²· cair paravel
-Oh, ella es Chloe una amiga -la rubia se sonrojó por estar en frente del mayor de los Pevensie, no paso por alto de sus hermanas, mirándola de arriba abajo, buscando algún defecto.
-Un gusto, soy Lucy -hablo la menor de ellos, Chloe extendió su mano para saludarla formalmente, la pequeña miro su mano y para estrecharla forzosamente.
-Chloe Bennett -al escuchar a la rubia, Edmund giro a su cabeza a su hermano mayor, pero este no lo veía.
-Soy Peter -se presentó el rubio, aunque ya se conocía muy bien -. Ella es mi hermana Susan
-Peter extendió su mano, Chloe estaba realmente confundida pues llevan semanas viéndose no sabía por qué él se presentaba una vez más, Susan en cambio solo la miro y se acercó más a su mejor amiga.
Isabella se encontraba maravillada, había extrañado tanto a los Pevensie que parecía que todo fuera un sueño, la pelinegra observaba todo con determinación y no pudo evitar ver la manera en que su mejor amiga veía al joven rubio.
-Esperen, ¿Dónde se supone que estamos?-pregunto el azabache mientras pasaba un brazo por los hombros de Isabella, sin importarle la mirada que le lanzaba Peter, por su parte la pelicastaña tomo su mano entrelazándola con Isabella.
-¿Tú dónde crees? -dijo la joven Lucy con una voz divertida.
-Es que... No recuerdo haber visto ruinas en Narnia-contesto el azabache, Peter miro hacia lo más alto de la montaña donde claramente se podían observar unas ruinas de lo que podría ser un castillo.
-Vayamos a ver -dijo el rubio, todos asistieron, comenzaron a caminar incluso Chloe los seguía a pesar de no saber qué sucedía, trato de adelantarse para estar cerca del mayor, pero este se encontraba a delante tratando de no ver a Isabella y a Edmund agarrados de la mano.
El azabache y la pelicastaña iban tomados de la mano, la llevo con él a investigar el lugar, Susan y Lucy estaban juntas, Chloe solo caminaba viendo aquella vista que era realmente hermosa, Peter intentaba acercarse a ella, pero sabía que lo iba a ignorar.
-¿Quién creen que habito aquí? -pregunto Susan cuando termino de masticar un pedazo de manzana al igual que Isabella, cuando la mayor estaba a punto de responder, su piel se encontró con una pieza de ajedrez.
-Creo que... nosotros -Lucy le miro sin entender, Edmund soltó la mano de Isabella para acercarse a sus hermanas.
-Eso es mío, de mi juego de ajedrez.
-¿Cuál juego de ajedrez? -pregunto Peter acercándose a Isabella.
-No tengo un juego de ajedrez de oro sólido de Finchley. ¿Verdad? -dijo el azabache.
-No puede ser -dijo Lucy cuando miro por detrás de Chloe y corrió, siendo seguida por todos, hasta lo que parecía el gran salón, la pequeña se detuvo y tomo firmemente la mano de Peter e Isabella, jalándola hasta posicionarlo en un lugar.
-Imaginen muros -tomo a Isabella y la puso a la izquierda de Peter.
-Un candelabro de diamantes -dijo colocando a Edmund alado de Isabella.
-Y columnas ahí -dijo una vez que se posicionó al otro lado de Susan.
Ahí estaban los cinco reyes y reinas de Narnia, aquellos que reinaron durante la era dorada, aquellos que se habían visto obligados a abandonar Narnia - Cair Paravel -susurraron Isabella y Peter al mismo tiempo, sin embargo, la pelicastaña comenzó a llorar sorprendiendo a todos, el azabache rápidamente se acercó a ella y la abrazo.
-Todo está bien cariño, estamos de vuelta, volveremos a levantar el castillo -dijo el azabache mientras acariciaba el cabello de su mejor amiga.
-Isa, la clase de literatura esa historia tuya ¿Es este lugar? -pregunto Chloe quien se había mantenido espetando a todos al mismo tiempo, la pelicastaña asistió, la joven rubia llevo sus manos hasta sus labios.
-Isa, ¿De qué habla? -pregunto Peter pues esperaba una respuesta de parte de aquella joven que alguna vez pudo haber llamado el amor de su vida.
-De acuerdo con la historia de Isa, este lugar fue a un gran palacio, se enamoró del gran monarca, pero él no le demostraba cariño, en cambio el rey justo estuvo para ella siempre, la guardiana se despidió de él con una carta, aún mantenía una relación con la reina la benévola, extraño a sus reyes hasta dejar de comer por días, asustando a su madre.
-Isa -dijo Lucy con lágrimas en sus ojos cuando escucho a Chloe hablar, Edmund seguía abrazando a la chica, pero temía romperse frente a ella y sus hermanos, pues recordaba que rompió su promesa.
Cuando la pelicastaña se calmó, Edmund limpio los rastros de lágrimas con su camiseta y le sonrió, Isabella trato de regresar el gesto por sentirse culpable por haberlo abandonado.Edmund se detuvo frente a una gran roca-Catapultas.
-¿Qué? -pregunto el rubio pues nadie había entendido a su pequeño hermano.
-Es verdad, esto no se derrumbó... lo atacaron hasta dejarla hecha pedazos -dijo Lucy.
-¿Creyeron que Chloe mentía? -pregunto la pelicastaña viendo a los Pevensie fijamente.
-No, creo que...-la voz de Peter se detuvo cuando vio una parte de piso y muro intactos, el rubio se acercó hasta el seguido de los demás -. El muro corredizo, donde guardábamos las armas y planos de batalla.
Edmund miro a su mejor amiga, pero Isabella se negaba a verlo, la pelicastaña estaba molesta pues pensaba que los Pevensie no le había creído a su mejor amiga, pues Chloe al ver la mirada del azabache a su amiga sonrió, la rubia pensó que ellos dos tenían algo que ver, pensado que él era el gran monarca, sabía quienes era cada uno, pero ella confundida a Peter con Edmund, ella pensaba que el azabache era el sumo monarca.
Peter corrió el muro con algo de esfuerzo, rompió un pedazo de madera y abrió la puerta desde adentro, pero de esta salió polvo de ella logrando que los chicos comenzaran a toser, pero dentro solo se podría observar la oscuridad, Peter arrancó un pedazo de su camiseta y la enrollo en un palo de madera ante la mira respectiva de los demás para después mirar a su hermano.
-Supongo que no traes fósforos -pregunto el joven rubio.
-No... pero tengo esto -contesto el azabache soltando por fin la mano de su mejor amiga, sacando una linterna de su maletín.
-¿Y por qué no lo dijiste antes? -pregunto Peter sonriendo, fue en ese momento que Isabella se dio cuenta de como ahora los Pevensie actuaban más como hermanos, ya no discutían al contrario se hablaban con respeto y cariño.
Edmund volvió a tomar la mano de la pelicastaña, encendiendo la linterna, todos se adentraron a la gran puerta de madera, Susan y Lucy se lanzaron una mirada cómplice antes de seguirlos, Peter le indico a Chloe que pasara primero que él, los chicos bajaban las escaleras tipo caracol que los llevaba hasta el salón de las armas, en cuál había luz gracias a que entraba la luz del sol, cuando llegaron hasta la abajo se encontraron con las estatuas de ellos en versión abulta, todos estaban maravillados, eso definitivamente no estaba cuando ellos gobernaban.
El azabache soltó nuevamente la mano de la pelicastaña para abrir unas rejas que los separaban de las estatuas, Isabella paso seguida de las Pevensie y Chloe, después de Peter y Edmund al final.
-Esto es increíble, todo sigue aquí... Incluso hay coas nuevas -dijo el joven rubio.
-Las hay -contesto la pelicastaña tras escuchar a Peter, Lucy corrió hasta donde estaba su estatua y un enorme baúl de oro sólido, las demás estatuas también tenía un gran baúl de oro sólido lo cual extraño aún más a los chicos.
Todos caminaron hasta sus respectivos baúles, Chloe acompaño a Isabella al suyo, cuando la morena lo abrió se maravilló, pues su espada y sus vestidos se encontraban ahí.
-¿Éramos tan altos? -pregunto Lucy.
-Bueno... éramos mayores en ese entonces-contesto Susan.
-La diferencia de cientos de años después... cuando eras un niño -secundo Edmund a su hermana, todas giraron a verlo y rieron pues el azabache traía puesto su casco de batalla y le quedaba enorme.
Isabella se giró a ver sus cosas, lo que más llamó su atención y lo primero que tomo entre sus manos delicadamente y con fervor, fue el bello vestido blanco con detalles dorados y su capa verde, aquel vestido fue la cosa más hermosa que jamás uso, con encaje en la parte superior y unos cuantos diamantes.
-Pienso que, en un futuro, lo volverías a usar -la voz de Edmund saco a la joven Backer de sus pensamientos sonrojándola, Chloe giro la cabeza pues le avergonzaba a ver a su mejor amiga y a aquel joven azabache, pues la rubia sabia perfectamente que el "magnifico" aún la amaba.
-¿Qué sucede? -pregunto la joven Pevensie.
-Mi cuerno, debí dejarlo en mi montura el día que regresamos -contesto Susan a Lucy, Isabella se giró a verla inmediatamente.
Peter miró a Isabella mientras se armaba de valor para acercarse hasta su baúl para abrirlo, una vez que lo hizo, lo primero que tomo fue su espada y la saco de su estuche, maravillando a la rubia amiga de Isabella -El gran invierno ha caído con su potente rugido...
-Al sacudir su melena... la primavera llega-secundo Isabella a Peter con una mirada triste.
-Todos nuestros amigos... el señor Tumnus, los castores... Se han ido -dijo la pequeña con lágrimas en los ojos.
-Ya es tiempo de averiguar qué sucede -dijo Peter.
-Estoy de acuerdo, pero antes de eso... Debemos vestirnos adecuadamente -hablo Susan.
-Pero nada de esta ropa nos quedará -dijo Lucy.
-De eso me encargo yo, escojan lo que van a ponerse, Isa ¿me ayuda? -dice Susan mientras escoge uno de sus vestidos.
-¿Qué harán? -le pregunto Edmund a su pelicastaña cuando esta comenzó a buscar algo en su maletín.
-Arreglar la ropa -Isabella sonrió agitando una pequeña bolsa que contenía hilos y agujas frente a ellos.
-Tal para cual, no es así Lucy -dijo la rubia a la pequeña, ella se limitó a rodar los ojos y buscar un vestido.
||24 • 08 • 2021||
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