Cap. 17|The master|

DESPIERTO CON UN GRITO ATORADO EN LA GARGANTA Y POR UNOS GLORIOSOS SEGUNDOS, NO RECUERDO DONDE ESTOY.

—¿Clark? ¿Te encuentras bien? ¿Clark?

Parpadeo varias veces para deshacerme de la neblina que cubre mi vista, solo para darme cuenta de que estoy en la habitación donde hui para esconderme. Me observo las manos, confundida, en busca de suciedad, cenizas y ropa quemada, pero me encuentro intacta tumbada en el piso junto a la puerta.

—¿Clark...? —dice la voz otra vez y alzo los ojos hacia Matt.

¿Acaso todo fue un sueño?

—¿Qué me pasó? —susurro con la poca voz que tenía, aunque dudo que él pueda responderme.

—No sé —Matt se encoge de hombros—. Vine a la habitación para apartarme de la fiesta y te vi aquí tirada, estabas temblando y gritando, así que tuve que despertarte.

Entonces... ¿estaba alucinando?

—Creo que ya has bebido demasiado...

—Sí, eso creo —digo en un bufido y me incorporo del suelo.

—¿Segura que estás bien?

Asiento con la cabeza, aunque por dentro trato de apartar aquellas imágenes que se sintieron tan vivas, esas palabras que me destrozaron como nunca antes en la vida.

—Sí, ya estoy mejor. Pero necesito salir de aquí.

—Bueno, ¿a dónde? —Matt se apresura en ayudarme—. ¿Al patio? ¿A la cocina a buscar agua? ¿El baño, tal vez?

—El baño funciona.

—Bien. Ven conmigo.

Dejo que el chico me guíe fuera de aquí, pues las piernas aun se sienten un poco débiles y me cuesta soportar el peso de mi cuerpo sin pensar que me caeré. Matt me conduce a una puerta frente a la habitación y toca tres veces, pero como nadie responde la abre para mí.

—Gracias, Matt —le digo con una pequeña sonrisa, pero aunque no se vea sincera, el sentimiento lo es—. Estaré bien desde aquí, puedes seguir disfrutando de la fiesta.

—¿Segura?

—Al menos un ochenta por ciento segura.

El chico resopla, pero sonríe un poco.

—Bueno, te dejo entonces —acepta él y agarra el pomo de la puerta por mí—. Nos vemos por ahí, Hathaway.

Me despido con un gesto y le pongo la seguridad a la puerta cuando la cierra detrás de sí.

Y con eso, la poca fuerza que tenía se desvanece. Las rodillas me fallan y me tumbo al suelo con un estremecimiento.

—Fue una ilusión, Clark —susurro—. No era real. Y estás bien ahora.

¿Pero realmente lo estoy?

No hay palabras suficientes que puedan describir lo difícil que había sido batallar conmigo misma, tratar de evitar que perdiera el control. La idea es mucho más pesada sabiendo que no sirvió de nada, terminé destruyendo todo a mi paso tal y como había dicho mi hermano Liam una vez. Y eso sólo me hace temerme a mí misma.

Y no quiero pensar así, pero tampoco sé cómo acallar los pensamientos que gritan dentro de mi cabeza. Son lo suficientemente fuertes como para que duela y el pequeño espacio parece encogerse conmigo dentro.

Saco mi teléfono, mi pulgar flotando sobre el número de contacto y dudo mientras leo su nombre, la imagen instantánea de él besándome me golpea como una ola de seis pies de altura.

Estaba besando a Derek. En mi delirio, besé a Derek, mi amigo más antiguo y mi Alfa. ¿Por qué? De todas las cosas con las que podría alucinar, ¿por qué tuvo que ser eso?

¿Por qué él? ¿Por qué teníamos que besarnos?

¿Y por qué me gustó?

Ni siquiera estaba besando a Derek, estaba besando a alguien completamente distinto, y la imagen de él todavía apareció en mi cabeza. Simplemente no lo entiendo. Me frustra hasta el punto de volverme loca, pero también me asusta.

Porque se sintió tan real, tan vívido que incluso podía olerlo. Lo pude tocar. Por más vergonzoso que sea reconocerlo, conozco el tacto de Derek como conozco cada línea de mi propio cuerpo, y sé que lo estaba sintiendo a él en lugar del chico que estaba besando: James.

Entonces sí, me da miedo. Porque no sé por qué estaría alucinando en primer lugar; eso nunca ha pasado antes. Y el resto que vi, todas las cosas que sentí e hice después, también se sintieron muy vívidas.

Maté a mis amigos. Maté a mi propia familia. Hice eso y aunque no fue real, pero aun así lo hice.

—No podría haber estado tan borracha —digo en voz alta a pesar de que estoy completamente solo en este baño—. Y no puedo emborracharme.

No soy humana, el alcohol no me afecta, y aun así esta vez fue diferente.

¿Cómo es eso posible? Apenas tomé dos vasos del ponche de Lydia y estaba tan dulce que ni se sentía el alcohol. Entonces, ¿qué diablos pasó? Estaba completamente bien antes de venir a la fiesta, no sentí nada hasta que empezaron las punzadas de dolor mientras me comía a James a besos y mordidas.

¿Y si alguien vertió algo en mi vaso o...?

O alguien alteró el ponche.

Pero vi a Lydia haciendo el ponche desde cero. Yo estaba allí cuando ella lo estaba preparando, así que tuvo que haber sido alguien más... ¿Verdad?

Y si todos han estado tomando solamente del ponche...

Salgo corriendo del baño, ignorando por completo a la pareja que estaba recostada en la puerta y trastabillan por mi culpa. Corro hacia el patio hasta la fuente del ponche de Lydia...

El alma se me cae al suelo cuando veo pétalos lilas flotando pacíficamente sobre el ponche, adornando la bebida. Pero conozco esa flor y sé perfectamente lo que hace el acónito a personas como yo.

—Vamos, vamos, contesta el maldito celular —gruño al marcar a Scott, pero la llamada se va al buzón al tercer tono—. ¡Mierda!

Tengo que encontrar a mis amigos ahora y sacarles el ponche de su sistema, pues no sé si las alucinaciones son el único efecto que puede causar.

Me toma dar una vuelta entera por el interior de la casa y regresar al patio para encontrar a Scott y Stiles, pero ni Allison y Lydia están a la vista.

—¿Scott? —jadeo cuando me acerco al jacuzzi—. ¿Por qué Stiles está mojado?

—Era la única forma de ponerlo sobrio —dice Scott sin apartar la vista de nuestro amigo, preocupado. Luego se voltea a verme, me observa de arriba abajo y su preocupación se expande—. ¿También te sucedió a ti?

—Ya pasó lo malo, creo —afirmo—. Alguien me encontró antes de que pudiera ponerse peor. Matt.

—¿Matt te ayudó?

—¿Qué fue lo que viste? —quiere saber Stiles, incorporándose con ayuda de Scott.

—Nada bonito —mascullo mientras le escribo un mensaje a Lydia preguntándole dónde está y justo ahí me llega una notificación de Derek.

Noto los veinte mensajes sin leer y las siete llamadas perdidas y siento el corazón caer al piso.

"La transformación está por empezar. —Derek."

Una media hora más tarde, él dice: "Pasó justo lo que dijiste. Erica y Boyd fueron el problema, pero Isaac está domando bien la transformación y me ayudó. Es el más tranquilo de los tres ahora mismo."

"¿Cómo van las cosas por allá? ¿Llegó Jackson?"

"Boyd trató de escapar otra vez. Tuve que doblegar las cadenas..."

"¿Clark? ¿Estás ahí?"

Derek llamó entonces, pero no contesté. Luego: "Hablé con Stiles. Dice que estás bien, pero al menos responde los mensajes. Y después te quejas de mí..."

Unos minutos más tarde dice: "Stiles dejó de contestarme. Scott no responde a mis llamadas. ¿Todo anda bien?"

"Clark, por el amor de Dios, contéstame."

"Los chicos están comenzando a agitarse y no es por la luna llena. Creo que están sintiendo tu vínculo con ellos. ¿Qué está pasando allá?"

Tres llamadas perdidas entonces. "Estoy empezando a preocuparme, Clark..."

Una quinta llamada más. "Isaac dice que puede cuidar de Boyd y Erica, pero no me quiero arriesgar. Clark, necesito saber si estás bien."

"Clark, por favor..."

Dos llamadas más, sin contar los ocho mensajes restantes. Derek debió haber sentido mi angustia a través de nuestro vínculo. Y pensar que también afectó a los chicos en medio de su transformación...

—Tenemos que encontrar a las chicas —decide Scott, pero mis pulgares están volando sobre el teclado en pantalla.

—Hay que separarnos, así podremos hallarlas más rápido —murmuro y envío mi mensaje.

Derek está llamando un minuto después.

—Clark, ¿qué mierda? —es lo primero que dice y hago una mueca—. ¿Qué carajo está pasando allí?

—Lo siento, las cosas se pusieron locas aquí. Creo que alguien saboteó el ponche para noquearnos. Tenía acónito dentro.

—Por favor dime que estás bien. Por favor.

Opto por la segunda planta, tengo el aroma de las chicas bien identificado a pesar de la marea de aromas y hormonas.

—Estoy bien —digo mientras empiezo a subir las escaleras—. Por ahora. Sinceramente, sólo quiero que esta noche termine ya.

Iré a recogerte...

—Te quedarás justo donde estás —afirmo sin lugar a discusión—. No sabemos si alguien está gastando una mala broma, si los Argents están detrás de esto o si es obra del maestro de Jackson, así que quédate ahí. No te estoy arriesgando a ti también.

Clark...

Pero antes de poder replicar más, unas manos me toman de la cintura y alguien me hace girar sobre mis pies.

La reacción es inmediata y mi puño hace contacto con su estómago. El chico trastabilla hacia atrás con un quejido.

—¡Oh Dios! —chillo y me apresuro a socorrerlo—. ¿James? ¿Estás bien? ¡Oh Dios, lo siento mucho!

—¿Clark? ¿Qué está pasando ahora? ¿Qué fue eso?

—Joder, realmente puedes lanzar un puñetazo —dice James y tose un poco mientras se endereza—. Debí haberlo sabido después de que me enviaste volando por el jardín.

Hago una mueca otra vez.

—Lo siento muchísimo por eso. Yo... realmente no tengo una excusa para ello. Fue sólo... reflejo, supongo.

—¿Clark...? —escucho decir a Derek y mis ojos se abren como platos.

—Lo siento, un segundo —le pido a James y me llevo el teléfono a la oreja—. Lo siento, acabo de toparme con alguien. Pero ya estoy bien, ¿hmm? Quédate con los demás, tengo que encontrar a Lydia y Allison ahora.

—Olvídate de ellas y vuelve a casa, Clark.

—Sabes que no puedo hacer eso. Ni siquiera por Allison...

—Clark...

—Estaré bien. Iré directo a ti en cuanto los encuentre, ¿vale?

Derek tarda un par de segundos, pero finalmente acepta.

—Me quedaré despierto esperándote.

—Guárdame algo de cena, entonces —sonrío—. Déjame saber si tienes noticias de Scott.

—Como sea —gruñe Derek y cuelga la llamada.

—¿Quién era ese? ¿Otro amigo tuyo? —dice James mientras se acerca a mí.

—Sí, se preocupó porque dejé de responder. —Frunzo el ceño ante el mensaje de Stiles diciéndome que aún no han encontrado a las chicas—. ¿Cómo lo estás llevando? Ese ponche está haciendo maravillas con todos.

James me muestra una botella de agua casi vacía que lleva en la mano.

—Llevo un rato bebiendo esto.

—Chico listo —sonrío.

Luego, sus manos agarran mis caderas y James mira lo suficiente como para hacerme olvidar mi teléfono.

—Creí que te habías ido —dice él por lo bajo.

—Créeme, yo también pensé que sí. Supongo que el ponche también hizo maravilla conmigo.

—No me digas—canturrea James, con los hoyuelos a la vista con su sonrisa—. Me gustó mucho la chica que estaba besando hace un rato.

Me trago una risa.

Quizás pueda jugar un poco, ¿no? Solo por un ratito.

—¿En serio? —digo ladeando la cabeza—. ¿No te asustaste después de que esa chica te arrojara al otro lado del jardín, como dijiste?

—Esa fue mi parte favorita, en realidad.

—Hmm, algunos podrían decir que suenas como un sádico.

James se inclina hacia mí.

—La gente habla demasiado a veces —murmura y me besa.

Sólo he besado a tres chicos en toda mi vida. La primera vez tenía trece años, un beso casto y muy vacilante que me dio asco bastante después. La segunda vez ocurrió durante un juego de Verdad o Reto cuando mis primos gemelos habían invitado a amigos y yo me uní, y el beso fue bueno, pero no memorable. El tercer chico al que besé resultó ser Danny hace un tiempo porque pensaba que yo era mala besando.

—Puede que sea gay y todo, pero necesitas aprender algunas cosas, lindura —había dicho Danny entonces.

Este beso, este chico; vale la pena disfrutarlo, sin embargo.

Es la forma en que sus labios se mueven sobre los míos, lentos y metódicos como si estuviera trazando cada línea y sentimiento, y el cómo sus manos moldean mi cuerpo que me hacen sentir apreciada. Como si James realmente supiera lo que me gusta incluso cuando recién nos conocemos. Es un sentimiento extraño y tal vez quiera aferrarme a él por un tiempo más.

Pero entonces un recuerdo viene del fondo de mi mente y veo, más que siento, el momento en que estaba confundiendo a James con Derek.

Y veo cómo lo estaba besando a él, como si estuviera muriéndome de hambre y Derek fuera mi salvación, como si quisiera fusionar cada célula de mi cuerpo con el suyo sin importarme un carajo el resto del mundo, y recuerdo ese tirón despertando en mí, salvaje pero familiar.

Y esto ahora mismo no es nada parecido a eso.

Así que me aparto lentamente, pongo una mano en su pecho para poner distancia entre nosotros e ignoro el ceño fruncido inmediato en su rostro.

—Lo siento mucho —digo con otra mueca más—. Pero realmente tengo que irme. Todavía no he encontrado a mis amigas y estoy preocupada por ellas.

Una verdad a medias, pero James no necesita saber eso.

—Pero a mí me gusta aquí —se queja él con un puchero y trata de capturar mis labios, pero no lo dejo.

—De verdad tengo que irme, James.

—Bueno —suspira James y se aparta al final—. ¿Llegaremos a repetir?

Eso me hace reír.

—Solo si te veo.

James sonríe.

—Tenlo asegurado.

Con una extraña sensación en mi pecho, no había razón de seguir buscando en la segunda planta, así que me encontro con los chicos en el área de piscina otra vez y Scott me me con una ceja alzada.

—¿Y dónde diablos estabas tú?

—Por ahí —me encojo de hombros.

—Oh, yo conozco esa mirada, pequeña cosa perversa —Stiles me apunta con un dedo.

—¿Quieres saber todas las cochinadas que hice? Eso pensé —digo cuando el chico hace una mueca de disgusto—. Todos aquí están enloqueciendo y no hemos encontrado a las chicas. Es como una droga, el ponche es una droga.

—Vamos a deshacernos de él —propone Scott y junto a Stiles, se dirigen a la mesa con la fuente de ponche, pero justo entonces alguien se lanza a la piscina y más personas imitan su acción.

—Esto está muy mal.

—Alguien puede acabar herido, chicos. El alcohol y una piscina no son una buena mezcla.

—Voy a llamar a mi papá —sugiere Stiles mientras saca su celular.

—¡NO, NO! ¡NO, POR FAVOR!

Cuatro muchachos llevan a alguien a la piscina a pesar de su forcejeo y sus gritos.

—¡NO SÉ NADAR!

—Oh Dios —jadeo. Scott y Stiles salen corriendo a socorrerlo.

—¡POR FAVOR, NO SÉ NADAR!

Y los demás lo lanzan a la piscina.

El chico hace lo posible para poder llegar a la superficie y poder respirar, y observo la escena con el corazón atorado en la garganta. Scott y Stiles están casi junto a la piscina cuando alguien llega primero.

Jackson se acerca a la orilla de la piscina y ayuda al chico que se ahogaba, sacándolo de ahí y...

Es Matt. Quien se ahogaba era Matt.

—¡¿SE LES PERDIÓ ALGO?! —grita él furioso y el resto finge que nada pasó en un instante.

Alcanzo a los chicos y vemos que Matt está por marcharse, pero se da cuenta de que nosotros le bloqueamos el camino a la salida.

Mis ojos pasan de Matt a Jackson y de él a Matt.

Mi celular vibra con una llamada entrante y sé que es Derek.

Matt nos observa con un odio que me hace dudar, oscureciendo el azul de sus ojos a un mar tormentoso y despiadado. Y sé de inmediato que el chico nos ha reconocido y que su pequeño desliz ha sacado la verdad a la luz.

Jackson le pisa los talones cuando los tres nos echamos a un lado para darle el paso libre y Matt no deja de disparar balas por los ojos durante el minuto entero que dura.

—¡LA POLICÍA ESTÁ AQUÍ! ¡CORRAN! —grita alguien cuando por fin contesto la llamada de Derek.

—Ya sé quién es el amo del Kanima.


Nada más vengo decirles que James Woods es protagonizado por

Me pareció muy cómico la crisis existencial que sufrió Clark en este capítulo 😂

Love,

Wolf Queen

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top