⁴· el nuevo narnia

Los chicos llegaron a una orilla donde desembarcaron, fue entonces que Isabella y Lucy vieron un hermoso oso negro, Chloe vio que ambas se acercaban, pero al nunca haber sido tan fanática de los animales prefirió ayudar a los demás.

-Hola, ¿Qué tal? -pregunto Isabella sonriente seguida de Lucy, llamando la atención de los demás quienes sonrieron.

-Está bien, somos amigos -dijo Lucy tomando la mano de Isabella, Trumpkin vio a las chicas acercarse y se preocupó.

-¡No se muevan majestades! -exclamo el enano, Isabella y Lucy se giraron a verle, fue entonces que el oso comenzó a correr hacia ellas, la pelicastaña regreso su vista al oso a tiempo, puso a Lucy detrás de ella.

-¡Aléjenlas de inmediato! -ordeno Susan.

-¡Lucy corre! -la niña hizo lo que la pelicastaña le pedía, pero tropezó, Isabella casi cae sobre ella de no haber puesto los brazos a sus lados, entonces la pelicastaña se giró al oso cubriendo nuevamente el cuerpo de la pequeña.

-¡Dispara Susan, dispara! -grito el azabache asustado mientras Chloe veía a su mejor amiga en peligro y se sentía incapaz al no poder hacer nada.

Ambas chicas soltaron un grito, Isabella cerro fuertemente los ojos preparándose para el dolor cuando vio al ojo levantarse frente a ella, sin embargo, ese dolor nunca llego pues él había sido derivado con una flecha directa al corazón. Lucy se giró para agradecerle a Susan, pero vio que había sido el hombrecillo Trumpkin, Isabella abrió los ojos y soltó un gran suspiro de alivio, pero sintió culpabilidad al ver al pobre animal muerto frente a ella.

-¿Por qué no se detuvo? -pregunto Susan cuando el enano pasó a su lado con su usual cara de pocos amigos.

-Creo que el hambre no lo dejo pensar -el rubio y el azabache vieron al enano y reaccionaron corriendo hacia Isabella y Lucy respectivamente, el azabache tomo a la pelicastaña y la abrazo por la cintura, mientras el rubio abrazaba a su hermana por los hombros para mirar a la Isabella, ambos vieron que estuvieran bien, pero la pelicastaña tenía rasguños ocasionados por las piedras.

-Gracias -dijo la pequeña Lucy al enano que solo se limitó a mirarla.

-Era salvaje -dijo Edmund aferrando más su agarre a la pelicastaña.

-Creo que ya no era inteligente -comento Peter viendo a Edmund que aún sostenía a Isabella.

-Cuando te tratan como si fueras un animal tonto, terminas convirtiéndote en uno -dijo el hombrecillo mientras sacaba su daga, pero Isabella lo detuvo -. Nada es como lo recuerdan, Narnia es mucho más salvaje ahora.

Y con eso Isabella encajo la daga en el cuerpo del oso para decapitarlo susurrando un "lo siento", Lucy se giró escondiendo su rostro en Peter, mientras Chloe y Susan desviaban la mirada a otra parte.

[...]

Por su parte el aun misterio del príncipe Caspian era cuestionado por un ratón de nombre Reepicheep, un leal Narniano que peleaba en nombre de Aslan, fue entonces que los centauros aparecieron exigiendo ver el cuerno de la reina Susan de cuál Caspian tenía posesión.

Caspian lo hizo y fue escoltado hasta más adentro del bosque donde aparecieron los Narnianos que habían escapado de las garras de los Telmarinos, el príncipe quedo admirado pues nunca creyó que viviría para ver tantos Narnianos frente a él.

[...]

-No recuerdo este camino -dijo Susan cansada de tanto caminar.

-No retienen mapas en la cabeza, es lo malo de las chicas -dijo Peter con una sonrisa burlona, haciendo que Isabella se detuviera y tomara una piedra y lanzándola en la cabeza del rubio.

-Eso es porque tenemos algo en la cabeza, se llama cerebro, si tú no lo tienes es tu problema idiota -contesto Isabella sonrojando a Peter mientras sobaba el golpe que le habían dado, Edmund miro burlón a su hermano, sabía que el rubio no podía discutir con la pelicastaña.

-Desearía que escucharas a Q.A. de vez en cuando -dijo Susan haciendo a las demás chicas reír.

-¿Q. A.? -pregunto el azabache sin entender de que hablaban.

-Querido amiguito -le contesto Chloe, Edmund sonrió burlón al enano cuando las chicas caminaron frente a ellos.

-Eso sí que no muy considerado, ¿Verdad? -pregunto el enano, pero esta vez ni su voz, ni su rostro mostraban signos de enojo.

-No me perdí -dijo Peter cuando llego a un lugar sin salida.

-No, solo tomaste el camino equivocado -Peter se giró molesto a ver a Isabella que se sentaba en una roca y comía una manzana, ella sabía que eso molestaría al rubio.

-Dejaste a Caspian en el bosque tenebroso, el camino más rápido para llegar es cruzando el río Rush -contesto el rubio mirando al hombrecillo.

-Pero si no me equivoco, no hay salida por aquí-dijo el enano observando a su alrededor.

-Entonces eso lo explica, te equivocas -cuando Peter dijo eso todos le miraron reprobatoriamente, entendían que tal vez Peter sentía que todos lo trataban como lo que era, un niño; pero si lo que deseaba era ser tratado como un adulto, lo que debía de aprender era escuchar a los mayores.

-Es que con el tiempo el agua erosiona... -dijo Susan.

-Cavando más profundo -secundo Chloe a la joven Pevensie, haciendo que ella rodara los ojos esperando que Isabella contestara.

-Cierren la boca -dijo Peter después de haber gruñido, Isabella se molestó, girando a ver a Peter.

-No la calles, no me interesa si tú y ella están saliendo, si ella está acostumbrada a que le hables así, pero yo no lo voy a permitir, así que o la respetas o te atienes a que te dé una buena paliza, tú decides Peter -el rubio se había sorprendido por lo que había dicho, al igual que a todos, Chloe se sintió apenada su mejor amiga la había descubierto.

-Isabella, yo... -dijeron Peter y Chloe al unísono.

-Ustedes nada, Peter aprende de los errores, eres un rey eso es lo que hacen, aprende y escucha, ahora mismo comienzo a dudar si el gran rey Peter es lo que era antes, porque eres el rey tan magnifico que no se comporta como uno -Peter no supo que decir por lo que permaneció callado.

Susan miró a Edmund quien se encogió de hombros con una sonrisa avergonzada, la joven Pevensie se giró a su hermano mayor y de no ser por la mirada envenenada que la pelicastaña le lanzaba al rubio hubiera estallado en una carcajada.

-¿Hay alguna manera de baja? -pregunto Edmund para salir del silencio incómodo, sabiendo 

que la respuesta del enano sería sarcástica.

-Si, cayendo -contesto el hombrecillo.

-Pero aún sé dónde estoy -dijo Peter, pero Isabella le volvió a ver molesta así que se calló y se giró.

-Hay unos vados cerca de Beruna, ¿Les gusta nadar? -contesto el enano, Lucy se giró a observar el paisaje para ver si había alguna manera de cruzar, cuando lo vio, el león más magnífico y majestuoso de todos, Aslan estaba ahí con una enorme sonrisa.

-¿Aslan? ¡Es aslan! ¡Es aslan está allá! ¿No lo ven? Esta... ahí -la pequeña se quedó callada cuando al girarse los demás, el león ya no estaba.

-¿Ahora lo está viendo? -pregunto Trumpkin pues él ya no creía en Aslan, al menos no completamente y no lo haría hasta que no lo viera.

-Yo lo vi, no estoy loca, estaba ahí y quería que le siguiéramos -contesto Lucy, tanto como Edmund como Isabella recordaron la primera vez que estuvieron en Narnia y el por qué están ahí.

-Te aseguro que este bosque está lleno de leones y osos también, Lu -dijo Peter, Isabella frunció el ceño, Chloe tomo el brazo de Peter, cuando la mirada de la pelicastaña se conectó con la del rubio, la rubia le indico que lo que Peter había dicho estaba mal.

-Creo que sé reconocer a Aslan cuando lo veo-respondió la pequeña.

-Oigan, no voy a tirarme a un abismo... Por alguien que no existe -dijo el hombrecillo, el azabache tomo la mano de Isabella armándose de valor para hablar.

-La última vez que no le creí a Lucy, quedé como un tonto, incluso hice que lastimaran a las personas que más quería -dijo Edmund mirando a Isabella que le sonrió sonrojada, Peter desvió la mirada y volvió a su hermana menor.

-¿Por qué yo no lo vi? -pregunto Peter con cierto sentimiento de dolor en su voz, no solo por no ver a al magnífico león, sino por ver como su hermano tenía la total libertad de tocar a Isabella.

-Tal vez no querías hacerlo -dijo Lucy.

-Perdóname, Lu... lo siento -Lucy sintió lágrimas en sus ojos, se giró nuevamente a ver el lugar donde había estado Aslan anteriormente para después girarse a sus hermanos e Isabella.

-¿Ustedes me creen? -pregunto la pequeña mientras seguía llorando.

-Siempre cariño, siempre -contesto Isabella sin dudar, Edmund asintió, pero estaba molesto al igual que la pelicastaña pues no podían creer que Peter no le creyera a la pequeña Lucy -. Aparte Lucy, estoy segura de que Aslan quería que solo tú le vieras por el momento -dijo la pelicastaña con una sonrisa, la pequeña Pevensie abrazo a Isabella y comenzaron a caminar detrás de los demás seguida de Edmund.

Los chicos llegaron hasta otra orilla, encontrándose con los Telmarinos, talaban árboles para construir catapultas y refugios, los niños estaban escondidos detrás de un montón de troncos, cuando escucharon los totes de un caballo cerca, entonces se agacharon aún más, Edmund abrazo a Isabella a su cuerpo para cubrirla mientras que Susan hacia lo mismo con Lucy, Peter cubrió a Chloe que estaba cerca de Isabella, por un momento miro a la pelicastaña para luego mirar a la joven rubia, ya que había escondido su cabeza en su pecho.

-Tal vez no debimos venir por aquí después de todo-hablo Susan mirando a Peter, la ojiazul se asomó y vio como construían un puente -. Hay que irnos.

-Lo sé -dijo Peter y regreso al bosque seguido de los demás, Isabella se quedó solo un momento atrás para pedirle disculpas a los troncos que algún día fueron hermosos y grandes árboles, pero también para decirles que todo volvería a ser como antes.

Los chicos caminaron hasta donde Lucy había dicho ver a Aslan, pero no había rastro del León, la niña miraba donde ella había estado parado, tratando de ver el punto exacto en el que el león había estado.

-¿Aquí creíste ver a Aslan? -pregunto Peter con cierta molestia.

-Desearía que dejaran de fingir ser adultos todo el tiempo -se quejó la pequeña.

-No eres el único cariño -interrumpió Isabella a Lucy, ganándose una mirada por parte de Peter.

-No creo haberlo visto lo vi -volvió a hablar la pequeña.

-Yo soy un adulto, no finjo -dijo el hombrecillo, la joven Backer ahogo una risa.

-Muy bien, cariño ¿fue aquí? -pregunto Isabella.

-Un poco más atrás.

-¿Aquí? -volvió a preguntar la pelicastaña.

-Más atrás, claro que fue justo...-Lucy no pudo terminar de hablar cuando Isabella soltó un grito mientras caía.

-¡Isabella! -gritaron Peter y Edmund al unísono corriendo para buscas a la joven pelicastaña, la encontró parada nada y salva con una sonrisa.

-¡Ahí! -río Lucy cuando vio que Isabella estaba bien, provocando la risa de todos, los chicos fueron bajando uno por uno, caminando con sumo cuidado Lucy liberaba el grupo, siendo seguida por Trumpkin, Susan, Isabella, Edmund, Chloe y Peter al final, ya que querían encontrar la manera de disculparse con la pelicastaña al igual que la rubia, sin embargo, no encontraban las palabras adecuadas para hacerlo.

Hubo un momento en que Lucy dio un mal paso, de no haber sido por el pequeño Narniano se hubiera lastimado, la Backer sabía que las intenciones del enano no eran malas, todos entendían que cada vez que alguna ofensa tanto directa como indirecta salía de su boca era por todo el dolor por el que el pueblo Narniano había pasado.

Los chicos siguieron caminando hasta pasado el atardecer cuando decidieron que lo mejor seria acampar ahí, nuevamente Peter y Edmund encendieron una fogata, nuevamente cenaron manzana una cada uno.

Isabella y Edmund se quedaron viendo las estrellas sin hablar, hasta que se quedaron profundamente dormidos uno al lado del otro, con sus manos entrelazadas.

Chloe por su parte solo pudo acostarse al lado del rubio, cuando se encontraba dormido pues temía que si se le acercaba tendría problemas con Isabella, aun que ella ya se lo haya aclarado de que no eran nada, la rubia recordó cuantas veces se sintió celosa de la pelicastaña por tener a tantos chicos detrás de ella, no solo por ser e inteligente, Pero ahora esta enfrente a ella se encontraba un lindo rubio, para colmo la estaba alejando la presencia de su mejor amiga. La rubia se quedó dormida admirando a al rubio Pevensie dormido.

Por su parte, el enano Trumpkin fue el primero en dormirse cuando vio que todos comenzaban con sus -como él llamaba-cosas de extraños, sin embargo, se encontraba despierto pensando en que realmente quería ayudar a los reyes y reinas de antaño para que Narnia volviera a ser como era antes.

Y al final teníamos a las hermanas Pevensie que prefirieron quedarse conversando sin saber que Trumpkin las escuchaba, hasta que ambas se quedaron dormidas y Lucy soñaba con aquel hermoso león.



|| 26 • 08 • 2021||

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