"Frente a Frente"
"Queda... un gesto amable, para no hacer la vida insoportable."
El ruido estruendoso de la puerta cerrándose con brusquedad hizo que de nueva cuenta Taehyung soltase un suspiro, ¿cuántas peleas llevaban? Ni siquiera sabe el por qué sigue contándolas, no vale la pena el hacerlo, pero tal vez sea necesario en un futuro, no podían seguir soportando lo mismo una y otra vez.
Hace cinco años todo estaba perfecto, Taehyung lo recuerda muy bien, ese día que se encontró con Jungkook, era tan claro como el agua, una mañana del mes de abril, una en que la lluvia daba paso a sus días, una en la que Taehyung se refugió dentro de una librería, una en la que choco sin querer con uno de los compradores, una en la que vio sus ojos y no pudo olvidarlos. Después de las disculpas entre ambos, Taehyung le invito a tomar un buen almuerzo como disculpa, por supuesto Jungkook no se negó.
—¿Dijiste que quieres mi número? —había preguntado Jungkook sin dejar de reír, una risa sumamente agradable para Taehyung.
—Por supuesto que lo quiero, ¿quién no le pediría su número a un chico tan lindo?
Esas palabras fueron suficientes para que ambos intercambiaran sus números de teléfono, no paso ni siquiera una semana cuando Taehyung le envió un mensaje, "Hola, soy el del almuerzo gratis" todavía recuerda la contestación que Jungkook le envió aquel día, "Hola, chico que no conozco, pero que me pidió mi número". Para Taehyung no había sido ningún error hacerlo.
Las primeras citas comenzaron, todas eran igual de entretenidas, pero Taehyung tiene más en su memoria la que le causo tanto interés desde un principio, en la cual sus labios se juntaron por apenas escasos segundos con los de Jungkook, el toque más especial, Taehyung estaba seguro de ello.
—Te llevaré a casa —eso fue lo que Taehyung dijo cuándo sus labios se separaron—, ¿te gusta viajar en motocicleta?
—No es muy de mi agrado —comento Jungkook—, pero —sonrió—, por esta vez iré.
—Te acostumbrarás si seguimos con estas citas, créeme —menciono Taehyung mientras seguían su camino.
—¿Quién te asegura que estás citas seguirán?
Cierto, ¿qué le aseguraba aquello? Tal vez era que ambos se sentían realmente muy cómodos uno con él otro, tal vez inclusive era el hecho de esperar el mensaje de la otra persona, de una respuesta casi inmediata, tal vez eran las sonrisas que no podían dejar de aparecer en cada una de sus conversaciones, tal vez era porque el tiempo parecía no existir para ambos, tal vez podían permanecer juntos para toda una vida.
Y luego estaba el hecho de tener que esperar el tiempo pasar, las horas largas podían ser más cortas cada que ambos estaban juntos, cada beso tan corto y tan significativo que ni siquiera importaba si duraban tan pocos segundos, entonces, si había demasiado amor entre ambos, ¿por qué ahora todo parecía derrumbarse?
—¿Prometes pasar los días felices a mi lado? —pregunto Jungkook.
—Lo prometo...
Sus amigos estuvieron de acuerdo cuando los escucharon decir que decidieron vivir juntos, un gran error, Taehyung lo supo, pero aquel día, en la boda de uno de los amigos de Jungkook, todo parecía ser la mejor de las noticias.
—¡Eso es excelente, chicos! —había comentado uno de ellos—. Apuesto a que serán la pareja más feliz, solamente asegúrense de enviarme una invitación para cuando quieran casarse, con gusto asistiré a la boda.
¿Una boda? Ni siquiera estaba en los planes de Jungkook, Jungkook no se trataba de una persona con las mismas aspiraciones y sueños que Taehyung, mientras que Taehyung se dedicaba a trabajar como contador de una empresa pequeña, Jungkook se encargaba de trabajar como mesero en un restaurante de gran prestigio, ambos siempre habían sido sumamente elogiados por su trabajo, siempre llevaban buenas noticias a casa, pero ¿qué paso después? ¿Cómo es que habían empezado a tener tantas discusiones?
Taehyung lo recordaba perfectamente, todo fue culpa de las decisiones de ambos, y además de que en alguna parte del camino que estaban llevando juntos, el corazón ya no estaba presente para estar juntos, Taehyung piensa que Jungkook fue el primero que dejo de pensar en amor cuando lo veía, y lo sabía, llegaba más tarde a casa, apenas y quería saludarle, siempre decía estar demasiado cansado para estar con él, y luego estaba el hecho de no querer siquiera intimar, pero Taehyung estaba de acuerdo con ello, lo que siempre extrañaba a Jungkook.
Ambos estaban conscientes de que esto ya no estaba funcionando como en un principio, y lo triste era que no se podía hacer algo al respecto, no cuando ya no hay un sentimiento de por medio, el odio era lo único que estaba consumiendo a ambos.
—¿Acaso te importa tanto el hecho de decirle a tus padres que somos pareja? —pregunto Taehyung.
—Ellos ya lo saben —soltó un suspiro—, deja de insistir en querer ir a verlos, no quiero ir, esto seguro de que ellos invitarán a sus amigos para que sepan que he conseguido novio, es ridículo.
—Las personas que inviten o no inviten, no debería de ser importante para ti, Jungkook —relamió sus labios—, solamente te pido...
—¡Siempre pides demasiado! —miro a su pareja—. ¿Qué te hace pensar que esto es lo que quiero?
—Jungkook... —y él se retiró.
La navidad fue una buena oportunidad para reunirse con la familia, pero no la de Jungkook, si no que la familia de Taehyung fueron los que se enteraron, para nada fue tomado a mal, todos estaban contentos, al fin podían ver a Taehyung feliz, pero ese día las sonrisas eran forzadas en la pareja, todo era tan raro que ni siquiera entendían el por qué, tal vez desde un principio si sus familias hubieran conocido de su relación, todo hubiese sido distinto, sin sentirse incomodos con ningún acto.
—Brindemos —hablo su madre—, ¡por la pareja!
Jungkook a duras penas y pudo sonreír, apretaba sus dientes con fuerza, sostenía la copa con la sidra espumosa como contenido principal, y miraba de soslayo a Taehyung, quien también estaba totalmente reacio a las palabras de su madre, algo que definitivamente no le causo nada de risa, era tan obvio, ambos ya no se querían, entonces ¿por qué seguir con el martirio de quedarse juntos? ¿Qué es lo que querían aparentar ser?
—¡Salud! —el sonido de las copas de cristal chocando de escucho, pero Taehyung se tomó el contenido, y Jungkook bajo la copa, al menos nadie se percató de ello.
Desde ese día nada fue igual.
—¿Por qué me hiciste ir? —pregunto Jungkook en cuanto la puerta del departamento fue cerrada por Taehyung.
—Mi madre...
—No me interesa tu madre —le interrumpió—, sabías perfectamente que no quería asistir, ni siquiera fui con mis padres —paso sus manos por sus cabellos—, hubiese sido mejor quedarnos, ese brindis —negó mientras hacia una mueca—, ¡fue de lo más absurdo!
—Jeon, el brindis estuvo bien.
—Si en verdad es así, ¿por qué ni siquiera te atreviste a chocar tu copa con la mía?
Taehyung no supo que responder.
—¿Lo ves? Cualquier idiota se hubiese dado cuenta, agradece que no nos vieron.
Tal vez ese había sido el punto de inicio para todo un desastre, las peleas continuaron, cada vez peores, de una cosa pequeña, acababan por discutir las imperfecciones del otro, terminaban por querer odiarse cada vez más, Jungkook lloraba cada que eso pasaba, cada palabra que ambos se decían era dolorosa, ni siquiera se llegaban a insultar con las peores blasfemias, bastaba con criticar su comportamiento para odiarse.
Todo no era más que un desastre, las reuniones con sus amigos eran de lo peor, fingir sonrisas, fingir que se querían, besarse sin sentir el mismo sentimiento que antes, odiarse cada que tenían que aparentar ser algo que ya ni siquiera son, vivir juntos cuando ya debían de separarse, ¿qué era lo que les impedía irse de la vida del otro? Nada, pero sentían que no debían irse, uno debía dar ese paso, pero ¿quién sería el más valiente en hacerlo?
—Encontré a alguien más —Jungkook fue el valiente—. No me importa lo que digas, no me interesa si quieres que me quede, no estaré aquí.
Comenzó a empacar sus cosas, toda su ropa, sus libros, inclusive se llevó algunas cosas que había guardado en las alacenas de la cocina, y sin decirle adiós, se fue, azotando la puerta tras su partida, importándole poco el enojar a Taehyung por sus acciones.
Y Taehyung se quedó allí, observando la puerta con rabia, sintiendo su respiración acelerada y llena de cólera al ver que aquel chico se había largado de su vida al instante, al igual que entro.
Han pasado casi seis meses desde ese día, y era la primera vez que Taehyung se atrevía a salir a pasear más lejos, ir a la ciudad no era nada complicado, pero la mayor parte de sus recuerdos con Jungkook estaban allí, así que para él era un gran paso estar caminando justo a la tienda de discos que se encontraba cerca de una plaza central, entrando siendo recibido por uno de los empleados dándole la bienvenida, y caminando en dirección a los discos, no quería ver películas, ni siquiera las series, o inclusive los demás artículos que se vendían allí, él quería ver los discos.
Despacio camino un poco, mirando cada una de las portadas, leyendo los nombres de los artistas y deteniéndose al ver un disco, The Beatles, él ha sido fanático desde pequeño, inclusive Jungkook lo era, iba a tomar el disco, pero otra mano se acercó también, ambas manos se detuvieron al ver que no eran la única persona interesada en el álbum.
—Lo siento —comento la persona a su lado, giro la cabeza para mirarle, el chico era unos centímetros más bajo que él—, ¿ibas a tomarlo?
—No, puedes tomarlo.
Tal vez esta podía ser otra oportunidad para Taehyung, pero... ¿y sí sucedía lo mismo que con Jungkook? Taehyung tardaría más tiempo del que creía para lograr superar lo acontecido, pero esperaba poder hacerlo pronto, y tal vez, viajar a otro lado, lejos de Daegu, lejos de su pasado, y buscar otro sitio, uno en dónde pueda sentirse más a gusto y lejos de los malos recuerdos del pasado, aunque no todos fueran tan malos como él lo pensaba, lo sabe.
Jungkook seguiría ocupando parte de su memoria y parte de su corazón, por más que él no quisiera lo sabe, y Taehyung también es consciente de que seguramente ha dejado una ligera marca en la vida de Jungkook, presiente que es así, y seguramente no esta equivocado.
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