"De repente eres todo lo que necesito, la razón por la cual yo sonrío."

El corazón no manda cuando se trata de encontrar a alguien, Jungkook lo sabe, y de todas formas no es como si quiera tener a alguien a su lado, la mayor parte de su vida escolar se la ha pasado prácticamente en soledad, tiene amigos, sí, los tiene, tiene cientos de ellos, pero pocos pueden considerar sus verdaderos amigos, eso solamente lo lleva más a la conclusión de que los amigos no están siempre contigo.

Ahora mismo está a punto de comenzar con una nueva vida en la universidad, después de no haber pasado el primer examen, pero al menos había logrado tener una beca por sus calificaciones en preparatoria, al menos podría ingresar por fin a una universidad, y sus padres con tal de que estudiase, le brindarían apoyo monetario, jamás creyó que terminaría en una universidad de paga.

Jungkook estaba totalmente concentrado en sus pensamientos, sabe que quizás lo hagan presentarse ante la clase, podrá ser de niños de preescolar, pero para los profesores suena más que divertido, es absurdo, rodo los ojos sin dejar de escuchar la canción que ahora mismo se reproducía, desde más pequeño gusta mucho de música del demonio, como la llamaba usualmente su tía, una gran fanática de ir a misa los domingos y de rezar a cada momento del día, pero bueno, no es como si le interesase en verdad sus palabras.

Su primera clase empezaría en quince minutos, tan puntual como siempre, seguía su camino, esperando a que todo fuese a salir bien y que las bromas no estuvieran de por medio, pues sabe que en esta universidad se acostumbra dar una bienvenida llena de bromas, sobre todo a los becados, todavía más ridículo.

Quizás aquel día fue un día de suerte para él, o tal vez no lo fue tanto, la escena fue tan lenta que ni siquiera la pudo creer en su totalidad, estaba cerca de la biblioteca principal de la universidad, cuando por las escaleras de aquel lugar, bajaba un chico, pero para Jungkook no era cualquier chico, lo impactante para él fue ver como caminaba lentamente mientras bajaba las escaleras, como sus cabellos rojizos brillaban bajo la luz del sol, y lo mejor de la mejor, aquella sonrisa que parecía querer iluminar la imagen, tal vez debió prestar mucha más atención a lo que pasaba a su alrededor, tal vez debió percatarse de las estruendosas risas que se escuchaban detrás de él, pero se quedó prácticamente embobado viendo la sonrisa tan hermosa que portaba aquel chico, y entonces, ¡bam! Lo sintió, y no fue específicamente una flecha de cumplido clavándose en su espalda, si no que había sido un globo lleno de agua.

—¡Bienvenido a la universidad de Incheon, tarado! —sí, cuanto amor hay en ese lugar, Jungkook no tardo en fruncir el ceño y ver hacia el chico inmaduro que le había lanzado aquel globo lleno de agua, maldita sea.

—¡Me las pagarás, bastardo!

Soltó un bufido, bien, primer día y con la ropa y cabello mojado, a este paso odiará estar allí más pronto de lo que pensaba, respiro hondo y apretó las correas de su mochila, odia ese lugar.

—¡Hey! —dejo de fruncir el ceño casi por completo al ver que aquel chico que tanto había llamado su atención se le acercaba, su semblante de preocupación lo hizo saber de inmediato que le estaba viendo cuando le lanzaron aquel estúpido globo lleno de agua—. ¿Te encuentras bien?

—Algo mojado, pero bien —se encogió de hombros, necesitaba verse relajado, no quería dar una mala impresión—, ¿siempre son así de pesados por aquí?

Aquel chico soltó una suave risa.

—No, solamente con algunos, pero él no te va a molestar de nuevo, Jimin solamente lo hace cuando ve caras nuevas —sonrió, demonios, esa sonrisa es perfecta, Jungkook no tiene la menor duda—, por cierto, soy Hoseok, Jung Hoseok.

—Jeon Jungkook —estiro su brazo al igual que Hoseok para brindarse un apretón de manos.

Tal vez ese era el día para que Jungkook conociera al amor de su vida, o tal vez uno pasajero, Jungkook no lo sabe, jamás ha estado con un sentimiento tan fuerte como lo es el de gustar de alguien, pero algo era seguro el lugar no es tan odioso después de todo.

Jungkook no tardo en descubrir que aquel chico que había sido la única persona que le pregunto si estaba bien después de la estúpida broma que había recibido, descubrió que aquel chico estaba en su tercer año de carrera en medicina, algo muy admirable, Jungkook en cambio estudiaba en diseño gráfico, algo que le hizo sentir mal, si hubiese escogido la misma carrera que aquel chico de sonrisa perfecta, quizás lo hubiese visto inclusive a diario, pero por supuesto, ni siquiera él podía estar enterado desde antes, pues apenas lo había conocido.

Los días iban trascurriendo, y por más que Jungkook quisiera sacarse al chico de sus pensamientos, parecía ser un imposible, y por supuesto el destino no le ayudaba mucho, cuando él iba a por un almuerzo, lo encontraba en la cafetería, casi siempre llevaba en sus manos leche de fresa, o inclusive té helado, pero Jungkook no lo entendía, era una casualidad que definitivamente no podía pasar por alto, pero lo hacía, también coincidían en la biblioteca, y una vez en las oficinas de subdirección, una casualidad bastante extraña, había pocas veces en las que había una conversación que fuese real.

De todas formas, Jungkook no lo comprendía del todo, era sumamente extraño, parecía que el destino quería jugarle una broma para que no dejase de pensar y ver a Hoseok, el chico de la sonrisa deslumbrante, pero, en fin, no es como si algo le estuviera mandando señales desde alguna dimensión alterna para que pudiera estar con ese chico, sería la peor de las teorías, seguramente los chicos de la facultad de física se estarían burlando de él si escucharan sus pensamientos.

Tomo sus cosas, guardándolas mientras que los demás se iban de igual forma, las clases habían terminado, ya era tarde, necesitaba irse, tomar una buena cena en un restaurante cercano y quizás caminar a casa, no estaba lejos al menos.

Cuando la mayoría de los alumnos ya habían salido del salón de clases, Jungkook ya había ajustado las correas de su mochila a sus hombros y comenzó a caminar a la salida del salón, estiro sus brazos hacia arriba para después soltar un suspiro, había sido una semana demasiado larga, y de todas formas no podía darse el lujo de tomarse un descanso, necesitaba estudiar para los próximos exámenes, que serían dentro de tres semanas, un buen tiempo para estudiar.

—Jungkook —miro por sobre su hombro, rodo los ojos al ver de quien se trataba, aunque pareciera una broma, aquel idiota que le había lanzado el globo de agua se había convertido en un amigo cercano—, ¿no vendrás a la fiesta de Jisoo?

—Tengo que estudiar —menciono Jungkook, a lo que Jimin rodo los ojos—, no me mires así, sabes que vienen los exámenes.

—De lo único que te encanta hablar es de los malditos exámenes —bufo—, además, falta mucho para ellos, tienes tiempo para estudiar, puedes divertirte por una noche, no pasará nada.

Jungkook soltó un resoplido, no estaba del todo de acuerdo con las palabras de Jimin, y es que de verdad necesita estudiar, las malas notas no deben ser vistas en su historial escolar, nunca han sido vistas, siempre ha sido puntual y un gran alumno, jamás debía ver una reprobatoria, ¿qué dirían sus padres?

—Escucha, no puedo —volvió a negarse a la invitación—, además no podrás convencerme de ir.

—Jimin —el mencionado miro detrás de Jungkook, quien sin querer había levantado las cejas en sorpresa al escuchar aquella voz, pues la conocía perfectamente, sabe que ahora mismo seguramente está mostrando esa radiante sonrisa que parece que jamás desaparece de su rostro—, logré convencer a Yoongi, más vale que lo hagas bien esta vez.

—¡Sí! —celebro Jimin dando un salto—. Ahora, amigo mío —tomo a Jungkook por los hombros para después obligarle a voltear—, será mejor que lo convenzas, porque no quiere ir a la fiesta.

—Voy a ir —dijo Jungkook, quien veía a Hoseok, mientras esté se dedicaba a sonreír ante su respuesta.

—¿Decías? —Jimin rodo los ojos ante lo dicho por Hoseok—. Bueno, entonces lo veré más tarde.

Jungkook soltó un suspiro al ver como se alejaba Hoseok, ¿cómo era posible que con una sola sonrisa te podía convencer de cualquier estupidez? Definitivamente Jungkook estaba totalmente mal de la cabeza, iría a una consulta médica después de esto.

—Si tanto te gusta, ¿por qué no se lo dices? —apretó la mandíbula, se le había olvidado que Jimin estaba allí todavía.

—¿Estás demente, Park? —giro sobre su eje para encararlo—. Hoseok es perfecto, apuesto a que ha de tener pareja, y me pides que me confiese como un idiota enamorado, ¡jamás lo haré!

—Bueno —se encogió de hombros—, pero deberías dar el primer paso, digamos que Hoseok es un idiota como para darse cuenta de los ojos que le miran con otras intenciones.

—Pues no es tan fácil, amigo.

—Lo es, solamente tienes que ir presentarte frente a él en el momento adecuado y decirle lo que sientes, ¿ves? No es complicado.

—Bien —dejo de mirar a Jimin para ver a los jardines del campus—, si es tan fácil como dices, ¿por qué no vas y hablas con Yoongi?

—Ni loco —respondió Jimin de inmediato—. Yoongi es un asunto muy aparte.

—No, no lo es, es lo mismo.

Después de aquella no tan grata charla con Jimin, Jungkook se dispuso a mejor ir a casa y ordenar comida, prefería eso, pues tendría que salir en un par de horas para ir a la dichosa fiesta, se realizaría en un lugar cercano, Jisoo es una chica de dinero, y había alquilado su restaurante favorito por una noche entera, así que se realizaría la fiesta en aquel lugar, el cual estaba cercano a la universidad.

Aunque ciertamente para Jungkook, asistir a dicha fiesta sería de las hazañas que menos le gustarían de su vida universitaria, por fin termino de comer la hamburguesa que había ordenado para soltar un suspiro, media hora más y tendría que salir como loco a la fiesta, no le gusta ir temprano a esa clase de eventos, así que tardaría un poco más, de pronto su cabeza parecía no dejarle en paz debido al recuerdo tan vivo de Hoseok sonriéndole.

Hoseok no se ha portado grosero ni nada por el estilo con él, y para muchos era obvio que Jungkook se mostraba interesado en el chico de encantadora sonrisa, y Jungkook debía admitirlo, ¿para qué negar lo que es más que evidente? Se levantó del sofá para después ir hacia su recamara, necesitaba sus mejores prendas de vestir informales, y por supuesto un peinado que deje de tapar su frente, había llegado la hora, siempre le han dicho que no debe quedarse callado a la hora de decir algo, y si eso pasaría, entonces dejaría de quedarse en silencio, decirle a Hoseok lo que siente podría ser un riesgo total, pero no importaba, ya se golpearía después por tomar esta decisión, pero valdría la pena quitarse un peso de encima.

Casi una hora, una hora en la que busco sus ropas, un pantalón de color negro —la mayoría de ropa era de dicho color—, con las rodillas rasgadas, una playera de color blanco, y una chamarra de cuero, se miró una vez más al espejo, acomodo su cabello despeinándolo un poco más, paso su lengua por su labio inferior y sonrió a su reflejo, estaba listo y nervioso, muy nervioso.

El camino no fue largo, inclusive Jungkook no había prestado mucha atención debido a sus pensamientos, todos estaban concentrados en lo que podría llegar a pasar en dicha fiesta, las millones de posibilidades pasaban por sus pensamientos, unas más que otras se hacían más presentes, y eso solamente estaba causando que se quedase con más nervios que inclusive su estómago comenzaba a revolverse, pero debía de calmarse, todo saldría a la perfección, nada se vendría abajo.

En cuanto llego, varios le saludaron de forma amigable, aunque Jungkook les sonriera para mostrarse cordial, y la música fuese una que a él definitivamente no le gustaba, no pudo evitar concentrarse más en observar a las personas que pasaban por allí, quería encontrar a Hoseok, necesitaba verlo, hablarle y quizás, si tenía el suficiente valor, decirle lo que sentía, de tanto en pensar en lo que pasaría, logro sentirse agobiado, tanto que ya casi estaba a punto de arrepentirse de todo, pero no, tenía que ser valiente.

Cuando se adentró más, pudo ver a algunos bailando en la pista de baile, se dirigió cerca de una pared para ver a las personas con más detalle, pero parecía ser que Hoseok no estaba allí, frunció sus labios inconforme por no encontrar a Hoseok y después soltó un suspiro.

—Tal vez decidió no asistir —comento en voz alta.

—¿Buscabas a alguien en específico? —antes de que siquiera pudiera responder a esa pregunta, Jungkook diviso un vaso lleno de cerveza que era colocado frente a él, luego desvió su mirada hacia la persona que se lo entregaba, sus labios se quedaron entreabiertos al ver aquella sonrisa que tanto lo cautivaba por completo—. Si estás buscando a Jimin, él creo que no vendrá —se encogió de hombros.

Jungkook tomo el vaso que Hoseok le había entregado.

—No, de hecho... —sonrió hacia Hoseok—, él no me interesa.

Hoseok recargo su espalda en la pared para después cruzar sus brazos sobre su pecho.

—Pensé que no vendrías —comento Hoseok—, según estoy enterado, no te gustan mucho esté tipo de eventos.

—No, no me agradaba mucho, pero... —miro a Hoseok que movía la cabeza al ritmo de la música—, me motive a venir.

Hubo una pequeña pausa, pausa en la que Jungkook se quedó mirando un rato a la pista de baile, era bueno bailando, pero casi nunca se animaba a salir y pisar la pista de baile, soltó un suspiro, quizás ahora mismo estaría bailando allí, o quizás no, aunque estaba agradecido de poder estar allí con Hoseok, al menos le había hablado.

—¿Y sí bailamos? —la pregunta de Hoseok lo hizo mirarlo—. He visto que miras mucho aquella pista de baile.

—¿Y? —Hoseok le dedico una sonrisa.

—Me parece que hay que sacarle algo de brillo, ¿qué dices? ¿Bailarías conmigo? —Hoseok extendió su mano hacia Jungkook, pero eso no fue lo que hizo a Yoongi querer aceptar de inmediato, si no que fue aquella radiante sonrisa suya la que lo hizo sonreír de inmediato.

No perdía nada.

—¡Hagámoslo! —dijo Jungkook dándole un largo sorbo a la bebida en su mano para después soltar el vaso para que cayera al suelo, y tomar la mano de Hoseok para jalarlo a la pista de baile.

Jungkook no desperdiciaría tan buena oportunidad de poder bailar con el chico de encantadora sonrisa.