Cap. 10 |Don't make the same mistake|
"LO TENEMOS EN EL BOSQUE ENCERRADO EN UNA VAN. LUEGO TE DIGO SI TENEMOS PROGRESOS —SCOTT".
—Esto está tomando mucho tiempo —dice Derek al mostrarle el mensaje, suspirando de forma desaprobadora, como si estuviera decepcionado de Scott.
Me encojo de hombros y tomo asiento a su lado en la mesa.
—Salvar a alguien no es un trabajo que se hace de la noche a la mañana —digo, aceptando el vaso de jugo que me sirve Erica—. Y no han habido muertes en las siguientes horas después del club. Eso es bueno.
—Sí, pero mientras más se tarden, más fuerte se harán el Kanima y su amo.
—Bueno, está en manos de Scott. Por el momento, no es de tu incumbencia...
—Ahí es donde te equivocas, Clark —replica Derek de inmediato—. Sí es de mi incumbencia, porque tendré que intervenir en algún punto. Tendré que intervenir y acabar con este problema de una vez y por todas antes de que escale a una situación peor.
—¿Por qué lo haces sonar como si esto es sólo eso, sólo un asunto por resolver? —pregunta Erica entonces y todos giramos a verla y su expresión de disgusto—. Esto no es una ecuación matemática, sino la vida real. Personas están muriendo allá afuera.
Derek deja caer el cubierto sobre el plato con innecesaria brusquedad.
—¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no he visto las noticias o escuchado lo que la gente dice sobre los homicidios? Este problema tiene que parar.
—Y estoy de acuerdo —digo—. Pero no cuando lo pones de esa manera. Jackson no es el problema, el problema lo está usando a él.
Derek suspira, frustrado.
—Lo sé, eso lo sé...
—¿Estás seguro de eso? Porque si sabes que Jackson es inocente, ¿por qué quieres matarlo cuando la culpa la tiene quien lo está controlando? —interrumpe Boyd y yo silbo por lo bajo.
Bingo.
Derek abre la boca para replicar, pero yo sacudo la cabeza. Deja que se expresen, trato de decirle con los ojos.
Esto es bueno. Que sus Betas, su manada, coloquen sus cartas sobre la mesa y se hagan oír es lo mejor que le puede pasar. Derek aprenderá a expandir sus horizontes y ver más allá del camino que él, como Alfa y líder, se plantea por el bien de la manada.
A veces es mejor incluir a las personas a tu alrededor para hallar una opción que dé mejores resultados.
—Sientes culpa —dice entonces Isaac, ojos fijos en Derek—. Sientes culpa por lo que sucedió y buscas corregir el error que cometiste.
Derek suelta un estruendoso gruñido y se incorpora de la mesa de repente, dándonos la espalda.
—No podemos evitar que te sientas así —murmuro con suavidad, sin querer disgustarlo más de lo que ya lo está—. Pero al menos podemos decirte que esto no es un error que debes corregir. No hay nada que puedas hacer para remediarlo, porque Jackson no volverá a ser humano nunca en su vida.
—Pero sí es mi culpa que Jackson haya acabado así —masculla Derek y se apoya del gabinete agachando la cabeza—. De no haberle ofrecido la mordida, nada de esto hubiera pasado y no estaríamos aquí.
Erica asiente, una curiosa mirada en su rostro.
—Es posible. Aun así, no tienes forma de saberlo. No sabes si todavía alguien más iba a venir a ofrecerle mordida.
Resumo a comer mi desayuno.
—Lo que tratamos de decirte es que nadie pudo haberlo visto venir, ni siquiera tú. Ya está hecho. Lo que queda es seguir adelante —le doy una mirada de reojo—. Y dejar que Scott se encargue desde aquí.
Al ver que Derek no tenía intenciones de decir más, los demás también regresan a su comida. Unos minutos después, el Alfa vuelve a su asiento y picotea su plato.
—Lo que aún no entiendo —dice Boyd entonces y se voltea a verme—, es cómo supiste que Jackson no estaba muerto.
—No lo sabía —admito con un encogimiento de hombros—. Sólo tenía un presentimiento de que algo le iba a pasar.
—¿Quieres decir que además de manipular el fuego, eres psíquica también? —pregunta Erica, repentinamente emocionada.
Eso me hace reír.
—¡Ojalá! Lo haría todo mucho más fácil.
—No lo creo, en realidad —comenta Isaac—. Si fueras psíquica tendrías que callarlo todo. Si logras ver el futuro, no puedes decirlo porque así cambiarías el curso del destino. Yo creo que ser psíquico es peor, porque eres consciente de lo que vendrá, ya sea bueno o malo, y no puedes hacer nada para evitarlo.
Boyd entrecierra los ojos.
—¿Eso en serio salió de tu cabeza?
Casi escupo mi agua.
—Boyd, cállate y come.
Scott sonríe en cuanto nota el vaso de café que le traje.
—¡Eres lo mejor que hay! —exclama con exagerado dramatismo y toma un sorbo, ajustándose la mochila sobre el hombro.
Stiles se quedó vigilando a Jackson y por las marcas debajo de los ojos de Scott, parece que ninguno pudo dormir anoche. Es un poco alarmante, pues como hombre lobo, estos rasgos no se notan con tanta facilidad. Debes estar bajo un increíble peso de estrés como para sobrepasar tus sentidos sobrenaturales.
—También preparé desayuno —digo y le entrego el sándwich envuelto—. Diría que debe ser muy agobiante para ti, pero ya tengo a tres Betas que me colman la paciencia todos los días, así que te gané.
—Eso me recuerda —Scott me mira—. ¿Qué pasó con Derek? ¿Lograste que accediera?
De pronto los ánimos se me caen al suelo.
—Es complicado. Pero estamos progresando, al menos.
Scott no presiona más y se lo agradezco.
—Bueno, ¿qué clase tienes ahora?
—Historia. Salón B10.
—Pues entonces tenemos clases juntos. Y con Allison.
Oh.
Luego de la discusión que tuve con ella, las cosas han estado tensas entre las dos.
No era mi intención haber traído la muerte de su tía de esa manera, lo que menos quería era echarle sal a la herida que ni siquiera a comenzado a cicatrizar, pero desde que Allison conoce el mundo sobrenatural y el tipo de vocación que tiene su familia, su foco ha estado en Derek y Derek solamente.
Todo este tiempo he permanecido neutra al respecto, diciéndome que el asunto era de Allison y que se resolvería por sí solo, que no haría falta intervenir; lo mismo sucedió con Stiles y Scott cuando se enteraron el tipo de relación que tengo con él, y las cosas se calmaron después.
Pero los Argent han tocado un nervio sensible. Mi problema es con su familia, Allison no tiene que cargar con la culpa de sus seres queridos, y, sin embargo, Allison es quien no se calla al respecto. Siempre está causando ruido sobre Derek, su difunta familia y ahora nuestra manada.
Y guardar silencio fue mi error.
Así que las cosas están tensas. Ninguna de las dos quiere ceder. Y por mí está bien, si la situación tiene que ser así, está bien. Puedo compartir a mis amigos con ella.
Pero lo que no puedo compartir es su odio.
Scott y yo alcanzamos el aula antes de que el timbre suene e inmediatamente veo a Allison, pero el golpe de ansiedad y nervios que desprende su cuerpo me pone en alerta. En cuanto nos localiza, ella apresura a Scott con susurros desesperados.
Alguien habla antes de que pueda alcanzar mi silla.
—Su profesor ha tenido que irse temprano, chicos. Lamentablemente se encontraba... enfermo.
Su voz femenina es firme y cargada de poder, como la de una reina, una conquistadora. Y la reconozco enseguida, pero la sorpresa me deja plantada en mi lugar y todo lo que puedo hacer es ver a Allison con los ojos bien abiertos.
Debo estar igual de pálida que ella.
—Lamento decirles que me tienen a mí como sustituta —continúa diciendo la madre de la chica, Victoria Argent, y tenso el cuerpo al sentirla justo detrás de mí—. ¿Piensa tomar asiento, señorita Hathaway?
Murmuro una disculpa rápidamente, el corazón atorado en la garganta. Me tumbo en el único asiento vacío frente a Allison.
—¿Alguien me puede decir en dónde se quedaron? —Entonces, Victoria mira a Scott y ladea la cabeza con curiosidad felina—. ¿Señor McCall? ¿Me haces el favor?
Scott palidece tanto que casi puedo ver sus venas y se apresura a sacar una mascota.
Victoria chasquea la lengua, decepcionada.
—¿Señorita Hathaway? —llama con un tono dulce que es demasiado perfecto. Ensayado.
Mátenme aquí mismo.
—¿Sí, señora?
—Si es tan amable de decirme dónde se quedaron en la clase pasada...
—Estábamos repasando para una prueba —respondo de inmediato, encantada de demostrarle a la mujer esta que no soy ninguna idiota—. Mayormente hablábamos de las consecuencias que tienen las migraciones y que Alemania es el país con más número de inmigrantes.
Juro que Victoria sufre un tic nervioso en un ojo.
La clase transcurre más o menos tranquila. No hubo flechas ni cuchillos volando sobre la cabeza de Scott ni la mía, cosa que es un milagro, y para cuando el timbre suena, en mi vida no había estado tan feliz de salir como alma que lleva al diablo de la endemoniada aula.
—¿Vamos a la biblioteca? —sugiere Scott enseguida—. Tengo ese examen de español que necesito ayuda.
Allison asiente y ambos me miran.
—Iré a la cafetería primero, tengo hambre y necesito rellenar mi agua —los tres nos acercamos a la puerta—. No empiecen sin mí, ¿sí?
—Señorita Hathaway, ¿podemos hablar un momento?
Los tres pausamos bajo el umbral. Lentamente me volteo hacia Victoria, quien ladea la cabeza con una sonrisa.
Parece una serpiente invitándome a su madriguera.
—Allison, espérame afuera, ¿sí —dice ella—. Luego vienes para decirte algo.
Scott y Allison murmuran algo que no logro captar y cierran la puerta detrás de sí. El clic que hace parece hacer eco en el aula y mi sangre empieza a zumbar en mis oídos.
—Toma asiento, Clark.
No señorita Hathaway, sino Clark.
Estás bien, Clark. No dejes que te intimide. Estás bien.
Hago lo que me pide y regreso a mi asiento mientras que Victoria Argent se apoya del escritorio. Ella me analiza de arriba abajo con una diminuta sonrisa en los labios que me da escalofríos, aquellos ojos grisáceos suyos brillando con cinismo.
—¿Qué puedo hacer por usted? —pregunto cortésmente.
Victoria sonríe. Por supuesto que notó la cautela en mi voz.
—Honestamente creí que El Cambio en los Hathaway era una especie de mito, pero lo que Christopher vio la noche que Peter Hale murió —dice ella y sacude la cabeza, algo parecido al asombro reflejado en su rostro—. Lo dejó hablando sobre eso por días.
No había razón para negar que conoce sobre mi familia, así que decido jugar su juego y ver a dónde quiere llegar.
—Imagínese mi sorpresa cuando de repente me convertí en esto —río con amargura—. Y yo pensaba que era una adolescente normal con problemas de maternos y una enorme familia que soportar.
Victoria se ríe.
—Mi esposo también me habló del vínculo especial entre tú y Derek Hale.
Y ahí está, la reina buscando hacer jaque mate.
—Tengo entendido que se conocen desde hace mucho, ¿no? —sigue diciendo ella, sonriendo con calculada casualidad—. De seguro sabes lo que es, ¿cierto? Entonces debes saber que Derek Hale ahora es un Alfa.
Su sonrisa se agranda ante mi silencio.
—Obviamente debes ser parte de su manada, ¿verdad? Alguien clave en su grupo. A Derek le importa lo que hagas y digas, así que tu puesto debe ser importante en su manada. ¿Me equivoco?
Silencio aun. Yo sólo espero, espero y espero a su siguiente movida.
Victoria Argent se inclina hacia adelante, invadiendo mi espacio.
—Nosotros solo queremos saber dónde está. Nada te pasará si tan sólo nos dices —promete la cazadora, ojos brillantes y maliciosos.
La considero.
—¿Sólo eso quieren?
—Sólo eso —asiente ella.
—¿Y qué hay del resto de mi manada? —pregunto suavemente, con la misma casualidad que ella usó, y entrelazo mis manos sobre el pupitre—. Ustedes son personas inteligentes, de seguro tienen algo pensado para ellos, ¿no?
—Les tenemos preparado un trato especial, sí.
—Como torturarlos con electrochoques y cortarlos a la mitad con una espada —sonrío—. ¿De esos tratos especiales me habla?
La sonrisa de Victoria se desvanece.
—Sí que eres una niña que sabe demasiado —dice ella, desaprobadora, chasqueando la lengua.
Me hundo en mi asiento y finjo inocencia.
—¿Qué puedo decir? Soy una persona curiosa.
—La curiosidad mató al gato, Clark.
—Y los gatos tienen siete vidas, señora Argent.
Ahora es mi turno de sonreír ante el silencio de Victoria.
Me inclino hacia adelante apoyando los codos sobre el pupitre y alzo el mentón con orgullo, una cosa más maliciosa y peligrosa que la mujer cazadora que tengo enfrente. Analizo su firme e impenetrable postura y considero que es una mujer de carácter y poder, lo admito y lo respeto.
Pero yo también tengo carácter. Y, oh, yo sí que tengo poder.
Estoy segura de que le encantaría verlo algún día.
—Si tanto saben sobre mi relación con Derek —ronroneo—, entonces deben saber que mi lealtad es inquebrantable. Pueden hacerme lo que quieran y aun así no conseguirán que nada salga por esta boca.
—Pero si usamos algo para motivarte...
—Sería divertido verlos intentarlo.
Suelto un dramático suspiro y me incorporo del pupitre.
—Aunque yo no lo haría si fuera ustedes. Peter Hale y mi familia subestimaron qué tan lejos puedo llegar y qué tan fuerte soy. Espero que ustedes no cometan el mismo error.
Antes de poder girar el picaporte para salir y poder respirar, Victoria Argent dice:
—No hagas esto, Clark Hathaway. Te conviene hacer lo que te digo.
—Ese es el problema. No soy muy buena para acatar órdenes.
We live por una sassy Clark Hathaway que le hace la vida imposible a la madre de Allison 😂
#YouGoClark🔥
¿Les ha gustado como Clark se ha comportado con la mamá más perra que hay en Teen Wolf? Porque yo amo cuando mi bebe se porta así de savage con alguien, es algo increíble de ver 😍
Love,
Wolf Queen
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top