CAPITULO TRES

NARRA STEFANIE

No me considero una mala persona.

Siempre intente ser una buena chica, alguien aceptable en la escuela a pesar de lo tímida que era.

Por lo que me asusta mi actual yo.

Dicen que tu verdadera personalidad aparece cuando has conocido lo peor del mundo. Y aquí estoy yo, frente a la asesina de mi mejor amigo, con una daga en la mano y el sentimiento de resentimiento empezando a hundirme

— ¿recuerdas al chico que mataste?— pregunto con rabia.

Isabel está tras ella, le quita la venda de la boca y la hereje gruñe.

Encadenada con verbena en sus ataduras, Nora parece estar pasando por un mal momento.

— no lo se— me mira desafiante— se mas especifica, he asesinado a un montón de chicos simplones que de cualquier manera moririan por lo poca cosa que son

Mi mano se cierne en el cuchillo que llevo con más fuerza que antes

— Stef...— susurra Garret a mi espalda

Se que está aún aquí porque se preocupa de lo que estoy por hacer, piensa que me arrepentiré.

— deja que haga esto— dije entre dientes — solo así estaré tranquila

— te equivocas— susurro Garret—y lo sabes, tú no eres así.

Escuche sus pasos a mi espalda, intente pasar el ligero dolor en mi pecho al escucharlo irse.

— que triste, ¿era tu novio? Por lo que veo ahora es tu ex— río Nora

Isabel la toma del cabello para callarla y me mira esperando una acción de mi parte.

Levanto el cuchillo y lo entierro en la pierna de la hereje

La sangre me salpica en la cara. Aún así, no me detengo

(...)

Mi madre me observa con nerviosismo desde que llegamos a la cena familiar, Jenna está en el asiento de la esquina con sus padres a cada lado, Isabel está cerca de ella hablando ligeramente con su madre.

La única que parece nerviosa por la situación soy yo.

— iba a decir...— empezó a hablar Klaus

— nada que tenga que ver con asesinatos y herejes, por favor— pidió tía Evie en un susurro

—¿porque tienes que ser Tan amargada?

— ¿porque tienes que ser tan psicótico?

Tío Kol sonrió complacido, cuando se trataba de una discusión, la tía Evie siempre tenía las de ganar.

— hija, ¿me pasas la salsa por favor?

Levante la mirada hacia ella, la salsa estaba a pocos centímetros míos.

Justo cuando estaba a punto de tomarlo se derramó en la mesa

La salsa rojiza cayó sobre mis manos, la imagen fue tan parecida a lo que ocurrió hace unas horas con Nora que hace que me den náuseas...

Sangre...

Me levante de golpe de la mesa y corrí directo al baño.

(...)

NARRA JENNA

— pobre Stef...— susurre.

"Aunque intenta parecer ruda, aún no se acostumbra de mancharse de sangre"

— debe ser por Joel— murmuro Elena— no es fácil

Isabel dejó caer el tenedor en el plato con mucha fuerza

— creo que se me fue el apetito—expresó a regañadientes Isabel— tengo cosas que hacer

Como seguir torturando a Nora

Isabel, con su ondeante vestido rojo salió del comedor dejando un incómodo silencio.

— y se suponía que era una cena familiar— murmuró Elijah

— no siempre se obtiene lo que uno desea, Tio— susurre

— me preocupan— murmuro Elena — ¿de verdad está bien dejarlas solas Justo en este momento?

— no están solas— sonreí ligeramente — me tienen a mi, están llevando el duelo a su manera

Mi madre me observo de reojo, me conocía tan bien como para saber que significaba cada una de mis expresiones, si no tenía cuidado...

— es la primera vez que llevan un duelo...— mi madre volvió a mirarme intensamente— eso lo hace peligroso

— ¿de verdad?— le sostuve la mirada — al menos no tienen que fingir que no duele porque se supone que esa persona es el anticristo, ah... creo que hablé de más— respiré hondo— ¿hay más pavo?

Mi madre giró su mirada hacia mi padre...

— hubo una explosión, precisamente en la casa de los herejes, las autoridades dicen que fue una fuga de gas...— expresó mi madre

Sabía que ese tema sería tocado en cualquier momento

— que fatídico... accidente — sonreí de lado

Mi madre no dijo nada, y eso fue lo peor

Tenía que actuar antes de que ellos se involucraran

(...)

Me crucé de brazos y espere en las afueras del café Dallas, que estaba en las afueras del instituto de Mystic Falls.

Dallas había sido un local poco frecuente en los últimos años, su temática aniñada no atraía muchos clientes, por lo que estar a sus afueras era realmente el punto Perfecto para verte con alguien de forma clandestina.

— Jenna Mikaelson— pronunció mi nombre con burla— es aterrador lo mucho que te pareces a tu madre

No deje mi expresión seria

— Lorenzo— pronuncie su nombre con frialdad — Damon dijo que serías alguien necesario

— oh, por favor, llámame Enzo— sonrio — ahora bien, mini Evie, ¿que tienes para mi?

Era directo

— me imagino que sabes que Lily y su familia está suelta — exprese

— y también que murieron

Solté una ligera risa

— empiezo a pensar que o eres muy estupido o estás en el bando de Lily— lo encare— porque algo tan mínimo y poco trabajado como una explosión sería absurdo que matara a esos herejes.

— me insultas, ¿no se suponía que querías hacer un trato? Eso no es muy inteligente de tu parte

— soy inteligente— lo corte, sus ojos me perforaron con una frialdad realmente temible — y tu también, Enzo. Si te quedas del lado de Lily las cosas se pondrán feas, ¿de verdad crees que cinco herejes serán capaces de enfrentar a la academia por completo? Parte de la familia original está en Mystic Falls, la única razón por la que no han atacado es porque no quieren muertes de inocentes, solo por eso

Enzo se mantuvo en silencio un momento, sabía que tenía razón

—¿que es lo que quieres?

— estás buscando la piedra Fénix por petición de Lily, ¿porque la quiere?

Estaba llevando aquella negociación lo mejor posible, si mi madre me ve en estos momentos no sé si estaría orgullosa o aterrada

— ni siquiera yo se para que es, solo lo hago porque me lo pidió— sonrio de lado

Bufé

— típico de un idiota enamorado— rodé los ojos— pero tú no eres idiota, ¿o si? — su mirada maliciosa me lo confirmó o— sabes cual será el bando ganador.

— me tientas — me miró de arriba abajo— pero enserio, ¿como puedo confiarme de la palabra de una niña cuando los adultos no están?

En ese instante mi teléfono vibró... era un mensaje de Stef.

"Tenemos que regresar a Nora, los demás herejes secuestraron a mi madre. No se que hacer... todo esto es mi culpa"

Oh, pobre eh inocente Stef

— ya te daré tus pruebas...— murmuré

Entre en el local ante la atenta mirada de Enzo

Un chico de porte elegante me esperaba en uno de los asientos delanteros

— Hey...— sonrio coqueto

— hola, Malcom— me senté a su lado y le di un beso en la mejilla

Por encima de su rostro pude ver la expresión sorprendida de Enzo.

—¿me extrañaste?— le pregunté al hereje

Malcom sonrio de lado acariciando mi brazo para entrelazarlos

— no hay momento en que deje de pensar en ti— sonrió — eres un alivio en todo este caos

— al parecer — mire con una sonrisa como Se llevaba los labios al café.

Volví a levantar la mirada hacia Enzo Justo cuando Malcom escupía el café cargado con verbena

"No soy una niña"

Le sonreí

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