la enfermería.

Han ayudó a que el pelinegro se ponga de pie, para luego dirigirse al cuarto en donde descansaria al menos un poco.

La enfermera fue clara: mirar hacía arriba para que la sangre ya no caiga más.

Y así estaba él, mientras sentía lo pequeños deditos acariciar su cabello, y con la otra, trataba de limpiar la sangre seca de su piel.

—Pe-Permiso —pidió, para impactar el algodón en su cuello y parte de su clavícula.

—Parece un deja vu.

—Lo siento.

Su voz salió en un susurro y esta estaba quebrada. Sus ojos se aguaron rápidamente y las lágrimas no tardaron en salir. Minho bajó su rostro enseguida, importándole menos lo que dijo la muchacha.

—Pequeño, no llores.

—Yo-Yo no qui-quiero que le haga m-más daño.

Lee tomó sus rostro con más firmeza y lo obligó a que lo mirara a los ojos.

—Escúchame bien, ¿sí, bonito? —el rubio asintió—. No te tienes que preocupar por mí, pero si no quieres que me haga daño, aléjate de él. No solo se pone violento conmigo, también lo hará contigo si se entera de lo sentimos. Sunggie, tienes que terminar esto con él, no es bueno para ti.

—Pero, Sanha jamás me trató de esta manera, yo... yo no sé que hacer, ni se como —dijo, mientras sentía como las manos de su hyung limpiaban sus mejillas.

—Siempre hay una primera vez. Y no quiero que pase a mayores. Que me golpee a mi, está bien, pero si te golpea a ti o te trata peor... Tú eres el único que puede terminar con esto.

Lo había escuchado antes, de la propia boca de Seungmin, incluso la de Chan. Sanha no era una buena persona con los demás, ¿entonces por que se comportaba bien con él? ¿Solamente era porque estaba enamorado? ¿Por qué se comportaba de esa manera tan posesivo y violento?

¿Por qué le vendió una imágen de buena persona solo para hacerlo confudir?

—Puedo ayudarte con lo que necesites, ¿sí? No solo yo, sino Seungmin y Chan también. No es bueno para ti, no es como me aseguraste.

—Ha-Hablaré con él. Pero perdóname también, yo le hablé feito antes de todo, supongo que eso lo hizo enojar. ¡Lo siento mucho, Minho hyung! —dicho eso, rodeó al mayor con sus cortos brazos en un fuerte abrazo.

Ambos se dejaron ganar por la sensación que transmitía sus cuerpos unidos, como si fuese uno. Sentían como sus corazones palpitaban a la par, como si estuviesen destinados a estar juntos.

Un solo cuerpo. Un solo latido. Una sola respiración.

Un solo amor.

Y un regalo que Minho no iba a dejar pasar desapercibido.

—¿Si sabes que va a terminar el día?

—Hyung, su regalo no lo tengo aquí...

—Con que me abraces me basta —confesó con una sonrisa.

—Pensaba en lo que dijo ayer, sobre la salida al parque... ¿qu-quiere salir conmigo esta tarde?

—Regalo número nueve inesperado, me gusta. Claro que quiero salir contigo... pero Sung... ¿si sabes que las notas me alegran el día, verdad? Más las que tiene gatitos alrededor, me gustan mucho por si no te has dado cuenta. Tanto que termino guardándolas en una pequeña cajita.

Jisung se sorprendió por aquella confesión. Abrió su boca y se separó inmediatamente del cuerpo de Minho, esperando a que diga otra cosa, pero no lo hizo, así que pregunto:

—¿De verdad, hyung? —Minho asintio—. Le escribiré una nota en el almuerzo... oh, la hora creo que terminó, ¡pero lo haré, no se preocupe! —sonrió con entusiasmo, haciendo reir al mayor.

—Eres muy bonito, ¿alguien te lo dijo? Eres precioso —apretó sus mejillas, logrando que su boca quede como un piquito, el cual aprovechó de besar—. Vamos a clase, llorón.

—No soy llorón —se quejó, saliendo de la enfermería.

—Sí, lo eres. Tengo la prueba.

—¡Me estaba disculpando!

—No tenías por qué, por eso tengo la prueba.

Sus manos se rozaron y Minho no dudó en enlazar sus dedos, sintiéndose a gusto por cada latido loco de su corazón. Ambos entraron a  clase, tarde, por lo que se disuculparon con la profesora luego de haber a clarado el tema en privado. Y estaba claro, que ninguno de los dos prestó atención, ya que los ojos contrarios o simplemente las facciones del rostro, era mucho más importante que dibujar frutas.

Minho pensó que no podía enamorarse más de aquel rubio, no hasta que leyó la nota que, accidentalmente, había dejado caer en el suelo cuando Han iba hacía el escritorio de la profesora:

"¡Sal conmigo al parque! No haré que tu nariz sane rápidamente, pero al menos puedo hacer que su corazón se sienta feliz. Y haz feliz al mío también.
Aunque, ya lo haces y eso lo sabes ;)


-Han Jisung- "

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