ɴᴀᴘ ᴏғ ᴀ sᴛᴀʀ.
Una lágrima. Dos. Tres. Seis. Quince. Cuarenta y dos. Setenta y seis. Cien. Infinidades. De sus ojos no podían parar de brotar lágrimas una tras otra, sin descanso.
Por un momento pudo haberse detenido a pensar a profundidad la razón por la que sus ojos no dejaban de hacer brotar lágrimas; sin embargo, eso solo le haría ver la realidad en la que se hallaba sometido.
¿Se odiaba a sí mismo? Claro. ¿Odiaba al otro? No. ¿Cómo podría odiarlo? Nada de eso era su culpa, ¿cierto? Todo era culpa de esos malditos desgraciados que se metían en las vidas ajenas. Era como si él y los demás idols y famosos estuviesen agitando un cartel gigante sobre ellos diciendo «¡Hey! ¡Métete en mi vida y mis asuntos que, se supone son privados pero que, de todos modos, puedes compartir en las redes sociales!». Sí, a quién debía odiar era a esas personas.
En ese mismo momento, se veía reviviendo la fatídica escena que habría quebrantado su felicidad, que le habría quitado la mitad de su vida.
—Ya no puedo seguir con esto, HyunJin. —. Habría dicho aquel con la voz rota, lágrimas en los ojos y piernas temblando inquietas. —Estoy harto.
Ambos se hallaban sentados en la cama del menor, separados por, al menos, un metro de distancia. Hwang simplemente deseaba acercarse al otro y abrazarlo, decirle que todo iba a estar bien, que iban a estar bien. ¿Iban a estarlo verdaderamente? No lo sabía. No deberían haber ido a ese lugar en primer lugar. ¿Por qué aceptaron? ¿Por qué la empresa parecía no ayudarles y simplemente dejarlos a su suerte, diciendo: “ustedes lo causaron, afronten las consecuencias”?
Estaban cansados de todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Cientos de rechazos, amenazas de muerte, incluso visitas inesperadas fuera de su apartamento. Al final, no eran ellos dos los únicos afectados, sino también el grupo y su reputación. Debían tomar una decisión.
—Te entiendo, pero... —. Tragándose todos sus posibles próximos lamentos, se acercó a su novio, tomándolo fuertemente de las manos y mirándolo a los ojos. —Yo te amo más que a mi vida, n-no me imagino viviendo sin ti.
—Jin...
—SeungMin, mi cielo, por favor, entiendo que todo lo que está pasando a nuestro alrededor nos está afectando, pero no quiero vivir sin ti. Yo... —. Las lágrimas ya habrían comenzado a rodar por sus mejillas, su rostro tratando de mantenerse serio, no desfigurarse por sus extremas ganas de romper en un inconsolable llanto. —¡Simplemente no podría!
—Amor, te entiendo. —. Tratando de sonreír para alivianar un poco el pesado ambiente que se estaba formando alrededor de ellos, SeungMin apretó todavía más su agarre a las manos del otro. —Yo tampoco podría vivir sin ti, te amo con todo mi corazón, pero yo ya no lo soporto más... —. Bajó la mirada, su intento de sonrisa desvaneciéndose, cambiando a una expresión de dolor. —Si ésta es la única forma en la que podemos acabar con esto, tal vez lo mejor para los dos sería-
—¡No! —. Le interrumpió con un desgarrador grito, negando varias veces con su cabeza, negando una y otra vez lo inevitable. —¡Jamás! ¡Nunca! ¡No lo aceptaré!
—Bebé... —. Acariciando suavemente los dorsos de las manos de su novio, trató de calmarlo, aún cuando él también desearía volverse loco y desistir de esa terrorífica idea. —No hay otra forma en que podamos solucionarlo.
—¡Debe haberla! —. Seguía negando, sus lágrimas saliendo por montones y su cuerpo temblando como nunca había hecho antes.
—Bebé, por favor... —. Soltando las manos ajenas, trato de tomar la valentía suficiente para aquella que iba a decir. Iba a arrepentirse inmediatamente, lo sabía, pero no podía desistir, eso solamente prolongaría lo inevitable. —Lo siento.
—¡No, SeungMin, por favor! —. Con los ojos ya rojos de tanto llorar, también de puso de pie, tomando por los hombros al menor. —E-Eres todo lo que tengo...
—Terminamos. —. Soltó, deshaciéndose del agarra de HyunJin, quién habría caído al suelo de rodillas, tomándose de la cabeza por la desesperación, dejando salir el grito más desgarrador que jamás habría escuchado. Salió corriendo lo más rápido que pudo de allí, no mirando atrás y saliendo del departamento.
No había sabido nada de SeungMin desde ese entonces. Esas, definitivamente, estaban siendo las dos semanas más largas y dolorosas de toda su vida.
Quería despertar. Quería que eso solo fuera un mal sueño. Quería volver a tener a él amor de su vida entre sus brazos. Quería volver a escuchar su dulce voz. Quería que le volviese a cantar en el oído como hacía casi todas las noches. Quería volver a acariciar su pelo. Quería probar las galletas que hacía junto con Felix al menos por última vez. Quería tan siquiera verlo una vez más.
«¡HyunJin!»
Juraba poder escuchar su voz a la lejanía. ¿Era solo su imaginación? La voz parecía provenir de fuera del departamento.
Se levantó lo más rápido que pudo, dándole completamente igual si estaba usando sus típicas pantuflas o no, dándole completamente igual si se veía lo suficientemente presentable para mostrarse delante del amor de su vida después de dos semanas.
«¡HyunJin»
Volvió a escuchar, esta vez más fuerte, más claro. Llegando a la sala de estar, lugar donde vio a JiSung y Felix juntos, fue hasta la puerta principal, tomando las llaves, desbloqueando el cerrojo y abriendo la puerta lo más rápido posible.
«¡HyunJin!»
No había nadie del otro lado. Más lágrimas comenzaban a salir de sus ojos. Había caído sobre sus rodillas nuevamente, sintiendo un desgarrador dolor en su pecho. El mundo giraba a su alrededor, todo se difuminaba hasta quedar en un profundo negro, haciéndole perder la consciencia.
—¡HWANG HYUNJIN, DESPIERTA!
Sus ojos se abrieron de par en oar. Exaltado, miró a su alrededor, observando a su lado a la persona que más anhelaba, Kim SeungMin, su cielo, su vida entera. Lágrimas llenas de alegría y tristeza mezcladas caían como cataratas de sus ojos. Se abalanzó a él, abrazándolo como nunca antes. Escondió su rostro en el cuello ajeno, dejando al otro un tanto desconcertado.
—Y-Yo c-creí qu-e te hab-bía perdido para s-siemp-re... —. Su rota voz hizo que las confundidas facciones del menor se relajaran, dejando unas de comprensión con un deje de tristeza.
—Bebé, tranquilo. —. Con una sonrisa cálida, rodeo a su novio con sus brazos, comenzado a acariciar delicadamente su largo cabello. —Solo fue un mal sueño, ¿sí? Yo jamás me apartaría de tu lado.
—P-Promételo... —. Levantó su mirada, conectando con los ojos ajenos.
—Lo prometo.
Acortando la distancia entre ambos, un necesitado pero tierno beso se hizo presente. Ambos demostraban en él lo mucho que se amaban, lo mucho que adoraban la presencia del otro y lo mucho que sufrirían si uno de ellos no estuviera presente. Un amor sincero e inocente que deseaban proteger por más que pasasen incluso mil años. Nada podría quebrantar eso, ¿cierto?
─̇❥ᰰຼ⭏ Tenía ganas de escribir algo trágico, 1 disculpa. :'>
Espero les haya gustado JAJAJS, por el momento no planeo romper parejas o poner drama excesivo, así que tranquilos, las cosas seguirán siendo bonitas por ahora. -v-
Recuerden tomar mucha awita y no dormirse tan tarde como acá su servilleta que está actualizando a las 3:35 a.m.. Cuídense mucho, los quierom. 😔💕
사랑해요 여러분. ~ ♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top