I

Un pequeño peliverde estaba sentado en un columpio. A pesar que lo había intentado, las lágrimas no paraban de salir.

N-no quiero volver -susurró mientras miraba el piso-

Midoriya Izuku era un niño que a simple vista parecía ser alguien alegre... Lastimosamente, las apariencias engañan. No había ni un solo día en el que el pequeño no se lamentara de haber nacido.

El primer problema que tiene es con su padre, un ludópata y alcohólico con una gran cantidad de deudas.

Para Izuku, Hisashi no era más que un monstruo que golpeaba a su madre y a él.

Todos los días, sin falta, su padre llegaba borracho a casa, buscando cualquier excusa para golpear a su familia.

Cada vez que esto ocurría, Izuku se preguntaba...

¿Por qué ocurre esto? ¿Acaso soy un mal niño? ¿Yo tengo la culpa? Ya no quiero que me golpee... No quiero ver a mi madre llorar... Lo odio...

Su madre, quien también es víctima de los abusos de su padre, siempre lo defendía... Ella aguantaba todo con tal de ver a su pequeño tranquilo... Pero, aunque le duela admitir, esa tranquilidad no existe.

Ahora, sí pensaba que su vida no podía ser peor, un nuevo problema surgió.

Tuvo la desdicha de pertenecer a ese miserable 20% de personas que poseen ningún quirk... Un quirkless.

No solo lo golpeaban en casa, también en la escuela.

Burlas, golpes, sufrimiento... Día a día, el pequeño de 5 años tenía que soportar todo esto... Y no había nadie que lo pudiese ayudar, después de todo...

¿A quién le importa lo que le pase a un quirkless que solo sabe soñar? Si tanto quiere ser un héroe, que se salve a él mismo.

Héroe... Ese era el sueño que Izuku tenía... Un quirkless con el sueño de convertirse en héroe.

Ridículo

Cuando les contó a su madre sobre esto, ella sonrió, a pesar que ella sabía que era imposible.

Solo ríndete

Cuando se lo contó a su padre, lo golpeó por tener un sueño tan estúpido.

Estúpido niño... Un inútil como tú nunca se convertirá en héroe.

Cuando comentó ese sueño en la escuela, todos se rieron.

¿Tú? ¿Un héroe? Te queda mejor convertirte en un payaso.

Deberías pensar en otra cosa, es imposible que te conviertas en héroe.

UN QUIRKLESS NO PUEDE SER UN HÉROE

Izuku ya no lo podía soportar. No había ni una sola persona que creyera en él.

Yo quiero convertirme en héroe para salvar a las personas que sufren lo mismo que yo.

EL NOBLE SUEÑO DE UN NIÑO INGENUO

Izuku continuaba cabizbajo, sentado en el columpio, dudando si debería regresar a casa.

Su padre llegaba temprano, lo que significaba sufrimiento tanto para él como para su madre.

Pero no podía dudar, el tenía que ir... O sino, su madre sufriría más.

Su madre, Inko, aquella mujer que lo amaba tal y como era, que lo defendía de ese horrible monstruo... Ella era la única razón por la que seguía yendo a casa... Aunque tampoco era como si tuviera a otro lugar donde ir.

Aún cabizbajo, sintió que estaba rodeado.

Otra vez -pensó mientras las lágrimas seguían cayendo-

Ni siquiera le hemos hecho algo y ya está llorando -dijo uno de los niños-

Ese grupo de 5 niños, de la misma edad que Izuku, habían llegado para golpearlo.

En el pasado, Izuku tuvo la tonta idea que ellos podían ser sus amigos... Estaba tan equivocado.

A pesar de los maltratos, ningún profesor o adulto hacía algo.

Solo son niños que están jugando

No pasa nada malo

A pesar de la sangre y moretones, nadie salió en su defensa.

Un quirkless no es importante

Hasta hoy, Izuku no entendía por qué lo golpeaban...

¿Acaso es divertido golpearme? ¿Me odian? ¿Acaso solo sirvo para ser un saco de boxeo?

Midoriya Izuku se sentía miserable... Él solo quería ser feliz.

[...]

Izuku estaba caminando hacia el infierno, su hogar.

Él estaba cubierto de polvo, con moretones y sangre... Nuevamente fue golpeado por aquellos que una vez consideró "amigos".

Su estómago rugió. Tenía hambre, pero no había suficiente comida en casa.

El monstruo era un desempleado, y el poco dinero que tenía lo gastaba en alcohol y en apuestas... Esto solo género muchas deudas para la familia Midoriya.

Haciendo todo el esfuerzo, Inko trabajaba para mantener a su familia... No era mucho, pero alcanzaba para que Izuku comiera... Para ella, eso era lo más importante, incluso si tenía que dejar de comer.

Con cada paso que daba, se preparaba para recibir otra paliza por parte de su padre... Esto era su día a día.

Llegando al pequeño departamento en donde vivía, Izuku tocó el timbre.

Esperó y esperó... Pero nadie abrió

Que extraño -pensó el peliverde-

Viendo que posiblemente nadie le abriría, busco la llave de respuesto que estaba oculta dentro de una maceta.

Abriendo la puerta, pudo escuchar unos sonidos provenientes de la cocina.
Izuku conocía muy bien esos sonidos, después de todo, era algo que escuchaba cada vez que el monstruo estaba en casa... Era el llanto de su madre.

Corriendo, fue a la cocina, solo para terminar encontrando a su madre tirada en el piso mientras que su padre estaba sobre ella golpeándola.

Inko, al darse cuenta que su hijo estaba viendo esta horrible escena, gritó- ¡Por favor! Ya basta, Izuku está aquí

Sin siquiera importarle, Hisashi la golpeó para que se callara.

Cállate, maldita sea... ¿Dónde demonios está el dinero? ¡¡Lo necesito inmediatamente!! -gritó Hisashi-

P-por favor. Ya te lo dije... Usé para pagar la escuela de Izuku -dijo Inko mientras lloraba-

¡Mierda! ¿Por qué lo usaste en ese inútil? Ese pedazo de basura no puede ser mi hijo... Esa mierda no debió existir -exclamó con odio-

En esta clase de situación no sería extraño que Izuku sintiera dolor por esas palabras, pero no lo afectaron en nada... Después de todo, esas palabras las escuchaba desde que tenía uso de razón.

Ignorando por completo las palabras que ningún hijo debería escuchar por parte de su padre, corrió hasta donde estaba Hisashi para hacer que se separara de su madre, pero...

Lárgate -de un solo golpe, su padre hizo que se estrellara contra el repostero-

Inko vio todo esto, como su hijo fue lanzado, la sangre que goteaba de su pequeña cabeza... Esto ya había sido suficiente.

Ella ya no podía pensar con claridad. El hombre que una vez había amado, se convirtió en este monstruo... Ella y su hijo ya no soportaban esta vida.

Usando su quirk, atrajo el cuchillo que estaba en la mesa, por lo que aprovechando que Hishahi estaba gritando a Izuku, lo apuñaló en la yugular.

El monstruo había caído, ya no podía hacerle daño a nadie.

Inko sacó el cuchillo del cuerpo y comenzó a puñalarlo una y otra vez.

Mueremueremueremueremueremueremueremueremueremueremuere... -repetía sin ningún tipo de sentimiento-

Todo esto era observado por el pequeño Izuku. No sabía qué hacer, su amorosa madre estaba cubierta de sangre mientras acuchillaba al monstruo.

Un pensamiento invadió a Izuku.

Soy débil

Si no fuera débil

Aún si tuviera fuerza suficiente, no sería capaz de hacer algo, después de todo, solo es un pequeño niño de 5 años... Es imposible que le pueda ganar a un adulto... Pero un niño no pensaría tan a fondo... Él solo quería proteger a su madre.

Ahora, su madre había acabado con el monstruo.

El monstruo se fue... Nunca volverá a lastimarnos, mi pequeño Izuku -dijo Inko alegre mientras dejaba de lado el cadáver-

La mujer tiró el cuchillo para acercarse a su hijo. Izuku no se alejó a pesar que ella cubierta de sangre... A pesar de todo lo que había visto.

Todo está bien, hijo... ¿Sabes por qué? -preguntó Inko, abrazándolo-

Porque el monstruo no volverá... -respondió mientras la abrazaba-

Madre e hijo abrazados y cubiertos de sangre... Ellos se habían librado del monstruo... Para siempre...

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