Capítulo 24: Me gustaría ver como se lo explicas
No está orgulloso de como ha gestionado que Nick se haya alejado de él en cuanto han vuelto al colegio solo porque Rachel ya le ha hecho caso. No está nada orgulloso, pero quiere que lo vean tal y como lo está viendo él, porque el juego al que están jugando está acabando con su paciencia. Así que Nova se ha centrado en Rachel, porque si al menos consigue que ella lo vea, acabarán hablando con Nick y este lo aceptará. No es tan complicado, sencillamente todo tiene sentido cuando los tres están juntos y sabe que ellos lo saben. Pero si ellos no hacen nada Nova tendrá que hacer algo.
Así que ha vuelto a sembrar la duda en Rachel, poco a poco, en los pasillos mientras hacen las rondas y cuando nadie mira. Es fácil hacerlo cuando se sienta a su lado para comer o cuando lo hace enfrente intentando huir. Buscar su mano, acariciarle la pierna, aprovechar los pasillos del castillo.
La única línea que no cruza es besarla. Sabe que está presionando demasiado por como Rachel intenta mantener las distancias, no quiere que rompa con Nick, solo quiere que vea que puede tenerles a ambos si lo hablan. Y está a punto de hacerlo demasiadas veces, pero se queda callado porque sabe que todavía no es el momento.
Se queda callado y escribe poemas sobre ella que guarda entre las páginas de sus libros cuando la chica no se da cuenta y ve como los lee en la sala común, enrojeciendo cuando lo hace. Sabe que reconoce su letra, lo ve en como le mira cuando acaba de leer y desvía rápidamente la mirada hacia Nick, siempre besándole después.
Pero todo cambia un día, de repente, sin más y Nova entiende que el momento de hablar se acerca. Encuentra un dibujo entre las páginas de su libro de historia y sabe perfectamente que ha sido ella. Es una ilustración sencilla, sin mucho detalle, pero Nova es capaz de reconocer que es la ilustración de uno de sus poemas.
Son ellos, sin ser ellos. Cerca, pero no lo suficiente. Las manos de ambos están entreladazas y no se distingue de quien son. Reconoce la sala donde están dibujados, es el aula de aquellos besos que no ha podido olvidar.
Los dibujos llegan cuando menos se lo espera, a veces son varios en un día, a veces no hay y él lo devuelve con poemas. Sabe que ha cruzado esa línea imaginaria que él mismo ha trazado cuando Rachel deja de alejarse en las rondas y le responde a esas caricias a escondidas. Caminan por los pasillos menos transitados, se apoya en las paredes de ellos, alargando los momentos en los que nadie les ve. Demasiado cerca teniendo en cuenta que ella tiene novio, pero no lo suficientemente cerca como les gustaría.
Cruza la línea del todo cuando, en una de esas veces, se acerca a ella tanto que sus labios vuelven a rozarse suavemente, sin llegar a ser un beso del todo, pero les faltan milímetros. Puede ver perfectamente las pequeñas pecas que tiene Rachel en la nariz y... sabe que no tiene que hacerlo, que se tiene que alejar, que tiene que dejarla tranquila. No puede joder su relación con Nick solo por un beso, pero lo quiere. Lo quiere tanto desde la última luna llena como sabe que lo quiere ella. Supone que es lo que tiene que Remus le clave una de las garras en el cuello y llegue a la habitación cubierto de sangre, con Nick sujetando ese trozo de venda que guardan en la casa de los gritos desde la infección de Peter por usar la cortinas sucias.
Nova sabe que, si hubieran estado solos, Rachel le hubiera besado después de curarle la herida. No hacía falta ser un genio para saber eso, era algo que se veía, lo que no entendía era como sus amigos no se habían dado cuenta de que Rachel era un manojo de nervios. Oh, y como olvidar a Nick, completamente blanco, metiendo prisa tanto a Lily como a Rachel para que le curaran. Era imposible no darse cuenta, pero ellos todavía no lo habían visto y sus amigos tampoco se habían dado cuenta.
Si ese día hubieran estado los tres solos en la habitación, hubieran podido hablar una vez, habría sonreído, les habría preguntado que por qué estaban tan nerviosos. Podía imaginarse a los dos, a Rachel negándolo y llamándole idiota por ponerse en, a Nick diciéndole que ni se le ocurriera volver a hacer algo así, que si quería matarle de un infarto. Nova volvería a reír, sabe que se pasaría la mano por el pelo y, si hubieran estado solos, se habría atrevido a tirar de ellos para que cayeran en la cama con él.
—Un beso lo arreglaría todo —les hubiera dicho y, en su fantasía, los dos le habrían besado.
Pero nada de eso pasó, sus amigos estaban en la habitación, James y Sirius intentando calmar a Nick, Lily ayudando a Rachel, Peter pasando todo el material que ambas chicas pedían mientras intentaba contar como había pasado. Y, mientras tanto, él estaba en la cama, con el cuello ardiendo, sin poder decir nada.
No quería perder más tiempo después de eso, no podía perderlo porque cada día que pasaba bajo la luna llena era un peligro y porque, en cualquier momento, podrían descubrir el pequeño secreto que guardaba su familia.
—No puedo —Rache lo susurra, dejando que con el movimiento sus labios se rocen un poco más. Se le escapa un suspiro y sus labios se vuelven a rozar, sería tan fácil dejar de perder el tiempo, atrapar los labios de la chica y solo dejarlos ir cuando Nick reclamase un beso.
—Yo tampoco.
Pero, por mucho que quiera, por mucho que piense en que cualquier día va a ser el último, sabe que no lo va a hacer. Ya ha cruzado su línea imaginaria, pero no está dispuesto a cruzarla más. Y sabe que tiene que dejar de enviarle los poemas y que tiene que arrugar sus dibujos y que tiene que alejarse, pero no lo quiere hacer, no cuando está tan cerca de que Rachel vea lo que él ve.
—Tenemos que parar con esto, no está bien —Rachel sigue susurrando, cierra los ojos y él también lo hace.
—Lo sé —se aleja de sus labios, lo justo para poder apoyar su frente en la de la chica.
No es tonto, no están haciendo las cosas bien. No las están haciendo nada bien porque no hablan, no dicen nada y no decir nada es... es un error. Pero decir algo y equivocarse, perder la amistad de ambos, es peor. No puede perderles, prefiere verles juntos, sin él, que separados.
—No puedo seguir mintiendo a Nick, Nova.
Rachel tiene razón, están mintiendo a Nick, no deberían hacer eso, deberían hablar con él, no deberían estar escondiéndose cuando él tendría que estar allí también.
—Yo tampoco —no se espera el pánico en los ojos de Rachel, que se agache y rompa todo contacto y se aleje tan rápidamente.
—No puedes contarle nada de esto —es más pánico y Nova quiere hablar, explicarle a que se refiere, pero Rachel es más rápida.
Desaparece, casi corriendo y Nova supone que se ha ido a la sala común para ser más rápida que él. Así que solo le queda seguirla, a un paso algo más rápido de lo normal, dejando la ronda a medias porque lo que menos importa es eso. Pero cuando llega a la sala común, parece que es demasiado tarde porque Rachel ya no está allí, está en la habitación, sola en la cama de Nick, y se tapa la boca con la mano, en un intento de calmar los sollozos. Ni siquiera ha visto salir a Nick de la sala común, ¿cuánto tiempo lleva Rachel llorando sola en la habitación?
Que acepte su abrazo es lo que hace que Nova se sienta como una completa mierda. Rachel no deja de llorar y solo puede suponer, por no encontrar a Nick cerca, que han roto y esta vez parece que es de verdad y no como lo que sea que pasó durante el verano. Así que cuando Sirius aparece en la habitación deja que vaya con él y vuelve a la sala común, sintiéndose mal por lo que ha provocado.
Porque es su culpa, les ha hecho daño, no ha sido capaz de hablar con ellos. Lo que ha pasado lo ha provocado él por no abrir la puta boca de una vez.
Se siente aún más mierda cuando Nick aparece, después de la medianoche, y oye como se encierra en el baño. Se abre el grifo de la ducha y Nova escucha con mucha más atención. No lo piensa mucho cuando se levanta de la cama, se revuelve un poco el pelo y finge que estaba completamente dormido y solo quiere beber agua.
Nick está sentado en el suelo del baño, con la cabeza escondida entre las piernas levantadas y ni siquiera se mueve cuando Nova entra en el cuarto de baño. Cierra la puerta con cuidado para no despertar a los demás, se acerca hasta la ducha y cierra el grifo, para luego sentarse junto a Nick en el suelo.
—Me ha pedido tiempo —suelta Nick y Nova supone que piensa que es James o Sirius, pero cuando levanta la cabeza nota que Nick sabía perfectamente que era él—. Pero tú lo sabías, ¿no? Ha vuelto antes de la ronda, como si hubiera vuelto corriendo todo el camino.
No sabe qué contestarle. Lo sabe porque ha roto con él por su culpa, por pasarse de esa raya imaginaria en el pasillo, esa que sabía perfectamente cual era y que lleva demasiado cerca de ella tanto tiempo que se ha acostumbrado a caminar al borde. Y Nick está dolido, y sabe que si se lo dice estará aun más dolido porque son amigos.
—Creo que hay alguien más —suelta Nick y se tapa la cara con las manos.
—¿Por qué crees eso? —no puede negar que tiene miedo.
—Quiere tiempo para pensar, no soy gilipollas, Donovan, es la segunda vez que necesita pensar —que Nick se levante del suelo no es buena señal, no cuando está tan enfadado—. Quiero encontrar a ese... ese...
—Tienes que pensar esto en frío, no puedes...
—¡No me digas que tengo que hacer, Crowan!
Está realmente cabreado y Nova suspira. No quiere seguir mintiendo a Nick, pero es lo único que puede hacer ahora si no quiere acabar sin cabeza o algo así. Porque Nick le ha cogido de la camiseta del pijama y, por la mirada que le lanza, Nick lo sabe. Sabe perfectamente que esa persona es él.
—¿No viste como temblaba cuando me estaba curando después de la luna llena? —lo saca, porque no le queda otra, tiene que mentir, tiene que elegir eso. Se está exponiendo, lo sabe, le está diciendo que es él la otra persona, pero tiene que hacerlo, Nick tiene que entenderlo.
—Sí, claro que lo vi, todos teníamos miedo por ti, Remus lleva días cabreado por haberte hecho daño —no le suelta todavía, aprieta más los puños, tira un poco más de la camiseta.
—Tiene miedo de que te pase a ti.
Ya ha terminado la mentira, pero basta para que Nick se calme un poco. Ya no respira tan fuerte, le suelta la camiseta y, por fin, se apoya contra la pared. No sabe si se lo ha creído, pero tiene que valer, tiene que volver con Rachel, no tiene sentido que no estén juntos. No quería hacer eso, no quería hacer que rompieran.
—¿Por qué no me lo ha dicho?
Se le nota herido y Nova lo siente mucho por mentirle, pero no es el momento, Nick no está listo para ver lo que ellos ya ven, no todavía, así que se acerca a él y le pone la mano en el hombro.
—Dale tiempo, si es eso tiene que solucionarlo ella misma, tiene que ver que no va a pasarte nada.
No sabe si va a funcionar, pero por lo que ve durante los siguientes días, parece más tranquilo. Le da ese espacio que la chica le ha pedido y ellos vuelven a hablar. Al principio es solo de noche, cuando se quedan en la sala común después de que todos se hayan ido. Empiezan con quince minutos y, cuando acaba octubre, ya pasan más de una hora hablando. Para cuando llega el primer partido de la temporada de quidditch tiene que decirle a Nick que se va a dormir porque les dan las tres de la mañana y sabe que James le matará si se entera de que no ha dormido antes de un partido.
Para su mala suerte, el partido que juegan es horrible. No es solo él, que está completamente descordinado con Sirius, si no que también tienen a James que parece que no es capaz de coger una quaffle y si hablan de la cantidad de tantos que les han metido Nova preferiría que Remus volviera a clavarle las garras en el estómago y le sacara las tripas. No puede entender como es posible que hayan jugado tan mal en ese primer partido, y encima contra Slytherin. Las burlas del equipo de las serpientes van a estar más que aseguradas, y más cuando es la última vez que James, Sirius y él van a jugar contra ellos. El último partido contra Slytherin y lo han perdido.
—Tenemos que hacer autocrítica —anuncia James y mira a todos en el equipo, uno a uno—. ¿Por qué hemos jugado tan mal?
—Porque ellos eran mejores —anuncia Cleo y parece que James está a punto de matarla.
—No, porque no hemos dado todo por este partido.
—Habla por ti, pero mañana no me voy a poder mover y voy a tener el cuerpo lleno de moratones por culpa de esos matones —se queja la cazadora y parece que Adam, el otro cazador, la apoya.
—Han jugado sucio, James, que no hayan parado más veces el partido no es justo, madame Hooch debería haber estado más pendiente —dice el chico, pero James niega.
—El problema también ha sido nuestra defensa.
—Lo he intentado, pero aquí Nova no quería dar ni una —Sirius, por supuesto, no asume la culpa. No ha cogido ni uno de sus pases, vale que no hayan sido perfectos, pero los han hecho peores.
—¿Lo dices por todas las veces que has fallado? —Nova se cruza de brazos y da un paso hacia Sirius, que levanta la cabeza con un orgullo que no sabe de donde está sacando.
—¿Y las que has fallado tú?
—Al menos lo admito.
—¿Y por qué no admites que tú has sido un inútil? —Sirius le da un golpe con un dedo en el pecho, marcando bien el tú. Porque claro, Sirius Black siempre es perfecto jugando.
—¿Tienes algún problema conmigo?
—Pues ahora que lo dices sí, la verdad, que eres un inútil.
Está a punto de pegarle un puñetazo, pero tiene suerte de que James se mete en medio y les aparta. Lo que sea que le pase a Sirius con él viene desde hace unos días, no tiene nada que ver con el partido y lo sabe. Solo le queda averiguar qué cojones le pasa con él pero tiene la sospecha de que tiene que ver con Rachel.
—A las duchas, hablamos todos en la sala común en una hora.
La orden de James es clara y todos obedecen. No queda mucho que decir, así que Nova no sabe muy bien de qué quiere que hablen. La estrategia, supone, pero es la misma para los golpeadores durante todos los partidos, a por los cazadores, cuando se pueda hacia el guardián y, si el buscador está muy cerca de la snitch ir a por él. Sencilla y básica y siempre funciona, ¿qué tienen que cambiar en ella?
Tarda más que el resto en salir de la ducha, ni siquiera se da cuenta, quizá es por querer evitar esa charla con James o quizá es por evitar matar a Sirius, todavía no lo tiene muy claro, pero agradece el tiempo a solas bajo la ducha. Sale ya pasada la hora que les ha dado James, así que se toma su tiempo mientras se seca y se viste. No quiere ir a esa reunión, es lo que menos ganas tiene del mundo, pero hace el esfuerzo de dejar de estar allí sentado, en uno de los bancos del vestuario, con la toalla todavía siendo lo único que lleva puesto y va hacia su taquilla.
—James suponía que no habías querido subir —Nick le sobresalta cuando está cogiendo el unifome del colegio—. Perdón, no quería asustarte.
—Pensaba que estaba solo.
—Acabo de llegar si eso te consuela —avanza hasta el banco donde Nova había estado sentado antes y se tumba en él—. ¿Qué ha pasado en el partido? Nunca os había visto jugar tan mal.
—No lo sé.
Es la respuesta corta y la que más clara tiene. Si quiere saber qué le ha pasado a él, al menos, tendrá que pensar mucho más para averiguarlo. Ni siquiera sabe a donde quiere llegar con todo eso, a ningún lado, a todos los lados. Está claro que perder no le sienta bien.
—Creo que parte del problema viene de que Sirius y tú no habéis tenido comunicación ninguna —suelta, como si nada y Nova quiere reírse.
—También que nuestro guardian no ha hecho nada —le contesta y Nick asiente.
—Eso también, pero estaba hablando de problemas menos obvios, nunca os había visto tan poco sincronizados.
—Ya.
—¿Os ha pasado algo?
Esta vez no responde, empieza a vestirse rápidamente y evita mirar a Nick, que mira el techo del vestuario como si fuera lo más interesante que hay allí.
—Vamos, no quiero que James me grite por llegar tarde —lo último que se coloca es la capa del colegio, el frío ya está en Hogwarts y es imposible no sentirlo siendo ya Noviembre.
—Ya te va a gritar, me ha mandado a buscarte así que imagina como está.
Sí, lo imagina, aunque no lo necesita porque el cabreo de James porque llegue tarde no pasa desapercibido. Los gritos del capitán combinados con el mal humor general hacen que la gente salga de la sala común y solo queden amigos de los jugadores del equipo. Nova puede ver como Rachel y Lily hablan en una esquina y como Nick está aplastando a Peter y Remus en la partida de snap explosivo que están jugando. No le importaría estar jugando en lugar de tener que estar escuchando los gritos de James, aunque para poder decir eso también debería estar escuchándole.
Le mira, asiente cuando los demas lo hacen y finge que piensa cuando todos están callados. Está, de verdad, intentando hacer caso, pero no puede dejar de mirar a Rachel, que no deja de mirar a Nick mientras habla con Lily. Las rondas han sido insoportables, no han cruzado ni una sola palabra, llevan caminando en silencio semanas y Nova no cree que eso vaya a cambiar. Ahora habla con Nick, pero ya no habla con Rachel; es todo lo contrario a como empezaron el curso.
La bronca de James acaba, por fin, y lo único que saca en claro es que va a tener aun menos tiempo del que tenia antes porque ahora van a entrenar más hasta que consigan hacer todo con los ojos bendados. Espera que solo sea una expresión, porque como le venden los ojos para lanzar las bludgers va a vivir permanentemente en la enfermería. Quizá así Rachel volvería a hablarle.
Cada día es más cansado que el anterior y Nova no puede querer más volver a casa. No le importa tener que volver a casa durante estas Navidades, de hecho lo está deseando a pesar de lo que significa. La magia de Cassie debe de estar a punto de aparecer y volverán los intentos de sus padres de convencerla de que no vaya a Hogwarts porque no es necesario. Nova quiere estar allí para evitar que intenten convencerla de nada, su hermana quiere seguir sus pasos, pero está en una edad demasiado influenciable y... Nova tiene miedo de que su hermana empiece a tener miedo a la magia, que es algo que puede pasar si no está con ella cuando empiece.
—James sigue insoportable —le informa Nick una semana antes de las vacaciones, por la noche, cuando entra a la habitación después de cenar. Lanza la mochila sobre su cama, los zapatos bajo la misma y la corbata se la afloja.
—Me lo había imaginado —James lleva sin hablarle desde que vio que no apuntaba su nombre en la lista para quedarse en el castillo. Todo el equipo se queda porque hay que entrenar, pero él se va. En realidad la excusa del entrenamiento es para que no sea raro que James y Sirius se queden en el castillo durante las vacaciones de Navidad, la luna llena es el día veinticinco.
—¿Puedes hablar con él? Empieza a ser incómodo —Nick se apoya contra las columnas de la cama de Nova, cruzándose de brazos.
—No creo que tenga que darle explicaciones —murmura Nova y vuelve a la redacción de historia. Es el único de sus amigos que sigue cursando Historia de la Magia y, además, el tiene como optativa Estudios Antiguos, para la cual tiene que ponerse a estudiar si no quiere suspender el próximo examen.
—A él no, pero quizá a Remus sí.
—Remus sabe por qué vuelvo a casa —y es verdad, es al único a quien le ha dicho que vuelve a casa por motivos familiares, aunque supone que Lily sabe que vuelve por Cassie.
—¿Y por qué yo no lo sé? —Nick se queja y deja de estar apoyado en la estructura de la cama para pasar a sentarse en ella.
—Porque no es de tu incumbencia —no pretende sonar borde, pero no está de humor en esos momentos.
—Sí, tienes razón, ya no te molesto más.
Pero no quiere que haga eso. Todo con Nick es complicado, no sabe como acercarse y que vea que siente por él. Ser directo no funciona, lo intentó en su cumpleaños y seguramente Nick pensó que era de broma y en verano... en verano ha hecho lo mismo que ha hecho ahora, no se ha alejado de él, ha sido su apoyo. Y debería dejar que él también fuera su apoyo si quiere que, algún día, estén juntos.
—Es por mi hermana —lo dice justo cuando Nick abre la puerta y, según habla, la cierra.
—¿Qué le pasa a Cassie? ¿Está bien?—Nick va tan rápido a su cama que a Nova se le escapa la pluma y consigue pintar una estupenda raya en mitad de la redacción. Genial.
—Está bien, no le ha pasado nada.
—Joder, me has asustado, pensaba que le había pasado algo —Nick se sienta, tranquilamente, como si no pasara nada. Pero sí que pasa porque Nick está en su cama y Nova se pone ligeramente nervioso
—Ya tiene casi siete años, la magia accidental debería aparecer en cualquier momento, y... quiero estar allí para cuando eso pase —no le está contando todo, debería hacerlo—. Mi padre intentará convencerla de que es mala idea que venga y...
—¿Cómo va a ser mala idea que venga? ¿Acaso no sabe que es un gran error no dejar que aprenda a controlar la magia? ¿Qué quiere? ¿Qué le explote la comida cuando Cassie se enfade o qué? —Nick le interrumpe y Nova le mira hasta que se queda callado.
—Mi padre es un paranoico que odia la magia, Nick.
Es la primera vez que lo dice tan alto y claro. A Rachel se lo contó con evasivas, sin saber muy bien que mencionar y que no. Ahora parece más fácil y, a la vez, mucho más difícil que aquella vez. Porque no es exacto, no odia la magia, odia todo lo relacionado con la magia que pueda poner en peligro a su familia. Y que Cassie vaya a Hogwarts es algo que puede poner en peligro a la familia, tal y como lo es que él haya ido a Hogwarts.
—¿Cómo puede odiar la magia? No tiene sentido —Nick deja la puerta y vuelve hacia la cama, así que Nova se pregunta cuanto ha compartido con sus amigos alguna vez.
—Es muggle, no le hizo gracia que mi madre fuera bruja.
Nick abre la boca y luego la cierra, sin saber qué decir, se le nota. No esperaba esa respuesta, claro, no es tan raro que su padre sea muggle, en el mundo mágico hay bastante gente que tiene un padre muggle. Le está mintiendo con ello, a su padre le dio igual cuando se enteró, de hecho, tenía curiosidad, quería saber más sobre el mundo mágico, sobre la magia. El problema fue la familia de su madre, que no quería un muggle en el árbol familiar.
—Pensaba que lo sabrías, creo que lo dije al principio —y es verdad, pensaba que lo había compartido alguna vez con él, desde luego lo había hablado con Remus, ambos tienen el mismo caso—. Por si acaso, la madre de Remus también es muggle.
—Eso lo sabía, idiota, lo que no sabía es que tu padre tenía un caso serio de magifobia —suelta, tan tranquilo, inventándose la palabra y Nova no puede evitar soltar una carcajada.
—Tío, eso no existe, te lo acabas de inventar.
—Existe porque a mi me apetece, y si tu padre intenta convencer a tu hermana de que venir a Hogwarts no es bueno déjame que se lo explique.
Sí, le gustaría ver como Nick se lo explica a su padre. Si todo sale bien Nova podrá usarlo a su favor, solo tiene que aguantar unos meses más, seis meses sin que nadie se entere de quien es su familia. Está a punto de conseguirlo, solo tiene que mantenerse alejado de ella.
—Me gustaría ver como se lo explicas, quizá tienes más suerte de la que tuve yo —porque no fue fácil y necesitó que Lily le pusiera ojos de cordero para convencer a su padre. Y eso que Cassie todavía no había nacido por aquel entonces.
Convencer a su madre nunca fue un problema, claro, ella era plenamente consciente de lo que supondría tener a un niño sin control de la magia en casa, así que se puso de su parte. Pero con Cassie la cosa es diferente, ella es la niña que nunca esperaron tener, la sobreprotegen tanto que Nova no se extrañaría de que le prohibieran salir al parque en los próximos años.
—Estas Navidades me paso por tu casa, tengo la boda esa de los Malfoy y... —de repente se queda callado, como si estuviera pensando en algo—. Me paso por tu casa, ¿cuándo te viene bien?
—Ni se te ocurra pasarte por mi casa —joder, no quería sonar tan borde, pero lo ha hecho. Le pone nervioso que Nick esté tan cerca, que encima hable de que se pasa por su casa para hablar con sus padres.
Se levanta de la cama, necesitando ese aire frío de la ventana de la habitación donde Sirius y Rachel tienen la manía de fumar constantemente. Lo que menos necesita es pensar en Rachel, pero no puede evitarlo, está en su sitio, aunque apesta a tabaco, puede oler la colonia de la chica.
—Perdona, no quería sonar tan borde. Gracias por preocuparte —lo dice sin mirarle, solo se fija en el sauce boxeador. No quiere mirar a Nick en esos momentos, no puede hacerlo, le ha contado muchas cosas, demasiadas.
—Lo entiendo, es una situación rara —Nova asiente y cierra la ventana para luego sentarse en el suelo. Ya ha tenido bastante—. Bueno, si te consuela, mis padres están cabreados conmigo porque toco la guitarra, así que voy a tener unas Navidades de lo más entretenidas llenas de gritos y peleas. Te puedes unir si quieres, las puertas de mi casa están abiertas.
—No me consuela —Nick se sienta a su lado, con sus brazos tocándose, su mano demasiado cerca de la suya.
—Tenía que intentarlo —le sonríe.
—Agradezco el intento —y le devuelve la sonrisa.
A parte de la fiesta del cumpleaños de Nick no ha vuelto a estar tan cerca como para que sea fácil besarle. Ahora lo es, muy fácil, de hecho, así que se lanza sin pensar en si le va a rechazar o no, si le va a apartar o si, como Nova cree, también quiere besarle.
Que Nick le responda el beso es tan increíble que Nova cree que es mentira. Lleva pensando en ello desde hace ocho meses y no va a dejar de pensar en como Nick le agarra del pelo y le vuelve a acercar cuando se aleja para coger un poco de aire. Que ahora sea Nick quien le bese le hace estar aún más en las nubes.
Y se siente en esa nube cuando se alejan porque es mucho mejor de lo que había pensado que podía ser. Y Nick parece estar de acuerdo en que ha sido increíble porque también está sin palabras.
Se miran, primero a los ojos, pero la mirada de Nick le traiciona porque baja de nuevo a sus labios y Nova no puede aguantar más, así que vuelve a besarle, sin contenerse, con todas las ganas que lleva guardadas desde el cumpleaños del rubio. Tenía que haberle besado ese día, tenía que haberle provocado hasta que Nick le hubiera dicho que sí. O no, porque si estos son sus primeros besos no quiere esperar los siguientes.
De alguna forma acaban tumbados en el suelo, Nick está encima de él, ha descubierto que tiene un punto débil en la oreja izquierda y lo está aprovechando al máximo mientras que él está aprovechando tenerle encima para poder tocarle el culo. Se le escapa un gemido y oye como Nick se ríe.
Pero la risa se le acaba cuando Nova consigue darles la vuelta y ahora es él quien está al mando. El cuello de Nick resulta de lo más apetecible y más con los ruidos que hace cuando empieza a subir por su mandíbula de nuevo hacia su boca. Nota las manos del chico acariciándole el estómago y, poco a poco, van bajando hacia el botón del pantalón, rozan el elástico de sus boxers y suspira tan fuerte que Nick vuelve a reírse, pero esta vez contra su labios.
Y está en las nubes, es mejor de lo que ha soñado, todo está sucediendo en el momento perfecto, de la forma perfecta. Y nadie va a bajarle de esa nube, nadie puede pinchar esa burbuja de felicidad.
Al menos hasta que Remus entra en la habitación, de mal humor por la luna llena que se acerca y da un portazo. Que Nick se separe de él de golpe, sin ni siquiera atreverse a mirarle y no le diga nada a Remus sí que consigue pinchar su burbuja.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Que se han liadoooooooooo madre mía por fin que ganas tenía de este capítulo es que uf uf uf les quiero demasiado. Y mira a Nick, que aprovecha cuando está con Rachel para liarse con Nova, él sí que lo está haciendo bien no como los otros dos mendrugos.
No voy a esconderme, vamos en una montaña rusa y estamos subiendo, dentro de nada vamos a caer y jejejeje menuda caída. Que ganas que ganas que ganas, es que no sabéis nada uf
Nos vemos la semana que viene con algo un poquito más tranquilo. Más o menos, claro :) ¡Mil gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top