En Vano

No me entiendo.
Estoy bien, me rio y me divierto,
pero en el fondo tengo un vacío
que no desaparece
aunque me esté riendo a carcajadas.

***

Una sonrisa que se derrite en sus pupilas.

Un cambio de clima que no logran apreciar.

Vuelvo a preguntar el sentido de la vida,
pero nadie se aproxima,
no hay quien logre contestar.

Hoy es uno de esos días con todo desordenado,
el cabello,
la cama,
la vida,
los recados,
hasta el corazón se encuentra deteriorado.

Nada ha cambiado por más que tiré los dados.

Cual Da Vinci,
yo mismo pinte mi mundo,
el rencor profundo fue el matiz de mi pintura.

Horas de amargura,
segundo tras segundo.

Me he vuelto inmundo,
por poseer una inmensa cantidad de abolladuras.

Me llaman frío,
pero no ha sido por falta de sentimientos,
ya que el instrumento han sido las decepciones;
no saquen conclusiones de traiciones y tormentos,
el elemento principal fui yo y mis pretensiones.

Quien diría que hoy extrañaría la infancia,
cuando mi mayor sueño claramente era crecer.

Me he detenido a ver cuáles son las circunstancias,
y a la distancia pude ver muerta mi fe.

Quizás sonará a excusa,
pero mi vida no trajo un manual
el cual me enseñase a evitar desasosiegos,
a no engrandecer mi ego,
lo cual volví habitual.

Por ello, la hoguera llego puntual,
haciéndome arder en fuego.

Un rio de tristeza circula mis venas,
pero me he olvidado de llorar ese lago que aún espera.

Este episodio solo una secuela
de muchas que vendrán
punzándome cual alacrán,
queriendo obtener mi esquela…

Quiero ser feliz pero no sufro de Alzheimer.

Me siento incomodo,
incomodo conmigo mismo.

Dije: “No habrá tormenta que tan siquiera me despeine”,
y aún sigo atrapado entre tormentas y cataclismos.

Dicen: “Ya no estés triste, al dolor ponle pausa,
la felicidad es gratis, veras que no cuesta nada”.

¿Pero dónde está situada?
mi mano no la alcanza.

Al mirar la balanza siento una bofetada.

También es gratis el dolor,
es gratis el odio,
es gratis la agonía que es plasmada en este folio,
es gratis el repertorio de recuerdos mal vividos,
es gratis perder el sentido de vivir otro episodio.

¿Y estas venas que poseo las dejo largas o me las corto?

Me siento absorto de esta existencia exhaustiva.

Mi esencia esta cautiva,
la reclusión no la soporto.

Sigo viviendo el aborto de una supuesta vida.

Necesito un abrazo en el cuello con una soga,
ya que mis demonios dialogan sin cesar en mi cerebro.

Sin más me desintegro,
soy en el viento una hoja.

De existir se me despoja,
mentiría si dijese que no me alegro.

Esta precipitada muerte es otro síntoma de la vida,
emprendí la huida pero igual me alcanzo
y me abarroto de pensamientos suicidas,
aunque muchos los esquivan,
¿Cómo he de hacerlo yo?

Esta melancolía fue una forma tan romántica de estar triste.

Si no lo entendiste,
no estoy muerto,
solo es aflicción.

Mi poesía nace del dolor,
es la musa que me asiste,
cada noche me desviste para hacerme el amor.

Pero es tan ensordecedor el sonido del silencio
cuando me aplica la ley del hielo,
dicha treta que  desprecio,
quizás porque soy un necio.

Sin la poesía me siento indefenso,
sin ella inicia mi descenso,
mi caída del trapecio.

No creas lo que te cuenten,
este mundo es incontable,
a veces amable,
unas que otras miserable,
pero por más que hable
no habrá frase que narre
lo que pueda ocurrir en esta esfera deplorable.

La noche y su costumbre
de hacerme pensar cuando quiero dormir.

Nací triste y triste seguro voy a morir.

Peligrosa y adictiva soledad me ha dejado de herir;
en ti encontré la paz,
pero aun cuesta vivir.

¿De qué lado de la cama dormirás esta noche soledad?
Olvidaré a la sociedad,
nos etiquetan como siempre,
nos llaman “Accidente”,
¿Crees que eso sea verdad?,
solo tú me entenderás, has estado conmigo siempre.

¿Para qué vida social?

No me des tu hipocresía solo por cortesía,
ya que no cabe en mis manos.

¿Todo esto que proclamo
le servirá a alguien algún día?

¿O esta poesía solo fue escrita en vano?

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