50- Momentos.

Advertencia: Smut ligero.






































Dos días después...

Bucky.

Abrí los ojos lentamente en la cama y sonreí al ver a Crystal dormida tan tranquila sobre mi pecho. Acaricié con cuidado su largo cabello con mis dedos de vibranio. Aún estaba sorprendido de que pudiera sentir todo lo que tocaba con ese brazo. La sentí un poco temblorosa por el frío del ambiente cosa que me hizo arroparla con la manta y abrazarla mucho más a mí.

Solo así podía sentir que ella estaba conmigo otra vez, que nunca se volvería a ir de mi lado. Verla gritar de dolor esa noche por el maldito veneno para luego morir en mis brazos fue una de las peores cosas que me pudieron pasar después de HYDRA, después de perder a Steve, después de perderlo todo años atrás después de caer del tren. Temí lo peor. Creí que la perdía para siempre.

Sabía que estaba perturbada por todo lo que había pasado, por todo lo que había recordado de esa fatídica noche en la que nos vimos en ese lugar antes de su escape y posterior accidente y que abiertamente no lo admitiría pero yo lo sabía, podía percibir todo su dolor, porque también lo sentí al principio, HYDRA nos jodió la vida a los dos, pero la ayudaré a sanar, porque somos uno sólo y le había prometido a Ambur que la cuidaría siempre. Sería todo lo que ella necesitara para que sea feliz. Aún no habíamos hablado de ese tema y no porque lo estábamos evitando, si no porque desde que regresamos de esa batalla en la que por poco pierdo a esta maravillosa mujer que ahora descansa entre mis brazos, no hicimos otra cosa que hacer el amor como si no hubiera un mañana.

Dentro de tres horas debíamos de ir a Attilan por unos estudios que Melina nos haría a ambos por ser portadores de la Niebla Terrígena y en el caso de Crystal por absorber el suero del supersoldado durante el ritual en la que puse mi propia vida en riesgo para que ella regresara a la vida, y no me arrepiento ni un segundo de ello.

Aparte de sentir sensibilidad en mi brazo biónico también sentía más fuerza de lo normal al igual que Crystal ya que a la hora de hacer el amor se había vuelto insaciable, receptiva pero sobre todo muy, muy ardiente haciendo nuestras momentos de pasión fueron mucho más placenteras que antes. Su masa muscular había aumentado, al igual que su temperatura corporal, su piel brillaba, aunque de todos modos detrás de todo ese cambio físico que tuvo -y que me encanta- aún seguía conservando la esencia de aquella chica castaña tímida que me enamoró por completo cantando en una fiesta en Madripoor.

-Bucky...- murmura despertando mi princesa todavía recostada y yo beso su frente.

-¿Que pasa mi amor? ¿Estás bien?- pregunto mientras ella niega con la cabeza despertando alarmándome de inmediato.

-No, no me duele nada pero... Me siento extraña, es como si tuviera una adrenalina descontrolada y tú sexy semi desnudo junto a mi no me ayudas mucho- levanta su cabeza para mirarme y yo la miré un poco confundido.

-¿De qué estas hablando, muñeca?- levanté la ceja conteniendo mis ganas de reír ante su comentario. Su respiración era acelerada y su mirada algo desesperada. Aunque seguía sin entender que ocurría.

-Es que creo que... Tengo unas inmensas ganas de que me hagas el amor una y otra vez- respondió y yo sólo reí.

-Mi amor, tenemos un par de horas y pico para hacer todo lo que quieras y luego vamos a Attilan para que nos revisen y estés más tranquila. ¿Si?- asintió mientras acaricié su mejilla tiernamente pero su mirada desesperada cambio de inmediato a una lasciva y pervertida y comenzó a acariciar mi pecho suavemente queriendo provocarme, y lo estaba consiguiendo. Me gustaba mucho esta versión de mi novia lo tengo que admitir.

-Estaré más tranquila si me besas ahora y me quitas la ropa para luego hacerme tuya- sonriendo enamorado en un rápido movimiento la subí a horcajadas encima mío y la besé posesivamente haciendo lo que me pedía. Jamás me cansaría de besar todo su cuerpo, de hacerla mía, de observar su rostro de satisfacción y plenitud máxima mientras le hago el amor como a ella le gustaba, de sentir su piel chocar con la mía una y otra vez. Ella era mi paraíso en todo este infierno. Era mi luz en medio de la oscuridad. La amaba y la amo con todas mis fuerzas hasta el final de los tiempos y aún ella no lo sabe, pero no veo la hora de hacerla oficialmente mi esposa, ya sabía cuando y como se lo pensaba pedir, solo quedaba esperar.

...

-¿Sabes algo?- me pregunta abrazando mi cuerpo junto al suyo y volviendo a recostarse en mi pecho para luego abrazarla más a mí- Quiero hacerlo contigo en todas partes, hasta en lugares prohibidos- me dice extremadamente sonrojada y yo sólo la beso.

-¿Quien eres y que hiciste con mi novia?- pregunté divertido al separarme y Crystal rió apenada mientras acaricio su mejilla.

-Lo sé, de repente siento mucho apetito sexual... No sé, cuando te veo o cuando estás cerca sólo quiero quitarte la ropa y sentirte... No quiero que pienses que...- la callo con un beso tierno.

-Mi amor, seas como seas a mi me gustas igual, te deseo desde aquella fiesta en la que supe que serías tu la chica que revolucionaría mi mundo entero, saber que soy el único hombre que pudo tocarte y hacerte estremecer en la intimidad me pone demasiado feliz y como te dije hace unos días también me hace ser el hombre más afortunado del universo. Te amo- mi preciosa chica sonrió feliz y me besó muy tiernamente.

-Yo también te amo mi príncipe sargento, eres el amor de mi vida- se vuelve a recostar y me abraza fuerte- Tu pecho es mi almohada favorita y tu cuerpo es la manta que me protege de todo mal- añade y yo sonrío como nunca.

-Y tú eres mi princesa, mi musa, mi diosa, mi todo, y me encanta tenerte así junto a mí, siempre te voy a proteger eso jamás lo dudes- ahora fui yo quien la besó tierna y lentamente en la cama y aprovechamos el tiempo que nos quedaba para descansar un poco más, la abracé, la besé, la mimé, no hacía falta decir nada más, ella era mi calma y yo la suya, nos complementábamos perfectamente el uno al otro.

...

Luego de una hora nos alistamos y ahora nos encontrábamos en el patio trasero de la casa frente al bote metálico de basura. Crystal destruiría su gran colección de guantes de cuero.

-¿Estás segura que quieres hacer esto? Podrías necesitarlos...- rompí el silencio.

-Sólo me quedaré con este par.- murmura mostrándome sus guantes puestos- ¿Recuerdas la misión en Abu Dhabi que Sharon mencionó?- preguntó y yo asentí -Pues en esa misión rescaté a un científico que estaba cautivo. Lo secuestraron para obligarlo a hacer armamento nuclear. Lo salvé y destruí la organización que lo mantenía de rehén y en agradecimiento hizo estos guantes para mi. Parecerían unos inofensivos guantes pero estos se adaptan perfectamente a mis poderes- sonrió y yo asentí serio. Estaba celoso y no podía evitarlo- Amor. El científico ya era un anciano y además es gay- se acerca sonriendo y me da muchos besos- Si él te viera se enamoraría de tí y la celosa sería yo- ríe y yo la miro apenado bajando la guardia.

-No tengo ojos para nadie más que para tí, soy solo tu hombre- le doy un beso rápido- Disculpa nena, es sólo que no puedo evitarlo- me expliqué.

-Me encanta como suena eso... Mi hombre- sonríe- Soy solo tuya amor, nadie absolutamente nadie podría igualarte, que los demás hombres digan y miren lo que quieran, sólo tú puedes tocarme completa y tenerme en tu cama como quieras- susurra esto último a mi oído e inmediatamente sonreí. Amaba tanto a esta mujer- Al volver debo hablar con Raynor- cambia de tema mirándome seria -Es probable que mi terapia se extienda por más tiempo, por todo lo que pasó y por lo que recordé- arrojó la colección de guantes dentro del tacho para luego incendiarlos con sus poderes y colocarle la tapa- Al menos tú ya terminarás tu terapia y recibirás el indulto- sonríe y me abraza- Una nueva vida comenzará para los dos- beso su mejilla y la apego más a mí.

-Aún me queda una última cosa por hacer pero te prometo que después me concentraré sólo en nosotros y en ser el hombre que tú mereces- la miré y ella me tomó de la mano y me miró fijamente a los ojos.

-No quiero que cambies por mí Bucky, quiero que cambies por tí, porque tu quieres hacerlo, sabes que sea lo que decidas estaré a tu lado para apoyarte, quiero que seas libre, pero eso sí, por favor no dejes de ser el hombre tierno, paciente y atento del que me enamoré esa noche en Madripoor- sonreí y la abracé nuevamente.

-No dejaré de ser ese hombre nunca preciosa, solo contigo seré así. Te lo juro- sonríe y me besa apasionadamente -Bien, es hora de ir a Attilan princesa- murmuré al separarme del beso por la falta de aire.

-Okay, vayamos de una vez o Medusa vendrá a buscarnos- sonríe al apartarse -¡LOCKJAW!- grita a la nada y en eso aparece un resplandor blanco dejando ver poco a poco al gran perro bulldog. Crystal no perdió el tiempo y abrazó al pequeño can.

-¿Cómo estás, precioso?- acaricia su lomo mientras le habla melosa y él mueve la cola- ¿Ya puedes comer bien?- pregunta sonriendo y el perro ladra como si la entendiera- Buen perro. ¿Podrías llevarnos a Attilan a mi hombre y a mí?- el perro volvió a ladrar feliz y toqué su lomo de inmediato al igual que ella teletransportándonos a la mencionada nación. Aún me parecía extraño que un perro aumentara de tamaño y teletransportara gente como si nada, pero debía de acostumbrarme ya que pronto sería parte de la familia real de Attilan si todo sale como lo estoy planeando.

...

Recorrimos el Palacio que estaba decorado como si hubiera una gran fiesta. Todos estaban felices y la mayoría cuando nos tenía cerca nos hacían reverencias, poniéndonos muy incómodos. Al encontrar a los monarcas del reino hablando con unos guardias Medusa fue rápidamente a abrazar a Crystal y ella le correspondió de forma efusiva. Estaba feliz de ver que ambas se reconciliaron y que pueden tratarse la una a la otra como hermanas de sangre que son.

-Que bueno que por fin están aquí- saluda la pelirroja sonriendo y Black Bolt se acerca y asiente en modo de saludo también feliz por las hermanas.

-Hermana... ¿Qué es todo esto?- pregunta mi princesa y Medusa solo la abraza otra vez.

-Celebraremos por la tarde tu coronación y la de tu novio- responde al separarse y Crystal abre sus ojos como platos y la mira algo consternada para luego mirarme a mí, que estaba sorprendido.

-Hermana, lo lamento pero... Ésto no es lo mío- responde muy apenada y la reina solo ríe.

-Descuida hermana, es algo simbólico. El principado de Attilan siempre fue tu lugar, siempre estuviste destinada para él, nadie lo ocupó, te lo mereces más que nadie- replica la reina y Crystal sólo me mira. Decidiera lo que decidiera, estaría a su lado.

-Está bien, acepto, pero con la condición de que nadie me llame "princesa", "alteza", "su majestad" y todos esos formalismos que detesto- tomó mi mano fuertemente- Solo una persona en el mundo tiene el privilegio de llamarme "princesa" y quiero que así se mantenga- sonreí levemente al oír eso. Sólo yo y nadie más que yo podía llamarla de esa manera, ese privilegio era mío y solamente mío.

En eso llega Melina a saludar a todos y nos guía hasta su laboratorio para empezar con los estudios. No iba a negarlo, me sentía nervioso, y Crystal también lo estaba, pues tenía miedo de que algo me saliera mal o peor, que aún hubieran rastros de ese veneno en mi mujer. La doctora examinó mi brazo y extrajo parte de mi sangre al igual que a mi novia, de quien no solté su mano en ningún momento.

En un momento dado Crystal me lanzaba de manera discimulada miradas lascivas que me instaban a mandar todo la mierda y llevarla rápidamente a una habitación del Palacio y hacerla mía una y otra vez hasta quedar saciados los dos. Melina nos saca del letargo y comienza a informar los resultados de los estudios realizados.

-Bien, de acuerdo a las muestras a tí James, se puede llegar a la conclusión de que tu brazo fue completamente alterado por la Niebla, tu fuerza que el suero te provee ahora con el plus de la nueva sustancia aumentó considerablemente, aparte de que esto provoca una reacción nunca antes vista... Tú puedes sentir lo que tocas, como si fuera un brazo de verdad, los componentes de vibranio al mezclarse con la Niebla generaron esa anomalía en tu cuerpo. Después de eso todo está en orden- sonríe y mira a mi novia -Bueno Crystal, en comparación a la última vez tu cuerpo ya no muestra ningún vestigio de alguna sustancia peligrosa en tu sangre- suspiré aliviado - La Niebla aumentó tus poderes y te dio cambios físicos de manera positiva pero... Habrá un efecto secundario que causará un poco de estragos en tu organismo por varios días- murmura sería y Crystal la mira preocupada.

-¿De qué se trata, doc?- preguntó alarmada.

-Por un tiempo sufrirás un aumento de adrenalina que no podrás controlar, debes descargarla como sea, te sentirás un poco acalorada por momentos ya que tu organismo debe acostumbrarse a la unión entre la Niebla y el suero del supersoldado. Pero por el momento no hay nada más de que preocuparse- murmura la doctora y yo me acerqué a la camilla y besé la frente de mi amada chica.

-¿Entonces todo está bien?- pregunta mi novia aún preocupada apretando el agarre a mi mano.

-Así es, majestad. Todo está bien. Aunque cualquier cosa puede avisarme, al igual que usted principe- me miró y yo asentí.

En eso se abre un portal y sale Strange vestido de manera normal con su ridícula capa y unas flores en las manos.

-Buenas tardes, princesa. Sargento Barnes, Melina...- sonríe levemente el hechicero.

-Stephen... No pensé verte por aqui- sonríe la doctora y Crystal me miró incómoda.

-Bueno, vine a despejarme viendo la fiesta en honor a la princesa y de paso verla a usted- sonríe el ex cirujano y le entregó las flores haciéndola sonreír.

-Son hermosas, Stephen- sonríe y mi novia carraspea incómoda.

-Bueno, creo que nosotros estorbamos aquí- interrumpe mi novia mientras sonríe- Gracias por todo, doc- ésta asiente- Doctor Strange...- asiente el mencionado.

-Nos vemos más tarde- me despedí y mi novia me sacó corriendo de allí -¿A dónde vamos, princesa?- sonreí y ella llegó a una habitación, al mirar los pasillos era aquella habitación en donde nos habíamos quedado la primera vez que vinimos. Ella me acorraló contra la pared y me besó apasionadamente y aproveché para cargarla, entrar al cuarto y cerrar la puerta con seguro.

-Tengo un aumento de adrenalina en este instante bebé y quiero que me ayudes a liberarlo haciéndome el amor. La doctora lo recomendo- murmura guiñando un ojo sonriendo y se quita la chaqueta de cuero y la blusa roja que llevaba. Mi mujer era tan hermosa, me quité rápidamente toda la ropa quedando desnudo ante sus ojos.

-Mierda, eres un Dios griego Bucky- se subió encima mío y aproveché para besarla y quitarle la ropa que quedaba en ella- Te amo- me miró y acarició mi mejilla- Te amo mucho príncipe- sonreí y la besé nuevamente.

-Te amo también, princesa. Mi princesa, de nadie más- volví a besarla y la tumbé en la cama para hacer el amor como nos gustaba, sentir la sudorosa piel del otro, sentir la calidez que Crystal me brindaba, Estar a su lado me hacía sentir bien, pleno, feliz.

...

Pasó un buen rato y salimos otra vez vestidos más formales del cuarto para ir a la sala del trono donde los reyes de Attilan nos esperaban para iniciar la ceremonia. Los monarcas salieron al balcón y la reina empezó su discurso frente a todo su pueblo que la observaba expectante.

-Pueblo de Attilan, hoy es un día de fiesta y celebración. Pues como ya muchos saben, mi hermana la princesa Crystalia ha aparecido, fueron años y años de búsqueda y finalmente ha vuelto a casa. Quiero recibir con una gran alegría ante ustedes a mi querida hermana- Crystal se acerca al igual que yo y todos lanzan gritos de júbilo y felicidad. Medusa levanta la mano y todos guardan silencio- Crystalia, aquí frente a todo el pueblo de Attilan te concedo el brazalete para que estemos en contacto en todo momento y lugar y tambien coronarte oficialmente como Princesa de Attilan y de los Inhumanos. Sólo Black Bolt y yo estaremos por encima de tu rango. Eres la tercera máxima autoridad del reino- informa y Crystal la observa sin poder creer lo que pasaba.

-¡Que viva la princesa!- gritan unos cuántos.

-¿Quieres decir unas palabras, Crystal?- pregunta Medusa a mi novia y ésta asiente acercándose hacia donde el pueblo la estaba mirando.

-Si alguien me hubiera dicho hace un año que todo esto me pasaría sin duda me hubiese reído en su cara. Nunca me imaginé en esta situación les debo confesar, pero una cosa sí les puedo asegurar; que voy a defender Attilan cueste lo que cueste, que voy a luchar codo a codo con ustedes para mantener la paz y la prosperidad en este lugar. Mi hogar, el lugar donde nací y no les digo esto como princesa, les digo como Crystal, la Guardiana que lucha por lo justo y lo correcto. Y una última cosa, por favor no me llamen princesa ni nada de esos formalismos. Soy Crystal, simplemente Crystal, si me lo permiten, quiero ser una más de ustedes, así como ustedes son parte de mí- sonríe y todos la aplauden.

-¡Que viva Crystal!- gritan y mi chica toma mi mano de nuevo sonriendo. El privilegio que yo tenía de llamarla "princesa" seguía intacto y así será siempre.

Días después

-Llegué amor- anuncié entrando a la casa.

-¡Aquí en la cocina, príncipe!- responde mi mujer y decidí ir junto a ella. Al llegar a la cocina la vi elevarse del suelo para alcanzar un pequeño plato de la alacena y la sorprendí abrazándola por atrás para luego tomarla en mis brazos.

-Hola mi amor- sonríe dándome un dulce beso como siempre.

-Hola, princesa- volví a besarla mientras la siento en la isla frente a la mesa alta- ¿Que hacías?- pregunté al verla con las mejillas llenas de harina.

-Preparaba un pastel de chocolate, que por cierto ya está listo- responde con una sonrisa- ¿Quieres probar?- pregunta abrazándome.

-Está bien. La ocasión lo amerita- sonreí- Oficialmente soy un hombre libre y conseguí un empleo- Mi hermosa novia grita feliz y me abraza.

-¡Que buena noticia amor!. ¿Ahora si me llevarás a Wakanda?- preguntó y yo sonreí.

-Iremos pero después de tu verdadero cumpleaños- mi novia borró la sonrisa de su rostro y bajó un poco su cabeza- ¿Que pasa, preciosa?- pregunté levantando despacio su rostro y acariciando su barbilla.

-Hoy es... o era mi cumpleaños como humana- responde y desvía su mirada de la mía triste. Finalmente eran diez años de que HYDRA la secuestró.

-Mi amor, sé que es difícil olvidar pero sé que lo lograrás- me miró a punto de llorar y besé su frente- Un paso a la vez. Tenemos todo el tiempo del mundo- sonreí y ella me abrazó.

-Tienes razón, lo siento, no volveré a mencionar esto nunca, lo prometo- besó mi mejilla- ¿Que te parece si celebramos tu indulto viendo una película y comiendo el pastel?- preguntó dándome un beso en los labios.

-Me parece bien, princesa. Que sea en la sala- respondí- ¿Vemos "Walk The Line"?- pregunté y ella me miró extrañada.

-¿Estuviste escuchando a Johnny Cash?- preguntó y yo asentí.

-Sam me la recomendó. No me desagrada para nada- comenté -Además me dijo que su película biográfica estaba buena- añadí.

-Está bien, pero primero bésame como si me hubieras extrañado- sonreí.

-Pues ven a mí- respondí y la besé apasionadamente y abrazándola más a mi cuerpo.

Estaba en las malditas nubes.

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