25 - No quiero perderlo
Rachel salió de ahí y lo confirme cuando cerro la puerta, fui la primera en salir de ese pequeño espacio y antes que Alex saliese sin dejarme explicarle las cosas puse llave a la puerta y me puse frente a ella.
Alex estaba molesto, confundido y triste. Se notaba demasiado y no me gustaba verlo de esa forma.
—¡Eso no es cierto!—dije—. En ningún momento le he dicho a Rachel eso...
—¿Y por qué lo dijo, Sol? ¿Sabías que yo gusto de Rachel y no me lo dijiste?
—Lo dijo ayer por la noche, no llevo ni treinta minutos hablando contigo hoy.
Alex negó con la cabeza.
—Sol, realmente creí que me querías.
—¡Y lo hago! ¿O es que le crees más a Rachel?
Alex no respondió.
El silencio era incómodo y cada segundo que pasaba me hacía dudar si era Alex el que me quería a mí.
—¿Enserio?—dije—. ¿Alex enserio crees eso?
—Sol, lo lamento pero tengo que ayudar a Dustin con sus cosas, prometí hacerlo.
—Te estás comportando como un niño.
—Sol tengo que ir con Dustin.
No seguí insistiendo, opté por callarme y dejarle el paso. ¿Como puede desconfiar de mi de esa manera?
¡Rachel, Rachel!
Me tiré a la cama y tenía una pequeña angustia en el pecho, ¿y si esto manda a la mierda lo poco que ya teníamos? Quería gritar y romper las cosas pero no, no estaba loca y eso solo me haría dar explicaciones a mi hermano, a mis padres y eso es lo que menos quiero.
Me metí en la recamara de mis padres, mamá me preguntó qué sucedía y porqué no estaba con los chicos, solamente dije que me sentía mal y me acosté a lado de mi padre.
—¿Zoe se va con nosotros al partido de Dustin, no?–preguntó mi madre saliendo de bañarse.
––Ajá—dije.
—No tenes temperatura—dijo mi padre—. ¿Que te duele?
El corazón papi, el corazón.
Por la puerta entró tía Ámbar, con su bata de dormir y una cara de pocos amigos.
—¿Sabes donde esta Alex? Rachel preguntó por él.
—Con Dustin.
—¿Te sentis mal?—me preguntó acercándose a mi.
—Temperatura no tiene—respondió papá.
—¿Que te duele?—me preguntó.
—Creo que solo tengo sueño, todo estará bien.
—Creo que debes ir a bañarte mejor, se te hará tarde y no podemos llegar tarde.
Arrugue la cara y salí de ahí, en el pasillo me encontré a Alex y no dijo nada y solamente entró a su habitación.
No puedes sentirte mal solamente porqué no te creen Sol, tu has hecho las cosas bien y es muy problema de él si quiere creer eso.
—¿Qué?—dije—. Me fui unos minutos y ya te bañaste.
–Rachel ya se fue—dijo.
—¡Aagh!—dije y conté todo a Zoe.
—¿Alex está idiota o qué? ¡Pero Rachel la ha cagado! ¿Por qué lo dijo? A caso vió algo de ustedes.
Yo negué.
—Solo lo sabemos Dustin, Alex, tú y yo. No importa porqué lo dijo, lo jodido es que Alex lo escuchó y ahora piensa que quiero deshacerme de él. Zoe, yo no quiero perderlo.
-—No dejo que hablases, cierto.
Negué.
—En sus dieciocho años no aprendió a escuchar—dijo.
—Tiene diecisiete.
—¡En un mes hará dieciocho! ¡Mierda en una semana es el cumpleaños de vos y el tarado de tu hermano!
—Diecisiete se escucha jodido—dije.
—Yo tengo diecisiete, gracias por llamarme jodida.
—¡Zoe que hago! No soportaré ver que hoy Rachel esté pegada a Alex.
—Bañate y luego sabrás que hacer, anda que luego vas con un zapato diferente.
Rodé los ojos y me di una ducha muy rápida, me arreglé lo más rápido que pude y el tiempo nuevamente me ganó. Ya estaba en el auto soportando que Matías molestaba a Zoe y ella de vuelta, mi padre se reía cada vez que Zoe tiraba buena pinta a Matías.
Yo no podía sonreír menos cuando vi a Rachel sentada en los asientos que nos correspondían, Alex no estaba por ningún lado y Matías también había desaparecido. No dije nada y me acerqué a los Ponce que sonreían amablemente, Zoe hizo lo mismo y cuando logré ver que Alex y mi hermano se acercaban la primera en salir del lugar fue Rachel para toparlos, o más bien para topar a Alex.
—Te ves muy linda hoy—me dijo Ryan a mi lado.
—Gracias Ryan—sonreí.
—No acostumbras a peinarte en coleta, o me perdí mucho de vos en estos años—dijo sonriendo.
—Creo que te perdiste de mucho.
Sonreímos ambos.
—¿Que tal Chile?—pregunté—. Que es lo que más vas a extrañar.
—Ya extraño mucho a mi abuela—dijo—. Me acostumbre mucho.
—¿Por qué te fuiste?
—Creí que era mejor, siempre me ha gustado probar cosas nuevas y no fue malo, conocí mucha gente pero jamás como todos ustedes, después de todo tus padres eran buenos amigos con los míos y de siguiente nosotros.
Yo sonreí.
—Lamento el momento que pasaron ayer, Rachel aveces no sabe lo que dice.
Claro que lo sé, ahora es lo que más sé.
Giré para ver a Rachel que platicaba muy a gusto con Alex, pero Alex tenía la mirada clavada en Ryan y en mí.
—No te preocupes, son cosas que pasan.
Ryan me hizo reír demasiado, realmente no me había tomado el momento de hablar con él bien, durante las tres horas que estuve sentada con el y Zoe no faltaron las risas y los gritos para Dustin.
Cuando el partido terminó y el equipo de Dustin ganó por dos puntos, corrí a abrazarlo, detrás mío venia Ryan y Zoe para felicitarlo igual.
—Me salía el corazón—dijo Dustin.
—Pero jugaste muy bien.
—Deberías entrar al equipo, Tu papá comentó que eres bueno en esto.
Ryan solo sonrió.
Nos retiramos los tres pues todos estaban celebrando con el equipo. Zoe fue con Matías a ver unas cosas, en realidad Zoe lo siguió porque él nunca dejaba de molestarla y algo tenía en mente.
—¡Mier...—dije cuando algo me había entrado al ojo.
—¿Estás bien?—preguntó él.
—Mi ojo–dije—. Algo me ha entrado.
—Dejam...
Ryan sacó mi mano y se acercó bastante para hacer lo que Matías siempre hacía cuando algo así pasaba, me sopló un poco y ahora ya lo sentía un poco liberado.
—¿Que harás por la noche?—preguntó Ryan—. ¿Podes ir a tomar un hel...
—Sol—la vos de Alexis hizo girarme—. Podes venir un momento.
¿Qué? ¿Yo si iba a ir siendo que el no pudo quedarse un par de minutos en la mañana? No merecía Ryan que lo dejase como nada solo porque Alex piensa que estaré para él solamente cuándo el quiera.
—Podemos hablar luego—dijo Ryan.
—Espera—dije—. Si puedo.
–—¿Enserio?—preguntó viéndome a mi y a Alex que lo veía serio.
—Sí.
Sol si eres estúpida.
—Bueno creo que...
—Podemos ponernos de acuerdo después, que si estes libre—sonrió Ryan—. Tengo que irme.
Ryan se acercó para darme un beso en la mejilla y se fue luego de despedirse de Alex.
—¿A donde ibas a ir con él?—preguntó serio.
—A ningún lado—respondí.
—¡Sol! Hubieses dicho que sí—llegó Rachel—. Así podía ser una cita doble, vos con mi hermano y yo con el tuyo.
¡¿Qué?!
—Alex aceptó salir conmigo–—dijo emocionada.
¿Y así se atrevía a preguntarme a donde iba con Ryan?
—¿Verdad Alex?
Alex me veía serio.
Me sentí mierda en ese momento.
—Sí—respondió él.
—Que se la pasen bien—dije dándome media vuelta para salir de ahí.
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