Capítulo 8: Las excursiones a Hogsmeade se acaban

Marlene y Dorcas preparándose para ir a Hogsmeade por San Valentín son la peor pesadilla de Lily y Rachel; y eso que ambas chicas van juntas. La ropa está por todas partes, desde el suelo, pasando por las camas y encima del armario. Incluso la puerta del armario está llena de ropa y, cuando Rachel va a ducharse, encuentra uno de los jerseys que Dorcas se había probado tan solo cinco minutos antes dentro de la misma ducha.

—¡Vale ya, sabéis que ropa tiene la otra, escoged algo e id al pueblo de una vez, por Morgana, Merlín y la madre que os parió!

Lanza el jersey de Dorcas a la cara de Marlene y luego cierra la puerta del baño con un portazo después de quitar toda la ropa que tiene encima la taza del baño. Ha sido totalmente anticlimático, pero al menos funciona porque el ruido en la habitación baja.

—Han elegido la ropa de la otra y en cinco minutos se han ido —Lily le informa entrando al baño, sin molestarse en llamar —. Si lo llego a saber lo hubiera hecho hace horas.

—Y yo, nos hubiéramos ahorrado tener que despertar con la ropa en la cara.

—¿Cómo pueden estar tan nerviosas? Llevan meses saliendo —Lily empieza a peinarse frente al espejo mientras Rachel sale de la ducha.

—¡El amor adolescente!

O las hormonas. Es probable que no puedan dormir en la habitación esa noche, si no recuerda mal las dos llevan saliendo casi seis meses.

—¿Les hemos dicho lo del calcetín? —le pregunta a Lily, intentando recordarlo, pero no es capaz, ha estado distraída con Nick en los últimos días.

—Creo que no, pero deja una nota, por si acaso, no quiero volver y encontrarme el espectáculo.

Prefieren ahorrarles la vergüenza, eso desde luego. Además, no sería la primera vez que se van a dormir a la habitación de los chicos para darles algo de intimidad, están acostumbradas a ello. También están las noches de luna llena, en las que murmuran una excusa terrible y las dejan solas, creen que de ahí viene su relación. Remus no quiere más personas enteradas de su secreto, dice que con siete ya tiene bastante y ninguno de ellos se ha atrevido a contradecirle, a pesar de que Dorcas y Marlene también han sido parte del grupo.

—¿Podremos volver a la habitación esta noche? —pregunta Lily y Rachel se ríe.

—Si es por Sirius ten claro que no vamos a poder, no se ha callado en toda la semana, resultaría adorable de no ser por la gran cantidad de detalles que ha dicho —ya está vestida, así que solo le queda ponerse el abrigo y coger una bufanda. Que casualidad que la que le regaló a Lily este por allí..

—Oh, no te preocupes, Remus está igual, pero ha intentado fingir que no es tan importante.

Lily sale del baño para coger el maquillaje —las ojeras no se tapan solas— y frunce el ceño cuando ve la bufanda que ha cogido.

—Esa es mía.

—A ti te va a quedar mejor la mía, no seas así, venga, podemos compartir, ¿no es ese el espíritu del colegio? —se lo acaba de inventar y Lily lo sabe porque pone los ojos en blanco.

—Me regalaste esa bufanda hace dos semanas, por mi cumpleaños, ¿era para mi o para ti? —que la apunte con el corrector le resulta demasiado divertido.

—Para ti, obviamente, solo la cojo prestada para hoy.

Y para algún día más, pero Lily no tiene por qué saber eso. Sí que es verdad que se la compró por su cumpleaños, pero a ella también le gusta, así que...

—¿Qué me vas a regalar por mi cumpleaños? —quedan unos días, así que espera que Lily ya haya comprado el regalo y no esté esperando a comprarlo en Hogsmeade, como sabe perfectamente que va a hacer James.

—La bufanda, vamos, al final llego tarde.

—Aburrida.

Le saca la lengua, pero sigue a Lily escaleras abajo hasta la sala común, donde los chicos ya esperan. Sirius y Remus no están por ningún lado y Peter ha debido de salir ya con su cita misteriosa porque tampoco está. James y Nick, sin embargo, sí que están, junto a Donovan, que está en una de las mesas de la sala común rodeado de libros.

—Vamos Lily, este tío es un caso perdido y no voy a perder más el tiempo con él —James no deja ni que Lily responda, sencillamente la coge de la mano y salen de la sala común, dejándoles con Donovan.

—¿Qué es lo que te pasa, Crowan? ¿Estás triste porque tu cita te ha dejado plantado? —se acerca hasta la mesa, donde puede ver los libros de historia de la magia completamente abiertos y una redacción que no parece estar a punto de terminar pronto. ¿Cómo puede estar haciendo la letra tan pequeña?

—Deberes, ¿sabéis que es eso?

—Pensaba copiar los tuyos, así que no —dice Nick y Donovan le saca el dedo corazón—. Hieres mis sentimientos, Nova.

—Y más que los voy a herir si no me dejas tranquilo.

Vuelve a bajar la mirada hacia los libros, pero está claro que no está haciendo nada, la pluma no se mueve y él tampoco, no pasa la página y solo está quieto, fingiendo que lee. Rachel solo tiene que mirar a Nick para saber que se lo van a llevar a Hogsmeade con ellos aunque tengan que arrastrarle hasta el pueblo.

Así que pone la mano en el escritorio y cierra uno de los libros, haciendo que levante la cabeza de mal humor. Sus ojos vuelven a ser tan azules como aquel día y Rachel siente que la sangre va directa hacia sus mejillas. Ni siquiera puede hablar, por mucho que quiere hacerlo.

¿Por qué de repente no puede contestarle? Estúpido Crowan con sus estúpidos ojos azules.

—Entiendo que nadie quiera tener una cita contigo, Nova, tu actitud deja mucho que desear, pero para eso están los amigos.

Nick rompe lo que sea que estuviera pasando en esos momentos, pero lo agradece. Donovan pone los ojos en blanco y vuelve a bajar la mirada hacia el trozo de pergamino para escribir una frase de la revolución de los duendes.

—Cinco invitaciones, Durant, las cinco rechazadas por mí, lo sabes porque estabas delante —¿Cinco? ¿Le han invitado cinco personas a Hogsmeade y las ha rechazado?—. Tengo muchas cosas que hacer, ¿por qué no os vais ya?

—Venga ya, los dos sabemos que era porque no querías ir con esas chicas —ahora es Nick quien cierra el otro libro y luego coge la redacción—. Esto va a seguir aquí, pero las excursiones a Hogsmeade se acaban, ya estamos en quinto.

—Y el tiempo para entregar la redacción también.

—A Binns se le olvida cuando hay que entregar las cosas, seguro que entre todos podemos convencerle para que nos de una semana más.

Rachel no sabe muy bien por qué ha dicho eso, por qué le ha invitado de forma indirecta. Iba a ir con Nick a Hogsmeade, los dos solos, habían quedado en eso porque todos los demás estaban ocupados con sus citas y ellos no le habían puesto ese nombre, pero estaba claro que tenía que ser una cita si iban los dos solos, ¿no?. ¡Si ella pensaba que Donovan ya tenía a alguien con quien ir! Y parece que Nick sabía que no, ¿cómo que cinco chicas? ¿Por qué no le habían dicho nada? Seguro que es la única que no se ha enterado.

—Será divertido, Nova, venga —Nick insiste y termina de recoger las cosas de Donovan antes de subir hasta la habitación, dejándola sola con el chico.

—Solo Nick ha dicho que vaya —dice, levantándose por fin de la silla. Como ella estaba apoyada en la mesa, sujetando uno de sus libros, Donovan se pone a su espalda, con lo que tiene que girarse para mirarle.

Ahora está entre él y la mesa y están bastante cerca. Demasiado cerca quizá, no debería dejar que se acercara tanto, luego acaba dibujando sus ojos y no puede permitirse volver a dibujarlos, no. ¿Por qué últimamente decide que va a atraparla contra algo?

—¿Quieres que vaya con vosotros, Rachel? —Nova agacha la cabeza cuando lo pregunta, pero esta vez no es para hacerse más pequeño y pasar desapercibido, no, es para poder mirarla fijamente a los ojos.

—Claro —se le va a parar el corazón, pero tiene que fingir que todo está bien, que no está sintiendo nada raro—. Será divertido.

No se aparta de inmediato, no, Nova sigue unos segundos sin moverse hasta que gira la cabeza y se aparta, quizá demasiado rápido.

—Vale, ya tengo tu abrigo, vamos, te he dejado las cosas ordenadas dentro del baúl, para que luego no te quejes —Nick no parece haberse dado cuenta de la situación, al menos no hasta que la mira—. ¿Por qué estás tan roja?

—Porque llevo un abrigo aquí dentro y está encendida la chimenea, vámonos ya o al final no tendremos sitio en las Tres Escobas.

Es la primera que sale, lo hace sin esperar a ninguno de los dos, pero puede oír perfectamente como Donovan intenta aguantarse la risa porque sabe que lo que acaba de decir es mentira, está roja por su culpa y él lo sabe. Solo tiene que alejarse de él, no es nada del otro mundo, poner algo de espacio y estará todo bien.

Así que camina al lado de Nick, dejando al chico en el medio, sin mirar a Donovan en toda la tarde. Tiene que ignorarle, tiene que fingir que no se le ha acelerado el corazón cuando ha estado tan cerca de ella en la sala común. Solo la ha asustado, Donovan nunca se acercaría tanto a ella si no es para asustarla. Nick, sin embargo, sí que se acerca a ella y que sus manos se vayan encontrando todo el camino a Hogsmeade hace que en su estómago haya mariposas.

Se meten con Sirius y Remus cuando les ven pasar, hablando tranquilamente, pero de la mano intentarlo ocultarlo inconscientemente. Luego se meten con Marlene y Dorcas cuando las ven escondidas en un callejón, dándose el lote. Y los últimos con los que se meten son con James y Lily cuando entran a las Tres Escobas. Lily tiene un bigote de cerveza de mantequilla cuando entran que James le limpia con una servilleta y los dos se quedan mirando fijamente a los ojos hasta que los tres deciden interrumpir el momento para ver como se ponen rojos.

¿Qué clase de amigos serían si no hicieran eso?

—Voy a por las cervezas, id a coger una mesa —les da la orden rápidamente a los chicos y ellos asienten.

—Estaremos por allí, veo una mesa vacía —Donovan señala hacia el final del local, donde tienden a ir parejas a darse el lote. Es raro que haya hueco allí, pero no piensa quejarse viendo como está todo.

Consigue las tres cervezas de mantequilla y, cuando vuelve a la mesa, Nick y Donovan están sentados cada uno a un lado de la mesa. Y está claro que tiene que elegir uno de los lados cuando llega y deja las cervezas de mantequilla.

—Esto está lleno de gente —dice, intentando retrasar el momento mientras se quita el abrigo y ve como ambos chicos ya se han movido hacia el interior de los asientos para dejarle hueco.

—Madame Rosmerta debería considerar una ampliación del local, aunque sea solo por los días de excursión —dice Nick y entiende la mano para cogerle el abrigo.

Pero Nova lo hace a la vez, también, porque ahora hace esas cosas de preocuparse por ella. No lo entiende, no entiende qué está pasando con ellos, no entiende por qué, de repente, le resulta tan complicado elegir.

Pero no debería ser tan difícil, nunca lo ha sido. Le tiende el abrigo a Donovan para que lo ponga a su lado y, entonces, se sienta al lado de Nick.

—Así puedes ponerte de lado y estirar las piernas —dice la chica, sabiendo que solo es una excusa, una que no sabe ni por qué ha dicho.

Pero no puede evitar decirlo, sobre todo cuando Nick pasa el brazo por sus hombros y la acerca más a él, dándole un beso en la mejilla, y ella no puede apartar la mirada de Nova, que ni siquiera puede mirarles.

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Rachel, Rachel, Rachel, ¿qué voy a hacer contigo si no sabes decidir?  La verdad es que me identifico con ella, decidir es muuuuuuy complicado, mi yo de hace diez años la entiende de maravilla.

Y ay, que monos los tres juntitos en San Valentín, ¿quién acabará con el corazón roto? Creo que el angst es mi parte favorita de las historias y no me escondo, como se puede notar, aunque esta está siendo bastante suave, la verdad. Había que compensar en el universo de Naipes, la verdad.

Nos vemos la semana que viene con un nuevo capítulo de Nick <3 Mil gracias por leer esta cita de San Valentín <3 <3 <3

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