ғᴇᴇʟɪɴɢs.
¿Cómo era capaz de sentir tantas emociones a la vez? Era confuso.
Había pasado menos de un día completo, una noche entera. Fue un pésimo momento para que el insomnio le hubiese atacado. Debajo de sus ojos habían enormes bolsas por la falta de sueño y, en cierta parte, estrés. Quería llorar, pero a la vez no quería hacerlo. Su corazón latía como loco de solo pensar en lo que había ocurrido. ¡Debía estar enojado con WooYoung por haber revelado su secreto! ¿Por qué no podía estarlo al completo? Tal vez la reacción de él había sido lo suficiente para desviar sus sentimientos.
Mierda, ahora su mente se había desviado a él, nuevamente. Sus mejillas se tornaron rojas de tan solo pensar en su hermosa sonrisa, bellas facciones, canto extraordinario, rapeo sobresaliente y movimientos espectaculares. Todo de Lee Chan parecía ser perfecto a los ojos del pequeño —tal vez no tanto— Seo ChangBin. Lo sentía tan inalcanzable, tan magnífico. ¿Cómo era que alguien de su liga llegaría a estar con alguien tan formidable como su hyung y sunbae? Sus ojos se llenaban de lágrimas, pero su corazón se mantenía esperanzado gracias a la reacción que había tenido el mayor y el texto que había mandado y luego eliminado YoHan. Tal vez no todo estaba perdido. ¡Tal vez tendría una oportunidad con él!
Aún así, aquí es donde el pánico atacaba: la boda. ¿Ambos estarían allí? Oh, claro que sí. Su grupo, Stray Kids, había sido invitado gracias a MinHo y el hecho de haber nacido en 1998. ¿SEVENTEEN? Ellos tenían a Boo SeungKwan y Chwe HanSol en la '98 line, mientras que a Choi SeungCheol, Yoon JeongHan y Hong JiSoo en la '95. ¿Qué significaba eso? ¡Iban a ir sí o sí, por cualquiera de las dos líneas! Por consecuente, sería obvio que lo vería por allí. ¿Lo peor de todo? Creía capaces a los otros chicos de su línea de hacer que todos se sentasen en una misma mesa, haciendo que él y Dino tomasen asiento juntos de casualidad.
Pero, un momento... ¿Cómo es que se había llegado a enamorar de tal persona? Bueno, eso nos remontaría a medio año en el pasado, aproximadamente.
El chatroom de los '99 antes consistía solamente de YeonJun, los chicos de ATEEZ y él. Eran un grupo pequeño al que ocasionalmente se unía Xion de ONEUS gracias a la conexión que éste tenía con MinGi —a pesar de pertenecer a la '00 line, haber nacido a principios de Enero le traía ciertas ventajas, como el poder juntarse de vez en cuando con mayores a él—. Era un tanto aburrido de vez en cuando, al punto donde el grupo que tenían casi llegaba a la extinción. Allí, surgió la idea de agregar más personas. Comenzaron con la pareja de mayores de CRAVITY, luego el cuarteto de chicos de NCT, siguiendo con el par de WEi, Rocky de ASTRO, Ju HakNyeon de THE BOYZ, SuBin de VICTON, Castle J de MCND, y finalmente, Dino de SEVENTEEN.
El chat se había animado bastante, más rápido de lo que habrían esperado. Las reuniones entre ellos habían comenzado a llevarse a cabo unas pocas semanas después de haber comenzado a hablar. Debía aceptarlo, de vez en cuando era molesto gracias a las parejas que habían en el grupo, pero eso no quitaba que aún así pudieran disfrutar de un momento juntos, como amigos. En una de aquellas reuniones, solo habían asistido 5 personas: YeonJun, YoHan, YongHa, Dino y él. ¿Los demás? Ocupados. Promociones, prácticas, horarios, asuntos más importantes que atender, entre otras cosas que les habían impedido una salida todos juntos. Todos hablaban animadamente pero, por alguna razón, no podía dejar de mirar a Lee Chan, no podía dejar de admirar su hermosa sonrisa ni de deleitarse con su adictiva risa. No entendía ni siquiera lo que estaba sintiendo en ese momento.
Cuando regresó a casa, recuerda haberse quedado hasta tarde viendo fancams de su mayor en YouTube y admirando publicaciones viejas del mismo en Twitter e Instagram. ¿Qué le ocurría? Aún no lo entendía.
Al día siguiente, tuvo una charla seria con Felix. Cada vez que eso ocurría, el no podía hacer otra cosa que sentirse mal consigo mismo, culparse una y otra vez, querer obligar a su corazón a amar sinceramente y de la misma forma al pecoso chico frente a él. Siempre quiso a YongBok, velaba por su felicidad... Pero no podía engañarse. Si aceptaba salir con él, sabía que alguno de los dos saldría gravemente lastimado, hablando más claramente, no quería herir al otro. Cómo se podría decir: podrás engañar a tu mente, pero no podrás engañar a tu corazón ni a tu sentir. ¿Por qué deseaba aferrarse tanto a la idea de querer corresponder a esos sentimientos que profesaba el australiano? ¿Por qué no podía dejarle claro que no deseaba tener nada con él? ¿Por qué tenía tanto miedo de herirlo con eso? No quería darle falsas esperanzas a aquel que siempre vio como un hermano menor al cual deseaba proteger.
¿Por qué el amor era tan cruel y confuso?
Desde ese momento, quiso dejar de creer en el amor. Quiso prometerse que jamás se enamoraría para no salir lastimado. Quiso hacerse tantas promesas y juramentos que pronto serían opacados por un pensamiento común: Lee Chan.
Recuerda aún cuando se lo mencionó a Felix. El brillo en los ojos ajenos había desaparecido por completo. Orbes sin vida que simplemente se mantenían fijos sobre él. Odió tanto ese momento. Se odió tanto por amar a alguien que no fuese aquel australiano. ¿Debía sentirse así? El amor suponía ser un sentimiento hermoso pero, ¿por qué le hacía tanto daño?
Ese día lloro inimaginablemente contra su almohada. Trató de asimilar todo lo que le ocurría, trató de encajar las piezas del rompecabezas al que parecían faltarle varias partes. ¿Por qué todo no podía ser tan fácil como poder borrar los sentimientos que se tenían por alguien?
Pasó una semana reflexionando acerca de su sentir hasta que, finalmente, pudo dar con la respuesta que tanto esperaba encontrar pero que a la vez tanto temía: estaba enamorado de otra persona que no era Lee Felix. ¿Y eso estaba bien? Sí, demonios, estaba más que bien, perfecto, porque no podía obligarse a amar a alguien a quien nunca vio de esa forma. Ya era hora de hacerse ver a sí mismo que no podía, bajo ninguna circunstancia, pensar en siquiera iniciar una relación con Felix si es que no deseaba lastimarlo. Era lo mejor para ambos.
Aunque para él tal vez enamorarse de alguien con el que parecía no tener oportunidad era terrible, pero prefería eso a estar en una relación forzada dónde ninguna de las dos partes sería feliz.
Regresando a la actualidad, había comenzado a gritar contra su almohada y patalear violentamente —como si eso fuera a resolver todos sus problemas internos de alguna forma—.
Escuchó tres precisos golpes en su puerta, sacándolo de sus agobiantes emociones por unos segundos. Soltó un suspiro y se levantó de su cama, sintiendo su cuerpo un tanto más pesado que de costumbre, como si la gravedad se hubiese vuelto más fuerte de repente. Puso su mano débilmente sobre la perilla, girándola con pocas fuerzas. Del otro lado, aquel que había sido su confidente desde el inicio de toda esta situación: SeungMin.
—¿Ya terminaste de gritar como adolescente experimentando su primer amor? —. Con una sonrisa burlesca en su rostro, ChangBin rodó sus ojos, sus mejillas tomando color de sólo pensar que se veía tal y como mencionaba su menor.
—Yo no grito como "adolescente experimentando su primer amor". —. Haciendo comillas con sus dedos, negó con su cabeza, dando media vuelta y caminando de vuelta a su cama, donde luego se recostaría mirando al tejado. —Solo estoy... Confundido.
—Literalmente te confirmaron que también le gustas a la persona que amas, ¿por qué estar confundido? —. Cerrando la puerta detrás de él, se acercó también hasta el lecho, tomando asiento a un lado del otro, de espaldas.
—No lo sé... ¿Realmente lo amo? —. A pesar de haberse dejado claro a sí mismo sus sentimientos, seguía con sus dudas. Un puchero se mantenía presente en sus labios en señal de que pensaba profundamente y, a su vez, de que se encontraba frustrado.
—¿Por qué lo estás dudando? —. Lo miró, observando como una mueca se formaba en los labios ajenos.
—¿Y si en verdad es sólo una cobertura para ocultar mis sentimientos por Felix? —. No era la primera vez que SeungMin escuchaba eso y, definitivamente, ya estaba harto. ¿Por qué siempre, de alguna u otra forma, metía al australiano cuando se trataba de sus sentimientos?
—Si tanto quieres que te guste Felix, ¿por qué no vas y le pides ser novios? —. Masculló rodando los ojos, cansado. Soltó un suspiro, luego reflexionando sobre lo incorrecto que fue decir aquello. —Mira, sé que el tema Felix te va a perseguir por un largo tiempo, pero sabes bien que no es tu culpa y no deberías sentirte mal por ello. Tú no decides a quién amar, ¿cierto? O dime, ¿tú crees que yo, en mi sano juicio, me enamoraría del idiota de HyunJin conscientemente? —. ChangBin negó. —Y ahora te pregunto, ¿tú decidiste no amar a Felix y, en su lugar, enamorarte de Dino? —. Volvió a negar, con una expresión indiferente en su rostro. —Ahora, quiero que respondas unas preguntas, aunque no es necesario que lo hagas en voz alta. —. Girando su cuerpo hacia el mayor, el otro le miró confundido. —Primero, ¿por qué te enamorarías de Félix? ¿Tienes que ver sus sentimientos por ti? Y segundo, ¿por qué te enamoraste de Dino? ¿Tienes alguna razón para haberlo hecho?
Ahora la mente de ChangBin era un desastre por culpa de esas cuatro preguntas. ¿Por qué se enamoraría de Felix? Bueno, él era la pareja perfecta bajo cualquier estándar: era buena persona, tenía un sentido del humor extraordinario, ayudaba siempre a los demás, cocinaba de maravilla, era alguien tierno y dulce, tenía una dualidad inimaginable, entre otras cualidades que le hacían destacar. ¿Tenía que ver con qué el otro le amara? Mierda, tal vez sí. Es decir, él nunca pensó en el australiano en nada romántico hasta que aquel le habría confesado sus sentimientos. Pero ahora, ¿por qué se había enamorado de Lee Chan? No tenía ni la más remota idea. ¿Tenía alguna razón? No, ninguna; por algún motivo, él simplemente amaba cada cualidad que poseía el otro, asimismo apreciaba de alguna forma sus defectos, viendo algunos de ellos incluso como detalles "tiernos".
Pero eso era el amor, ¿cierto? Amar a alguien sin motivos, ya que los motivos serían lo único que te mantendría aferrado a esa persona. ¿Qué pasaría si ese motivo se extinguiera? ¿Él dejaría de amarlo como si nada? Era terrible pensar en eso.
—Yo no decidí amarlo... Sólo pasó. —. Con una ligera sonrisa en su rostro y la imagen de su mayor en su cabeza, pudo confirmar que, definitivamente, él amaba a Lee Chan y no se arrepentía de ello.
—Exacto, y no deberías arrepentirte por eso. —. Le sonrió SeungMin, por dentro preguntándose cómo es que había terminado siendo consejero amoroso de las personas. Si serlo requería tratar con personas como ChangBin, definitivamente merecía un aumento y un salario adecuado. —Ahora, a la otra cosa que venía. —. Se levantó de la cama, llamando la atención del mayor. —Teniendo en cuenta que ahora conoces los sentimientos de tu crush, y viendo que es evidente la posibilidad de que ambos se vean en la boda, ¿qué ropa te vas a poner?
—¿Qué no simplemente es una fiesta de trajes? —. Miró al menor tratando de mostrar indiferencia, mientras que en realidad, por dentro, los nervios de poco comenzaban a carcomerle de sólo pensar que al siguiente día lo vería.
—De todos modos, idiota. Sé que todos vamos a ir de traje, pero tienes que verte bien. —. Cruzado de brazos, SeungMin recargó su espalda en la puerta del clóset, admirando al "despreocupado" mayor.
—Yo mañana veo eso, no te preocupes. —. Hizo un ademán para restarle importancia, cosa que hizo al menor rodar los ojos.
—Bien, si tú lo dices... —. Con un suspiro, Kim se dirigió hasta la puerta de la habitación. —Voy a estar con HyunJin, si me necesitas grita o mándame mensaje. —. Tras varios asentimientos por parte de Seo, SeungMin salió de la habitación, dejando nuevamente al 99 liner en soledad.
¿Era extraño que esperara a que el día terminase de una vez pero que, a la vez, no quisiera que el día cambiase? Tenía bastante miedo de lo que pudiese ocurrir, pero a la vez la curiosidad necesaria para querer saber qué era lo que pasaría. Tal vez ese Sábado iba a ser el mejor de su vida... Aunque tal vez también podía ser el peor de su vida.
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