🌙 CAPÍTULO 11: LA VERGUENZA
DE SER DESCUBIERTO

Al día siguiente, tal y como dijo, Bang Chan se levantó súper temprano para irse lo más pronto de regreso a su casa para continuar con su trabajo, también aprovechando que los miembros con los que vive no estarían en el hogar para ocuparse de sus asuntos personales.

Blue se despertó cerca de las ocho, ni siquiera sintió cuando Chan se fue. Él es bastante silencioso y no quería despertarla, seguramente para evitarse un regaño. Se preparó para su día como siempre. Estaría dando un par de entrevistas y otras sesiones de fotos, por lo que no se arregló mucho para salir ya que todo lo haría su equipo de trabajo al momento de retocarla.

Organizó su cama y se dió cuenta de un cable que reposaba en el mesón, suspirando, sabiendo que era el cargador del teléfono de Chan. Él, muy distraído, ni siquiera se había acordado de que lo llevaba consigo. Y lo necesita con urgencia, pues todo el tiempo está en su celular; hablando, haciendo llamadas, mensajeando, etc. Así que su deber como novia es asegurarse de que a su novio tan ocupado no se le haga el tiempo más corto.

— Woo ¿de ida podemos parar en el apartamento de Chan? Debo entregarle algo urgente— el mánager hizo un sonido de afirmación y condujo a dicha dirección. Ella pegó su celular al oído, esperando que contestaran — Hola Jisung ¿Cómo te va?

— ¡Hola mamá! ¿Bien y a tí?

— Bien, gracias... ¿Están el apartamento? Chan me dijo que estaría produciendo pero ya pasó tiempo, supuse que debió salir.

— No, de hecho, nosotros nos fuimos y él decidió quedarse un poco más. Le falta retocar unas cosas, ya sabes cómo es de perfeccionista con las pistas, pero no contesta los mensajes.

— Oh, seguramente su teléfono se quedó sin batería. Voy en camino a llevarle su cargador, lo olvidó.

— Seguro. Pensamos que se había dormido o algo así. Usa la llave de la maceta y entra, estás en tu casa. Si quieres entra directamente, creo que oí a Chan decir que dormiría un rato después de terminar, supongo que no quieres interrumpirlo.

— Sí, así es, no duerme mucho y sería una pena que lo molestara. Así que solo entraré, dejaré el cargador en su mesa antes de que se dé cuenta que llegué y no me deje ir. Gracias. ¿Y los chicos? ¿Cómo les va?

— Muy bien. Estamos esperando a Chan, le tenemos noticias increíbles.

— ¡MAMÁAAA! — escuchó la voz de Minho gritar, haciéndola reír.

— Será mejor que los deje, nos vemos más tarde. Salúdame a los demás— colgó.

La camioneta se detuvo frente al edificio y Blue se bajó, caminando con rapidez al interior y cubriendo su rostro con su bufanda levemente para evitar ser reconocida. Al llegar a la puerta del apartamento, abrió con la llave que había sacado de la tierra de la maceta en la entrada, pasando.

Bang Chan es una persona organizada, algo que no es muy común en Changbin, Han y Hyunjin, sus compañeros de piso. Así que él es el responsable de hacer aseo y de vez en cuando cocinar, aunque no es mucho de eso, siempre prefiere pedir domicilio. Blue dió un vistazo al lugar, estaba bien a pesar de ser el hogar de puros hombres.

Llegó al pasillo hasta la puerta de su pareja y tomó la manija, abriendo lo más despacio que podía para no hacer ruido. Procurando ser cuidadosa donde pisaba. Blue pensó que Chan podría estar dormido, o quizás ni siquiera estaría allí, encerrado en su oficina como siempre, sin embargo, no fue así.

Y ojalá que nunca hubiese visto lo que lo vió haciendo en realidad.

— ¡Min! — exclamó, asustado de verla en la puerta e inmediatamente tapó su regazo con una almohada— ¡no es lo que crees, en serio!

Ella se mantuvo en shock, dejando caer el cargador en sus manos ante la grata sorpresa de encontrarlo masturbándose.

— ¡Lo siento mucho! — dijo tapando su rostro y corriendo a la salida, roja de la vergüenza.

— ¡No, regresa! — Chan cayó al suelo al tropezarse con su pantalón y lo subió, maldiciendo por lo bajo y persiguiendo a su novia por el apartamento — ¡espera, por favor! Te lo puedo explicar ¡Min!

Blue entró al ascensor enseguida, desapareciendo de allí. Chan jaló su gorro estresado, pensando en la tontería que había cometido.

— Jung-woo, por favor, arranca ya — le dijo a su mánager una vez que subió al automóvil.

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien? — preguntó por precaución.

— Sí ¡no es nada! Solo vámonos ya — tranquilizó. Él arrancó y ella se tapó la cara nuevamente, impactada por la escena que acababa de presenciar.

Y sí, tiene una explicación bastante lógica, según Bang Chan.

Chan se ha tocado algunas veces, pero no son muchas hasta empezó a hacer el amor con su novia. Aún así, desde hace un par de semanas que Blue perdió la memoria y prácticamente no recuerda haber estado con él en el ámbito sexual, se siente un tanto estresado. Y no quería contarle, principalmente para no hostigarla y obligarla a que se acostaran, por lo que pensó que ocuparse por sí mismo sería lo mejor.

Pero se sentía mal cada vez que lo hacía, ya que, claramente, piensa solo en ella para sentirse animado en el momento y lo toma como algo sucio hacerlo. No tiene su autorización y lo hace sentir un muy mal novio. 

— ¿Soy yo o cada día te pasan cosas peores? — Hyuna chilló entre carcajadas ante lo que le había contado su amiga— ¿eso qué tiene? Todos los chicos se masturban pensando en sus novias, no es nada del otro mundo.

— ¡Lo sé! pero... ¿Chan? Nunca en mi vida pensé que haría algo así y menos por mí. Siempre lo he visto como alguien muy cuidadoso con ese tema.

— Seamos sinceras, es obvio que está reprimido sexualmente. Es decir, siempre lo hacían y de repente, de la noche a la mañana, pierdes la memoria y te rehúsas a estar con él. Pobrecito. Su única compañía es su mano — ríe más.

Blue rueda los ojos, con pena e incomodidad. Su celular suena y mira los múltiples mensajes de Chan.

— ¿Crees que venga? — pregunta la castaña volteando a ver a su amiga. Justo cuando iba a contestar, la puerta de su oficina sonó repetidas veces, sabiendo que era él — ¡Ay no, es Chan! No descansará hasta que hayamos hablado, lo sé, es así de insistente y mucho más si sabe que me siento mal por lo que ví. Ni loca voy a abrir.

— Bien, yo sí — la chica se puso alerta y corrió, tirándose detrás de los escritorios y quedándose en silencio como si su vida dependiera de ello. Hyuna abrió la puerta, encontrando a Chan un tanto apurado — ¡hey, amigo! Me contaron sobre tu problemita ¿pudiste resolverlo?

— ¿Dónde está Min? — cuestionó revisando adentro con sus ojos.

— Salió a comprar pan, pero veo que el que quiere comer pan es otro — guiñó su ojo divertida. Blue cerró los ojos en su lugar, con más pena por los chistes de doble sentido de su amiga — no volverá por ahora.

— ¿Puedes decirle que la estaré esperando en mi oficina? Quiero que sepa que estoy muy apenado, de verdad. No quiero que se sienta mal consigo misma por mi culpa. No me lo perdonaría nunca — dijo, desanimado. Blue hizo un puchero, causándole ternura.

— Sí, sí, Romeo caliente, le diré. Ahora  vete, apestas a horno — bromeó nuevamente, cerró la puerta y su amiga salió del escondite — Oye, en serio, debes hablar con él urgentemente a menos que lo quieras en tu puerta cada cinco minutos pidiendo que charlen sobre eso. Son adultos, no niños de preparatoria, acepta que él es un chico y necesita desahogarse.

Blue suspiró profundo, preocupada e incómoda. Tanto por sentirse culpable de que Chan se sienta así al no tenerla como quiere y haber presenciado dicha escena temprano en la mañana.

Realmente Bang Chan no sabía qué hacer. Ha estado buscando su novia durante todo el día y no ha podido encontrarla. Lo único que ha sabido es gracias a Jung-woo, al cual llamó y, después de burlarse un poco de él por dicha estupidez, le contó que Blue está con un deshonor inmenso y necesita tiempo. Acepta eso, no se lo va a negar, pero debe explicarle o sino el rechazo de su pareja le comerá el cerebro.

Chan, en estos momentos, se encuentra sin novia y muy angustiado por su propia culpa. Debe hablar con alguien, una persona que pueda entender lo que su chica está sintiendo en ese momento y que le ofrezca su ayuda al menos para intentar convencerla de que se vean e intenten aclarar la situación.

— ¡No puede ser! — exclamó Sana, tapando su boca ante el acontecimiento de su amigo— Chan, eres muy raro.

— ¿Qué? ¿Por qué? hice lo que cualquier chico haría si tiene ganas. Ademas, nunca fue mi intención que ella lo viera así de mal, al contrario, no quería hacerla sentir incómoda si se sentía obligada por mí — se excusó, muy triste.

— Sí, y eso te está costando a tu novia, idiota. No lo sé, debiste ponerle seguro a la puerta o hacerlo en un lugar más privado, como el baño o algo así. Es decir, vives con los chicos ¿y si no hubiese sido ella? ¿Sino alguno de los miembros? Es obvio que en algún momento te iban a descubrir — se cruzó de brazos, molesta por su poca inteligencia.

Bang Chan suspiró, tirándose en el suelo de la sala de prácticas — ¿Qué hago, Sana? No quiere ni hablar conmigo, en todo el día no he podido verla... La extraño mucho.

— Qué cursi — rió divertida— deja que piense, la tomó de sorpresa. Conozco a Blue, llegará a una conclusión y te llamará para aclarar las cosas. Estoy segura.

— ¿Y si no me llama? ¡O peor! ¿y si termina conmigo? Me sentiría el ser humano más horrible que haya pisado este planeta — se asusta.

— No creo que vaya a terminarte por eso, Bang Chan. Es muy normal. Todos lo hacemos aunque sea inocentemente — el líder alzó una ceja en su dirección, Sana frunció su ceño — no digo que yo lo haga. A lo que me refiero es que no hay por qué pasarla mal por un tema así. Querer descubrir nuevos horizontes sexuales es común. No un pecado.

Chan se quejó en voz alta, retorciéndose en el piso por su desgracia ¿Quién más imbécil que él al dejar que su novia lo viera? Nadie.

— Debo irme, tengo práctica con las chicas — anunció guardando su celular y acercándose a él, dándole una patada en el piso — ¿me prometes que no seguirás hostigando a Blue? Recuerda, dale su espacio si no quieres confundirla más y que en verdad quiera terminar contigo.

— Está bien, lo prometo — juró.

— Escríbeme si necesitas ayuda.