Capítulo 20: La marca tenebrosa
Necesita un respiro.
Cada vez que está a solas con Nick olvida todo lo que le preocupa, está tranquila, le gusta estar con Nick, quizá podría decir que... No, no, sigue siendo demasiado pronto, es demasiado pronto y sus sentimientos están demasiado confusos como para poder afirmar algo de esa categoría. Porque, cuando no está a solas con Nick, es porque Nova anda cerca y la culpa puede a Rachel.
No debería dejar que se acerque tanto, que paseen por los pasillos del colegio cuando hacen la ronda con las manos rozándose constantemente. Busca esos roces, intenta que sean casuales, pero igual que los suyos no lo son, sabe que los de Nova tampoco, como cuando paran a hablar y, a veces, cree que va a besarla cuando nadie les ve.
Y quiere eso con tantas ganas que da miedo porque olvida todo en esas rondas, cuando están solos, olvida a Nick con facilidad y sabe que, cualquier día, va a cometer un error. Y lo peor de todo es que no se va a arrepentir, ni siquiera un poco. Se sentirá culpable, sí, pero no podría arrepentirse de besar a Nova como no se arrepiente de besar a Nick.
¿Eso la hace mala persona? Supone que sí porque no deja de estar engañando a Nick, aunque sea de forma emocional. Quiere hablar con él, necesita contárselo y cada vez que lo intenta siente un nudo en la garganta que le impide decir nada. ¿Qué le va a contar a parte de que también siente algo por Nova? Ni siquiera sabe si eso podría ir a algún lado como ella quiere, no lo ha hablado con Nova y mucho menos lo va a hablar con Nick.
La valentía que tuvo en las vacaciones de Navidad ha ido desapareciendo poco a poco y solo quedan los restos. Algo dentro de ella dice, cuando termina un dibujo o se está quedando dormida en los brazos de Nick o termina una ronda con Nova que sea valiente y hable. Que les pregunte a ambos, que les diga que quiere todo. Porque puede estar con ellos, lo sabe, sabe que podría perfectamente.
También le gustaría hablarlo con alguien, pero... ¿cómo se lo explica a sus amigos? Remus ya lo sabe y su consejo es que hable y Rachel sabe que el hombre lobo tiene razón, que tiene que hablar con Nick y Nova sobre lo que siente. Sabe que tiene que hablarlo, lo sabe. A James le tiene completamente descartado, es un gran cotilla desde que eran pequeños y sabe que se lo contará a Sirius y a su madre en cuanto llegue a casa. Y lo que menos necesita es a Euphemia Potter dandole consejos amorosos.
Tiene también completamente descartado a Peter, es su amigo, sí, pero ni de broma le cuenta algo de ese estilo y a Marlene y Dorcas las descarta por prácticamente lo mismo. No es tan cercana a ellos como para decirles que está completamente pillada de dos chicos. Y que ha besado a ambos. Y que sueña con ellos. Oh, los sueños, ojalá pudieran hacerse realidad.
Así que solo le quedan Lily y Sirius. Y confía en ambos, claro que lo hace, pero... pero Lily va a juzgarla en su decisión. Lo sabe, está en el carácter de la chica, aunque luego le pueda dar buenos consejos, primero va a juzgarla por haber besado a Nova cuando ya tenía algo con Nick. Y va a regañarla por todo el juego que tienen a pesar de que Rachel ya sabe que tiene que parar. Luego está Sirius, que sencillamente le da miedo. ¿Y si se lo cuenta y decide actuar por su cuenta? A Rachel le daría algo si Nick o Nova se enterasen de lo que siente solo porque lo dijera Sirius.
No es la mejor solución, pero necesita un respiro. De ambos chicos, del amor, del colegio y de todos los líos que tiene en la cabeza. Necesita el verano y necesita mantenerse alejada tanto de Nick como de Donovan para poder pensar y actuar en consecuencia.
Porque como siga cerca de ellos va a acabar haciendo algo de lo que se arrepienta, como besar primero a Nick y luego a Nova en la misma habitación, cuando los tres se quedan solos estudiando. Ha perdido la cuenta de las veces que se ha levantado para hacerlo y ha fingido que iba al baño porque luego se ha asustado.
Y después del último susto, tan solo unas horas antes, en una tarde de junio, está con Sirius en la habitación tranquilamente, fumando junto a la ventana. Lily y James están en su no cita, Nova ha desaparecido con Nick en algún lugar del castillo y Remus y Peter se enfrentan en la sala común a una partida de ajedrez que, definitivamente, va a ganar Pete. Nadie puede ganarle.
—¿Cuánto hace que no hablamos solos tú y yo?
—Solo estás con Durant y como mucho, en las rondas con Crowan —joder, tiene que empezar a alejarse de ellos—. Es complicado hablar contigo, Lightbourne.
Sirius está sentado en el alféizar de la ventana, con el cigarro en la boca y Rachel está apoyada en la pared, justo a su lado, lo suficientemente cerca como para robarle el cigarro. Debería dejar de fumar, pero como lo deje en esos momentos hará una estupidez mayor como coger el mapa del merodeador, ver donde están Nova y Nick e ir a por ellos.
—Y tú con Lupin y no te digo nada —le roba el cigarro para darle una larga calada y Sirius gruñe.
—Cómprate los tuyos.
—Me he quedado sin ellos.
—¿Problemas en el paraíso? —no duda en pegarle, intentando fingir molestia, aunque Sirius sepa perfectamente que es mentira.
—Ni un solo problema, muchas gracias —solo está a punto de hacer una locura como no se aleje de ambos chicos ya, pero sí, ningún problema.
—Te he visto fumar más en el último mes que en el último año, Rach, ¿qué es lo que pasa? —que Sirius baje de la ventana es una mala señal, lo sabe, tiene que mentirle, pero... pero no puede contárselo. Por mucho que quiera, no puede contarle a Sirius que está pillada de Nick, pero también de Nova.
—Nada —es lo mejor, no decir nada.
—¿Te está molestando Crowan durante las rondas? —su mirada se vuelve más seria, más amenazante, más... Black. A veces, tiene un poco de miedo a Sirius y a Regulus.
—¿Qué? ¿Por qué dices eso? —Sirius parece que se tensa un poco más ante su tono de alarma, pero luego se relaja.
—Venga, Rach, ya lo sabes —cuando niega Sirius pone los ojos en blanco—. ¿Cómo no vas a saberlo?
—Pues no sé que tengo que saber —se cruza de brazos, a la defensiva, porque no entiende a qué se refiere Sirius.
—Nova está colado por ti, Rachel, desde hace años, es tan obvio que duele mirarlo.
Suelta una carcajada. Es lo mejor que se le ocurre porque eso sí que era algo que sabe. O, al menos, que intuye, no es muy complicado darse cuenta de lo que pasa, pero eso Sirius no lo sabe, porque Sirius no sabe que ya ha besado a Nova y no sabe de las todas esas veces que ha vuelto a estar a punto de besar a Nova. Claro que sabe que, mínimo, está atraído por ella. No está ciega ni es tonta.
—¿Son estos tus deberes de Estudios Muggles? Los de grabar a alguien, digo, ¿dónde has escondido la cámara que nos dieron? —empieza a moverse por la habitación, fingiendo que de verdad cree que es una broma. Es lo mejor, tiene que ignorarlo, tiene que hacerlo, necesita hacerlo.
—No te estoy grabando, Lightbourne, deja de deshacer mi cama.
Tira de ella de nuevo, hacia la ventana, donde enciende otro cigarro y Rachel sabe que, que lo coja con tantas ganas, no es una buena señal para Sirius, así que solo le queda cambiar de tema.
—¿Y tú qué? ¿Algún avance con Regulus? ¿Has conseguido escapar a la vigilancia de Walburga para hablar con él?
—Sé lo que quieres hacer y no va a funcionar —le quita el cigarro y lo deja lo suficientemente lejos como para que Rachel no llegue.
—Sí que va a funcionar porque no estoy haciendo nada, solo me preocupo por mi amigo y su hermano, que está a dos pasos de unirse a los mortífagos.
—A uno, no me extrañaría que apareciera el año que viene con la marca tenebrosa.
—¿Tú crees? —que Sirius termine el cigarro y encienda otro consigue preocuparla más aún. ¿Cuánto tiempo lleva sin preguntarle nada a Sirius?
—Este año empezarán a buscarle esposa, le hablarán de lo que tiene que hacer como un buen Black si es que no lo han hecho ya y, cuando se quiera dar cuenta, tendrá la marca en su brazo izquierdo como si fuera un trofeo.
La amargura en el tono de voz de Sirius no es agradable, como tampoco es la cicatriz que tiene en el brazo izquierdo, el que para la familia Black ahora está diseñado para tener la marca tenebrosa. Sirius no la tiene, pero sí que tiene un intento de dibujo de la marca, hecho con un cuchillo y las suficientes maldiciones como para que la cicatriz nunca desaparezca. Los demás solo vieron la sangre en el brazo, pero Rachel sí que vio la herida, fue quien la curó en el cuarto de baño de los Potter ese día y los siguientes hasta que tuvo un mejor aspecto. No sabe en qué estado está actualmente porque Sirius siempre lleva tapado el brazo izquierdo, a pesar de que ya todos saben que la cicatriz está ahí.
—Podremos sacarle antes, creo que...
—No, no me des esperanzas.
Que la interrumpa es lo peor. Sirius ya no confía en nada, se ha rendido y Rachel no sabe cómo no se ha dado cuenta de ello antes. No, sí lo sabe, está demasiado preocupada por qué chico elegir mientras juega con ambos. Así que lo decide, un poco de forma impulsiva, pero quizá lo mejor en retrospectiva.
—Este verano vamos a pensar en cómo hacer que Regulus entre en razón —se lo promete, aunque Sirius no lo sepa, lo hace. No tiene ni idea de como lo van a hacer, pero van a pensar. Claro que van a pensar y van a encontrar la forma de conseguir que Regulus entre en razón.
—No vamos a poder.
—Oh, claro que vamos a poder, ¿no dice tu familia que un Black siempre consigue lo que quiere? Pues adopta eso de tu mierda de familia.
Ahora quien suelta una carcajada es Sirius y Rachel no puede evitar sonreír. Eso es lo que le gusta oír, casi puede ver a su amigo, el que era antes de todo el desastre, el que vuelve a ser poco a poco y que terminará sanando de todo lo que su familia le hizo.
—Tienes razón, es lo que tengo que hacer, sacar eso de mi familia.
Sirius se aparta de la ventana y va hacia su mesilla de noche, de donde saca un trozo de pergamino y se lo tiende a la chica.
—No es lo único que puedo sacar de mi familia —su sonrisa dice mucho así que Rachel le quita el pergamino y lo lee rápidamente.
—Eres rico —susurra y levanta la mirada del papel para ver como Sirius sonríe, con satisfacción—. ¡Joder, qué eres rico!
—Gracias al tío Alphard no tendré que pensar en qué demonios hacer en cuanto salgamos de aquí —la sonrisa que tiene Sirius hace que Rachel se lance a abrazarle porque joder, por fin le pasa algo bueno—. ¿Te vienes a mirar apartamentos este verano?
—Dalo por hecho, Black, que fuerte, vas a tener tu propia casa, ¿puedes creértelo?
Porque ella no podría, no sabría por dónde empezar a entender como teniendo diecisiete años podría tener una casa, pero allí está Sirius, hablando de ir a mirar apartamentos, tranquilo como si fuera lo más normal del mundo. Y ella no puede estar más contenta por su amigo.
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Capítulo tranquilo, venga, que hay que mantener la calma. Al menos Rachel tiene claro que está pillada tanto de Nick como de Nova y es consciente de que le gusta tanto a Nick como a Nova. Al menos tenemos dos que se enteran de lo que pasa en este grupo.
No comparto la decisión de Rachel de ignorar a ambos chicos, pero bueno, ella ha decidido y yo obedezco lo que me piden estos tres. Si lo que quieren es no hablar pues nada, no hablarán. No os preocupéis que cada vez queda menos para saber si van a ser o no, un triángulo completo, como bien tiene que ser.
Ah, sí, y perdón por el título del capítulo, nos vemos la semana que vieneeeeee, mil gracias por leer <3
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