3- Intento De Redención y Nostalgia.

Brooklyn, New York. Actualidad.

-Dígame señor Barnes. ¿Sigue teniendo pesadillas?- pregunta Christina, la terapeuta de Bucky pero él estaba literalmente hundido en sus pensamientos. No dejaba de pensar en la mujer que vio en su pesadilla y no pudo evitar preguntarse. ¿Porqué no lo asesinó cuando tuvo la oportunidad? y ¿Porqué su recuerdo de esa noche después de tantos años volvió con fuerza de repente?. Él la recordaba como a todos a los que dañó, pero ella salió ilesa antes de que ese sujeto cumpliera su objetivo, al contrario de los otros, ella le hizo sentir mucho dolor, para luego desaparecer en el oscuro bosque, quizá su subconsciente trataba de decirle algo con respecto a esa mujer misteriosa pero aún no entendía qué. Algún día tendría que encontrarla y buscar respuestas. Decidió prestar atención a su psicóloga a regañadientes, pues de su terapia dependía el perdón del gobierno por todos sus crímenes en el pasado.

-James te hice una pregunta, ¿Aún tienes pesadillas?- vuelve a preguntar la doctora.

-No- responde el Sargento serio mirando a la nada.

-Nos conocemos lo suficiente para saber cuando mientes. Hoy te ves un poco nervioso. ¿Pasó algo recientemente?- vuelve a preguntar la profesional.

-No- responde el hombre de la misma manera en la que lo hizo anteriormente.

-Eres un civil ahora, con tu historial el gobierno quiere estar seguro de que no piensas...-

la doctora hace un gesto con la mano simulando acuchillar a alguien a lo que él sólo asiente con la cabeza.

-Es una condición, para tu indulto. Así que, cuéntame tu pesadilla más reciente- pide pacientemente. 

-No tuve una pesadilla- responde algo inseguro y en eso la doctora toma su libreta dispuesta a escribir- Ay por favor, ¿en serio?.¿Va a escribir en su libreta?.¿Por qué?. Eso es pasivo agresivo- murmura el ex soldado algo indignado.

-Si no hablas, yo escribo- responde con la pluma en la mano. El pelinegro sólo resopla frustrado y decide hablar.

-Okey... okey, ayer logré eliminar un nombre de mi lista de enmiendas... -relata- Tranquila, seguí sus tres reglas... La senadora Atwood- añade.

En eso Bucky procede a contar como logró entregar a la justicia a una senadora corrupta que por años trabajó para HYDRA y cuyo puesto lo obtuvo gracias al Soldado de Invierno y que cuando la organización había desaparecido siguió cometiendo abusos y delitos ocupando el cargo.

-Okey regla número 1, no puedes hacer nada ilegal- advierte la terapeuta.

-¿Quien hizo eso?- pregunta la senadora quien estaba con un hombre dentro del carro al ver que su automóvil comenzaba a moverse por si solo como si estuviera conduciendo, ya que estaba siendo manipulado por un dispositivo que Bucky había puesto dentro del coche.

-Sólo le di información a su asistente para que la arresten y no me involucré en nada más- responde mintiendo el hombre con mucha seguridad.

-¿Regla número dos?- pregunta la terapeuta.

-¿Cuál era la número dos?- pregunta Barnes pensativo.

-No lastimar a nadie, es importante- advierte.

-¿Y porqué no es la número 1?- se queja a-No los lastimé- aclara.

En eso la ventanilla del auto se abre dejando ver al ex soldado de invierno para sorpresa de la senadora- ¿Me recuerda?- pregunta.

-Lo prometo- afirma nuevamente el Sargento para que la terapeuta le crea.

El asistente trata de atacar al ex soldado y éste le propina un fuerte golpe en la cara dejándolo noqueado.

-¿Y la regla número 3?- pregunta la doctora-El punto de que enmiendes las cosas es cumplir con la regla número 3- afirma seria.

-No sea tan cínica doc, claro que cumplí la regla número 3- responde el soldado ofendido.

-Ya no soy el soldado del invierno...-dice el hombre en el auto.

-Soy James Bucky Barnes...- dice

-Y es parte de mi esfuerzo para enmendar las cosas- añade. El ex soldado sonríe falsamente al recordar aquello intentando convencer a su terapeuta de ello.


En eso llega la policia, la senadora queda acorralada y Bucky abandona el lugar no sin antes tachar de la lista el apellido de la senadora que el ex Soldado tenía en su pequeña libreta, que antes pertenecía a Steve Rogers.

-Así que hiciste todo bien pero... no ayudó con las pesadillas- comenta la doctora.

-Como dije ahora no tuve pesadillas- vuelve a asegurar el hombre.

-Oye, un día tendrás que abrirte más y entender que hay personas que realmente quieren ayudarte y que ellas son de fiar- aconseja la terapeuta.

-Confío en las personas- responde él seguro.

-Dame tu teléfono- el ex soldado se lo entrega y ella comienza a revisarlo- No tienes ni diez números aquí... oh! y además ignoraste los mensajes de Sam, tienes que crear lazos de amistad soy la única persona a la que llamaste en toda la semana, eso es muy triste- le entrega el celular- Te encuentras sólo, tienes 100 años, no tienes historia ni familia...- él la interrumpe.

-¿Está atacandome, doc?, porque eso no es nada profesional la verdad- en eso la doctora toma la libreta- ¿Cuando empezó con eso?,¿desde cuando le grita a sus clientes... Ah, la libreta, que bien...- la ve escribiendo- Oiga, deme un respiro, lo intento, ¿okey?. Es tan... esto es nuevo para mi, no tuve un momento para lidiar con nada de esto. Tuve algo de calma en Wakanda y fuera de eso he pasado de un combate a otro por 90 años...- responde.

La psicóloga al oír al hombre que se notaba algo abatido guardó silencio unos segundos y luego siguió el hilo de la conversación- Okey, ya que dejaste de pelear. ¿Qué es lo que quieres?- preguntó de forma seria.

-Paz- contestó el hombre.

-Esa es una pésima mentira- responde la mujer incrédula.

-Es la peor psicóloga- afirma Bucky de la misma manera.

-Fui una excelente soldado así que vi varios cadáveres y sé como eso puede dañarte por dentro- responde algo ofendida la mujer- Y cuando uno está sólo es el más silencioso infierno personal y James, es muy difícil escapar- el sujeto sólo guardo silencio y la mujer prosiguió-Oye, entiendo que has sufrido mucho pero ya recuperaste tu mente, vas a recibir un indulto, todas son estas cosas buenas.... Eres libre- finalizó.

-¿Para hacer qué?- pregunta Bucky algo temeroso. 

...

Un hombre moreno deja su bolsa de basura en un cesto que al parecer no era suyo y en eso un anciano llega molesto a encararlo. Bucky estaba cerca y decide intervenir para evitar problemas.

-Yori, ¿Que sucede?. ¿No íbamos a ir a comer?- pregunta el castaño al anciano que seguía molesto.

-Unique estaba poniendo su basura en mi basura y llegó el momento de que...- el anciano iba a golpear al muchacho pero Bucky lo impide.

-Tranquilo- murmura el soldado y se gira para mirar al muchacho e intentar solucionar el problema.

-Como estás soy Unique, igual que Monique pero con u para que suene más único- respondió el joven intentando ser gracioso y el anciano ya cansado de la situación decide alejarse y Bucky se disculpa para luego seguir al anciano.

-Yori ya deja de pelear con tus vecinos. ¡Vamos a comer!- intenta convencer al señor pero este se resiste a acompañar al pelinegro.-Yo te invito- añade animado, el anciano termina cediendo y lo acompaña.

-Bueno, pero sin hablar- advierte y el Sargento sólo asiente.

...

-Ve esto, esta semana nadie pasó de los 90- menciona Nakajima enseñándole el periodico a Bucky que estaba ya almorzando.

-Tan jóvenes, es una pena...- responde el hombre. En eso la encargada del restaurant comienza a sacar charla a ambos.

-Hoy no ordenaron lo de siempre eh... Qué, ¿se sienten intrépidos?- pregunta con curiosidad.

-¿No quieres invitarla a salir?- pregunta algo jocoso el anciano a lo que Bucky sólo negó con la cabeza. El anciano ignoró su acción y decidió hablar en su nombre a la chica.

-Le gustaría tener una cita contigo. Podrían ir al bingo o a una noche de pilates...- a lo que el pelinegro decide intervenir.

-Te pido una disculpa por eso- comenta serio el hombre.

-¿Porque lo dices?- pregunta la mujer con una leve sonrisa-Acepto- sonríe amable a lo que Bucky sólo guarda silencio.

-Wow... ¿Mañana en la noche?- pregunta el anciano animado.

-Mañana en la noche- afirma la mujer- Aunque podemos hacer otro plan- menciona cambiando de opinión.

-¿Qué tienen los pilates?- pregunta el ex soldado algo extrañado.

-Tengo que trabajar pero si quieres esperar atrás termino a las 10- responde la chica sonriendo levemente alejándose para atender a los demás clientes.

-No puedo creer que lo hicieras- reclamó el pelinegro en voz baja al anciano- Esto es igual que un baile hay que calentar primero. No he bailado desde el 43... Así se siente- comenta resignado y luego bebe un poco de agua mientras que el anciano comienza a observar un plato de comida perdido en sus pensamientos.

¿Que tienes?- pregunta el hombre.

-A mi hijo ... le encantaba el mochi de frijoles rojos- murmura el anciano triste-Él trabajaba de consultor en una compañía, trabajaba en el extranjero y... lo mataron- Bucky oía el relato del hombre serio y en silencio- según la policía estuvo en el momento y el lugar incorrecto... Nunca sabré que le pasó en realidad. Algo me pareció extraño aquí...- señala su corazón a lo que Bucky sólo permanece callado y abatido por lo dicho por el anciano.

...

Crystal pasea en taxi por las calles de Brooklyn, seguía siendo igual como lo recordaba, observaba la gente caminar haciendo todo tipo de actividades, las tiendas, los restaurantes... Las cosas al menos no habían cambiado en ese lugar.

Llegó a su casa, en la que había crecido, en donde la familia Jones la recibió desde bebé. El fallecido General la había encontrado cuando era una recién nacida sola en una zona árida en Arizona durante una misión. Estaba llorando, bastante pálida y deshidratada lo cual no dudó en cargarla y llevarla al hospital. Luego de revisarla, limpiarla y corroborar que no había peligro de que enferme, decidió adoptarla y llevársela a su esposa que estaba enferma de un cáncer terminal. La bebé alegró el corazón de la mujer hasta sus últimos días y la amó como si fuera su hija propia ya que jamás pudo tener hijos con el hombre que amaba. Al morir la mujer el General de todos modos decidió quedarse con la bebé la cual crió y cuidó como si fuera el más valioso de los tesoros y dándole todo el amor y protección que ella necesitaba.

Bajó del taxi, pagó el viaje y entró con sus maletas a la casa, que estaba intacta desde la última vez que estuvo presente.

-Por un momento creí que encontraría polvo por todos lados...- mencionó a la nada mirando el lugar- Rhodey...- sonrió, pues dedujo que el coronel había mandado a limpiar todo para cuando ella regresara a la casa.

Comenzó a recorrer su hogar y de paso recordar a su único héroe que fue su padre. Decidió guardar todo lo que le pertenecía en el sótano y quedarse sólo con las fotos por la casa. Decidió remodelar la habitación principal en donde se mudaría ya que había decidido que no vendería el lugar pero si invitaría a vivir con ella a alguien de su confianza ya que no le gustaba estar sola en un lugar tan grande ya que le recordaba bastante cuando estaba en cautiverio en HYDRA.

Esa tarde, después de descansar, la castaña había decidido ir al cementerio a visitar la tumba de su padre. Fue al garage en busca de la amada Harley Davidson que le pertenecía en vida a él y al ver que ésta se encontraba en buenas condiciones, subió a la motocicleta y emprendió marcha a su destino. Se lamentaba el hecho de no haber regresado antes cuando él se lo había pedido. Sin contar a Rhodey, ella se sentía completamente sola, sin amigos, sin nadie que la protegiera. Al llegar a la tumba y leer el nombre del general en la lápida de inmediato sintió una sensación inmensa de tristeza y de querer llorar.

-Perdóname papá por no haber vuelto cuando me lo pediste... Fui una idiota y tenía miedo de lastimarte, pero lo terminé haciendo alejandome de tí. No hay día en que no te extrañe, en que no te piense, me siento muy sola y desprotegida sin tí papá- comenzó a sollozar sin parar- Te amo papá, mucho y espero que me perdones algún día el haberte abandonado...- se limpia las lágrimas y se inclina sobre la lápida para limpiarla un poco. Colocó sobre la tierra unas semillas y las enterró, las regó un poco con agua que tenía en una botella y extendió las manos encima de ellas. De la tierra comenzaron a brotar varios tallos verdes convirtiéndose en menos de un minuto en rosas blancas y rojas que cubrieron parte de la lápida.

-Te mereces un jardín bonito aquí, papá- terminó de regar las nuevas rosas que hizo brotar de la tierra a una velocidad increíble- Te prometo que las personas que te hicieron esto lo pagarán muy caro, así sea lo último que haga en mi vida... Te lo juro.- se levantó y se marchó decidida a cumplir con el reciente juramento. Vengaría la muerte de su padre, sin importar el costo.

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