16 | parejas de baile
XVI. DANCING PARTNERS
—Odio a Snape. Le odio, le detesto, le aborrezco, le...
—Allison —cortó Hermione, dedicándole una mirada de advertencia por encima de sus apuntes de Pociones.
Estaban en la Sala Común, la noche del martes.
—¡Nos ha puesto un examen el último día de clase! Es lo más horrible y repugnante que alguien puede hacer, te lo aseguro.
—Es un puñetero —dijo amargamente Ron—. Nos ha estropeado el último cachito de trimestre con montones de cosas que repasar...
—Mmm... pero no veo que te estés agobiando mucho —replicó Hermione.
—Los naipes explosivos requieren mucha concentración —respaldó Allison, viendo cómo Ron levantaba un castillo con las cartas.
—Y es Navidad, Hermione —le recordó Harry.
—Creí que harías algo constructivo, Harry, aunque no quisieras estudiar los antídotos.
—¿Como qué?
—¡Como pensar en ese huevo!
—Vamos, Hermione, tengo hasta el veinticuatro de febrero —le recordó Harry.
—Ese es mi hermano procrastinador —dijo Allison, levantando un pulgar en dirección a Harry.
—¡Pero te podría llevar semanas averiguarlo! —objetó Hermione—. Y vas a quedar como un auténtico idiota si todos descifran la siguiente prueba menos tú.
—Déjalo en paz, Hermione. Se merece un descanso —dijo Ron, colocando las últimas dos cartas.
El castillo explotó y le chamuscó las cejas.
—¡Otra vez!, ¡otra vez! —gritó Allison, aplaudiendo mientras se reía al ver la cara de Ron.
—Muy guapo, Ron... Esas cejas te combinarán a la perfección con la túnica de gala.
Los gemelos acababn de llegar, y se sentaron en el sofá de enfrente.
—Ron, ¿nos puedes prestar a Pigwidgeon? —le preguntó George.
—No, está entregando una carta —contestó Ron—. ¿Por qué?
—Porque George quiere que sea su pareja de baile —repuso Fred sarcásticamente.
—Muy bonito, vas a sustituirme —dijo Allison, fingiendo estar ofendida.
—Te prometo que Pig es solo una amiga —respondió George, también dramatizando—. Por eso, lo que queremos es enviar una carta, so tonto —añadió, dirigiéndose a Ron.
—¿A quién seguís escribiendo vosotros dos, eh? —preguntó él.
—Aparta las narices, Ron, si no quieres que se te chamusquen también —le advirtió Fred moviendo la varita con gesto amenazador—. Bueno... ¿ya tenéis todos pareja para el baile?
—No —respondió Ron.
—Pues mejor te das prisa, tío, o pillarán a todas las guapas —dijo Fred.
—¿Con quién vas tú? —quiso saber Ron.
—Con Angelina —contestó enseguida Fred.
—¿Qué? —exclamó Ron, sorprendido—. ¿Se lo has pedido ya?
—Buena pregunta —reconoció Fred. Volvió la cabeza y gritó—: ¡Eh, Angelina!
Angelina, que estaba charlando con Alicia Spinnet cerca del fuego, se volvió hacia él.
—¿Qué?
—¿Quieres ser mi pareja de baile?
Angelina le dirigió a Fred una mirada evaluadora.
—Bueno, vale —aceptó, y se volvió para seguir hablando con Alicia, con una leve sonrisa en los labios.
—Ya lo veis —les dijo Fred, resuelto—: pan comido. —Se puso en pie, bostezó y añadió—: Tendremos que usar una lechuza del colegio, George. Vamos...
—Tendríamos que hacer algo, ¿sabes? —le dijo Ron a Harry en cuanto se fueron—. Pedírselo a alguien. Fred tiene razón: podemos acabar con un par de trolls.
Hermione dejó escapar un bufido de indignación, y Allison entrecerró los ojos, mirando con gravedad a Ron.
—¿Un par de qué, perdona? —preguntó Hermione.
—Bueno, ya sabes —dijo Ron, encogiéndose de hombros—. Preferiría ir solo que con... con Eloise Midgen, por ejemplo.
—Su acné está mucho mejor últimamente. ¡Y es muy simpática!
—Tiene la nariz torcida —objetó Ron.
—Y tú eres estúpido —rebatió Allison.
—Ya veo —exclamó Hermione enfureciéndose—. Así que, básicamente, vas a intentar ir con la chica más guapa que puedas, aunque sea un espanto como persona.
—Eh... bueno, sí, eso suena bastante bien —dijo Ron.
—Me voy a la cama —espetó Hermione, y sin decir otra palabra salió para la escalera que llevaba al dormitorio de las chicas.
—A veces me pregunto, Ron, si tu cerebro piensa antes de mandarle a tu boca hablar —dijo Allison, ladeando la cabeza para observar a su amigo con el ceño fruncido.
—Solo he dicho que no quiero ir al baile con ningún cardo —protestó él.
—Pues pregúntale a un chico. Igual Krum quiere ir contigo.
A Ron se le coloraron las orejas.
—No me gusta Krum. Ni los chicos.
—Tu cara no dice lo mismo.
Allison se acercó con una sonrisa maliciosa, y Ron se alejó con miedo a ella.
—No te voy a pegar la bisexualidad —aseguró ella—. ¡O sí!
Se lanzó sobre él, intentando tumbarse mientras se reía.
—¡Allison! ¡No hagas eso! —protestó Ron, poniéndose más rojo.
—¿Por qué? —preguntó ella con tono burlón.
—¡Chicos! —gritó Harry, llamando la atención de ambos, que dejaron de forcejear—. Dejad de hacer eso con tanta gente alrededor.
—¿Hacer el qué?
—Nada. Da igual.
Harry se levantó y, al igual que Hermione, se dirigió a su dormitorio.
* * *
—¡Eso es lo mejor que he oído en toda la semana!
El grito de Allison hizo que varios alumnos se giraran para mirarles, en medio del pasillo, preguntándose a qué había venido eso y las palmaditas que Ginny estaba dando ante la noticia de Hermione. Las tres les ignoraron por completo.
—No quiero que se enteren los demás —susurró Hermione, que parecía cohibida desde que la habían visto y les había dicho que tenía algo que contarles.
—¿Por qué? —quiso saber Ginny—. Que vayas a ir al Baile de Navidad con Viktor Krum es... no puedo ni explicar lo maravilloso que es. ¡Es de los mejores jugadores de quidditch, Hermione!
—Y te lo ha pedido a ti, Herms, qué suerte... ¡Qué suerte va a tener él de llevarte a ti al baile! Vamos a dejarle impresionado.
—¿Vamos?
Hermione le dirigió una mirada de incomprensión. Ginny y Allison soltaron una risita.
—Vamos a dejarte más preciosa de lo que nunca has estado para el baile —dijo la menor—. Créenos, quedarás espectacular. No puedo esperar a ver las caras de todos al verte llegar con Krum.
—¡Por eso es una buena idea que nadie más lo sepa! —exclamó Allison, cayendo en la cuenta—. Será una sorpresa total y todos se quedarán con la boca abierta. Y tú, Ginny, tienes que invitar a alguien, porque debes venir.
—¿Y a quién iba a pedírselo?
—Oh, puedes pedirle consejo a Lizzy —sugirió Allison—. Ella ha conseguido que la invite un chico de Ravenclaw, de cuarto curso. Michel Corner dijo que se llamaba.
—Le preguntaré.
Al día siguiente, Allison se encontraba cenando con Hermione. Charlaban sobre el baile, muy emocionadas.
—Mi abuelo, Fleamont Potter, fue quien inventó la poción alisadora que usaremos para tu pelo —contó orgullosa Allison.
Recordaba que Maddy se lo había dicho para que supieran de dónde venía toda la fortuna de los Potter, ya que su abuelo era un gran pocionero.
—¿Estás segura de que será necesaria? —preguntó Hermione por tercera vez.
—Sabes que eres preciosa, pero si vas con esos pelos de loca al baile... No voy a permitirlo. Estarás más hermosa de lo normal. A ver si así Parkinson deja de burlarse del artículo de Rita Skeeter cada vez que nos la cruzamos por el pasillo. Me tiene frito el cerebro.
—Me da igual lo que Parkinson piense.
Allison hizo un gesto con la mano, restándole importancia.
—Sí, ya, lo sé. Pero escuchar su estridente voz salir de su boca es irritante. De sus labios tan... estúpidos y... —Allison perdió la mirada en algún punto en la mesa de Slytherin— bonitos.
—¿Qué has dicho?
Se sobresaltó al darse cuenta de lo que acababa de soltar.
—Nada —mintió, sonriendo con nerviosismo porque se había prometido a sí misma que nadie descubriría que Pansy Parkinson le parecía guapa.
Hermione la miró con desconfianza, pero acabó rodando los ojos y volviendo su atención a su cena.
Al terminar de cenar, ambas subieron a la Sala Común de Gryffindor, sin dejar de hablar sobre el baile. Allison no paraba de recordarle lo preciosa que se vería con su túnica de gala azul, y ella le aseguraba que no sería para tanto.
Entraron en la estancia, y divisaron a Ron, Harry y Ginny en un rincón. Ron estaba sentado en un sillón, con Ginny apoyada en el brazo del sillón y con una expresión de enfado leve en la cara. Sin embargo, los dos chicos reían.
—¿Por qué no habéis ido a cenar? —les preguntó Hermione al acercarse a ellos.
—Porque... ah, dejad de reíros... porque les han dado calabazas a los dos —explicó Ginny.
Allison no intentó contener su risa, al contrario que los dos chicos, que dejaron de hacerlo.
—Muchas gracias, Ginny —murmuró Ron con amargura.
—Menudo par. ¿Cho ya tenía pareja? ¿Quién? Con lo genial que es, no me extrañaría que fuera alguien como...
Se calló al ver la expresión de cabreo en el rostro de Harry.
—¿Están pilladas todas las guapas, Ron? —le preguntó Hermione con altivez—. ¿Qué, empieza a parecerte bonita Eloise Midgen? Bueno, no os preocupéis. Estoy segura de que en algún lugar encontraréis a alguien que quiera ir con vosotros.
Ron observó a Hermione como si hubiera caído en algo importante.
—Hermione, Neville tiene razón: tú eres una chica...
—¡Qué observador! —dijo ella ácidamente.
—¡Bueno, entonces puedes ir con uno de nosotros!
—No, lo siento —espetó Hermione.
—¡Oh, vamos! —insistió Ron—. Necesitamos una pareja: vamos a hacer el ridículo si no llevamos a nadie. Todo el mundo tiene ya pareja...
—Incluyendo a Herms —dijo Allison, sonriendo con burla hacia Ron.
—¡Vamos, no os quedéis con nosotros! ¡Hermione, le dijiste eso a Neville para librarte de él!
—¿Ah, sí? —replicó ella, y en sus ojos brilló una mirada peligrosa—. ¡Que tú hayas tardado tres años en notarlo, Ron, no quiere decir que nadie se haya dado cuenta de que soy una chica!
Allison tuvo unas incontrolables ganas de pegarle una cachetada a Ron en esos instantes, pero se contuvo porque debía dejar que Hermione se defendiera sola. Luego le podía dar una colleja.
Ron miró a Hermione, y luego volvió a sonreír.
—Vale, vale, ya sabemos que eres una chica. ¿Y ahora quieres venir?
—¡Ya os lo hemos dicho! —exclamó Hermione, muy enfadada—. ¡Tengo pareja!
Y volvió a salir como un huracán hacia el dormitorio de las chicas.
—Es mentira —afirmó Ron, viéndola irse.
—Imbécil —suspiró Allison, dejándose caer en el otro brazo del sillón y dándole la esperada colleja.
—Auch —se quejó Ron, mirándola mal.
—No, no es mentira —dijo Ginny en voz baja.
—Entonces, ¿con quién va? —preguntó Ron bruscamente.
—No vamos a contártelo a ti, troglodita —dijo Allison.
—Es cosa de ella el decíroslo —añadió Ginny.
—Bueno —intervino Ron, que parecía cada vez más desconcertado—, esto es ridículo. Ginny, tú puedes ir con Harry, y yo...
—No puedo —lo cortó Ginny, y también se puso colorada—. Soy la pareja de... de Neville. Me lo pidió después de que Hermione le dijera que no, y yo pensé... bueno... si no es con él no voy a poder ir, porque aún no estoy en cuarto. —Parecía muy triste por no poder aceptar la invitación de Harry—. Creo que voy a bajar a cenar —concluyó.
Se levantó y se fue por el hueco del retrato, con la cabeza gacha.
Allison observó ambas puertas, la de salida y la de los dormitorios de chicas, preguntándose a cuál de sus dos amigas debería seguir. Pero, en cuanto vio entrar a Parvati y Lavender, se le ocurrió algo mejor, y se acercó a ellas.
—Parv, tú todavía no tienes pareja, ¿no? —inquirió la pelirroja cuando llegó a su lado.
Ella negó con la cabeza, con una leve sonrisa en los labios.
—Estupendo, podrías ir con mi hermano. Con lo bien que se te da bailar... —dejó caer ella, mirando esperanzada a su amiga.
Parvati pareció pensarlo unos segundos.
—Estaría bien —murmuró.
—¡Harry, te he conseguido pareja!
Él le dirigió una mirada confusa desde el sillón, y Allison les hizo un gesto para que los dos se acercaran.
—Parvati irá contigo al baile, Harriet. De nada, por cierto, te he conseguido a una chica preciosa —dijo ella, pasándole un brazo por los hombros a Parvati, quien se sonrojó—. ¿No conoceréis a alguien para Ron?
—Padma tampoco tiene pareja, puedo preguntarle si quiere ir con él —sugirió Parvati—. Es mi hermana gemela —les explicó a los chicos.
—Parejas hechas —concluyó Allison, feliz.
—Bien —aceptó Ron.
* * *
Allison salió de la biblioteca con Hermione el sábado por la mañana, adormecida, y se chocó tres veces con la pared antes de golpearse de nuevo, solo que esa vez con el cuerpo de alguien. ¿Cómo se le había ocurrido a Hermione hacer una reunión de la PEDDO un sábado por la mañana? Solo habían estado ellas dos, por supuesto, y Allison había estado dormida la mayor parte del tiempo.
Subió la mirada para ver con quién se había chocado y decidir si disculparse o no, pero tuvo que subir más el cuello de lo que pensaba, porque aquel chico era más alto que un árbol.
—Disculpa, estoy medio dormida —terminó por decir ella, frotándose un ojo. No reconoció a aquel chico.
—No pasa nada —contestó él con un marcado acento extranjero, debía ser de Durmstrang.
Allison se dispuso a rodearle y regresar con Hermione, quien se había parado a un metro de ella al percatarse de que se había quedado atrás, y la estaba esperando.
—¿Erres la chica Potterr? —preguntó la voz del chico a sus espaldas.
—Allison —se presentó ella, girándose y dedicándole una sonrisa incómoda.
—Yo soy amigo de Krum, mi nombre es Poliakov. Krum me habló a mí de tu amiga —dijo señalando a Hermione— y tú. Él dijo que las dos estabais mucho tiempo en la biblioteca.
—Sí... Haciendo tarea y eso... Por eso Krum le ha pedido ser su pareja a Hermione —contestó Allison, asintiendo con la cabeza.
—¡Baile!, ¡sí! Yo eso quise decirr al hablarrte a ti, Allison. Krum dijo que Ezmiope —Allison contuvo una carcajada, pero pensaba burlarse de Hermione llamándola así más tarde— tenía una amiga, tú. Y como yo soy amigo de Krum, podrríamos irr juntos. Si tú, Allison, quierres.
La pelirroja se mordió el interior de la mejilla, intentando pensar con coherencia y responder sin parecer una persona borde. Y mucho menos demostrar lo entusiasmada que se había puesto de que alguien le pidiera ir al baile igual que lo habían hecho con Harry. Podría parecer una estupidez, puesto que iba a ir con George y se moría de ganas de hacerlo, pero aun así le hizo algo de emoción.
—Gracias por pedírmelo, pero... tengo novio —contestó ella, haciendo una mueca—. Lo siento, eh, Poliakov.
Pronunció su nombre con un tono interrogativo, porque no recordaba si lo había dicho así, y él había dicho de forma correcta el suyo más de una vez.
—No te prreocupes, Allison.
Se despidió de ella con un gesto de la cabeza, como una inclinación, y siguió su camino con total normalidad. Allison se acercó a Hermione, que lo había escuchado todo, y la miraba con una sonrisa burlona.
—Esa conversación ha sido extraña —declaró la pelirroja—. Me saca como cuatro años y treinta y siete cabezas.
—Parecía simpático —apuntó Hermione.
—¿Crees que es malo que me haya gustado que alguien me lo haya pedido? Aparte de George, claro... Pero se ha sentido bien, no sé.
Sacudió la cabeza, como si quisiera librarse de esos pensamientos.
—No creo que pase nada malo, te lo ha preguntado y le has dicho que no —dijo Hermione, encogiéndose.
—Sí, bueno. Además, estoy segura de que es el chico al que se le cayó la sopa en el banquete de Halloween, y Karkarov le gritó.
La morena soltó una risita, que contagió a Allison.
—¿Vamos a la Sala Común, Ezmiope? —preguntó Allison en tono de burla.
—Por favor, no me llames así —suplicó Hermione, con algo de miedo en los ojos.
—Está bien... Ezmiope.
Allison salió corriendo para que Hermione no le pegara con el gran libro que llevaba en las manos.
En la Sala Común se encontraban pocas personas, puesto que la mayoría de los alumnos estaban todavía desayunando; ya que, al contrario de lo que Hermione pensaba, los estudiantes dormían hasta tarde los días de fiesta.
Se tumbó en uno de los sofás, cerrando los ojos y deseando quedarse dormida. Tal vez lo consiguió durante unos segundos, pero alguien la interrumpió, y no era Hermione con sus ansias de asesinarle con un libro por llamarla Ezmiope. Era George.
—Georgie —saludó la chica, con una sonrisilla—. A que no adivinas lo que me ha pasado.
—¿Que eres sonámbula y has bajado aquí a dormir? —intentó adivinar él.
—No. —Hizo un gesto rápido con la mano, indicándole que se lo iba a contar en ese momento—. Estaba saliendo de la biblioteca con Hermione, que me había obligado a ir, y un chico de Durmstrang se me ha acercado para pedirme ir al baile con él. ¿No es fantástico?
George frunció el ceño, confundido.
—Corrígeme si me equivoco, pero vamos a ir juntos al baile.
—Por supuesto que sí.
—¿Y por qué es fantástico que te hayan invitado si ya tienes pareja?
—¡¿Por qué?! ¡Pues porque... —Allison abrió mucho la boca, sin saber qué contestar— me invitan como lo hacen con Harry! No es el único al que quieren, y eso es bueno.
George suspiró y apoyó la espalda contra el respaldo del sofá. Allison se extrañó por su reacción, y se sentó con las piernas cruzadas, mirándole.
—¿Qué te pasa?
—Pensaba que se te había pasado lo de estar celosa de Harry.
—Yo no estoy celosa —rebatió ella. Aunque, por dentro, sabía que era mentira—. Solo digo que está bien que me presten atención a mí, para variar.
—Yo siempre te he prestado atención.
—Y por eso te quiero, Georgie —dijo ella, sonriendo y dándole un beso en los labios.
Él asintió con la cabeza y se levantó del sofá, saliendo por el agujero del retrato.
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