(EXTRA FINAL): Una Guardiana Ha Nacido.
Último extra.
Luego de la boda, Crystal y Bucky gracias a Rhodey, fueron de luna de miel a Australia por todo un mes. El General se despidió el día de la boda definitivamente de su hija y de su mejor amigo y regresó al limbo, ya listo para ir a la eternidad donde su esposa lo esperaba. Aunque siempre desde donde esté, cuidaría de su hija hasta que se volvieran a ver.
Luego de pasear por Sydney y Perth, sacarse muchas fotos, dormir en un horario opuesto al de Estados Unidos y convivir con koalas, nuestra pareja protagonista volvió y Bucky cada noche antes de dormir se dedicó a estudiar el diario de Ambur, la madre biológica de su esposa. Pudo interpretar varios de sus conjuros gracias a Strange y a Wong, que de vez en cuando venían a resolver sus dudas o lo llevaban a Kamar-Taj para explicarle mejor al hombre.
Y en cuanto a Crystal... Ella había estado entrenando por su cuenta en un viejo hangar abandonado a las afueras de la ciudad inmune a sus poderes que había construido Ross hace años para entrenar junto con Sharon para convertirse en agente, pero por más que lo intentaba, sus nuevos dones no podían lograr que su poder del fuego mejorara, siempre se limitaba a producirlo en sus manos pero no lograba expandirlo, frustrándola en el proceso. Triste, al verse fracasada por enésima vez decidió volver a la casa como todos los días al acabar y al ver a su esposo en la sala de estar, corrió a refugiarse en sus brazos, sobrepasada por la tristeza y frustración acumulada.
-Mi amor. ¿Qué te pasó?- Crystal dejó escapar un sollozo y se aferró con fuerza al hombre.
-Bucky, por favor abrázame, abrázame fuerte y no me sueltes, por favor- comienza a lagrimear y este muy preocupado la toma en brazos.
-Si tienes ganas de llorar hazlo nena, te llevaré a nuestro cuarto para que te relajes y te sientas mejor. Estamos juntos, linda. Saca todo ese dolor de ahí dentro, voy a estar a tu lado, princesa, no te voy a soltar nunca- La mujer asiente y comienza a llorar despacio. El hombre no pudo evitar recordar cuando le había dicho la verdad a Yori y él se encontraba igual y ella con su calidez y amor lo había hecho sentir mejor. La tomó en brazos con cuidado, ahora era el turno de él aliviar el dolor de su esposa devolviéndole el favor. La depositó en la cama donde la Inhumana se quitó los zapatos y él se acostó a su lado. La abrazó fuerte contra su pecho y ella comenzó a llorar a todo pulmón, el la consoló acariciando su espalda y dándole besos en la frente hasta que la mujer logró calmarse.
-Aquí estoy mi amor, cuando te sientas mejor si quieres hablar sobre lo que pasó, lo haremos- besa su frente y ella sonríe llorosa levemente.
-Es inútil, Bucky. Jamás seré una Guardiana digna de mamá- solloza- El fuego no quiere expandirse en mi cuerpo, lo he intentado de muchas formas y no funciona. ¿Cómo es que en aquella ocasión cuando volví de la muerte pude hacerlo y ahora no?- se pregunta frustrada.
-No digas eso, mi amor. Tu podrás, tienes a Strange, a Wong, pero sobre todo me tienes a mi, aquí estoy para ayudarte, nena- besa su cabeza- Mañana cuando el sol esté en su punto más alto iremos al hangar y entrenaremos de vuelta. No permitiré que te des por vencida-Crystal lo mira y le da un pequeño beso.
-Tienes razón amor, lo siento, es que esta situación es muy frustrante y me puse muy sensible por eso- hace un puchero- gracias por estar conmigo Bucky, contigo aqui, me siento un poco mejor- añade recostada en su pecho.
-¿Quieres que te siga haciendo sentir mejor, mi amor?- el hombre comienza a acariciar suavemente su cabello con sus dedos de vibranio haciéndola gemir levemente.
-Si, mi amor. Necesito que mi esposo me apapache- responde acariciando sus abdominales bajo la camiseta y para el ex soldado eso era luz verde para colocarla debajo de él y empezar a besarla suavemente.
-¿Te gustaría un masaje, nena? ¿Que desea mi hermosa esposa?- El hombre bajó con besos hacia su cuello y la chica cerró los ojos disfrutando de la sensación.
-Te quiero a ti Bucky, solo a ti, por favor, hazme sentir bien como siempre lo has sabido hacer- El Sargento sube de nuevo capturando los labios de la castaña con los suyos.
-Amo tu perfume, amo tu cuerpo, tus gestos, amo todo de ti- el hombre se detiene para sacarse su camiseta y observar el rostro de la mujer. Los labios hinchados, las mejillas sonrojadas y un brillo inexplicable en los ojos -ahora algo oscurecidos- junto con una leve sonrisa. Comenzó a besar su frente, sus mejillas, su barbilla, nariz y sus ojos para luego volver a unir sus labios con los de ella en un beso pasional.
James le quitó la blusa para luego volver a besarla intensamente. La chica lo apegó a él y subió sus manos a la espalda del hombre. Solo con gemidos y jadeos eran la forma en la que los cuerpos de ambos se comunicaban en aquel apasionante momento. No hacían falta las palabras para demostrar que en ese instante todo lo que Bucky deseaba era hacerle el amor a su esposa, relajarla con sus besos y dejarla completamente rendida con sus caricias.
Se despojaron de todas sus ropas y el hombre procedió a besarla por enésima vez. La recostó en la cama y este bajo hacia sus pechos para besarlos y masajaearlos a su antojo haciendo jadear a la chica. No habría ningún juego previo, necesitaba a su mujer ya. El hombre entró en ella y empezó a embestirla lentamente haciendo gemir a la chica.
-Eso es nena, no te contengas, no conmigo- dice el hombre sin parar de mover sus caderas.
-Me encanta como me lo haces, mi amor- La chica lo besa con pasión y los hace voltear para quedar encima del hombre y cabalgar sobre él.
-Y a mi me encanta ser el único que puede mirarte y tenerte asi- vuelven a voltear- En otra ocasión estarás arriba, ahora me toca a mi complacerte- vuelve a besarla con pasión mientras acelera sus movimientos apegando su cuerpo al suyo.
-Está bien, solo no te detengas- lo abraza fuerte y este sigue embistiendola sin parar- joder- gime en su oído.
-Jamás me cansaré de esto, princesa, mi mujer, mi esposa, mía y solo mía, uff- jadea y acelera mucho más sus embestidas.
-Y tú eres solo mío, desde que me salvaste de morir en aquel tornado fuerte, hace años antes de que HYDRA nos uniera, sabía que serías tú quien me rescataría definitivamente de mi enojo con el mundo, de mi odio y mi deseo de venganza cuando empezamos en Múnich- lo besa apasionadamente- No sabes el esfuerzo que hice para discimular que me caías mal- jadea en sus labios y el hombre besa su cuello bajando a su cicatriz sobre la clavícula sin dejar de moverse sobre ella.
-Te amé desde que te vi herida por el tornado, eras la primera persona que tenia que proteger, eras muy pequeña y frágil, tenía que hacer lo que sea para evitar que te murieras desangrada- acelera sus movimientos- Luego meses atrás con el ritual, volví a arriesgarme sin importarme que la Niebla pudiera matarme, quería que volvieras a mi de nuevo- la chica lo mira llorosa.
-Y lo lograste, aquí estoy y no volveré a irme, mi príncipe sargento- el hombre junta su frente con la suya.
-Y no te dejaré ir nunca, si Crystal no existe, Bucky tampoco- sale de ella y la sienta en la cama y rápidamente entra en ella y vuelve a embestirla con fuerza, la chica lo abraza fuerte mientras se mueve a la par del hombre ambos gimiendo y jadeando sin parar.
-Ya no puedo más- jadea en su oído la chica y comienza a besar el cuello y hombros del ex soldado.
-Yo tampoco, hagámoslo juntos princesa El hombre la separa un poco para mirarla mientras ambos siguen moviéndose llegando ambos al mismo tiempo a la cima del placer, se abrazan fuertemente retorciéndose y respirando agitadamente. Comparten un apasionado beso de amor para luego el soldado a duras penas salir de ella, abrir la cama y acostarse junto a su esposa, que imitó su acción bajo las mantas. La chica aún recuperándose se refugia entre los brazos del hombre, que responde abrazándola a él y colocando la cabeza de la castaña sobre su pecho.
-Te amo tanto Bucky, gracias por estar a mi lado mi amor, por ser mi esposo, por cuidar de mi y regalarme momentos tan hermosos como este- Crystal sonríe y cierra los ojos sintiendo los labios del hombre besar tiernamente su frente.
-Gracias a ti, Crystal. Por hacerme ver que merecía una segunda oportunidad, y es esta, estar así, contigo, cuidándote, atesorándote, pero sobre todo, amándote. Completamente libre y feliz. Te amo mi princesa- Crystal levanta su cabeza para besarlo cortamente- ¿Ya te sientes mejor, nena?- pregunta acariciando su espalda.
-Ahora estoy muy bien- La chica se acomoda mejor en su pecho.
-Mañana por la mañana iniciaremos el entrenamiento. Terminé de interpretar el diario de Ambur y voy a estar contigo ayudándote. No te preocupes, pronto dominarás tu poder sobre el fuego. Además, me gustaría tener una pelea amistosa antes, como calentamiento- la chica lo mira.
-Obviando las circunstancias, me diste pelea aquella vez, lo reconozco, apostemos algo, para hacerlo más interesante- coloca su barbilla contra su pecho.
-Bueno...- piensa- No se me ocurre nada. ¿Qué sugieres?- la mira.
-El que pierda tendrá que comprarle al ganador tres raciones de helado y limpiar TODA la casa en paños menores, sin usar sus poderes ni ayuda del ganador. Y como bonus, el ganador recibirá...- termina de decirle al oido.
-Eso último me gusta. Hecho- extiende su mano para estrecharla con la de la castaña y oficializar la apuesta.
-Hecho- sonríe y vuelve a recostarse en su pecho- Tengo un poco de sueño- murmura cerrando los ojos.
-Descansa mi amor. Yo estoy aqui- besa su frente y la chica levanta el rostro para besarlo apasionadamente.
-Casi lo olvido, el beso de las buenas noches- vuelve a recostarse en su pecho y al cabo de unos segundos cae dormida, el hombre la abrazó más a él y arropó a la chica un poco para que no sintiera frío.
-Descansa mi amor, te amo- susurra y al cabo de unos minutos y observando a la chica dormir, cae en los brazos de Morfeo.
...
-Muy bien, ya que nos quedamos un poco más en la cama, será mejor que usemos el anillo y empecemos a entrenar- sugiere el hombre ya vestido con su traje junto a la chica en el sótano de la casa.
-Está bien amor. Tu y yo no tenemos remedio, cuando hay ganas, las hay- se coloca el anillo- Queda pendiente la pelea, Sargento- levanta la ceja haciéndolo sonreír, imagina el hangar abandonado y comienza a abrir un portal. Strange y Wong le habían obsequiado una réplica del anillo tan característico que usaban para transportarse a otros lugares en poco tiempo pero solo para emergencias. Ambos cruzaron el portal y llegaron al hangar para comenzar.
-Este hangar no parece tan abandonado que digamos- observa el lugar, había un viejo saco de box, equipos de gimnasio, varios trajes de Crystal, visores para ver en la oscuridad, kits de supervivencia, botiquines, un pequeño minibar, una habitación en el fondo, paredes reforzadas de metal en todo el lugar, extintores, pero... No había armas.
-La habitación de fondo nunca la usé. Siempre dormía afuera por ese sueño. Aquí fue que entrené con Sharon en mis inicios como agente de Fuerzas Especiales- cuenta la chica- Aquí perfeccioné parte de mis poderes- mira al hombre.
-Hay muchos extintores y cero armamento. Supongo que no los necesitaste nunca- comenta el hombre.
-No, mis poderes y mis habilidades para pelear fueron suficientes, nunca me gustó usar armas. Había pero le pedí a Sharon que se deshiciera de ellas antes de irme a vivir a Europa- cuenta con nostalgia.
-¿Extrañas ser agente, amor?- Bucky toma su mano.
-No, solo pensaba en esos tiempos donde todo podía solucionarlo, donde todo era fácil porque sabía como actuar en momentos de extremo peligro. Ahora al no poder despertar mis dones de Guardiana no pude evitar sentirme como esos momentos cuando comencé a prepararme para ser agente, como una novata temerosa a todo...- lo mira algo triste y este la acerca a su cuerpo para abrazarla.
-Tranquila cariño, ya verás que vas a liberar tus poderes en su totalidad y serás la mejor Guardiana que la Tierra ha tenido- La alienta y esta sonriendo le da un beso.
-Estoy feliz de que seas tu el que va a ayudarme con esto. Sinceramente estaba volviéndome loca entrenando sola. Me sentía sin rumbo. Además, pasaremos más tiempo juntos- sonríe.
-¿Porqué crees que acepté ser tu instructor?- le guiña un ojo- Bueno, hay que empezar nena- La chica se coloca en posición- Cuando yo nombre un elemento, tu lo harás aparecer y lo controlarás. ¿Entendido?- la chica asiente- Aquí vamos. Agua- La chica extiende sus manos y de ellos comienzan a caer chorros limpios de agua cristalina que caían al suelo, pero no se mojaba- Perfecto. Aire- la chica para de invocar al Agua para con sus brazos ya más extendidos invocar un leve viento y empezar a elevarse gracias a él. El ex soldado estaba sorprendido de lo que veía. Asintió y la chica disminuyó el aire hasta normalizarlo- Eso es, Tierra- La chica cerró los ojos y comenzó a hacer temblar levemente el lugar- Okey okey- el hombre se asusta y la chica se detiene- Ahora sigamos con el metal- La chica observó el brazo de vibranio de su esposo y comenzó a atraerlo a ella, jalando al hombre en el proceso apegando su cuerpo con el suyo- No voy a negar que eso me gustó. Electricidad- la chica cierra los ojos y todas las luces comienzan a titilar producto de una baja tensión- Bueno- se aleja y se posiciona un par de metros al lado de ella- Ahora crea un escudo de energía- La chica con sus manos crea un escudo blanquecino casi transparente rodeando a ambos- Y por último. Fuego- la chica deshace el escudo y cerrando fuertemente los ojos hace brotar el elemento solo a través de sus manos. La chica intenta forzar la expansión pero es inútil, no podía- Bien nena, bien- la chica se detiene y se marea un poco y el hombre rápidamente se acerca.
-Mi amor. ¿Te sientes bien?- La chica abre los ojos y asiente- Descansemos un poco...- ella lo interrumpe.
-No, amor. Estoy bien, solo... Forzé mi don para intentar expandir el fuego a mis brazos y a todo mi cuerpo pero no pude, no pude otra vez- el hombre acaricia su mejilla.
-Princesa, no te fuerces, no quiero que te pase nada malo y te hagas daño. Solo hay que concentrarse más. ¿Puedes hacer algo con el fuego? ¿Una habilidad especial tal vez?- pregunta y la chica asiente como recordándolo.
-Si, puedo crear balas de fuego y crear cosas con él- sonríe y se posiciona.
-Okey, cuando cuente hasta 3, lo haces. ¿Okey?- la chica asiente y invoca al fuego con sus manos- Uno...dos...¡Tres!- la chica se prepara y dispara balas de pistola, pero de fuego y fueron hacia la pared de metal, impactando contra ella y apagando el fuego en el proceso.
-Excelente. Ahora ya sabemos la finalidad de las paredes de metal. Ahora intenta crear algo con el fuego- ordena el hombre entusiasmado.
-Bien- la chica vuelve a invocar al fuego y de sus manos brotaron las llamas y con ellas creo un arco y una flecha y la disparó hacia la pared de metal logrando el mismo efecto allí, y las llamas se extendieron por sus brazos despacio.
-Mi amor, mira- el hombre contento sacó del letargo a la chica quien observó feliz como el fuego se terminó de extender por sus brazos.
-¡Lo estoy logrando!- la chica apaga el fuego de sus brazos por completo y se acerca a abrazar feliz a su novio.
-Te dije que lo ibas a lograr nena- se separan y efusivos se besan.
-Y todo gracias a ti- le da muchos besos tiernos.
-Todo lo hiciste tú, princesa. Pronto lo podrás expandir por todo tu cuerpo y desbloquearás tu don principal- sonríe confiado y vuelven a darse un beso, pero esta vez más pasional.
Con el paso de los días. Crystal y Bucky se la pasaban entrenando en el hangar, al cabo de una semana, el fuego logró expandirse por todo su cuerpo.
-¡Lo lograste mi amor!- el fuego comienza a crecer en el cuerpo de la chica y se hace más fuerte- Ahora apagalo- pide y la chica abre los ojos como platos.
-No puedo- comenta apenada.
-Amor, destruirás el hangar si no lo haces- la chica lo intenta pero no podía.
-Necesito que abras un portal a la casa, hacia la piscina específicamente, con el anillo ya- pide la chica y el hombre rápidamente se lo coloca.
Un portal en la casa se abre cerca de la piscina y la chica en llamas rápidamente es la primera en cruzarlo volando, sin dañar el césped y cayendo de lleno a la piscina llena de agua, haciendo que saliera mucho vapor de él. El soldado cruza el portal y este se cierra detrás de él. La chica asoma la cabeza a la superficie en el agua muy apenada y mira a su esposo.
-¿Estás bien, mi amor?- pregunta el hombre preocupado acercándose.
-Si, pero no puedo salir- lo mira y este abre los ojos como platos- No llevo nada puesto- añade sonrojada.
-Oh, joder- el hombre comienza a quitarse su traje haciendo sonreír de manera pícara a la castaña.
-Veo que le sacarás provecho a mi problema...- lo mira quedando completamente desnudo antes de lanzarse a la piscina y acercarse a ella.
-Hay que verle el lado bueno a esto, debemos celebrar tu rápido progreso en tu entrenamiento- acaricia su cabeza y apega su cuerpo al suyo bajo el agua.
-No pude apagar el fuego de mi cuerpo, veremos si tu puedes apagar mi fuego interno ahora mismo- acerca su rostro hacia el suyo.
-Será todo un placer- El hombre termina de acortar la distancia entre ambos rostros para besar intensamente a la castaña y proceder a hacerla suya en la piscina.
...
A la mañana siguiente volvieron al hangar, a pesar del susto del día anterior. Crystal no había llevado el traje que le había obsequiado Shuri que se adaptaba a sus poderes y el que tenia por el fuego se había destruido. Se colocó en su posición bajo la atenta mirada del pelinegro, la chica estaba decidida a controlar del todo el elemento del fuego y no iba a descansar hasta lograrlo.
Invocó el elemento ya mencionado, y al expandirse las llamas en su totalidad en ella, cerró los ojos y se concentró imaginando el fuego apagarse, enfocó ese pensamiento en su mente abriendo los ojos y haciendo finalmente que las llamas disminuyeran hasta desaparecer de su cuerpo. En eso un resplandor blanco iluminó todo su cuerpo que la instó a salir del hangar. El pelinegro la siguió y la chica observó el cielo.
-Oí a mi mamá, Bucky. Tengo que elevarme, tengo que volar- lo mira- ¿Confías en mi?- pregunta.
-Por supuesto que si amor, solo no tardes, aqui te voy a esperar- asegura el ex soldado y la chica se eleva a toda velocidad hacia el cielo.
Crystal subía más y más hacia arriba. Sin detenerse, hasta observar el límite del cielo. Siguió aún así y salió del planeta se detuvo y contempló la Tierra en su totalidad por primera vez. Era hermoso. Era perfecto. Podía respirar en el espacio, tal vez eran sus dones nuevos, tal vez era la Niebla Terrígena o la genética de los Inhumanos, no sabía con certeza. Lo más importante era lo que estaba viendo en ese momento. Extendió sus brazos y cerró los ojos.
-Prometo cuidarte, hasta que la siguiente Guardiana tome mi lugar y seguiré haciéndolo hasta mi muerte- prometió desde lo más profundo de su corazón y abrió los ojos. Hasta que una visión de una chica morena con una sudadera de barras y estrellas apareció en su mente y un resplandor rojo de ella misma. ¿Eso que fue? Ni ella misma lo sabía. Lo que si sabía es que protegería el mundo de cualquier amenaza que surgiera.
Volvió al hangar y abrazó al soldado entre lágrimas de felicidad.
-Lo logré mi amor, lo hice- se separa y lo mira feliz.
-Estoy orgulloso de ti princesa- la abraza nuevamente- sabía que lo lograrias- besa su cabeza.
-Pero aún así, seguiré entrenando para mejorar aún más, este mundo me necesita- el hombre sonríe orgulloso de su esposa. Una Guardiana oficialmente había nacido. Al llegar a casa, al mediodía, los recién casados se habían cambiado de ropa y pidieron comida china para almorzar. Al acabar la llamada al restaurante, la chica había empezado a marearse, a mirar todo negro y el hombre alcanza a sostenerla antes de caer al suelo y hacerse daño, pero aún así, Crystal se había desmayado.
-¡Mi amor!, mi amor reacciona por favor- intenta despertarla pero era inútil. Tomó su pulso y estaba normal. Muy preocupado y con miedo de que el veneno de su cuerpo no hubiera desaparecido del todo, tomó su teléfono y avisó a Strange lo que estaba ocurriendo.
-El veneno ya no está en su sangre, Bucky. Tal vez fue por el estrés de todo el entrenamiento. Llamaré a una ex colega para que vaya y la revise para que estés tranquilo- asegura el hechicero.
-Está bien, aquí la espero y dile que se apresure por favor- pide desesperado.
-Lo haré- cuelga y va a la habitación donde yacía una inconsciente y algo pálida Crystal. Se acuesta a su lado y preocupado ruega en silencio para que despierte. Al cabo de media hora, suena el timbre y el pelinegro baja a abrir la puerta.
-Buenas tardes, soy la Doctora Christine Palmer- se presenta la mujer con una sonrisa cordial.
-Que bueno que llegó, mi esposa se desmayó y no reacciona- informa el hombre preocupado y la deja entrar a la casa.
...
En el espacio exterior, yacían los restos de un planeta destruido, en medio de todo aquello estaba el cuerpo de una mujer muy lastimada flotando. Se trataba de la versión malvada de Crystal que yacía al parecer muerta.
Hasta que un fuerte resplandor rojo comenzó a alumbrar todo y la castaña abre los ojos de golpe.
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