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TheFabRX

Firework - Katy Perry
Álbum: Teenage Dream
Año: 2010

Motivo de elección

En sí misma, la canción narra la perspectiva de una persona que ve a otra como un fuego artificial que ilumina el cielo con sus colores.

Veo esto mismo relacionado con el ship debido a que Deidara es un amante de las explosiones; los fuegos artificiales entrarían en esa categoría, convirtiendo al rubio al que alumbra el cielo de alguien más, el de Tobi, para ser más específicos.

Así que, para no alargarme demasiado, la razón por la cual la canción me recuerda a la pareja es porque en esta se plasma la admiración hacia una persona desbordante de vida, así como Tobi podría admirar a Deidara y a su personalidad explosiva.

One shot

Ser un enamorado nunca ha sido grato para él. Al final, nunca lo llevaba a nada; a algo bueno no, al menos.

Desde que ella murió, no había existido en él algún ápice de otra cosa aparte del odio y la melancolía. Akatsuki se basó en ese vacío en su interior, sus objetivos igual, su vida giraba entorno a la venganza. No había nada diferente a eso.

Hasta que llegó él.

Como un fuego artificial que alumbró su noche oscura, llenando su vida de colores en un instante; un detonante que hizo estallar su existencia por completo. Brillaba tan fuerte con su personalidad tan explosiva, resaltante y única. Brillaba con luz propia, no necesitaba de alguien más para hacerlo, desde lejos se veía que robaba el protagonismo. Brillaba por sobre la oscuridad del alma del pelinegro, no podía evitarlo; era así... y a ese hombre perdido en sus tinieblas le encantó.

Sabía que ese rubio tenía una chispa, una que no había visto nunca, pero que no quería dejar de observar. Sólo quería que siguiera encendiendo su luz, que sonriera mientras el fuego en su interior ardía, que arrasara con la noche, así como los fuegos artificiales un cuatro de julio.

Como un rayo, su corazón hacía _boom, boom, boom_, al ver al otro hacer de las suyas mientras reía explotando todo a su alrededor, así como explotaba las barreras del odio del azabache sin saberlo. Tras esa máscara naranja había una persona muerta por conocerlo en todo sentido.

Ese Uchiha lo siguió intentando, intentó acercarse un poco más; incluso cuando supo que esos ojos azules nunca lo iban a mirar de la misma forma, incluso cuando supo que ese corazón no latiría por él. Lo intentó sólo un poco y cuando supo que ese chico de cabello reluciente como el sol odiaba a los de su clan, tuvo claro que no debió seguir intentándolo.

Ese impulso de gusto nunca le agradó porque siempre supo que no lo llevaría a ningún lado.

Al menos no a un final feliz.

Lo único que le quedó fue conformarse con su amistad, reprimiendo todo hasta el punto de dejar de sentir ese algo que lo llevó ahí en primer lugar.

Pero ese sentimiento seguía allí, persistente. Tuvo que resistirse para no soltarlo a sabiendas de que tendría una respuesta negativa.

Ese día en particular quiso decírselo todo, pero no lo hizo, al final nunca podría hacerlo. Pudo haberlo ayudado y salvado, sin embargo, no lo hizo. Había dejado que la luz se apagara, que se consumiera su llama. ¿Por qué? ¿Por qué había permitido eso? Simple: Deidara sería más feliz convirtiéndose en arte... y de esta manera se dejaría un castigo a sí mismo; supuso que se lo merecía: perder a quien amaba por segunda vez después de hacer tantas atrocidades.

Pero no importaba en lo absoluto, el rubio seguiría siendo el fuego artificial que alumbraría sus noches incluso sin estar presente, quien llenaría su cielo de colores brillantes.

Porque fue la única luz que realmente necesitó Obito para ser feliz, al menos por un instante.

Porque Deidara era como su arte, efímero.

Y el Uchiha disfrutó cada momento de esa efímera instancia.

¡Gracias!