24 - Por algo empieza todo

Sentí como una parte de mi se vino abajo después de escuchar las palabras de Rachel, no podía culparla de nada, ella no sabe absolutamente nada de lo que en estos momentos está pasando con Alex y yo, y aunque hace unos años lo sospeché no me incomodaba, después de todo Alex era mi hermano. Zoe no podía sonreír, pero sabía que Rachel se había dado cuenta que no era de mi agrado si confesión. ¿Justamente ahora? Por el cielo, ¿que me están tratando de decir? ¿Que no debo estar con Alex?

Existían varios obstáculos respecto a mi situación con Alex, después de todo no lo veía venir y realmente Alex se convirtió en todo lo que quiero; Pero Rachel es mi amiga, una de mis mejores amigas.

—Ahora que terminó con Emma, creo que podría hablarle o no sé ¿Creen que le guste?

––No—respondió Zoe de inmediato—. Digo, no sé. Rachel ponle un poco de cabeza, si llamaras la atención de Alexis aunque sea un poquito, el ya te hubiese dado indicios ¿No crees? Existe un hilo de confianza, nos conocemos desde niños.

—¿Por qué sos tan negativa Zoe?—preguntó Rachel.

—No soy negativa, pero si queres perder la poca atención que Alex te presta allá vos.

—Es caso perdido con vos Zoe—dijo—. Sol vos lo conoces más.

Y también soy la menos indicada para hablar de esto.

—¿Crees que él pueda quererme?—preguntó.

No podía ni siquiera ver a Rachel a los ojos, quiere a Alex por Dios, Alex es mío.

—Yo desconozco como este Alex en este momento, pero creo que Zoe tiene un poco de razón.

—¡¿Un poco?! Tengo más razón que trasero. Alex solo te ve como a m i g a, Rachel.

—Okay, si puedes tener razón pero... Por algo empieza todo, yo veré la manera de que él me vea de otra manera, digo, ¿Sol acaso preferis a Emma antes que yo?

A ninguna, me prefiero a mi, aléjense.

—No se trata de lo que yo prefiera Rachel, es quién Alex prefiera. ¿Podemos dormir? Que ya son las dos de la madrugada.

—Es temprano.

—Yo ya tengo sueño—dijo Zoe y se acomodó.

Rachel veía sin entendernos y me sentía mal por ella, pero yo también me sentía mal. No veía esto como un problema grande, realmente solo serían algunas palabras de Alex lo que harían que Rachel supiese que él no le correspondería. Pero no tenía claro los pensamientos.

Poco tiempo después de esto, quedé dormida.

—Sol—escuché de Zoe—. ¡Sol!—dijo. 

—¿Qué?

Me levantaba y lo primero que vi fue a la pelirroja.

—¿Que vas a hacer con esto?—preguntó.

—¿Rachel no está acá?

Ella negó.

—Yo no haré nada, Alex es él único. ¿A donde fue?

—Según fue por un vaso de agua.

Observe a Zoe de manera incrédula.

—¿Vaso de agua? Zoe, ves eso de ahí—señale la mesita con una jarra de cristal llena de agua y un vaso a lado—. ¿Creíste que fue por agua?

–Mierda—dijo y se puso de pie para salir corriendo a la puerta.

La seguí y me reía por lo resbaloso que era el piso al llevar solamente las pantuflas. Eran las siete de la mañana–muy temprano para todos aquí–y por lo tanto las cortinas seguían abajo y la mansión estaba un tanto oscura. Con cuidado bajamos las escaleras y me asomé a la cocina.

Alex y Dustin estaban sentados en la mesa con café o té, no sé y Alex parecía extrañado cuando Rachel sonreía de más.

—Oye parece mensa—dijo Zoe—. ¿Vamos? Ve la cara de Alex—ella empezó a reír.

—Cállate.

—¡Joder si tiene cara de mensa! Ya me dio vergüenza ajena.

Yo la jale para entrar hasta donde estaban ellos pero antes...

—¡No digas que Rachel tiene cara de mensa! ¿Sí?—pedí.

Zoe rodó los ojos.

—Okay—dijo finalmente.

Nos adentramos y me sentí bien cuando Alex me vió y cambio su rostro completamente sonriendo.

—¿Rachel por qué tenes cara de mensa?—dijo Zoe imitando su cara.

Por todos los cielos, que bueno que Zoe es mi amiga. Tenerla de enemiga no sería agradable.

—Es lo que iba a preguntar—dijo Dustin—. Creo que no dormir en tu cama te pone, rara.

Mientras ellos se decían otras cosas no prestaba atención y me acerqué a Alex.

—¿Por qué te levantaste temprano?—preguntó en un tono dulce.

—Alex, dormí con Zoe, con Zoe.

Él empezó a reír.

—¿Que es eso?—pregunté.

—Un té extraño que Dustin preparó para tener mejor rendimiento hoy en su partido, según—dijo riéndose.

—¿Dustin hizo él té?

—Lo sé, yo tampoco podía creerlo.

Alguien se acercaba y tenía sospechas que fuese Matías, pero no, eran los hermanos Odinson que bajaban por ¿leche?  Matthew y Andy adentraron sin decir nada.

—¿Que vas a hacer?—preguntó Alex a su hermanito.

—Venimos por leche y cereal—respondió—. ¿Podes bajar las tazas?

Alex se levantó y bajó lo que Andy le había pedido.

—No vayan a tirar todo—dijo antes que estos saliesen.

—Adiós Ariel—dijo Matthew antes se salir ocasionando que Zoe abriese la boca tanto que todos empezamos a reír.

Giró para verme y todos sabíamos quién le había dicho eso.

—Hola chicos—era Matías.

—¡Estoy harta contigo, Matías Balsano! No metas a un niño de nueve años en esto.

Matías empezó a reír.

—Jamás estarás harta de mí—dijo en tono sarcástico, su ego que salía de vez en cuando—. Nadie se harta de mí, no sé porqué te molestas, todas las chicas del colegio morirían por estar en tu lugar.

Zoe se puso seria y lo quedó viendo.

—No me compares con tus amiguitas, ¿sí?—dijo y salió de ahí.

—¡Ey era broma!—dijo Matías y fue a seguirla.

—Yo tengo que ir por algo—dije para ir a mi habitación.

No vi el momento en el que Alex se pegó detrás de mí hasta llegar a mi habitación, cerro la puerta y se recargó en ella.

—¿Que harás hoy?—me preguntó.

—Supongo que ir al partido de Dustin, donde tú también irás.

El asintió.

—Te ves tan hermosa con el cabello de esa manera.

––Supongo que a partir de hoy el peine y yo ya no somos amigos—dije sonriendo y acercándome a él.

Los pasos y la vos de alguien se acercaban, por miedo y por inercia jale a Alex hasta quedar escondidos en una pequeña pared, me pegué bien a él para que no nos viesen. Se acercaba Rachel hablando por celular, y parecía estar sollozando.

—Lo he dicho—dijo ella entrando a mi habitación—. Lo he dicho, pero, mierda Ryan... tú mejor que nadie debería entenderme.

La vos de Rachel empezó a cortarse, subí la mirada para ver a Alex que me dió un beso en la frente para seguir quietos antes que ella nos viese.

—¡Ryan, Alexis me gusta más de lo que creí!–dijo ahora si rompiendo el llanto.

Alex me vió confundido.

—Es horrible sentir esto, no le he dicho nada por miedo a que esté con la estúpida de Emma, o tal vez ya este con otra idiota—dijo—. El punto que tengo a favor es que Sol va a ayudarme. Ya se lo he dicho ayer.

¡¿QUE YO QUÉ?!

Alex cambió totalmente su rostro.

Cerré los ojos con fuerza al saber que esto solamente me traería problemas.

—Al parecer, Sol está entusiasmada sabiendo que yo y su hermano posiblemente... andemos.

¡RACHEL CÁLLATE YA!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top