Capítulo 18: Tú eliges, cumpleañero
Según han ido cumpliendo los diecisiete cada uno ha elegido un tipo de celebración distinta. Nova se decidió en septiembre por algo pequeño con ellos y unas bebidas, Sirius puso la sala común patas arriba en noviembre, Lily consiguió que la profesora McGonagall y el profesor Slughorn se pasaran por la sala común enero y Rachel decidió que quería salir del castillo en febrero.
Ahora el turno era de Remus y se mantuvo bastante clásico, un picnic en la orilla del lago negro, aprovechando que ese día de marzo no estaba lloviendo y el sol se había atrevido a salir entre las nubes. Pasaron algo de frío, pero fue un buen cumpleaños, aunque no podía igualar al de James, dos semanas después. La sala común estaba todavía recuperándose de esa fiesta y ahora le tocaba el turno a él.
Ser el último de sus amigos en cumplir años siempre lo hace complicado, sobre todo cuando el cumpleaños de James es menos de una semana antes del suyo. Y, por mucho que le digan que no tiene que dar la mejor fiesta posible, quiere hacerlo, quiere que todo el mundo recuerde el día en el que Nick Durant cumplió diecisiete años.
—¿Dónde planeas hacer la fiesta? —y para poder hacer la mejor fiesta de todos los tiempos ha reclutado a Sirius.
—¿Sala común? —pregunta y Sirius chasquea la lengua.
—Demasiado clásico, ¿qué te parece el Gran Comedor? —Sirius deja de estar tirado en la cama y se levanta, como si fuera la mejor idea del mundo—. Podríamos poner fuegos artificiales, convencer a los elfos de poner comida, música en directo y James y Lily ya saben cambiar el cielo.
—¿Seguro que no llovería? —Sirius se encoge de hombros.
—Lo consiguen, al menos, la mitad de las veces que lo intentan. ¡Eso es una mejora! —Claro que es una mejora porque la primera vez inundaron el Gran Comedor, la segunda hicieron nevar y la tercera era una tormenta eléctrica. Curiosamente solo les habían castigado esa primera vez, fueron lo suficientemente listos como para intentarlo en días en los que el tiempo coincidía.
—¿Explica eso los días soleados que hemos tenido de la nada? —pero igual que fallan, también consiguen acertar más de una vez. Los profesores se miran entre ellos cuando fuera está lloviendo y dentro del Gran Comedor tienen un tiempo más propio de la costa mediterránea.
—Exacto, ¿no son brillantes?
— Lo son, pero me gustaría seguir viniendo al colegio el año que viene, pero me apunto esa idea para cuando cumpla los dieciocho —sí, suena bien hacerlo el año siguiente—. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
—¿Qué no te dejan hacer los ÉXTASIS? —Sirius lo pregunta de verdad y Nick sonríe.
—Ni que tuviera claro que quiero hacer con mi vida.
Él no es como sus amigos, no saca grandes notas y ni siquiera saca notas del montón. Nick suspende bastantes exámenes y redacciones, pero de alguna forma consigue avanzar de curso porque, cuando llegan los exámenes finales, aprueba. De todos sus amigos él es quien menos clases de nivel de ÉXTASIS tiene y tampoco cree que seguir en Cuidado de Criaturas Mágicas o Estudios Muggles pueda ayudarle mucho en la ruta que tienen preparada sus padres para él.
Los Durant siempre están en el Ministerio de Magia, da igual lo bien o lo mal que lo hagas durante tus años en Hogwarts, el puesto en el departamento de finanzas mágicas siempre es tuyo. Su padre es ahora el director, igual que lo fue su abuelo, su bisabuelo y así puede remontarse hasta los inicios del Ministerio. Ellos querrán que entre con su padre en ese estúpido puesto detrás de un escritorio hasta que su padre se jubile y entonces él será el director, a pesar de que siempre habrá alguien mucho mejor cualificado que un Durant. Es así, siempre ha sido así y siempre será así, es una pena para la reputación de su familia en el mundo mágico todas esas manchas que tienen en varias generaciones de matrimonios con nacidos de muggles. Si no fuera por eso formarían parte de los sagrados veintiocho y serían de las familias más poderosas de Reino Unido.
—Vale, entonces, ¿sala común? ¿Cómo piensas hacer que la fiesta de James caiga en el olvido si fue hace tres días?
—No lo sé, pero me quedan otros tres para decidir. ¿Crees que puedo convencer a los elfos? Tener un banquete haría que fuera una fiesta distinta a la de James.
—¿Vas a necesitar ayuda para comprar en Hogsmeade?
Porque las cervezas de mantequilla no puede faltar y los dos lo saben, así que se escapan al día siguiente para comprar todas las botellas que les dejan en el pueblo y las dejan escondidas hasta la noche, donde cuentan con la ayuda de dos prefectos que les dicen exactamente las horas en las que el pasadizo del cuarto piso está vacío. No es complicado traer todo de vuelta a la sala común, mucho menos cuando lo hacen a medianoche, cuando todos los alumnos están ya dormidos y nadie puede decirles nada. Además, han añadido a todas esas cervezas de mantequilla cervezas muggles y unas cuantas de whisky de fuego que piensan reservarse para su grupo de amigo y suficientes chucherías de Honeydukes como para provocarles caries a todos con solo mirar las mesas de comida.
Y con eso solo queda un día para su cumpleaños. La lista de invitados ya está lista y, para evitar que los profesores lo sepan, se enviará esa misma tarde y Dorcas estará fuera, lista para dejar entrar a todo el mundo sin que se sepa la contraseña de la sala común de Gryffindor. Hay una nota muy clara de que la fiesta empezará a las once y media de la noche y nadie que llegue más tarde será admitido para que, a las doce en punto, Nick cumpla los diecisiete rodeado de gente.
Es un plan sin fugas y va a ser la mejor fiesta posible, ya tienen diseñados los hechizos para que el ruido no salga de la sala común y también van a poner faroles flotando por toda la sala común para iluminarla.
—Te noto nervioso —comenta Rachel en la comida y Nick asiente.
—¿Crees que va a salir bien? —le pregunta y Sirius resopla.
—Va a ser épica, tío, deja de preocuparte tanto.
Si no fuera porque Sirius está con Remus estaría celoso de que esté pasándole el brazo por los hombros a Rachel. Pero lo hace para cubrirse, no termina de fiarse de todas esas familias sangre pura que se sientan al otro lado del Gran Comedor y él tampoco lo hace. Recibir una paliza por parte de alguno de ellos no merece la pena y todos ellos saben que la mejor opción que tiene Sirius es Rachel. Aunque, por debajo de la mesa, su pierna está completamente pegada a la de Remus y, de vez en cuando, la mano de Sirius desaparece de la mesa justo a la vez que la de Remus. Intentan disimular, pero no les sale del todo.
—¿Cuándo vas a enviar las invitaciones? —pregunta Nova desde el otro lado de la mesa, justo enfrente de Rachel.
—A las ocho las recibirá todo el mundo, es después de la cena, así que los profesores no se enterarán y tienen tiempo para prepararse hasta las once y media.
—Entonces va a salir bien, además, ya deberíamos haber vuelto de la ronda y podremos coger a los rezagados —lo dice como si nada y Nick se gira para mirar a Rachel, que se llena la boca de comida en ese momento.
—¿Ronda? —le pregunta y la chica asiente, tragando rápidamente la comida.
—Nos han avisado hace dos horas y llevamos toda la mañana intentando cambiar el turno, pero resulta que nadie quiere cambiarlo porque todos saben que tu cumpleaños es mañana y esperan una invitación para esta noche y... —Rachel empieza a hablar rápido y se ve que está agobiada por el tema, así que Nick baja la mano por debajo de la mesa y busca la de la chica, apretándola suavemente.
—¿Llegaréis antes de las doce? —no puede enfadarse porque tengan que hacer las rondas, pero pensaba que tendría dos manos más para preparar todo.
—A las once y media estaremos allí, te lo prometo.
Nick se gira, mirando a ver si alguien los está observando, pero no lo parece así que se inclina como si fuera a coger algo de comida, pero en realidad aprovecha para darle un beso rápido.
—Con que estéis a medianoche vale.
—A y media estamos allí, Nick, no vas a beberte todas esas botellas solo —Nova sonríe cuando lo dice y Nick le devuelve la sonrisa.
Van a estar. Ya está, van a estar, llegarán antes y no tiene que preocuparse por nada.
—Vamos a seguir intentando cambiar el turno, de verdad, pero hoy le tocaba a los Premios Anuales y se lo han intentado dar a los prefectos de Gryffindor de quinto, pero son un par de inútiles que están castigados con la profesora McGonagall toda la semana y los de séptimo ya sabes que son amigos suyos y los demás no pueden entrar entonces...
—No os preocupéis —sonríe, aunque odie la idea de que tengan que hacer una ronda en su cumpleaños.
Sabe que sus celos son solo porque le gusta Rachel y quería que estuviera a su lado en todo momento, pero va a estar con Nova en su lugar, entrando a su fiesta de cumpleaños con Nova en lugar de con él. Y puede ser que ellos fueran a ver ese castillo en Aberdeen, los dos solos como una pareja, pero en ningún momento le han puesto ningún nombre y Nick quería aprovechar los momentos antes de la fiesta para hacerlo. Porque llevan besándose meses y está claro que ya han pasado esa etapa de amigos y ahora son algo más. Pero tendrá que esperar a que lleguen de la ronda.
Las clases de la tarde pasan rápido, igual que la cena y, cuando llegan a la sala común, deciden esperar un poco más de las ocho, para crear algo de inquietud en la gente. Cuando las invitaciones aparecerán en los bolsillos de la gente, tres minutos después de las ocho y gracias a un sencillo hechizo. La sala común se vuelve un caos y es justo lo que quería Nick, que sonríe desde el sillón donde está sentado junto a Rachel.
—¿Ves como todo va a salir bien? —le dice, antes de inclinarse para besarle.
Cree que no va a poder acostumbrarse a las mariposas en el estómago cada vez que lo hace, igual que sabe que nunca va a poder dejar de sentir celos cada vez que ve cómo se va con Nova a hacer una de las rondas. ¿Por qué le besa a él si podría besar a cualquiera? ¿Por qué no elige a Nova? Con sus ojos perfectos, su pelo peinado y a la vez ligeramente despeinado, su sonrisa confiada que solo le dedica a sus amigos y su voz profunda cuando te habla solo a ti.
Quiere pensar que Rachel no le ve, que es inmune, pero sabe la verdad, que piensa en él porque es imposible no pensar en Nova. Si que es verdad que no ha vuelto a ver a Rachel dibujarle, así que supone que fue como hace con todos sus amigos, que tiene épocas donde les dibuja varias veces a la semana y no fue nada más. A quien besa es a él, no a Nova, con quien duerme algunas noches es con él, no con Nova y con quien se sienta en la chimenea es con él. Le elige a él antes que al perfecto Donovan Crowan y Nick no entiende los motivos detrás de esa decisión porque, si él fuera Rachel, elegiría antes a Nova que a si mismo.
—Ni se os ocurra emborracharos sin nosotros —dice Nova, poniéndose en pie y haciéndole un gesto a Rachel. Los celos vuelven y no quiere que se le noten, así que sonríe, aunque sabe que parece forzado—. No te preocupes, volveremos cuando empiece la fiesta.
—Pienso ser la primera en felicitarte —Rachel le da un beso rápido en los labios antes de seguir a Nova.
Observar como los dos desaparecen tras el retrato de la Señora Gorda hace que quiera seguirlos, pero sabe que no puede irse de allí, tiene que quedarse a preparar todo, así que intenta no pensar en ellos. Son celos injustificados, Rachel está con él, nunca haría algo así. Aunque no está con él, no se lo ha llegado a decir, pero tiene que saberlo, ¿no?
—Si sigues pensando tan fuerte te vas a hacer un agujero en el cerebro —le dice Remus, pasando con uno de los faroles en una mano y la varita en el otro.
—¿Crees que puede pasar eso? —se lo pregunta de verdad y Remus niega.
—Lo que creo es que confías demasiado en lo que digo —contesta y Nick aprovecha para darle un pequeño empujón—. ¿Qué te tiene tan distraído?
—No es nada —no se lo quiere contar en mitad de la sala común, donde no solo están sus amigos preparando todo, si no que todavía quedan algunos rezagados que planean ir a la fiesta con lo puesto y dejar los libros en la habitación en el último momento. Tendría que haber puesto un código de vestimenta.
—¡Voy a por más faroles a la habitación, Nick viene conmigo! —grita Remus y James le responde desde el otro lado de la sala levantando los pulgares—. ¿Me lo cuentas arriba?
—Supongo que no me queda otra, ¿no?
Remus sonríe y le pasa el brazo por los hombros. Él también es del grupo de los altos, así que Nick se vuelve a sentir demasiado pequeño. ¿Por qué le gusta a Rachel? No es alto, sus ojos son de un marrón oscuro completamente normal, no es inteligente y no sabe qué quiere hacer con su vida. ¿Qué demonios ve Rachel en él cuando Nova, a su lado, es perfecto?
—¿Qué te está carcomiendo, Nicholas? —sabe que Remus va en serio porque, no solo cierra la puerta con un hechizo, si no que también le llama por su nombre.
—¿Crees que le gusto a Rachel de verdad? —no espera sonar tan desesperando cuando lo dice, pero lo hace y no puede evitar ponerse a la defensiva cuando Remus empieza a reírse—. ¡Oye, qué yo no me río de tus problemas!
—Estás diciendo que no sabes si le gustas a Rachel, Nick, claro que me río —Nick espera que esté fingiendo que se limpia una lágrima y no vaya en serio—. ¿De verdad lo estás dudando?
—Bueno, es que... ¿por qué yo?
—¿La pregunta es solo esa o hay más? —odia como Remus es capaz de leerle y gruñe.
—No, es por qué me elige a mi cuando tiene a Nova al lado.
—Porque le gustas, no tiene más misterio —lo que dice Remus tiene sentido, pero Nick sigue sin poder creerlo.
—Pero... ¡Nova! Le has visto, Remus, es alto, es inteligente, tiene unos ojos azules de infarto y es capaz de hacer que todo el mundo se calle cuando entra a una habitación porque todo el mundo le mira. ¿Te has fijado cómo se le marca la camisa cuando se apoya en una pared y se cruza de brazos? Si hace eso con Rachel en las rondas seguro que...
Remus levanta una ceja y Nick se calla porque no entiende ese gesto de Remus.
—Continúa, por favor, estoy intentando ver a donde llegas describiendo así a Nova.
—¿De qué estás hablando? ¿Has bebido ya algo?
—No, ¿y tú? ¿O siempre te fijas tanto en la camisa de Nova y como se le marca en los brazos?
Nick abre la boca y luego la cierra. No se fija tanto, se fija lo normal, lo hace con todo el mundo. Está noche Sirius tenía una mancha en la camisa, por ejemplo. Y lo de notar como se le marca la camisa a Nova solo es porque es algo ridículo, podría comprarse camisas más grandes y no le pasaría eso.
—¿Puedes describirme también a Rachel? Es para comprobar una cosa —no entiende qué está pensando Remus, intentaría entenderlo, pero ha aprendido que a veces es imposible hacerlo.
—Es perfecta cuando sonríe porque parece que cuando lo hace te lo dedica única y exclusivamente a ti, te dice que eres especial solo con la mirada y cuando dibuja se concentra tanto que todo parece desaparecer a su alrededor y puede que te esté dibujando, pero no se va a dar cuenta de cómo la observas y como sonríes cuando ves que ha vuelto a sacar la lengua para poder perfeccionar los ojos que está dibujando y cuando se despierta a mi lado, con el pelo ligeramente revuelto y...
—No necesito más, no quiero esos detalles —Remus le interrumpe y Nick empieza a notar como se pone rojo—. ¿Y si te pongo deberes?
—Venga, Lupin, que es mi cumpleaños —se queja, pero parece que le da exactamente igual.
—Piensa, Nick, en Rachel y luego en Nova. Quizá llegas a una conclusión.
Remus sonríe una vez más y se va de la habitación con unos cuantos de los faroles en los brazos, tal y como ha dicho que iba a hacer. No sabe por qué ha dicho eso, pero es como si de verdad le hubiera puesto deberes porque Nick piensa. Piensa en Rachel, piensa en Nova y acaba yendo hacia el baúl de Peter, donde está ahora mismo el mapa del merodeador y lo abre.
Tarda en encontrar donde están, pero lo hace, bajando las escaleras hacia la zona del Gran Comedor, apartados y a un paso completamente normal. No están cerca como han estado otras veces, sus huellas van bastante separadas y Nick odia estar espiando a ambos de esa forma así que cierra el mapa. Confía en Rachel. Nova es su amigo. Confía en ellos, aunque se muera de celos.
Las botellas de alcohol siguen en la habitación, no planean bajarlas hasta que no queden cinco minutos para las once y media y así nadie se aproveche, pero él sí que puede hacerlo porque es su fiesta y le da un buen trago a una de las botellas de whisky de fuego. Le quema la garganta, pero a la vez consigue que todo sea más claro. Así que se guarda la botella en el bolsillo de los pantalones y se baja con más faroles para ayudar.
James no tarda en darse cuenta de que lleva la botella encima y empiezan a compartirla hasta que se une Sirius. Tres personas bebiendo de la misma botella no es mucho, pero sí que es lo suficiente como para que tarden más en preparar todo y, al final, el resto de sus amigos acaben también bebiendo con ellos.
Cuando llegan las once y media y con ellas todos los invitados Nick está tan nervioso que no sabe como disimularlo, pero al menos se lo está pasando genial y la fiesta solo acaba de empezar. La música suena en la radio a un volumen para nada apto en un lugar tan pequeño y hay tanta gente en la sala común de Gryffindor que Nick no sabe cómo demonios puede moverse por allí.
Pero tiene que encontrar a Rachel porque le ha dicho que iba a llegar a las once y media y ya lo son y no la ve por ningún lado. Supone que ella también le está buscando así que empieza a moverse por la sala hasta que da con la mesa de comida y aprovecha para coger algunos de los pequeños pasteles que han preparado los elfos. Peter, a su lado, también le tiende un vaso de agua y no le deja irse hasta que no ha terminado de beberlo, algo de para prevenir todo el alcohol que va a beber luego o algo así.
—¿Has visto a Rachel? —le pregunta y no sabe siquiera si Peter es capaz de oírle porque la música está demasiado alta.
No sabe que responde porque la música para y entonces James grita que viene la tarta. Y sí que es una tarta, de dos pisos y coronada por las diecisiete velas y eso significa que ya son las doce de la noche y no ha visto a Rachel todavía. O sí, porque está al lado de la tarta, sonriendo como si no pasara nada, con un vestido precioso que no sabe de dónde ha sacado y que daría todo por quitárselo en ese momento.
—¡Pide un deseo! —le grita Lily, subida a una de las sillas de la sala común que han apartado a un lado.
Está vez no le cuesta moverse por la sala común porque se apartan para que llegue a su tarta y pueda soplar las velas. Está tan nervioso que no sabe como consigue llegar hasta la tarta, sin tropezarse por estar mirando a Rachel, que no deja de sonreírle.
—Resulta que si le pides un banquete para casi todo el colegio, los elfos domésticos tienen problemas para terminar otros pedidos —le dice la chica y le acerca la tarta.
Estaba con la tarta. Nick solo puede pensar en lo difícil que ha tenido que ser subirla por las escaleras y luego meterla en la sala común con tanta gente como hay. Es un milagro que no se haya aplastado, pero claro pueden usar la magia o pueden... levantarla por los aires.
Detrás de Rachel está Nova, como si fuera el guardaespaladas de la chica. Tiene los brazos cruzados y sonríe, le sonríe a él a pesar de lo cerca que está de Rachel. Se ha quitado el uniforme y lleva una de sus camisetas negras de manga corta, de las que dejan que se le marquen los bíceps. Y Nick no sabe si prefiere las camisas blancas que no dejan mucho a la imaginación o si prefiere las camisetas negras que parecen estar a punto de explotar.
—¡Todos a cantar, vamos!
Cambia de mirar a Nova a mirar a Rachel una y otra vez, durante toda la canción y la voz de Remus resuena en algún punto de su cabeza, presionándole a que piense. Pero no sabe que tiene que pensar, así que, cuando acaba, tiene claro su deseo de cumpleaños.
Claridad.
Parten la tarta y los trozos que reciben son extremadamente pequeños, pero a nadie parece importarle, probablemente porque el alcohol ya ha empezado a entrar en sus cuerpos y empiezan a estar borrachos. El no lo está todavía, así que tiene que adelantar a todos porque es su cumpleaños y ya ha pedido el deseo, así que o tiene que seguir con los deberes de Remus. Bebe whisky de fuego y cervezas muggles como si no fueran nada del otro mundo y, de repente, estar apoyado en la pared resulta una idea estupenda.
Quizá porque Nova también está apoyado allí, mirando la que es ahora la pista de baile. Acompañar a Nova siempre es divertido y más cuando, desde ese punto, puede ver como Rachel baila con Lily, Dorcas y Marlene. Rachel se ha recogido el pelo en un moño con la varita, igual que Lily y probablemente lo hayan hecho por el calor que hace en la sala común. Al menos él tiene mucho calor mientras que las ve bailar entre la gente, sin dejar mucho a la imaginación.
—¿Cuándo os habéis cambiado? —le pregunta a Nova, teniendo que acercarse demasiado a él para que pueda oírle por encima de la música. Tiene curiosidad por saber como han llegado a tiempo con la tarta y sin el uniforme.
—Los elfos nos la han guardado, nos hemos cambiado en sus habitaciones —le contesta Nova y Nick sabe que los celos vuelven.
—Espero que en distintas —joder, vaya que si vuelven, de una forma que no los había sentido nunca. No tendría que haber bebido tanto, nunca ha sido tan borde con Nova como en esos momentos y mira que está consiguiendo fingir con una sonrisa.
—¿Habría algún problema en que fuera en la misma? —Nick deja de sonreír y cierra la boca con fuerza, haciéndose daño en la mandíbula. Quiere borrar esa estúpida sonrisa de la cara de Nova, preferiblemente con un puñetazo.
—Sabes perfectamente que estamos juntos, Crowan —baja la voz, intentando sonar amenazador, como hace Nova cuando se cabrea, pero a él no le sale.
—No me importa compartir —se atreve a guiñarle un ojo y Nick no entiende por qué lo hace hasta que empieza a reírse—. Te estoy vacilando, Nicholas.
—Pues ahórratelo —contesta, de mal humor y le da otro trago al vaso de whisky.
—¿Acaso estás celoso, Durant? —se lo pregunta como si no lo supiera y Nick quiere, de nuevo, partirle la cara.
—Te quiero lejos de Rachel, Crowan.
Se lo dice poniéndose enfrente, muy cerca, arrugándole el cuello de la camisa al sujetarle y, probablemente, le tire a algo de la bebida encima, pero le da igual, probablemente por la gran cantidad de alcohol que tiene en el cuerpo.
—También tengo ojos para ti, Durant, no solo para Rachel.
No sabe a qué juega Nova, pero ahora quien está contra la pared es él y Nova está justo delante, tapándole de todo el mundo y le arrincona contra la pared de una forma... de una forma... es el alcohol, sabe que es el alcohol hablando y le nota completamente pegado a él y... y... le gusta. Le gusta a pesar de que acaba de decirle que estaba mirando a Rachel y joder, está tan celoso de que la estuviera mirando cuando él estaba a su lado que...
—También puedo besarte a ti, no tengo preferencia.
Nova le habla al oído, suavemente, bajando unos cuantos tonos la voz y los escalofríos, oh, los escalofríos y las ganas de decir que sí y que estén rodeados de gente. Porque le está dando igual todo, lo que quiere en esos momentos es que le bese o besarle él o lo que sea, pero quiere acabar con esa tensión y no que Nova se aparte, sin dejar de sonreír, como si supiera perfectamente lo que ha hecho.
—Tú eliges, cumpleañero.
Pero no elige, no, no le da tiempo porque Nova se aparta y va directo a la pista de baile improvisada que han conseguido al mover todos los sofás, donde Rachel baila con Lily y las demás y Nick casi puede oír gritar a Lily porque Nova ha salido a bailar en lugar de quedarse en una de las esquinas de la habitación mirando y Nick quiere cogerle del cuello de la camisa y apartarle de Rachel en esos mismos momentos.
Porque no puede verles así, no puede ver como están bailando tan pegados, sin que nada ni nadie parezca importarles y no soporta como Nova le mira y le guiña un ojo, pegándose un poco más a Rachel y ella también se pega a él, bailando mientras ríe sin parar y echa la cabeza hacia atrás, dejando que el pelo se suelte del moño improvisado y Nova vuelve a acercarse otro poco más para agarrarla de la cintura y Remus empieza a silbar mientras que Rachel y Nova siguen bailando y...
Nick se sorprende cuando lo que quiere hacer es apartar a Nova de Rachel cogiéndole del cuello de la camisa para reclamar ese beso.
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Mi niño, como crecen ay, que quiere meterse entre Rachel y Nova y no precisamente por ella. Es que a esto le llamo character development, que a quien le quiere comer la boca en esos momentos es a Nova. Qué está despertando!!!!! Que emoción, ay. Y Remus ahí de fondo haciendo de las suyas, es que le quiero tanto de verdad.
¿Qué nos deparará con estos tres la semana que viene? ¿El trío será trío o habrá más drama antes de llegar a ello? Sea como sea mil gracias por leer y nos vemos la semana que viene <3
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