·⊰ ᴠᴅ ⊱· ʙᴇᴏᴍʜʏᴜɴ.
➺ POV BeomGyu.
Habían momentos donde pensaba que amaba en vano. Que en algún momento todo terminaría tan rápidamente que mis fuerzas y lo que di por la relación serían tirados a un enorme depósito de deshechos.
Pero luego admiraba a la masita recostada a mi lado y se me pasaba. Porque después de todo, sabía que por más que TaeHyun se comportara frío y desalmado, era una dulzura de persona y siempre que estábamos solos lo demostraba.
Sus delicadas facciones relajadas y ojos oscuros semi-abiertos era lo único que admiraba desde que había despertado. Hebras rubias recaían sobre su frente, dándole ese toque inocente y tierno del que me había enamorado perdidamente.
Pasé mi mano por su suave mejilla, acariciando asimismo sus esponjosos labios carmín de los que me había vuelto adicto. Todo él era una obra de arte. Una obra de arte que era el gran escaparate en mi museo de cosas preociosas.
Pronto, él comenzó a removerse entre las sábanas, dando indicios de que estaba despertando de a poco. Un ligero abultamiento en sus labios hizo que instintivamente me acercara hasta estos para luego besarlos con ternura, sintiendo como él correspondía flojamente.
—Buenos días, bebé. —. Susurré, apartando algunos cabellos de su frente con delicadeza.
—Buenos días. —. Respondió, formando una ligera curvatura en sus comisuras, pronto soltando un bostezo que me fue contagiado segundos después.
Nos quedamos conectando miradas por un rato, sin decir absolutamente nada. Nuestros ojos decían todo lo que queríamos, no eran necesarias las palabras para decirnos lo mucho que ambos disfrutábamos estar al lado del otro, y mucho menos para decir lo agradecidos que estábamos de poder despertar juntos.
—Feliz día. —. Dijo él finalmente, colocando su mano sobre la mía que reposaba en el medio del pequeño espacio que separaba nuestros rostros.
—Feliz día, bebé. —. Me acerqué hasta su mano, dejando un pequeño beso en esta, causando que él soltara una pequeña risa que era como una dulce melodía para mis oídos.
—¿Hay planes para hoy? —. Cuestionó, comenzando a hacer caricias en el dorso de mi mano.
—Podríamos acurrucarnos y darnos besitos hasta cansarnos. —. Sonreí, luego abultando ligeramente mis labios y soltando una ligera risilla.
—Eso suena demasiado meloso. —. Hizo una ligera mueca, casi instantáneamente matando mis ánimos. —Me encanta. —. Y ahí, volvieron en una ráfaga.
—¿En serio el maravilloso y extraordinario Kang TaeHyun me va a dejar hacerle mimitos todo el día? —. Juraba que mis ojos brillaban casi como las estrellas por la noche.
—Si eso te hace feliz, mi BamGyu. —. Me guiñó un ojo, haciéndome soltar un chillido de la emoción.
Instintivamente junté nuestros cuerpos en un abrazo y comencé a besar todo su perfecto rostro. Amaba escuchar sus ligeras quejas y pequeñas risas debajo de los chasquidos de mis labios chocando con su pocelánica piel.
—Basta. —. Le escuché decir juguetonamente entre risas.
—Perdón, es que eres muy bonito. —. Me separé unos momentos, rozando suavemente nuestras narices de forma dulce. —No lo puedo evitar.
—A este paso no vas a tener TaeHyun para todo el día. —. Rió, tocando una de mis mejillas con su dedo índice.
—¿Cómo de que no? —. Fruncí el ceño y mis labios, dejando un pico en los suyos y siguiendo con mi pequeña rabieta.
—Pues pareciera que me quieres comer a besos de una. —. Me sacó la lengua infantilmente, pasando sus dedos por mi cabello delicadamente.
—Pues por mí lo haría. —. Sonreí inmediatamente, buscando darle otro beso, pero dos de sus dedos fueron a parar a mis labios, impidiéndomelo.
—Sé que lo harías. —. Me miró profundamente a los ojos. —Pero creo que primero debemos ir a desayunar algo, ¿no crees?
Se separó de mí, levantándose de la cama y estirando su cuerpo. Me le quedé mirando por unos momentos, ya que al él estirarse su playera de pijama se había levantado dejando ver su marcado abdomen. Sinceramente no era algo en lo que me fijaba demasiado, pero debía admitir que eso le hacía lucir más atractivo.
—Si por cada vez que me miraras así me dieran un won, ya sería multimillonario. —. Burló, acercándose a mí nuevamente y revolviendo mi cabello. —Anda, arriba.
Asentí frenéticamente, levantándome igualmente algo perezoso y lanzándome a sus brazos. Un tanto sorprendido, él soportó el peso de mi cuerpo, rodando luego los ojos, claramente.
—Cárgame hasta la cocina, tengo flojera. —. Hice un puchero, rodeando su cuello con mis brazos.
—No seas flojo. —. Reprochó, empujándome de una forma en la que trataba de quitarme de sobre él. —Camina, que para algo tienes piernas funcionales.
—Pero en la mañana no funcionan bien. —. Le miré a los ojos. —Sabes que me tropiezo hasta con mis propios pies. —. Lloré falsamente.
—Me da igual. —. Logró hacer que lo soltara. —Andando.
—Te odio. —. Lloriqueé, siguiéndole el paso rendido.
—Sigo sin entender por qué sería interesante ver el romance entre dos pacientes que tienen fibrosis quística.
Literalmente iban tres cuartos de la película cuando Tae dijo aquello. Le miré entre ofendido y confundido, después de todo, yo había sido él que eligió ver “A 2 Metros de Ti”.
—¿En serio acabas de ofender de esa forma a mis gustos de películas románticas? —. Coloqué una mano en mi pecho, mirando hacia mi regazo, donde él se hallaba recostado.
—No es ofensa, es que simplemente no entiendo el motivo ni de esta ni de ninguna película romántica. —. Dijo con una mueca. —¿Para qué me gustaría ver la formación y desarrollo de una pareja cuando yo ya tengo la mía, con la cual, puedo formar mi propia historia de amor? ¿En ese caso no cualquiera podría simplemente narrar su historia y adaptarla a una película?
Y bueno, ¿qué podía responder yo a eso? En cierta forma tenía razón, pero también tenía mis desacuerdos en ciertas partes.
—La pregunta no es: ¿por qué hacer películas románticas?, sino: ¿por qué no hacer películas románticas? —. Él me miró atento luego de decir aquello. —Es decir, simplemente es un género que por alguna razón se les hincharon los huevos hacer. Es como si preguntara por qué existen las películas de ciencia ficción si nada de lo que muestran es real de todas formas.
Él se quedó callado por unos momentos, dejando que lo único audible en el cuarto fuera la película.
—Bien, admito que me cerraste la boca con lo último. Pero igual, no veo la razón de mostrar los dramas entre dos personas. —. Se encogió de hombros, dirigiendo su mirada a la pantalla nuevamente.
Le miré por unos segundos con una sonrisa, luego volviendo a fijar mi vista en el filme reproduciéndose. A veces me parecían divertidos y curiosos los pequeños debates que teníamos acerca de temas que aleatoriamente sacábamos, como por ejemplo, este anterior. Ganarlos no era algo habitual en mí, pero hacerlo tampoco me llenaba de aires de victoria. Era algo extraño, ya que entre nosotros no existía verdadera competitividad en este aspecto, aunque cuando estábamos con los otros chicos todo cambiaba por completo.
—¿Y ahora qué? —. Solté al aire luego de haber terminado de ver la película.
—No lo sé, ¿quieres hacer algo? —. Dijo, ahora estando recostado en mi hombro con sus ojos cerrados.
—Ni idea. —. Suspiré. —Estamos solos en casa, pero tampoco es como si tuviera ganas de hacer nada.
—La verdad es que yo tampoco. —. Hizo una mueca, luego ambos escuchando su estómago rugir con fuerza. —¿Y si vamos a la cocina a preparar ramyeon?
—Me parece bien. —. Sonreí, revolviendo su cabello levemente y luego levantándome junto a él del sofá de la sala de estar.
Ambos nos dirigimos hasta aquella zona mientras estábamos tomados de las manos. Lastimosamente, el trayecto fue corto y él soltó la mía apenas llegamos. Observé como tomaba todo lo necesario para empezar a cocinar. Por un momento recordé cuando YeonJun había tirado toda la comida en One Dream y tuve que contener la risa; tal vez eso de hyung tirando comida era recurrente verlo, pero ese momento por alguna razón había quedado marcado en mi mente.
—Gyu, saca la olla del ramyeon, por favor. —. Dijo mientras tomaba por último una bolsita de chile en polvo.
—Voy. —. Abrí la alacena que estaba encima de la campana de la estufa para sacar de allí dicho utensilio de cocina. —Aquí está. —. Dije mientras la ponía sobre uno de los quemadores apagados, quitándole asimismo la tapa para poner los ingredientes.
—Gracias. —. Me sonrió, inmediatamente comenzando a preparar la sopa.
De las pocas cosas que podíamos cocinar, podíamos resaltar en grande y letras negritas al ramyeon. Era técnicamente solo preparar fideos instantáneos, agregándole algunos condimentos e ingredientes extra. Simple, pero delicioso.
—Muy bien, ahora a esperar. —. Suspiró mientras tapaba la olla de ramyeon, subiendo un poco más la flama del quemador.
Hice un ligero puchero, acercándome hasta mi hermoso y pequeño novio, luego rodeando su cintura con mis brazos y comenzando a dejar pequeños besos en su cuello. Estuve a punto de abrir la boca cuando él habló.
—Yo también te quiero, Gyu. —. Solté una ligera carcajada, amando como predijo exactamente lo que diría.
Tal vez estábamos pasando un aburrido y genérico día de San Valentín, sin embargo, podría decir fácilmente que este había sido el mejor que hubiese pasado en toda mi vida. Después de todo, no necesitaba nada más que estar al lado de mi dulce Hyunnie para pasar un estupendo día como hoy.
─̇❥ᰰຼ⭏ Como verán, hoy se han subido 3 capítulos en conmemoración al día de San Valentín. ~ Todavía me falta terminar el último, pero espero poderlo publicar antes de la medianoche, ah.
Morí dos veces de diabetes, una vez en el MinSung y otra aquí porque es la primera vez que escribo fluff en mi vida ㅜㅜ. Espero les hayan gustado estos tres especiales y esperen con ansias el siguiente, que si no se publica hoy, se publicará mañana mismo. UwU
Espero pasen un lindo día;
사랑해요 여러분. ♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top