¿Qué somos tú y yo sino dos mundos opuestos que se cruzan en el mismo espacio?

¿Qué somos sino dos almas que se buscan pero nunca se encuentran?

¿Qué somos sino dos destinos que se rozan pero nunca se unen?

¿Qué somos sino dos amantes que se aman pero nunca se tienen?

¿Qué es este sentimiento que nos une y nos separa al mismo tiempo?

¿Qué es esta fuerza que nos eleva y nos derrumba con su peso?

¿Qué es esta ilusión que nos ciega y nos deslumbra con su brillo?

¿Qué es esta contradicción que nos llena y nos vacía con su ausencia?

¿Qué es esta pasión que nos consume y nos renueva con su llama?

¿Qué es esta emoción que nos inspira y nos tortura con su drama?

Es algo que no tiene nombre,
pero que todos conocemos.

Algo que no tiene forma,
pero que todos sentimos.

No tiene límites,
pero que todos medimos.

No tiene precio,
pero que todos pagamos.

Y aunque no tiene cura, 
todos le buscamos.

Es lo que nos hace humanos,
lo que nos hace vivir.

Lo que nos hace soñar,
y que nos hace sufrir.

Es lo que nos hace diferentes,
lo que nos hace iguales.

Lo que nos hace felices,
y nos hace llorar.

Es lo que nos une y nos separa,
lo que nos eleva y nos derrumba,
lo que nos ciega y nos deslumbra,
lo que nos llena y nos vacía,
lo que nos consume y nos renueva,
lo que nos inspira y nos tortura.

Es lo que tú eres para mí,
y lo que yo soy para ti.

Es lo que nos hace tan distintos,
y a la vez tan compatibles.