8- Isaiah Bradley y Arrestados.

Baltimore, Maryland, Actualidad.

Sam, Crystal y Bucky llegaron a la ciudad por la mañana y el moreno estuvo insistiendo en saber quién sería la persona que él debía ver según el ex soldado pero él simplemente guardó silencio y pidió que lo siguieran. La castaña iba tras ellos, cruzaron la calle y en eso se acerca un niño pequeño que jugaba con otros niños en la acera a Sam.

-¡Hey! Es Falcon negro... ¿Cómo estás?- saluda.

-Sólo soy Falcon, niño- responde el moreno divertido.

-No, no, mi papá me dijo que es Falcon negro- asegura el pequeño.

-¿Y eso es porque soy negro y soy Falcon?- pregunta Sam.

-Pues, si tu lo dices pues supongo que si- responde el niño inocente.

-¿Y qué? ¿Tú eres el niño negro?- el niño ya no supo que responder así que el moreno río y se acercó al otro niño -Le gané verdad- este asiente y el niño finge desinterés ante esto.

-Sí, como sea- el moreno siguió su camino tras de Bucky y la castaña que al estar algo alejados decidió romper el silencio.

-¿Ya nos vas a decir cuál es el misterio?- pregunta al ex soldado el hombre.

-De hecho, sí- responde el pelinegro entrando a una casa y subiendo unas escaleras golpea la puerta principal que es abierta posteriormente por un joven.

-Venimos a ver a Isaiah- murmura el pelinegro.

-Aquí no hay ningún Isaiah- responde el joven serio.

-Solo, queremos hablar con él- pide el Sargento.

-Tal vez no escuchaste lo que dije, no entrarán en esta casa, ahora larguense- exige el joven molesto.

-Dile que el hombre del bar en Goyang está aqui... Él sabrá que significa- el joven pensó unos segundos hasta que habló.

-Esperen aquí- dice el joven y cierra la puerta.

-Que amable- dice Sam sarcástico.

-Es un grosero- responde la castaña seria.

-¿De dónde lo conoces?- pregunta Sam a Bucky.

-Fue hace años... Tuvimos un altercado en la Guerra de Corea- responde el pelinegro.

En eso el joven abre la puerta y los deja pasar.

-Hoy es su día de suerte, dijo que quería verlo en persona- en eso ambos hombres y la castaña entran al lugar donde un sujeto de avanzada edad los esperaba.

-Isaiah- saluda Bucky.

-No has cambiado- responde el hombre bastante serio.

-Él es... Sam- Bucky lo presenta- Sam... él es Isaiah... Fue un héroe, de los pocos a los que HYDRA temía, igual que a Steve, nos conocimos en el 51- relata Bucky al moreno.

-Soy Crystal Jones- se presenta la castaña seria también y nuevamente guarda silencio.

-Si te refieres a que te dí una buena paliza, entonces si- Bucky sonríe- Había rumores de que estaba en la península, pero todos los que lo buscaban nunca volvían. Así que al final el ejército me envió en esa zona a lidiar con él. Le arranqué medio brazo de metal en la pelea en Goyang, pero  le creció otro brazo por lo que veo. Sólo quería ver si pudo recuperarlo o... si vino a matarme- relata el anciano.

-Dejé eso en el pasado- asegura el ex soldado y Crystal sintió el pesar en la voz del hombre.

-¿Crees que uno puede despertar un día y decidir quién es esta vez?. Así no es como funciona, bueno, tal vez para personas como tú sí- responde el anciano. Sam y la castaña observaban la conversación en silencio.

-Isaiah la razón de que viniera... Es porque hay más como tú y como yo sueltos- agrega Bucky.

-¿Como tu y yo?- el hombre estaba empezando a molestarse.

-Y hay que averiguar cómo- añade nuevamente el pelinegro.

-¡No voy a seguir hablando de esto!- el anciano toma una caja de metal de la mesa y lo arroja a la pared con una fuerza sobrehumana y en eso se acerca a Bucky.

-¿Sabes que hicieron conmigo?- preguntó el anciano abatido- Por ser un héroe, me abandonaron en la cárcel por 30 años, me hacían pruebas cada día, me sacaban sangre, se metían en mi celda, ni tu gente me dejaba en paz- señaló a Bucky que estaba muy impactado por el relato del hombre al igual que Sam.

-Isaiah...- murmura Sam.

-¡YA LARGUENSE DE MI CASA!- grita el hombre y el joven comenzó a escoltar a los tres hacia la puerta.

-Ya oyeron, váyanse- en eso Crystal voltea y regresa ignorando al joven y se acerca a él molesta.

-¿Usted cree que es la única persona que sufrió por culpa de ese maldito suero?- encara la mujer enojada.

-¡Crystal basta!- interviene Sam.

-¡No Sam!- mira al anciano- Le voy a mostrar lo que HYDRA me hizo a mí- se desabrocha los guantes y se los quita dejando ver unas horribles cicatrices y levanta las manos y se las muestra al anciano. Bucky mira las cicatrices con bastante pesar.

-¡Mire!- lo encara- Casi las pierdo por culpa de HYDRA, me inyectaron una versión descontinuada del suero que está matándome poco a poco del cansancio extremo a medida que pasan los años, me golpearon, intentaron abusar de mí, me torturaron con malditos juegos psicológicos hasta cansarse- lagrimea molesta- Entiendo su dolor más que nadie señor, a mí, esos malditos me secuestraron, cada que veo mis manos cubiertas con éstos guantes para tapar las horribles cicatrices que ellos me dejaron, siento una gran vergüenza y lo peor de todo es que no se porqué, día tras día es más difícil no mirarme al espejo y no sentirme un monstruo por toda esta mierda que jamás pedí ni busqué... Usted tiene a este joven que lo cuida, en cambio yo, estoy completamente sola en el mundo, usted es afortunado, yo lo hubiese dado todo de mí si tuviera al menos a alguien que se preocupara por mi y me protegiera por sobre todas las cosas, pero eso nunca podrá ser. No gana nada siendo así como es, sólo más amargura y dolor. Usted tiene mucha suerte y no termina de darse cuenta. No como yo, que voy a terminar sola sin que le importe mi vida a nadie y siendo un monstruo por esto- relata molesta lo que había sufrido. Bucky y Sam quedaron atónitos ante lo dicho por la castaña pero más el pelinegro que no sólo sintió un enorme pesar por la castaña si no preocupación por lo dicho sobre el suero que tenía en su cuerpo. Isaiah rompió el silencio sin disminuir su molestia.

-Espero y alguna vez, puedas saber el motivo de esa vergüenza, eres joven y muy bonita. No eres un monstruo, Si yo fuera tú, desaparecería, me iría muy lejos de aquí y empezaría una nueva vida- comenta el anciano medio conmovido.

-Tal vez lo mío ya no tenga remedio... Igual gracias por el consejo, hasta luego- la castaña con lágrimas  en los ojos levanta los guantes y se los coloca rápidamente para luego salir del lugar seguida por Sam y Bucky.

-Crystal, espera- Sam la detiene y ella voltea- ¿Porqué no nos dijiste nada?- Crystal guarda silencio muy abatida.

-Sam, déjala...- Llega Bucky junto al moreno.

-¿Porqué nunca me hablaste de Isaiah?- pregunta molesto el moreno al hombre- ¿Porqué nadie lo había mencionado?- los 3 comienzan a caminar- Te hice una pregunta Bucky- insiste molesto. 

-Lo sé- responde el pelinegro observando a Crystal.

-¿Y Steve no sabía de él?- vuelve a preguntar el moreno.

-No sabía, nunca le conté- responde Bucky.

-¿Estás diciéndome que hubo un supersoldado negro hace décadas y no hubo nadie que supiera?- se detuvo reclamando el hombre al pelinegro. Crystal sólo miraba en silencio la discusión y Bucky sólo permanecía callado hasta que una sirena de una patrulla de policía comienza a distraerlos.

-Hey- bajan dos oficiales de policía y se acercan a los 3.

-¿Qué pasa?- pregunta Sam molesto por lo de Isaiah aún.

-¿Algún problema?- pregunta uno de los oficiales.

-No, estamos hablando- responde el moreno.

-No pasa nada- asegura Bucky. Uno de los oficiales le acerca a Sam.

-¿Su identificación?- pregunta el oficial. Bucky y Crystal se acercan.

-Ahora no la tengo... ¿Qué?- pregunta el moreno algo inquieto.

-Por favor señor, calmese- exige el oficial.

-Estoy calmado, ¿que quieren? Solo hablamos- responde.

-Él no está haciendo nada, oficiales- interviene Crystal.

-¿Señor lo está molestando?- pregunta el oficial a Bucky y Sam rodó los ojos.

-No no está molestándome. ¿No saben quién es?- pregunta el pelinegro.

En eso un oficial se acerca al otro y le dice al otro al oido:

-Ya dejalos, son Vengadores- Crystal se acerca a sus compañeros bastante indignada.

-Ay no, como lo siento señor Wilson- Sam y Bucky lo miraron indignados y Crystal resopla molesta.

-¿O su estúpido racismo le impidió reconocerlo?- murmura la castaña acercándose desafiante.

-Crystal, tranquila- Bucky la detiene.

-Es que no lo reconocí sin su visor- se disculpa el oficial de nuevo- No sabe cuando lo lamento es que...- en eso llega otra patrulla- Oigan... esperen aquí yo...- los oficiales se alejan y los 3 permanecen allí parados.

-Quisiera golpear su cara- murmura Crystal mirando alejarse al oficial.

-No empeores las cosas Crystal, por favor- responde Bucky- No le conté a nadie porque ya había sufrido suficiente- murmura el pelinegro a Sam volviendo el tema de Isaiah. En eso dos oficiales se acercan y los rodean.

-Señor Barnes... hay una orden de arresto en su contra- informa el oficial.

-El presidente lo perdonó por todo eso- murmura Sam.

-No es por eso, es porque faltó a su sesión de terapia, es como no ir con su oficial condicional- Bucky resopló frustrado- Perdón señor Barnes, tengo que arrestarlo- en eso un oficial se acerca y lo esposa sin él poner resistencia.

-Me temo que también tengo que arrestarla a usted, agente Jones- la chica lo mira sorprendida.

-¿Qué?.¿Pero porqué?- un oficial comienza a esposarla y la toma del brazo.

-Por amenazar y faltar el respeto al Capitán América- la chica comienza a molestarse y el cielo comienza a nublarse.

-Ésto es un atropello, War Machine sabrá de esto- aprieta los dientes y el cielo nublado comienza a tronar mientras llevan a Crystal a la misma patrulla en la que subieron a Bucky.

-Ambos tienen derecho a guardar silencio, todo lo que digan pueden ser usados en su contra- advierte el oficial.

...

Los guardias llevan a Crystal y a Bucky a las celdas y ambos no pusieron resistencia alguna. Crystal maldijo a John por mandarla encerrar para molestarla. Se sentó en el suelo y recargó su cabeza contra la pared.  Necesitaba salir lo antes posible para continuar con la misión de atrapar a Karli y a su grupo de rebeldes. Aún las palabras de Sam en el avión seguían en su cabeza y parecía que no iban a dejarla tranquila. Bucky se sentó a su lado en el suelo y la miró perdida en sus pensamientos.

-Oye...- ella lo miró- Lamento haberte dicho seca en Múnich- se disculpa.

-No te preocupes Bucky... Todo está perdonado- la chica hace una mueca.

-Debió ser difícil para ti lo de tus manos ¿no?- pregunta el ex soldado cauteloso.

-Lo fue, al principio fue complicado... No podía verlas directamente, ver las cicatrices me daban unas inmensas ganas de llorar. Cuando me dieron de alta me encerré días en mi habitación al llegar a casa... Luego comencé a usar guantes desde entonces. Llevo dos pares cada que viajo, no me gusta mostrarlas por nada del mundo- relata

-Me pasa algo similar con el brazo de vibranio- comenta el hombre.

-¿Te dolió mucho?- pregunta curiosa la castaña.

-No recuerdo mucho esos momentos- responde.

-No hay día en que no me pregunte el porque me hicieron esto, Bucky. Han pasado casi diez años y... recuerdo todo como si fuera ayer, bueno, casi todo- comenta triste.

-Supongo que se vive con eso, se trata de seguir adelante a pesar de todo- añade.

-Bien dicen que lo que no mata, fortalece- él asiente y la mira con la mirada perdida.

-¿De verdad... Esa versión del suero te está matando?- pregunta Bucky preocupado por lo que iba a responder.

-La verdad... no lo sé, durante años busqué información de esa versión del suero pero no hay mucha... Solo sé que soy la única persona en el mundo que tiene la dosis y... tengo miedo de los efectos secundarios que están causándome... Yo no pedí ser esto, Bucky. No lo buscaba, sólo vino a mi y causó estragos en mi vida- el pelinegro tomó su mano en señal de apoyo.

-Todo estará bien Crystal. Encontraremos más información y si hay un antídoto que te pueda ayudar, lo encontraremos también. Me agradas- la castaña sonrió ante lo último.

-Tu también me agradas Buck... ¿Puedo llamarte así?- pregunta.

-Claro, entonces... ¿Amigos?- sonríe levemente el pelinegro cosa que la castaña correspondió.

-Amigos- responde simplemente.

...

Horas después en la ciudad llegaba War Machine volando hasta aterrizar en la estación de policía frente a Sam bastante molesto. Entra al lugar sin que nadie se lo impida y se acerca molesto a los encargados.

-Quiero que liberen ahora mismo a la agente Jones- en eso aparece John Walker junto a Lemar a intervenir.

-Me temo que eso no podrá ser Coronel. Ella me amenazó y me faltó el respeto y debe recibir su castigo- responde con egocentrismo.

-Eso no es razón para encerrar a una persona que hizo muchas cosas por esta nación. Quiero que liberes ahora mismo a Crystal, Walker, es una orden- responde Rhodey bastante molesto.

-Yo soy el Capitán America- desafía el rubio.

-Por más Capitán América que seas yo soy tu superior así que te ordeno que liberes a Crystal ahora mismo y te alejes de ella para siempre- advierte molesto el hombre.

-Me temo que eso último no se va a poder... Ahora mismo voy hacia la sala de interrogatorios a conversar con ella- responde haciendo enojar más al moreno.

-Si la lastimas John, sabrás de lo que soy capaz- el moreno se aleja y John seguido por un guardia se van a la zona de las celdas. Específicamente a la celda donde la castaña compartía con Bucky. El rubio apretó los puños molesto al verlos hablar muy animadamente de cosas triviales y carraspeó fuerte anunciando su presencia.

-¿Y a qué debemos su presencia mi amigo y yo en nuestra celda, Capitán?- saluda sarcástica la castaña.

-Vine a llevarte a la sala de interrogatorios para hablar... en son de paz- levanta las manos.

-Eso último no me lo creo, John- responde la mujer y el guardia abre la celda.

-No tienes alternativa. Acompañame- la castaña es esposada, cierra la celda y es llevada a la sala de interrogatorios seguida por el rubio.

-¿De qué quieres hablar, John?. Dilo de una vez para volver a la celda- presiona la castaña.

-¿Tanto quieres volver a ver a Barnes?- pregunta el rubio molesto al recordar la escena hace minutos.

-Sí. James y yo somos amigos y estábamos en una muy buena charla hasta que apareciste- responde molesta.

-Lamento arruinar tu charla con el soldado, pero lo que tengo que decirte es muy importante- responde.

-Tu y yo no tenemos nada de que hablar desde hace años- murmura molesta.

-Entiendo que estés enojada y que no quieras saber de mí pero....- ella lo interrumpe.

-¡Pero nada, John!. Tú me rompiste el corazón de la peor manera que existe y ¿tienes idea de lo que me costó recuperarme de eso? Bastante. Yo te amaba, John. Te amaba como no tenías idea. Hoy te odio y no te quiero cerca de mí porque me recuerdas lo monstruo que soy. ¡Tú me lo has dicho el día que me dejaste!- reclama.

-No sabía lo que estaba diciendo... Aún te amo Crystal- el rubio toma sus manos.

-¿Cómo te atreves a hablarme de amor John cuando eres un hombre casado?- la chica intenta alejarse del hombre.

-Lo sé, cometí un error pero si me dices que sí Crystal, lo puedo remediar, lo podemos remediar- murmura el rubio esperanzado.

-No John, ya no te amo y nunca voy a perdonar el que me hayas herido y abandonado cuando más te necesitaba- responde la castaña decidida.

-Tú no puedes rechazarme, Crystal. ¡NO PUEDES!- él se acerca molesto y la besa a la fuerza. Crystal lo empuja y le da de la rabia un puñetazo en el rostro que lo hizo sangrar y lo alejó.

-Nunca más vuelvas a hacerlo John. Aléjate de mí, o de lo contrario la próxima vez será peor. No te amo más John, nunca volveré a tí- se acerca a la puerta- ¡GUARDIA!- grita en la puerta- Llévame a mi celda, es una orden- pide iracunda.

-Crystal yo...- el rubio intenta acercarse aún quejándose del dolor.

-Si no vas a liberarme del encierro, no te acerques a mi más o no tendré misericordia la próxima vez- el guardia abre la puerta y la esposa para llevarla de vuelta a la celda que compartía con Bucky. El pelinegro notó a la castaña bastante molesta.

-¿Qué fue lo que pasó?- pregunta el hombre acercándose-¿Te lastimó?- pregunta preocupado.

-No. Yo lo lastimé a él, le dí un puñetazo. Me pidió para volver con él a pesar de tener ya esposa- el pelinegro apretó los puños molesto discimulando su enojo- Obvio lo rechacé pero...- la castaña guarda silencio.

-¿Pero qué?, Crystal.... ¿Pasó algo más?- pregunta inquieto.

-Me besó a la fuerza, por eso lo golpeé- el pelinegro tuvo que hacer un esfuerzo grande para no perder la cabeza y discimular la inmensa rabia contra el rubio. Estaba sumamente celoso.

-Hiciste bien en golpearlo, nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres- ella asiente.

-Pero es que estoy tan molesta, y asqueada... daría todo por un buen tarro de helado de chocolate ahora mismo- se sienta en la pared.

-¿Te gusta mucho el helado?- pregunta el pelinegro para cambiar de tema.

-Mucho. Lo como todo el tiempo, mañana, tarde y noche- sonrie- además... me ayuda a congelar cosas más fácilmente- el pelinegro lo mira incredulo- ¿No me crees?. Observa esto- la chica se acerca a los barrotes de hierro, mira fijamente una parte de estos y con un fuerte soplido comienza a congelar dicha parte de los barrotes- la chica dio vuelta y casi rió al ver la expresión de asombro del pelinegro- Sí, lo sé, es increíble. ¿no?- pregunta.

-Wow... De verdad estoy sorprendido- el pelinegro observa los barrotes congelados aún con asombro.

-Hace poco descubrí que podía hacer eso- vuelve a sentarse al lado del pelinegro- casi nadie lo sabe y prefiero que siga así, quiero usarlo como as bajo la manga- comenta.

-Está bien... No diré nada- el pelinegro levanta la mano en señal de juramento haciendo sonreír a la castaña por enésima vez.

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